⸼⸱💋⋆꤫⤷Extra.
⤷Días después//2:31 P.M⤶
Taehyung apretaba los dientes con fuerza mientras mantenía su mirada fija en Jungkook, quien parecía percibir la evidente expresión de enojó en sus ojos. La tensión entre los dos se volvía cada vez más intensa, y parecía que una sola palabra equivocada podría desatar la ira de Taehyung.
Seguía apretando los dientes, sin probar un solo bocado de la comida en su plato. Las emociones se movían dentro de él como un tifón, destrozando cualquier deseo de comer. Su disgusto lo tenía ciego, sin capacidad de ver más allá de su enojó hacia Jungkook, quien mantenía su propia distancia.
¿Qué le pasaba se preguntarán?
A Jungkook le gustaba jugársela, era una de sus tácticas favoritas. Sin embargo, esta vez, el enojó en Taehyung era diferente y Jungkook podía saber a ciencia cierta qué había hecho. Dejó que su propia curiosidad lo estimulara, al igual que su amor por provocar a su esposo.
Los celos eran un instrumento de control para Jungkook, sabía cómo usarlos para su propio beneficio, y Taehyung era el instrumento. Aunque se sentía culpable por hacerlo sufrir, lo había hecho tanto que parecía un impulso casi incontrolable.
Jungkook parecía ser el centro de atención de todas las estudiantes en la cafetería. En la parte trasera de la cafetería, las conversaciones eran normales, como cualquier relación entre alumnos y profesor. Se podía sentir la concentración de los ojos fijos en él, al igual que la respiración profunda y el enfadó de Taehyung en el otro lado del lugar.
Parecía estar disfrutando del placer de Taehyung. Su sonrisa inocente y ligeramente sardónica era más como una dentellada, un desafío. Las chicas jóvenes se sintieron atraídas hacia él, sin darse cuenta de los efectos devastadores de sus movimientos.
La inocencia de Jungkook era una máscara para ocultar sus intenciones de provocación, y Taehyung estaba consciente de ello. Sus pequeñas sonrisas eran como piedras lanzadas a un estanque tranquilo, cada movimiento creaba olas de sonrojo en las jóvenes estudiantes.
Hoseok, el amigo de Taehyung, había entrado sigilosamente en la cafetería y se había sentado justo frente a su enojado amigo —Hey, Taehyung ¿Y esa cara? -murmuró, una mirada de preocupación se reflejaba en su rostro.
—Tengo ganas de matar a alguien, eso pasa -sus manos apretaron los palillos con una fuerza impresionante, y por un momento pareció como si fuera a usarlos como armas contra Jungkook.
Le lanzó una mirada de alarma —Relaja esa mano, por favor. Lo último que necesitamos es que te vuelvas loco en público.
—Juró que lo haré llorar, pero de otra forma -murmuró entre dientes, una sonrisa malévola asomaba en su rostro, dando a entender que esta vez, su venganza sería más sutil.
Observó cómo Taehyung comía su arroz, su atención ahora concentrada en él en vez de Jungkook —¿Ustedes siempre son tan así? Tan.. -preguntó mientras sus ojos observaban con interés.
Taehyung se encogió de hombros con una sonrisa de confianza
—¿Depravados? -soltó sin ningún tipo de vergüenza ni arrepentimiento.
Casi se ahoga con su bocado de arroz al oír la respuesta —¿Depravados? -repitió con una mirada de sorpresa- Iba a decir otra cosa, pero s-sí, eso también.
Parecía como si esa palabra fuera una broma para él, un título que llevaba con orgullo —Es nuestro secreto de pareja -comentó con un guiño de complicidad- Las parejas siempre tienen algo en secreto.
—Suficiente. Me diste mucha información -dijo entre toses, su cara se ruborizó al pensar en las cosas que tal vez habían hecho Taehyung y Jungkook.
Taehyung soltó una risita malvada, una sonrisa que parecía provenir directamente del infierno mismo. Las líneas de su sonrisa se profundizaron al pensar en el castigo que iba a hacerle a Jungkook más tarde.
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⤷Jeon's house⤶
La noche cayó sobre el cielo como una túnica oscura, cubriendo todo bajo su manto de velos negros. Los sonidos de la noche bailaban en el aire, acompañando el murmullo de los árboles y las murmuraciones de los vientos nocturnos.
La casa de los Jeon resplandecía con una luz suave y cálida, como si la tranquilidad la hubiera creado. Los habitantes se habían distribuido por el espacio, cada uno en su propia esfera.
Taehyung se movía con precisión en la cocina, meneando el contenido de la olla mientras cocía pasta en una cacerola. Su determinación era palpable en cada gesto, su concentración se extendía a cada parte de la cocina. Con una dedicación impresionante, Taehyung se esforzaba por crear una obra de arte culinaria que le haría sentir a Jungkook como si estuviera en un restaurante de tres estrellas Michelin.
Jungkook entró en la cocina y se detuvo en la puerta, sus ojos atrapados por la escena de su esposo moviéndose con gracia y elegancia, esforzándose por crear una cena especial. La cocina se había convertido en una auténtica obra de arte, donde Taehyung era el artista y la cocina su lienzo.
La más leve de las risas rozó los labios de Jungkook al ver a Taehyung de pie en la cocina, la camisa de Jungkook cayendo sobre sus caderas, exponiendo sus piernas largas y musculosas. La visión era una mezcla de intimidad y dominio que lo cautivó. Un deseo incontrolable se levantó en su pecho.
Se obligó a contenerse, a mantener las emociones en su lugar. No podía perder el control ahora. El aroma de la salsa, pasta y los vegetales hirvientes que llenaban el aire eran un recordatorio de que Taehyung estaba concentrado en otras cosas. El enojó de su esposo era una nube oscura que se cernía sobre la cocina, y Jungkook no tenía ningún deseo de provocar una tormenta.
—¿Te quedarás ahí parado toda la noche? -la voz de su esposo se cortó como un cuchillo a través del aire.
Se mordió el labio inferior, su expresión cambió de afectada a desafiante —Creí que no querías verme, digo... Tienes todo el día sin hablarme -se retorció un dedo en su camisa, cada movimiento parecía dirigido al corazón de Taehyung.
—Pues creíste bien, al final eres muy inteligente -sus manos, fuertes y expertos, daban vueltas y vueltas a la salsa, como si estuviera ahogando sus emociones en ella.
—¿Por qué tienes que ser así? -preguntó con desesperación- Sé que hice algo mal, pero pareces no estar dispuesto a perdonarme.
—¿Por qué soy así? Porque no recuerdas lo que hiciste hoy y después me hablas -replicó con una risita falsa- Obviamente no te perdonaré tan fácil, Jeon -sirvió la pasta en un plato y lo dejó en la encimera- Ahí tienes tu cena -no se dejaría conmover fácilmente, estaba listo para mantenerse firme ante Jungkook.
La tensión en la cocina era palpable, y Taehyung hizo todo lo posible para que ningún verso se viera afectado por la presencia de Jungkook. 《No pienso ser tratado así sin consecuencias》
pensó para sí, ignorándolo por completo mientras pasaba a su lado.
La mano de Jungkook sobre la muñeca de Taehyung lo detuvo como si fuera un calco de la atracción magnética.
—¿Qué es esto? -susurró Taehyung, su cuerpo giró hacia Jungkook. Sus ojos se encontraron y una explosión de emociones se encendieron en ambos.
—Lo siento, Taehyung, por favor -la vulnerabilidad de él era tan real y tan palpable que Tae no pudo evitar sentir una pequeña onda de compasión- Quiero que me mires y que me hables, por favor -su voz se deslizó a lo largo del cuello de su cuello.
La sonrisa de Taehyung se convirtió en una sonrisa bífida mientras arqueaba una ceja —¿Tú crees que te vas a salir con la tuya sin un castigo? -se burló con voz suave y seductora- No seas tan inocente, Jungkook. Eres lo suficientemente inteligente para saber lo que viene ahora -agregó, su mano se deslizó por su espalda, una táctica para controlarlo.
La fuerza con la que cerró sus ojos parecía tratar de impedir que cualquier emoción más se filtrara —No me importa si me castigas. Sólo quiero que me perdones -las palabras salieron de su boca con tal dulzura que Taehyung podía sentir su alma retorciéndose.
La respuesta de Jungkook fue tan rápida y tan impaciente que no alcanzó a pensar en las repercusiones de lo que le pedía Taehyung.
—¿Quieres que te perdone? -quiso saber con un deje de ironía- Perfecto… Vete a la habitación, deja la habitación abierta, desnudate y acuéstate boca arriba en la cama -ordenó en un susurró, con una autoridad y una confianza que ponía a Jungkook en una situación difícil.
El duro trago se le atravesó en la garganta de Jungkook como si fuera un pétalo caído de un árbol muerto. Como si estuviera construyendo un rompecabezas en su mente, se dio cuenta de que el castigo que estaba por recibir era el resultado de su comportamiento temerario.
Jungkook se movió como un gato silencioso, sin palabras, más bien movido por las sombras que lo rodeaban y guiado por el brazo de su esposo. Taehyung observaba cómo se iba, sabiendo que esta noche sería distinta a todas las otras.
Jungkook se arrastró sobre la cama con una desnudez tenue, el mundo parecía estar conteniendo su aliento mientras lo dejaba al descubierto para su esposo. Era una interpretación de su esencia más íntima y secreta, y un ofrecimiento de placer y castigo.
Podía sentir el aura de Jungkook a través de la habitación, como si estuviera respirando el mismo aire que su esposo. Su presencia era el combustible de su deseo, y ahora que estaba desnudo y vulnerable, podía experimentar el poder que tenía sobre él.
Taehyung sintió una sensación de poder al pasar la mirada por su marido. Él era un rey, y Jungkook era su súbdito, dispuesto a todo por su reino. Taehyung sintió una oleada de deseo de crecer dentro de él, pero también una respuesta indiferente que parecía decir: "Tú me perteneces".
Acercó a su rostro al de Jungkook, sus labios tan cerca que parecían tocar, pero no lo hicieron —Hoy te has portado muy mal, Jeon -susurró- Y tendré que castigarte, pero de muy seguro que te va a gustar.
—T-Tae… -balbuceó con los ojos cerrados y una infinita sensación de impotencia.
—Mírame cuando te habló y ni siquiera te dije que abrieras la boca -su tono era una línea de luz que atravesaba el centro de Jungkook, haciéndole daño y excitándolo a la vez.
El pecho de Jungkook subió y bajó rápidamente mientras Taehyung observaba. El deseo que se había desarrollado en su mente y en su cuerpo estaba a punto de detonar, pero él supo que era demasiado pronto para concederle su deseo más oculto.
—Ahora sí... ¿Me puedes decir qué dicen los niños cuando se quieren disculpar? -adoptó un tono de voz y una expresión tan inocentes que parecían indicar que se había dejado llevar por la inocencia.
—Lo siento… L-Lo siento -sonaba de manera tan debilitada y tierna que Taehyung casi podía oler el temor en ella. Taehyung muy satisfecho, gozando de su poder sobre su esposo.
Su sonrisa se sostenía en la punta de una navaja mientras sus ojos seguían centrados en Jungkook —¿Tú crees que mereces que te perdonen? -preguntó en voz baja.
Se retorció en la cama, su cuerpo ardiente y desnudo se balanceaba bajo la mirada ávida de Taehyung.
—¿N-no? -balbuceó Jungkook, una punta de color rojo se extendía sobre su rostro, como si se estuviera ruborizando aunque no hubiera cometido un acto impúdico.
—Claro que no, Jeon -su voz se sintió como si la estuviera acariciando a Jungkook con un brazo duro- Eres mi esposo, y yo soy tu castigo y no tienes porqué estar poniéndome celoso -agregó con una voz que era tan fina y silenciosa como la luz que se filtraba a través de las ventanas.
Jungkook intentó contener sus sollozos, pero el dolor se había apoderado de él, y era evidente que estaba sufriendo. Su polla estaba erecta y la vida en ella parecía agonizante, como si estuviera en constante batalla con su necesidad y su temor a la reacción de Taehyung.
—Gracias a tus actos, te daré diez azotes -con toda la seguridad y la firmeza de un rey, se alejó para dirigirse al closet- Si regresó del closet y aún no estás boca abajo te vas arrepentir de haberte comportado como un mocoso.
Jungkook obedeció el deseo de Taehyung, su cuerpo se tensó bajo el peso de las instrucciones. Se agachó y tomó una almohada, la colocó bajo su abdomen y dejó su trasero desnudo al aire, así como lo había ordenado su esposo. Sus manos apretaron el colchón como si quisiera agarrarse para no soltar el control.
El paso tranquilo y medido de Taehyung hacia la puerta para salir a donde estaba Jungkook, hizo que las paredes de la habitación parecieran cerrarse y agrietarse a su paso.
La fusta tocando su mano con un sonido apagado —Vamos a ver si aprendes tu lección -espetó con un tono frío y cansado.
La fusta delató la confianza y el poder de Taehyung. No habló, su voz era reemplazada por el latigazo de la fusta sobre la piel blanca de Jungkook. La marca roja se desplegó sobre su trasero, un símbolo del castigo y del control.
Jungkook emitió un sonido casi inhumano. El dolor se mezcló con el placer, dando como resultado una sensación tan intensa que apenas podía contenerlo. Sus dedos se tensaron y se aferraron a las sábanas con tal fuerza que la tela amenazaba desgarrarse bajo su presión.
Había sido arrastrado a través de una bruma tórrida y ardiente, una niebla de agudo dolor y placer que parecía no tener fin. El sudor cubría su cuerpo como una capa líquida, y sus sollozos estaban mezclados con sus gemidos. Era una escena que de cerca parecía más real que la vida misma.
Como si estuviera realizando un acto de vudú, Taehyung se acercó más a Jungkook, saboreando su propio poder sobre él —¿Ya quieres que pare, Jeon? -puchero mientras las lágrimas se acumulaban en los ojos de Jungkook.
—P-Por favor…. M-Me duele.
—¿Esperabas que fuera más fácil? -continuó. Se había vuelto una suerte de catástrofe- Te he estado mimando durante mucho tiempo. Pero ahora, es hora de hacerlo bien.
Como si estuviera recitando un poema macabro, Taehyung aplicó la fusta una y otra vez sobre la piel de Jungkook, el poder de su control se estaba volviendo tan intenso que parecía que podía mover el cielo y la tierra con un gesto.
—¡P-Por favor... Y-Ya... No... Más! -sollozaba entre jadeos, su voz era un pedido que rezaba para que el dolor no continuará.
—¿Quieres que te compadezca? -cuestionó, pero su tono de voz indicaba que no habría nada de eso- No lo haré. Sé que lo disfrutas.
La piel de Jungkook brillaba como un recuerdo de los azotes, la marca roja brillaba en la penumbra de la habitación como una señal del dolor recibida y entregada. Su suspiro resonó como una capitulación y una rendición final a la voluntad de Taehyung. Con el rostro envuelto en el suave algodón de la almohada, Jungkook dejó escapar una última bocanada de aire, como si fuera la última lanza que hubiera de lanzar en esta batalla. Su cuerpo se convirtió en un tesoro rojo y tenso, un trofeo de la victoria de su esposo.
El latido de su corazón comenzó a acompañarse lentamente con el de Jungkook mientras Taehyung observaba cómo los jadeos de su esposo se iban suavizando. El rostro rojo de Jungkook era como un diamante rojo, brillante pero a la vez cautivado por la oscuridad.
Taehyung bajó sus ojos, como si estuviera descendiendo al fondo de un pozo oscuro, y su mirada cayó sobre la excitación de Jungkook. La polla se erguía como un faro en una noche tempestuosa, la piel roja e hinchada alcanzaba una textura tentadora, invitándole a tomarla.
—Voltéate, Jeon -soltó con un tono que dejaba sin ninguna duda que esta orden debía ser obedecida.
“Jeon" su apellido produjo un impacto en su piel como una aguja pellizcándola, y Jungkook giró en el lecho para enfrentar a su castigador. La fusta había abandonado su cuerpo, pero la dulzura y la seducción habían tomado su lugar, acariciando y retorciéndose alrededor de sus músculos.
—Tae… P-Por favor, perdóname -un solo nombre se escapó de los labios de sus labios mientras la mano de su esposo empezaba a recorrer la delicada y sensible piel de su miembro.
El pecho de Jungkook subía y bajaba a un ritmo vertiginoso, y sus ojos castaños se encontraron con los brillantes y cautivadores ojos de Taehyung.
—¿Acaso te dije que podías hablar? -lo miró con seriedad- ¿Quieres que te deje en paz? ¿O quieres más? -hizo que Jungkook sintiera que su mente se estaba disolviendo, derritiéndose en su propio mar de dolor y placer.
—¡Ah! -el alarido que salió de Jungkook fue como un lamento que rasguñaba el aire frío de la habitación- ¿C-cómo quieres que habl-e? -balbuceó. El chicharrón en su polla lo sacudió, pero su mirada se mantuvo fija en la belleza de Taehyung.
—Mejor ni hables -fue a buscar algo a la mesita de noche.
Con una expresión de terror y deleite, Jungkook vio el anillo resbalando por su piel, produciendo una sensación cálida e hirviente —¡Tae, n-no! -gritó. Ya no podía contenerse mientras sentía el anillo hacer presión en su miembro, como si se dispusiera a clavarse en su piel.
La sangre parecía salir de su cabeza y correr directo a su miembro, y un único pensamiento ocupaba su mente: Taehyung. Jungkook emitió un gruñido desgarrador al sentir como se deslizaba por su polla, como si sus venas se estuvieran rompiendo y su cuerpo estuviera volándose por su interior apretado. Era dolor y placer, todo a la vez, y no podía pararlo, no quería pararlo.
Estaba cegado por el placer, su polla se erizó como una lista de espadas para atacar y su mirada estaba fija en Tae. Cada rebote de Tae que daba sobre él le hacía perder la cabeza y, con un grito final, su polla finalmente explotó, lanzando una salvación de líquido caliente y pegajoso.
Taehyung era una criatura seductora, girando en un baile macabro alrededor de Jungkook. Su sonrisa se había convertido la razón de Jungkook en un débil grito y sus caderas giraban como una maldición sobre el control de su víctima.
Los labios de Taehyung se separaron para revelar sus dientes, como un lobo que ha encontrado su presa —¿Te gusta que todos crean que tienes el control, Jeon? -el susurró hizo que la sangre de éste corriera más rápido a través de sus venas.
Jungkook sintió como el mareo se intensificaba con cada movimiento de Taehyung. Con una fuerza al borde del dolor, sus dedos apretaron la piel de su esposo, mientras su corazón se acercaba al punto de llegar a su límite.
—¡P-Por favor...! -gemía entre sollozos. La carne roja de su cuerpo se crispaba en una agonía placentera, mientras su mente se veía devorada por los sentidos- ¡T-Tae… P-Por favor...!
El cuerpo de Taehyung resaltaba en un movimiento rítmico con cada palabra, y su risa se mezcló con el sonido del jadeo de Jungkook —Todos piensan que eres tú quien me hace llorar ¿Verdad? Pobre de ti, Jeon -habló en un tono juguetón, pero con un brillo en sus ojos que dejaba claro que él era el que tenía el control.
Como una fragua donde la sangre era la llama, Jungkook sintió cómo el dolor y el placer chocaban dentro de su cuerpo, creando una intensidad que amenazaba con explotar. Su piel ardía y su corazón golpeaba con la fuerza de un tamból, y sabía que no iba a poder aguantar mucho más.
—¡L-Lo siento… L..lo s-siento...! -gruñó, mientras sus ojos se empañaban de lágrimas.
—¿Te quieres correr? -hizo un mohín, mientras veía el desastre que era su esposo.
La voz de Taehyung se convirtió en una melodía calculada que se quedó bailando en el oído de Jungkook. Sus palabras se volvieron golosas y engañosas al tiempo que sus dedos dieron una golpiza dulce a las mejillas de su esposo, haciéndole ver como una víctima absurdamente tierna de su seducción.
—¡V-Voy a...! -la palabra salió atrapada en las gargantas de Jungkook, como si fuera un ladrillo que se hubiera atragantado.
—No dentro de mí, Jeon. No te lo mereces -la orden era suave en el oído de su amante como un susurro dulce y peligroso.
El cuerpo de Taehyung se convirtió en una fuente de placer, expulsando su líquido caliente como una lluvia sobre el cuerpo de Jungkook. Orgasmo que chorreaba sobre el cuerpo de su esposo. Sus gemidos eran como plegarias de deseo, y el espacio entre ellos se inundaba con la sal de su pasión.
Taehyung se movió con una naturalidad carnal al sentar su cuerpo sobre su esposo, dejando que su peso se deslizara para fuera y sostuviera la carga de su compromiso —Eres tan grande, Jeon. Lástima que ya no estarás dentro de mí -susurró con una voz que siseaba como la llama de una vela.
Sus manos se extendieron sobre el miembro de Jungkook, fue como sentir el cielo. El beso de Tae sobre la punta fue como una lengua de fuego que se deslizó por la piel húmeda y sensible, dando aliento a sus fantasías más secretas.
—Correte -ordenó con una suavidad que era como el corazón de una tormenta.
Mientras el anillo deslizaba lentamente de la polla de Jungkook, Tae le dio una palmada final y delirante a la punta de su miembro, lanzando su cuerpo al vacío. Los dedos de Jungkook se agarraron a las almohadas como las garras de un animal que se agarra a su presa, mientras las lágrimas parecían flotar como la polilla en la noche.
Su boca se abrió como una puerta que desvela una sala llena de secretos, y el aliento que salió de Jungkook era como la respiración de un fénix que ha sobrevivido a sus propios fuegos.
Los ojos de Taehyung se cubrieron de comprensión y suavidad como un manto que lo abrazaba a Jungkook —¿Te sientes bien, mi amor? -su mano se movió como una hoja de mariposa sobre la mejilla ardiente de su amante.
—S-Sí… Por favor, t-te necesito.
—Te tengo, mi amor -sus labios se apretaron con los de Jungkook, llenando el espacio entre ellos con un beso que sentía como una banda de celofán.
—L-Lo siento.
Lo miró a los ojos como si lo estuviera buscando a través de la bruma de su pasión —¿Volverás a portarte mal de nuevo, amor?
—N-No... Nunca q-quise que estés celoso, no tienes porqué estar celoso. S-Soy solamente tuyo -musitó con la vulnerabilidad de una única ola en el mar. Su boca besando cada palabra como una oración.
—Sí vuelves a portarte mal, me atreveré al divorcio, Jeon -amenazó endurecido como el hierro de una espada.
La frente de Taehyung se unió a la de Jungkook, y su beso se movió con la delicadeza de una pluma sobre su cara. Se besaron con la intensidad de una llama única y exclusiva, como si la última mariposa de verano se hubiera posado en su piel.
⤷¡Fin!⤶
⭑☁️𝅭⸰Disfruten leyendo, ositos ʕ •ᴥ•ʔ Nos leemos pronto en otra historia♡
︎⋆ ̟@Kᴏᴏɪ_Tᴀᴇ𔘓
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