
[03]
"CADA SENTIMIENTO"
Cada momento se vuelve sagrado...
El silbido del tren invadía la estación. Muchos abordaban, muchos otros bajaban. Himawari recorrió la estación con la mirada, angustiada.
– ¡Hima! – esa voz la reconoció de inmediato. La cual, la hizo soltar un suspiro de alivio.
Ver a su hermano llegar de una forma tan animada la tranquilizaba. El rubio no tardó ni un segundo a correr para abrazarla. Todo el tiempo se había lamentado haberse enojado con ella y haberle negado un abrazo de despedida.
—Boruto se ha lamentado cada día, cada segundo, cada minuto; pensando en alguna situación donde algo malo le pudiera pasar a su hermanita para que él pudiera culparse eternamente.—
– No sabes el gusto que me da que estés bien – decía en un tono liberador, mientras la revisaba de pies a cabeza.
– Ya basta, Boruto – reclamó – Estoy bien. Sana, salva y completa.
Pero él seguía revisando hasta que pudiera encontrar aún que sea una sola, la más pequeña, casi inexistente e invisible arruga.
– Le tengo que dar detalles a papá y mamá – atacó – No me perdonarán si ellos te encuentran algo nuevo después de que yo te haya visto primero.
La menor se rió a carcajadas.
– Ustedes son unos exagerados.
Ahora fue el rubio quien se rió.
– Es porque te queremos, hermanita.
Himawari le contó a Boruto absolutamente todo lo que vio en su intercambio estudiantil. Pues irse a otra ciudad le había resultado impresionante y maravilloso; no podía omitir ningún minuto o experiencia vivida. Mucho menos cuando alguien quería escucharlas todas.
El mayor pasaría su estadía en el apartamento de ella, así que su trayecto no se separaba en ningún momento y eso les permitía ponerse al tanto, no solo de las innumerables historias de Himawari, si no también de las de Boruto.
– ¡Me alegra que hayan pasado la luna de miel de maravilla! – adjudicó la menor y procedió a bromear con él – Estoy a la espera de ser tía – notó que su contrario se sonrojó cual tomate – Pero... no tan rápido.
Siguieron hablando; a ellos nunca podían hacerlos callar, siempre encontraban algo nuevo de lo que intercambiar comentarios.
– Por cierto, Hima... – esta vez cambió su tono a uno más nervioso – ¿Ya has visto a Kawaki?
Ella se detuvo en medio del pasillo, tensa.
– ¿Por qué lo preguntas? – trató de no sonar nerviosa.
Él de inmediato notó su posición y se acercó a ella.
– Hima, ya sé todo sobre ustedes dos – confesó – Mamá me lo dijo todo después de que te fuiste.
"– Sabía que no debía decirle a mamá –" se reprendió.
– Admito que llamé a Kawaki muy enojado, me puse muy celoso por enterarme de todos los sentimientos y bla bla bla de cosas que no se habían pasado por mi mente ni en un millón de años, pero sucedió – comentó de una forma exagerada.
– Yo... – seguía impactada de que su hermano abarcará el tema de una forma natural y no como había pensado que lo tomaría.
– Tranquila, después de hablar con Kawaki sobre este bochornoso tema, papá y yo hemos dado por bien los sentimientos de él hacia ti – comentó muy alegre – Pero solo hace falta que, tu pongas una respuesta clara sobre la mesa.
Ella se relajó.
– Pronto lo haré, hermanito – suspiró – Pronto lo haré.
Chyio67
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