𓂃 . ¿QUÉ LEES HOY? ༄ ‧₊
𝐈̶̲𝐈̶̲ ˖ O4 ◖ ❛ 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐑𝐎 𝐒𝐄𝐑 𝐓𝐔 𝐑𝐄𝐘 𝐃𝐄𝐋 𝐁𝐀𝐈𝐋𝐄 𝐒𝐎𝐋𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 ❜ 𓄲

HA PASADO UN POCO MÁS DE UNA SEMANA DESDE que Tsukishima apareció para arruinar todo y que Bokuto huyó del agarre de Akaashi. El transcurso de los días pasa con Keiji esperando a que aparezca el chico de orbes dorados, aunque sea para verla de lejos. El más mínimo vislumbre del mayor sería suficiente para la mayor no sentirse tan mal.

—Hinata. —la suave voz de Akaashi interrumpe al pelirrojo que estaba registrando unos recibos—. Kuroo me dijo que Bokuto-san iba a venir por unas cosas hoy, ¿Podrías darle esto cuando lo veas? —envuelto con suma delicadeza le pasa a Hinata algo parecido a un libro—. Es algo que él quería desde hace tiempo y yo lo había conseguido para dárselo, pero es bastante obvio que no me quiere ni ver.

Con esa pequeña sonrisa natural de sus labios le pide el favor al más bajo, aunque siente que está perdiendo algo que nunca fue suyo. Tal vez eso sea lo que más le duele.

Que Bokuto nunca fue y ni será suyo.

—¿Por qué no se lo das tú? —Shoyo intenta regresarle el presente, pero el chico lo evade poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón—. Úsalo como tu oportunidad para hablarle otra vez.

—Si Bokuto-san quiere hablar conmigo que sea porque quiere, no por los modales de recibir algo.

Finalmente, Hinata acepta y ve a la mayor perderse entre los altos pasillos del local.

Su curiosidad es más grande que su estatura, así que con el mismo cuidado con el que fue envuelto el regalo, el de cabellos naranjas despega uno de sus lados. Y justo como cuando toda esta trágica historia de amor comenzó, el de mirada chocolate no puede disimular su sorpresa, ni siquiera de Kageyama que apareció para su dosis diaria de amor por parte de su nuevo novio.

Al pelinegro el truco de darle celos con Kenma, el nuevo trabajador del local, le dio excelentes resultados.

—¿Conseguiste el anillo con el que te iba proponer matrimonio o Ukai por fin nos aumentará el sueldo? —Kageyama abraza por la espalda al más pequeño intentando comprender la situación.—

—Todavía estoy muy joven para casarme, pero aprecio los planes a futuro, y es más probable que Akira consiga novio antes de que Ukai nos aumente. —el pelirrojo despega un poco más el envoltorio y enseña lo que hay debajo a su novio— mira esto.

Y la sorpresa es la misma para Kageyama.

—¿Quién lo consiguió, como lo consiguió, cuánto le costó, que demonios hace eso aquí?

—Es un regalo de Akaashi para Bokuto, recordó lo mucho que quería esto.

La pequeña conversación se ve interrumpida cuando un comúnmente desaliñado búho entra al local. Ya no hay ropa ajustada, sino su manchada camiseta blanca y pantalones anchos de chándal, esta es el Bokuto al cual todos acostumbraban.

El otaku del lugar, para ser exactos.

Con pasos demasiados lentos llega hasta donde su amigo y el chico que solía ser la molestia de él. Los menores pueden notar la profundidad de las ojeras debajo de los ojos de Bokuto, al igual que su expresión desinteresada. Este si no es el Bokuto acostumbrado.

Hinata ya estaba listo para entregarle el presente de Akaashi, pero el bicolor lo detiene poniendo su mano en la cara contraria.

—No me hables todavía, no he tomado mi café del día aun, así que guárdate tu explicación sobre qué mierda hace Kageyama abrazándote y porque no la golpeas como tantas veces juraste hacer si te llegaba a tocar.

Ahora son dos chicos las cuales miradas juzgadoras están sobre un nervioso Hinata.

—Como quieras, pero toma esto, —el más bajo le da el regalo sin darle objeción.— procura abrirlo después de tu café.

Y así hace. Camina hasta la barra con el objeto en sus brazos lamentándose cada segundo que pasó ayer llorando mientras veía Attack On Titan y aprovechando el momento para llorar por Akaashi también.

Extraña al menor, más de lo que creía que iba a hacer. Esas incómodas conversaciones han sido las mejores que ha tenido, su mano entre los largos dedos de él parecían perfectas el uno al otro; extraña poder compartir con Akaashi algo más que los libros de este lugar; pero Tsukishima aparece en su mente otra vez, no la ha molestado más desde esa tarde, aunque con tan solo verla le recuerda a diario que nunca será suficiente para alguien como él, como Akaashi.

Su tren de pensamientos toma una parada cuando Akira pone su orden al frente de él con cara de disgusto. Ella todavía no le perdona que le haya robado la atención de su Akaashi...como si alguna vez la tuvo.

Llegas hasta el boot que ha usado desde conoció el recinto esperando a que Kuroo aparezca con las cosas que le iba traer, pero el contrario no está en ningún lugar donde pueda verlo.

Sin nada de cuidado despedaza el envoltorio y siente como si tuviera entre sus manos el Santo Grial. Había esperado demasiado tiempo para poder leerlo y seguir la trama de la historia, incluso hablo con el señor Ukai para que hiciera hasta lo imposible para conseguir ese volumen, pero ahora lo tiene y es un regalo solo para él.

El volumen cuarenta y cinco de Naruto por fin es suyo.

Ahora con delicadeza lo saca de su empaque, viendo con detalle la portada antes de comenzar a hojearlo. Esto es lo que realmente le gusta, historias gráficas tan interesantes e incluso más que las de cualquier libro, dibujos que plasman la realidad de sus personajes, la emoción y suspenso que le puede traer. No le importa los comentarios de Tsukishima y sus amigos, disfruta de sus mangas y eso es algo que no cambiará, aunque algunas veces lo desee por Akaashi.

Pasando hoja por hoja consigue una hoja rosa entre ellas, una nota bañada en un perfume tan distintivo que por inercia Bokuto voltea a ver hacia el área de novelas románticas esperando verlo, pero Akaashi no está ahí.

«Para el chico que una vez llamé "mi otaku".

Hinata una vez me dijo que estabas esperando que este volumen llegara a The Owl porque era el único faltante de todo el manga, pero no podían conseguirlo por ninguna parte. Bueno, yo lo conseguí y quise regalártelo.

Ahora podrás terminar de leer toda la serie. Sé lo mucho que te gusta, al igual que ahora sé lo mucho que yo te gusto o solía gustarte.

Tú también me gustas, aunque nos veas tan diferente realmente me gustas. Aunque Tsukishima haya puesto una idea diferente de mi en tu mente, me gustas Bokuto-san.

Me gustaste desde un principio e intenté evitarlo por esa misma mentalidad tan vacía que tenía, pero tu adorable rostro fue difícil de no querer: Así que hice lo mejor que pude para tener algo en común contigo, comencé a leer lo mismo que tú.

Leer es lo único que compartíamos, yo quise llevarlo a un nuevo nivel. En poco tiempo entendí porque te desmayaste leyendo GUNNM, o cuando te enojaste tanto leyendo Una Vida Errante que olvidaste que Tetsuro te había robado tu lugar (es el nombre del chico cara de gato que se roba a menudo tu boot), incluso lloré al igual que tú leyendo Given, aunque no pude terminar Uzumaki.

Por favor, no leas ese tipo de cosas tan atroces.

Y me gustaste aún más después de eso, me gustaste cuando llegaste luciendo diferente, me gustaste cuando estuve celoso de Kuroo, me gustaste cuando me llevaste a ese restaurante y me gustaste aún más que Tsukishima y Yamaguchi estuvieran diciendo todas esas cosas. Me gustaste cuando te fuiste porque tenías razón para hacerlo y me sigues gustando ahora que espero regreses a The Owl algún día.

Cuando hiciste todo ese cambio radical dije que no me molestaría conocer al nuevo Kotaro, ¿te molestaría conocer al nuevo Keiji?

No el Akaashi que todos conocen sino el Akaashi que soy desde que te conocí. El que ya no piensa que el mundo gira alrededor de él, el que ya no actúa con el interés primero, sino el que quiere una de esas asquerosas historias románticas llenas de clichés, pero estaría bien con ello porque serían contigo. ¿Te molestaría enamorarte otra vez de mí si así fuera el caso?

Déjame presentarme otra vez.

Mucho gusto Bokuto Kotaro, soy Akaashi Keiji. ¿Puedo saber que lees hoy?

Un par de manos toman una cintura mientras que otras dejan el libro en algún lugar para posicionarse en los amplios hombros contrarios. Sus rostros muy cerca hacen que sus respiraciones causen cosquillas sobre las mejillas, sonrisas inocentes se crispan en los labios de Akaashi mientras que Bokuto lucha con toda su voluntad no besarlo ahí y ahora.

—Déjame darte la noticia, —el mejor se acerca un poco más hasta que su frente reposa contra la del contrario—. Estoy enamorado de ti.

—¿Aunque sea un otaku y todos hablen de mis gustos, y tú seas el rey del baile para todos?

Akaashi aprieta su agarre hasta asegurar sus brazos detrás del cuello del mayor, haciendo que Bokuto por instinto haga lo mismo en su cintura. Ese tacto que tanto había extrañado hace estragos otra vez sobre él.

—Porque eres mi otaku y poco me importa lo que digan los demás, porque quiero ser tu rey del baile solamente.

La voluntad de Bokuto se rompe y toma esos labios dispuestos para él.

Dentro de las novelas de Keiji este momento donde los fuegos artificiales comienzan a salir detrás de ellos, un comúnmente descrito baile parsimonioso donde ambas partes danzan como si fuera la última canción de la noche; pero todas esas palabras llenas de una lírica romántica no le hacen justicia a como en realidad se siente ahora mismo. Para Bokuto sería el sentimiento de alivio que todos sus personajes tienen al vencer en la batalla, la paz después de indomables tormentas, pero nada de eso se puede comparar a ser correspondido; y no es el hecho de haber salido victorioso de su propia pelea, sino el premio que trajo consigo, no hay mejor victoria para él que estar besando a quien ha visto por debajo de las críticas populares.

Bokuto es mucho más que suficiente para Akaashi. Akaashi solo pudo cambiar por y para Bokuto.

—Se supone que te diría que iba leer hoy, —el mayor habla una vez se separan por algo de aire, sacudiendo un poco en su mano el volumen de Naruto—. Pero creo que es bastante obvio que será.

Akaashi deja uno...dos...tres cortos besos sobre los labios de Bokuto, y el bicolor puede jurar como sintió su sonrisa en cada uno de ellos.

—¿Podemos leerlo juntos?

—¿Has leído los otros cuarenta y cuatro volúmenes? —la simple pregunta hace que Akaashi se aleje un poco al darse cuenta todo lo que debería leer.—

—Tú lees eso y yo leo esto, —Akaashi toma otra vez su libro sin soltar del todo a Bokuto—. Pero juntos.

Un beso más y ningún manga o novela podrá compararse a la historia que estos dos chicos están creando.
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Bokuaka canon carajo.
¡Nos vemos en los extras! <3