Despertar en los cálidos brazos de su alfa se sentía reconfortante, su respiración tranquila y su olor lo ayudaron a despertar en paz, una que ya estaba perdida.

Todos los días amanecía con la puerta cerrada con cerradura deseando que su padre no perturbara su tranquilidad. No desde esa vez que lo lastimó.

—Buenos días —Ji Min miró a su alfa, sus pensamientos no lo habían dejado ver que el mayor estaba despierto.

—Buen día —susurró cerca de su cuello oliendo su olor a profundamente—. Estoy tan nervioso —jadeó acurrucados su rostro sobre la glándula de olor. Acariciando su espalda baja dejó que su olor lo embriagara para que encontrase tranquilidad, pero el omega estaba inquieto olisqueando y mordiendo suavemente.

—Mi ansioso omega —sonrió tomándolo entre sus brazos hasta acostarlo sobre su cuerpo.

—Perdoname... yo... — pero su temerosa voz fue callada con un un beso que su alfa le dio.

—¿Cuándo fue tu último celo?

—No recuerdo —titubeó sintiéndose acalorado, pero avergonzado por su comportamiento. He estado tan ocupado que olvidé la última vez... puede que solo esté ansioso. Usaré un supresor... de todos modos —el alfa asintió percibiendo el delicioso olor a rosas que el menor dejaba en su entorno, pero podría tener razón, él también estaba nervioso de su próxima unión. No le importaba que fuera furtiva, pero le molestaba no poder cumplir con una mejor celebración para su omega.

Después del desayuno partieron a la casa de Jung Kook, donde los recibió una bonita omega llamada Ji Eun, Yoon Gi le había mencionado que ellos serían ahora sus padrinos de boda, lo cual estaba muy contento por ello.

—Es un gusto conocerte Ji Min —dijo ella tomando sus manos—. Voy a prepararte para esta noche —él asintió mientras sonreía. Jung Kook miró a los ojos claros del omega antes de mirar a Yoon Gi. Había sido claro cuando recibió una llamada de su amigo diciéndole que esa noche se casarían. Ciertamente no le veía capaz y tampoco lo fue en la llegada de la tarde y la presencia del abogado de la familia Min que guardaría el secreto por un poco de dinero extra.

Miró una vez más la sonrisa de Yoon Gi cuando miró a Ji Min llegar con su delicado traje blanco y una corona de flores sobre su cabeza. Fue un sentimiento extraño, uno que no estaba comprendiendo exactamente.

—Quita esa cara, pareces molesto —susurró Ji Eun al llegar a él, pero no se había percatado qué expresión tenía mientras miraba como Yoon Gi tomaba la mano de Ji Min. Escuchó al abogado decir un par de palabras sin importancia y cuando la suave voz del omega lleno el ambiente le miró con detenimiento.

—Toda mi vida esperé encontrar un príncipe de cuento de hadas... pero no sabía lo real que sería hasta que te conocí —tomó su delicado rostro.

—Te amo Ji Min, siempre te he dicho que antes de conocerte algo como un compromiso era impensable, nunca creí que algo como eso fuera real, pero yo por ti estoy dispuesto hacerlo todo lo que falte en el mundo para hacerte feliz —colocando sus anillos, una firma cada uno sobre el contrato y un beso conyugal dio cierre al acuerdo de amor que Jung Kook no terminó por observar porque se había ido dejando a Ji Eun confundida.

Cuando la noche cayó, miró a su esposo con un sonrojo, Yoon Gi era muy atractivo, lo deseaba más allá que el cuerpo y alma, ahora era su esposo, era su noche de bodas, la que pasarían en casa de Jung Kook.

—¿Por qué te sonrojas? —murmuró cerca de su oído mientras le quitaba su traje para blanco para colocarle su pijama—. No tengas pena de que te miré, eres hermoso.

—Debo acostumbrarme a que mi alfa me mire... nadie me ha mirado así.

—Porque estuviste espero por mí —murmuró sobre sus labios tocando la clara piel del rubio mientras las prendas lo descubrían—. Tengo nuestra luna de miel planeada, no tienes que preocuparte.

—No me preocupo, mi boda contigo y esta primera noche como casados es lo más real que he tenido nunca.

—Prometo que nunca te sentirás así de nuevo —mencionó tomando la ropa para vestirlo con sedas—. Te haré el omega más feliz.

—Soy feliz —sonrió al abrazarlo fuerte sin dejar que lo terminara de vestir—. Sigo muy ansioso —murmuró tocando el pecho del mayor, es como si necesitara más de ti... ya he vuelto a tomar el supresor, pero solo quisiera... —el mayor asintió al apartarse y quitarse la camisa junto a sus pantalones. Las mejillas del omega se pintaron de colores rosas como el suave olor que comenzó a salir de leer.

Tomó la mano de su omega y lo llevó a la cama con él ambos semi desnudos. Se recostó sobre el cuerpo grande de su mayor buscando cada vez más que su olor lo penetrara, gimoteando en él como un cachorro asustado.

—Quiero ser tuyo —murmuró sobre su glándula de olor.

—Ya lo eres, Park Ji Min —lo abrazó fuerte hasta que el omega cerró sus ojos en el tranquilizador aroma que lo arrulló—. Te lo he dicho... hoy a esa misma hora estarías durmiendo como mi esposo —murmuró acariciando el cabello rubio y respirando el delicioso aroma a las rosas rojas.

Ji Eun miró a Jung Kook después de la cena —¿por qué te fuiste así? —preguntó mirándolo a los ojos.

—Es como un hermano para mí, fue extraño verlo desposado.

—¿Le tienes miedo al compromiso? —Jung Kook se levantó de la silla con fuerza y sin decir una palabra se marchó. Estaba muy disgustado y la razón de ser no la entendía, pero era tan egoísta de pensar en lo feliz que era Yoon Gi y lo miserable que se estaba convirtiendo Tae Hyung.

Subió a su auto y condujo hasta una de las avenidas para competir. Su primera impresión fue que su medio hermano estaba ahí como se lo prometió. La expresión de tristeza en su rostro era notoria.

—¿Qué es lo que quieres? —cuestionó mirándolo cuando se acercó a él en plena soledad. Estaba junto a una pared con algo de licor en su mano—. ¿Para qué has querido que venga, no estaba ocupado con la estúpida boda? —las lágrimas de Tae Hyung no tardaron en llegar. Jung Kook maldijó quitándole la botella de las manos y tomándolo entre sus brazos.

—Ningún alfa me quiere —murmuró en sus brazos—. Kim Seok Jin ha cancelado nuestro compromiso para casarse con Ji Min.

—Kim es un imbécil. Y no mientas en vano, sabes bien que yo te amo.

—Lo nuestro no puede ser... te lo he dicho es antinatural.

—Lo es porque no estamos emparentados, te lo he dicho siempre, si eso fuera así no te desearía como lo hago, como lo hacemos —Tae Hyung acarició con su nariz la glándula de olor del alfa.

—No... yo... —el agarre del mayor sobre él se endureció como la poca fuerza que hizo para que lo soltara.

—No le puedes mentir a nuestro instinto Tae Hyung, aunque te casarás con el imbécil de Kim, sigas sufriendo por el idiota de Yoon Gi o cualquier alfa de tu estúpida clase alta, tu seguirías suplicando porque te marque —el menor gimió restregando su rostro sobre la glandula de olor—. Te llevaré conmigo, si mañana quieres volver a prender ser el ángel puro que siempre intentas ser, es tu problema —él no dijo nada mientras tomando la mano de Jung Kook se fue con él en su auto.

Podría fingir arrepentimiento, pero sentirlo era casi imposible cuando su interior se llenaba del alfa que quería, sus alientos combinados en la oscuridad del auto, con su alfa gruñendo y mordiendo su hombre incapaz de marcarlo porque eso sería lo más blasfemo que podría existir, pero Jung Kook siempre insistía que no eran verdaderamente familia, que uno de ellos era adoptado, pero ¿cómo creerle?, ¿que podría saber el alfa que él no? No tiene ningún otro recuerdo de su infancia, pero juraba que siempre había sido de la casa, de la cuna de oro, de las familias más importantes de Londres.

—Ningún alfa te querrá porque eres mío, Kim Tae Hyung, lo dice tu cuerpo —el menor gimió pegando más su cuerpo con el pecho del mayor mientras el fuerte nudo en su interior crecía llevando de paz su completo interior. Lamió la sangre que le provocó en su hombro derecho y le sonrió cuando lo miró, su cabello enrulado lo hacía parecer un bello ángel—. Te llevaré de regreso a casa.

—Aún no amanece —murmuró—. Llevame contigo.

—No puedo, no estoy solo en casa, mi omega está ahí —Tae Hyung rodó los ojos mientras lo abrazaba fuerte—. No estés celoso, si me quieres para ti, sabes lo que tienes que hacer.

—No estoy celoso —mencionó apartando su mirada, pero el alfa le tomó por la nuca hasta que lo miró—. No cambiaría mi vida por ti —pero Jung Kook lo besó haciendo que el menor le correspondiera entre caricias, porque sabía perfecto que eso no era del todo verdad.

Cuando Tae Hyung supiera la verdad de su origen no le quedarían ganas de seguir fingiendo una mentira como hasta ahora.

—Ji Min y Yoon Gi se acaban de casar en secreto —mencionó sobre sus labios—. Te han cancelado el compromiso por él, y justo ahora está casado con otro alfa, vaya tu infortunio. Imagino lo humillante que será para ti que Kim regrese pidiendo tu perdón para que se casen como la segunda opción. No lo comprendería teniéndome a mí, haría todo por ti —la ropa del mayor fue sujetada con fuerza mientras lo miraba—. Si lo que quieres es que paguen lo haría por ti, mi adorado —Tae Hyung lo besó cerrando cerrando esa promesa.

Jung Kook llegó a su habitación un par de horas después, Ji Eun no dijo nada, solo mantuvo silencio mientras el singular olor de otro omega se cruzó por su nariz.

Ji Min no dejaba de mirar su alrededor, Yoon Gi los había llevado a una finca que estaba cerca del centro, era de su familia por lo cual no tendrían problema de pasar ahí su luna de miel. Pasaron la tarde paseando por los alrededores sobre sus caballos conversaron de lo que harían ahora estando casados, Ji Min sabía que pronto sus padres se darían cuenta y necesitaba que Yoon Gi estuviera con él para entonces, porque tenía miedo de la reacción desafortunado que tendrían sus padres al respecto.

—Te protegeré, no tengas miedo amor mío —Ji Min sonrió. Sabía que lo haría, su alfa estaría para él siempre y lo cuidaría de todo, lo llevaría a vivir con él y sus miedos se detendrían, respiraría por fin la paz.

Muchas gracias por leer
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