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8☑

Sentado en una banca fuera de la oficina del comandante en jefe que dirigía la unidad de los SOP, Taehyung presionaba una compresa de hielo contra su mejilla derecha mientras se quejaba y soltaba maldiciones.

—Maldito Jeon Jungkook. Maldito puño que tiene. Maldita suerte la mía. Joder, sólo a mí me pasan estas cosas. Alguna calamidad celestial debe haberme caído en mi vida anterior para que...

En medio de sus maldiciones, se escuchó el sonido de una suave risa delante de él.

Taehyung detuvo su palabrería sin sentido y abrió los ojos para encontrar dos pares de orbes risueños que le miraban tímidamente, entrecerrados por la risa. Pestañeó embobado viendo a la persona frente a él.

Era la primera vez que Kim Seokjin se acercaba a él por su propia voluntad. Un leve sonrojo detallaba las puntas de sus orejas y sus mejillas, y los hoyuelos que aparecían en las últimas debido a la sonrisa lo hacían lucir más precioso de lo que ya era.

—Hola. —Dijo, caminando hasta su lado, entrelazó sus manos y se sentó.

La compresa de hielo se le resbaló de las manos.

Tae maldijo y antes de que tuviera tiempo de recogerla su compañero de asiento la tomó y la acercó a su mejilla hinchada, presionando sobre el golpe.

—Buen golpe te has llevado. —Comentó entre risitas.

Kim Taehyung tuvo la intención de golpearse para saber si estaba despierto o estaba soñando. ¿Ya estaba alucinando cosas por el puñetazo que Jungkook le había pegado antes?

—¿Qué ha pasado dentro? —Esa preciosa y delicada voz lo atrajo de nuevo fuera de sus pensamientos. No, no estaba alucinando. Seokjin realmente estaba sentado a su lado hablando con él.

—Siguen "conversando". —Finalmente contestó, lo más bajo que pudo. Uno, para que no le escucharan dentro y dos, para que el chico lindo a su lado no saliera corriendo. Como siempre hacía.

—¿? —Jin le regaló su mejor mirada interrogativa y Taehyung se espabiló.

—Ah, no estaba prestando mucha atención. Así que no sé de que están... Hablando.

El cabello rubio ondeó suavemente mientras Jin negaba.

—¿Entonces qué estás haciendo aquí sentado si no estás prestando atención?

—Me quejo de la vida. —Murmuró, dejando escapar un suspiro. —Ah, que injusticia, fui golpeado por gusto. Me siento tan agraviado.

—...

Jin lo observó curioso ladeando su cabeza. Como un gatito asustado tanteando terreno. Sus ojos lo detallaron de arriba a abajo.

Kim Taehyung era, inmensamente guapo. Mirarlo haría que cualquier persona quisiera lanzarse sobre él y ser apretado dentro de esos brazos.

Seokjin mordió su labio inferior, curiosamente, sus ojos brillaron un poco mientras le veía fijamente. Kim Taehyung era, verdaderamente hermoso.

—Pero sigues viendote guapo. —Murmuró, casi imperceptible. Si no fuera por las capacidades auditivas de su acompañante posiblemente no lo hubiera escuchado. Pero ese no fue él caso.

Kim lo escuchó y su mirada casi lo hace querer reducirse en su lugar. Jin se ruborizó al instante de que las palabras salieran de sus labios.

Dejó la compresa sobre las manos de su dueño y se puso de pie torpemente. Las palabras se enredaron en su lengua por la vergüenza y al final solo fue capáz de decir, tontamente:

—Y- yo me vo- voy a... A... Voy a... A eso. —Fue el turno de Tae de sonreír. Agitó la cabeza y dijo:

—Ve. —Se inclinó, cruzando las piernas y apoyando sus codos sobre ellas. Lo observó con gracia. —"Eso" parece ser algo muy importante. No pierdas más tiempo conmigo. —Agitó su mano y dijo, burlándose.

Jin se puso aún más colorado de lo que estaba inicialmente y se dió la vuelta, escapó del lugar casi cayéndose. El sonido de sus pasos se perdió haciendo eco en el salón, al igual que su silueta desapareció bajo la vista de Tae. Que no dejó de sonreír hasta que estuvo fuera de su vista.

—Ah... Es demasiado lindo. —Se recostó de la pared detrás suyo con las manos sobre su cabeza. —Al menos esta vez no salió corriendo solo con verme. —Musitó. —Así que guapo eh... Algo es algo.

Suspiró y su rostro se iluminó con otra sonrisa tonta, que fue borrada casi al instante cuando se escuchó algo estrellarse contra la pared dentro de la oficina.

Se puso de pie en un santiamén y de un salto estaba frente a la puerta, empujándola y adentrándose en el lugar. Observó el panorama y sintió que le iba a dar un derrame cerebral.

En una esquina, Jimin sujetaba tembloroso el brazo de Jungkook, intenando mantenerlo en su lugar. Su rostro pálido se fijó inmediatamente en la figura que acababa de llegar. Miró a Taehyung como si fuera un  charco de agua en medio de un oasis.

No había que ser adivino para saber lo que había pasado. Había un hombre levantándose aturdido del suelo mientras sacudía su uniforme y resoplaba en dirección a un muy alterado Jeon Jungkook que respiraba agitado.

Sí... Jungkook acababa de lanzar al otro lado de la habitación a su comanadante. La única persona que estaba más arriba de su rango, Kang Dooshik.

Soltando la enésima maldición del día Tae se acercó a Jungkook temeroso de que este emparejara la hinchazón en su rostro y se puso frente a él.

—¿Jungkook? ¿Se puede saber que estás haciendo? —Lo llamó, y los ojos color fuego casi lo paralizaron en su lugar. —No me mires con esa cara de animal salvaje y dime que demonios está pasando como para que hayas agredido al comandante.

—No pasa nada. No pasa nada. No tienes de que preocuparte. —Kang Dooshik intervino detrás de ellos agitando las manos con una sonrisa medio tensa, medio relajada. Dio un largo suspiro y levantó su asiento del suelo, volvió a sentarse. —Está todo arreglado. Es sólo que Jungkook está un poco irritable. Pero ya hemos terminado y ya se iban a marchar. ¿No es así Kook?

—Sí. —Fue su única respuesta, tomó a Jimin por debajo de sus muslos y lo cargó como una princesita bajo la mirada de sus dos compañeros. No les dirigió ni una palabra más antes de voltearse y salir a sancadas fuera del lugar.

La puerta resonó detrás de él. Cerrándose y dejando a los dos hombres dentro de la oficina. Uno, sin entender nada y el otro negando pero con una sonrisa en los labios.

—¿Qué demonios acaba de pasar? —Taehyung se acercó a Dooshik medio anonado. —¿Estás bien? ¿Por qué estabas en el suelo?

El "hombre" arrastró sus manos por su cabello azabache, y se encogió de hombros.

—Un pequeño percance. Sólo quise observar a su pequeño amante de cerca y bueno. —Hizo una mueca. —Ya ves que anda demasiado irritable por las heridas y, según supe, porque cierta persona lo interrumpió haciendo algo...

—Uh, cállate. Ni me lo recuerdes. —Taehyung se dejó caer en una silla frente a él y señaló su rostro magullado. —¿Crees que fue mi elección? No soy masoquista.

Dooshik levantó una ceja.

—Ah. Cállate. Sabes muy bien lo que quise decir.

Las manos del hombre se levantaron en señal de paz mientras sonreía burlón.

—No he dicho nada.

Taehyung lo fulminó con la mirada. —Como sea. ¿Vas a contarme o no en que quedó todo este lío?

—¿Que quieres que te diga? Los llamé aquí para confirmar si era cierto que Jungkook estaba manteniendo una relación personal con un humano. De más está decir que ya lo comprobé. Casi pierdo mi espalda. Ese bruto tiene más fuerza que yo.

—Estoy de acuerdo en eso de que es bruto. Sólo ve mi carita. —Refunfuñó.

—Me disculpas pero eso si que te lo buscaste. —Su comandante, y amigo, negó y se apoyó sobre sus manos. —¿Cómo se te ocurre entrar a esa habitación?

—¿Ah? Tu crees que yo hubiera entrado si supiera que ellos estaban... Haciendo eso ahí adentro. No mierda, no quería traumarme tan joven.

—Quién te manda a estar en las nubes pensando en chicos de cabello rubio. —Continuó mofándose y Tae le arrojó una pila de papeles por la cara. Dooshik la esquivó riendo y sólo se detuvo al ver la irritación en el rostro contrario. —Está bien. No me burlo más. Pero deberías intentar acercarte más a ese jovencito. A ver si así dejas de andar en las nubes.

—¿Crees que no lo hago? Huye cada vez que me acerco.  —Excepto por hoy. Omitió esa parte. —Acaba de decirme que pasó con Kook y su noviecito.

—Pues que va a pasar Taehyung. Nada. ¿Qué iba a hacer yo? Decirle que se alejara u algo de él. ¿Yo? Con qué cara crees que le podría exigir algo si soy el primero que anda detrás de un humano.

—Definitivamente no estás calificado. —Balbuceó con sorna. —Pero si los altos mandos se enteran de todo este lío se va a armar una grande.

Dooshik resopló y miró la luz que parpadeaba en el techo. Cerró los ojos y exhaló una bocanada de aire antes de volver a hablar.

—Ellos no tienen por que enterarse. —Soltó finalmente. —Y... No somos esclavos de nadie ni máquinas que puedan controlar a su antojo. Tenemos los mismos derechos que todos en este país.

Su teléfono vibró sobre la pila de archivos que tenía en una esquina. Una notificación entró y su rostro se iluminó al ver el nombre. Tecleó unas cuantas palabras y dirigió su mirada a él de nuevo.

—De hecho. —Continuó. —Si hay que ser sinceros tenemos más derechos que la población normal. Nosotros somos los que arriesgamos el culo ahí afuera para ganar esta guerra. Así que nadie puede impedirnos estar con alguien si así lo queremos. 

—Cierto...

—Ahora, si me disculpas. Me necesitan en la oficina de recursos humanos. —Ambos se pusieron de pie y caminaron hasta la puerta. Dooshik cerró y salió dando sancadas. Tae lo miró irritado y quizás, un poco celoso.

—Claro... Te necesitan. —Giró los ojos y se perdió por otro lado escuchando las risotadas de su comandante a lo lejos. —Este hombre es más descarado que Jungkook. —Farfulló. —No sé que clase de jefes me han tocado.

Mientras caminaba, divisó una cabellera rubia que desaparecía al final del pasillo. Taehyung sonrió y apresuró sus pasos detrás de esa persona soltando un:

—Pero quién soy yo para juzgar. 

• • •

—Uhm... ¿Jungkook? ¿Está todo bien?

Jimin se acercó a la puerta del baño donde Jungkook permanecía encerrado hace quince minutos y se apoyó contra ella intentado escuchar que estaba sucediendo.

Habían ido directo a la residencia del mayor después de terminar la extraña y tensa "reunión" con su comandante, que más bien fue una simple charla. Pero Jungkook estaba demasiado exaltado cuando llegaron. En realidad... Estaba exaltado en exceso desde que Taehyung entró en esa habitación.

Le dejó en el suelo; Porque sí, lo cargó como una princesa todo el camino hasta allí y cuando llegaron lo depositó sobre la plana superficie y se encerró en el baño sin decir una palabra. Jimin sólo permaneció afuera inquieto sin saber que hacer.

Se mordía los labios constantemente en su nerviosismo y se acercaba a la puerta, pero nada, Jungkook no le respondía y mucho menos le abría.

Tocó y llamó unas veces más sin obtener respuesta nuevamente.

—Kook... Jungkook... ¿Qué está pasando?

Después de un minuto, obtuvo un pequeño indicio de palabra desde dentro. Algo entre un gruñido y un balbuceo que no pudo llegar a comprender.

—¿Qué? ¿Por qué no abres? ¿Te sientes mal? ¿Quieres que volvamos al centro médico? —Jimin temía que su herida no se hubiera curado por completo, después de todo no habían logrado descansar mucho ninguno de los dos.

Él, porque estaba más preocupado por Jungkook que por sí mismo y cuando se despertó en la mañana solo quería verlo y Jungkook, bueno, según lo que Hoseok había dicho cuando único descansó fue cuando le sedaron.

Más tarde cuando se encontraron pues... No hubo mucho tiempo para descanso que digamos.

Jimin suspiró por enésima ves en el día, recorrió sus cabellos rosados con sus manos y y habló:

—Tienes que abrir la puerta. Deberías descansar un poco. Has estado demasiado alterado todo el día y no creo que sea bueno qu-

—Vete.

Detuvo sus palabras casi al instantes de escucharlo, levantó su vista hacia la puerta y se quedó estático mirando el enorme muro de madera. No fue capaz de formular palabra durante un tiempo. 

—¿Q-qué? —Murmuró un momento después, hubo un temblor casi imperceptible en su labio inferior que reprimió mordiéndose. Seguramente había escuchado algo mal. Jungkook no lo estaba... ¿Botando verdad?

—Que te vayas Jimin. —Jungkook espetó. —Sal de aquí.

Las segundas palabras fueron aún más fuertes. Como si Jungkook estuviera a punto de perder el control y no pudiera reprimirse un segundo más. Su voz resonó contra la puerta que los separaba, la puerta vibró y Jimin dió dos pasos hacia atrás asustado por su tono.

—N-no entiendo. ¿Por qué quieres que me marche? —Estaba asustado, pero aún así preguntó con un pequeño tartamudeo.

—Vete Jimin. No te quiero aquí. ¡Fuera!

Jimin frunció el ceño, apretó los dientes y le dió una patada a la puerta con rabia.

—¡No me voy! —Gritó enojado. —¿Qué demonios te pasa? Abre la maldita puerta de una vez y dime qué tienes. ¡Y no me vuelvas a gritar! —Volvió a patear la puerta, le dolió la punta del pie pero lo soportó. —S-si, si no abres la puerta me voy a ir y no te atrevas a volver a acercarte a mí me estás oyendo.

Las lágrimas brillaron en sus bonitos ojos mientras pronunciaba las últimas palabras. Estaba cansado, preocupado y le dolía el trasero. Sólo quería acurrucarse con Jungkook y dormir todo el resto de la tarde.

Había pasado por un evento que podría llegar a ser traumático hace solo un día y ahora que pensaba que las cosas iban a ir a mejor él sólo... Jungkook sólo, se comportaba así sin razón alguna y...

La puerta se abrió, Jimin no tuvo tiempo de parpadear cuando Jungkook lo alzó agarrándolo por la cintura y lo llevó hasta la cama. Jimin jadeó, se sujetó de su cabello que era lo único a su alcance y pudo sentir contra las llemas de sus dedos la calentura que desprendía el cuerpo contra él. Jungkook estaba hirviendo en fiebre.

Bajó su cuerpo sobre una blanda superficie, lo arrastró hasta el centro de la cama y enterró la cabeza en su vientre. Jimin abrió y cerró sus ojos aturdido por la acción.

El rostro caliente de Jungkook se presionaba contra su suave piel, Jimin lo alcanzó con sus manos y lo instó a que levantara la cara. Jungkook se negó y se apretó con más fuerza.

—No. —Gruñó sobre su piel llenándolo de escalofríos. —No me veas.

El pelirosa ahogó un gemido ante la sensación que le estaba causando en su vientre su calentura.

—Lo siento bonito. Yo no... No quiero que te vayas, pero no quiero hacerte daño. Tengo miedo, no puedo controlarlo y no sé qué demonios está pasando. Soy...

Jungkook se quedó en silencio y Jimin esperó que volviera a hablar. No esperaba que sus palabras salieran como en un susurro asustado y que fueran:

—Por primera vez creo que soy una bestia.

Su corazón se detuvo, Jimin sintió un dolor indescriptible en su pecho y un nudo formarse en su garganta cuando escuchó esas palabras salir de sus labios. Intentó incorporarse a duras penas en la cama y forzó a Jungkook, que continuaba negándose a levantar la cabeza para verlo a que levantara la cabeza.

Una y otra vez apretó sus manos sobre ambos cachetes de su cara y la levantó hasta que la luz iluminó su rostro y le dejó verlo. Finalmente. Sus ojos se abrieron asombrados y sus labios se separaron solo un instante por la sorpresa.

—Kook...

Jungkook giró su rostro enfadado y se cubrió con una de sus manos impidiéndole la vista. Había sido jodidamente adorable y el enfado que se acumuló en  Jimin antes se fue evaporando rápidamente con la sola acción.

Jungkook era tan... ¿Lindo? Él realmente era un prototipo de hombre perfecto...

El menor le apartó la mano, se inclinó hasta él y depositó un suave beso en su mejilla.

—Eres tan hermoso. —Musitó, apoyando sus labios en la piel bronceada, su aliento le hizo cosquillas al contrario. —¿Cómo puedes decir que eres una bestia?

Ante sus ojos, sólo tenía al hombre más precioso que había conocido nunca. Con la excepción de que, en ese momento las facciones de Jungkook eran totalmente animales. Desde los ojos bañados en negro y naranja, hasta tres graciosos bigotes que adornaban sus dos mejillas. Sus orejas habían dejado su forma humana y ahora se encontraban puntiagudas como las de un lobo, o un tigre.

Era fascinante más que aterrador.

O al menos lo era para Jimin.

Recorrió su rostro con suavidad y atrapó los bigotitos blancos soltando una pequeña risita. Dioses, era jodidamente cómico, Jungkook era prácticamente un gatito grande. Definitivamente ya no podía estar enfadado. Jungkook sólo estaba teniendo un ataque de pánico por su nuevo aspecto.

Los ojos extraños lo observaban impasibles desde su lugar. Él continuaba apoyado sobre la mitad de su cuerpo, con las piernas de Jimin envueltas a su alrededor y sus brazos rodeando la cintura del menor con fuerza, como si temiera que alguien se lo fuese a arrebatar.

Mantenía sus labios sellados sin pronunciar palabras, pero su temperatura era demasiado alta para ser normal. Jimin acarició su cuello y subió hasta las "orejitas de tigre", luego las tocó y Jungkook saltó en su lugar con un gruñido que pareció más un gemido.

—No toques. —Siseó, entrecerrando los ojos y sus orejas temblaron e incluso se asustó. —No sé que pasa. Cuando... Cuando hicieron el experimento, los científicos aseguraron que no tendríamos síntomas tan extremos, pero...

Jungkook lo empujó sobre la cama de nuevo y trepó sobre él. Jimin ya no llevaba la bata del hospital, sino unos pantalones cortos y una camisa que Hoseok les había donado para que salieran del centro médico. Él levantó la camisa y acarició su abdomen mientras se escondía a un lado de su cuello, le hizo cosquillas cuando los bigotitos rosaron su piel.

—Pero ahora parece que me estoy volviendo un animal salvaje. —Balbuceó, y el aire caliente hizo que Jimin temblara. Suspiró y habló:

—No te estás volviendo un animal salvaje Jungkook, pero creo que deberíamos ir con Hoseok para saber que ocurre. Así que, ¿qué tal si dejas de aplastarme y vamos al centro médico? No has descansado nada, un pajarito me dijo que habías pasado toda la noche insoportable y que sólo dormiste cuando te sedaron. Quizá tu cuerpo esté intentando recuperar fuerzas y por eso, estás... ¿Así? He leído que los animales tienen una recuperación más rápida que los humanos. Tal vez es algún automecanismo de protección de tu cuerpo.

—No quiero ir a ningún lugar. —Negó, pero se levantó un poco dejándole respirar mejor. Jimin inhaló, cerró los ojos. Demonios, Jungkook estaba que hervía.

—Deberíamos ir. Estás demasiado caliente. —Intentó de nuevo, delineó su oreja derecha con sus dedos, desde el lóbulo hasta el hélix obteniendo un ronroneo del mayor.

—Basta.

Jimin le ignoró y continuó acariciándole con curiosidad intentando persuadirlo, fue notando cada una de las reacciones del contrario a medida que lo tocaba. Apretó su lóbulo entre sus dedos y le dieron deseos de morderlo. Un sonrojo brilló en sus mejillas junto al pensamiento. Sin embargo acercó los labios hasta el lugar donde sus dedos acariciaban y dejó su lengua salir para rozarlo.

—Jimin... —Jeon gruñó, bajo y ronco. No le apartó. Simplemente cerró los ojos con fuerza soportando las sensaciones tortuosas que le causó cuando el húmedo músculo envolvió su lóbulo. Jimin lo chupó y lo mordisqueó con la punta de sus dientes.

El cuerpo de Jungkook se sacudió por completo que hasta los bellos de su nuca se crisparon.

—Joder. Jimin, detente o... O no sé que podría hacerte estando así.

—Uhm. —Jimin ladeó la cabeza y el cabello rosado en su frente se movió junto con él. —¿Qué podrías hacerme así Kook? —Una sonrisa adornó sus labios, Jungkook observó cómo mordía el inferior y sacaba su lengua para lamerlo sin dejar de mirarlo coqueto. Sintió un pálpito en su parte baja. Los ojos animales se achicaron.

»¿Comerme? —Jimin tanteó su oreja izquierda, se arrodilló sobre la cama y Jungkook lo siguió como un gatito que sigue a su dueño. Ambos quedaron en la misma posición, uno delante de otro mientras se miraban fijamente. —¿Me va a morder oficial Jeon? ¿O me va a esposar por desacato al orden? Creo que no. Vas a ser un gatito bueno y vamos a ir con Hobi para qué-...

Con un resoplido, Jeon agarró sus brazos y lo forzó contra la cabecera de la cama sin dejarlo terminar de hablar. Jimin se quejó cuando su espalda impactó con la dura pared detrás de él. Jungkook levantó ambos miembros (los brazos) y los apresó sobre su cabeza. Ladeó el cuello de Jimin y enterró sus caninos, la blanca piel se fue rompiendo bajo la presión y la sangre se filtró en su boca. 

Estoy viva🙂 extrañamente🤣
No me odien que yo los amo ^~^

*Procede a desaparecer un año más*


















Ok, nah, es broma,no quiero que me funen 😂 el siguiente capítulo se publicará cuando me despierte en un rato😐 porque voy a mimir y tengo que editarlo aún para corregir el millón de errores... Tuve que dividirlo en dos porque me salieron como once mil palabras uysss

Ahh, no pude publicar el viernes porque regresé a mi casa y pum, me quedé sin señal🙂 hasta hoy que volví a la universidad xd.

En fin, el siguiente es el final😔dejaré el súper texto allá jajaja
Nos leemos en unas horas...

Beshitop<3

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