Capítulo 49: Por favor, detente.
✨La canción adjunta en el inicio del capítulo describe bien lo que siente Ayano en este capítulo, recomiendo escucharla. (Teddy Bear de Melanie Martinez). ✨
Ayano permanecía con la vista fija en el suelo de la sala.
¿Cuando fue la última vez que paso una noche tan dura?
Recordaba el día que sus padres se fueron sin decir mucho, fue un día duro, también el día que Taro intento abusar de ella.
No le gusta sentirse así.
Sentía un dolor insoportable pero ahora no era solamente en su cabeza era en su corazón. Se sentía abusada, y lo era probablemente, nunca quisiera volver a sentirse tan vulnerable.
En momentos como esta hubiera deseado ser como su madre. Ella peleaba y asesinaba a quien quiera que la amenazara. Pero realmente no sabía cómo se controlo. ¿El shock probablemente? Estaba perpleja.
Ojalá no pase denuevo.
¿O si?
Viniendo de Megamo nadie nunca sabe. Es el hombre más espontáneo que ella pueda conocer ahora mismo, además de bipolar, nunca sabes cuáles serán sus siguientes movimientos por más linda que parezca la noche.
Pero ahora mismo, sentía amor-odio por el, sentía que fue pisoteada completamente.
Lo siguiente que hizo fue irse a su habitación y apagar las luces, intentaría dormir. Pero luego de 2 horas de intentarlo se rendiría. De repente su celular suena alertandola, ella lo toma y mira que es Megamo, deja el celular a un lado intentando ignorar el sonido y hacerse la dormida. Es más que obvio el porque no quiere contestar la llamada. Presiona su almohada sobre su cabeza para no escuchar más el sonido del celular.
<< Deja de insistir>>. Pedía que paré.
La llamada se cerraba y luego de unos segundos volvía el teléfono a sonar y asi sucesivamente por 10 minutos. Megamo no parecía rendirse. Hasta que, en un momento, el celular dejo de sonar por un largo rato y Ayano al no sentir la vibración quito más aliviada la almohada de su cabeza.
<< Solo necesito comer algo y alejarme de este celular>>.
Dejo el celular en ka cama y se puso de pie, con cuidado bajo las escaleras hasta la cocina. Abrió la nevera y saco un postre de allí.
La noche iba bien hasta este punto almenos hasta que escucho una bocina fuera de su casa. Y esa la reconoce dónde sea. Era Megamo. Ella apagó la luz de la cocina rápidamente y se agachó para no ser vista en caso de que se acerque a la ventana.
Sonaba fuerte una y otra vez como fue presionada la bocina del auto. Luego, escuchaba atentamente como la puerta era cerrada fuertemente y el hombre se acercaba. Ella sabía que lo hizo enojar. No pasó mucho cuando Megamo ya estaba en la puerta de su casa tocando e intentando abrirla.
- Ayano, no seas dramática y déjame entrar, sé que estás ahí- y seguía forsejeando para abrir la puerta.
La Aishi para ese momento ya estaba llorando y ahogando con sus manos su sollozos. Gateando, tomo fuerzas para poner su peso al otro lado de la puerta principal para que Megamo no la abra.
De repente dejo de escucharse el forsejeo.
- Ayano, podemos hablarlo ¿Ok? Lo siento mucho- comenzaba a escucharse arrepentido - Lo hice por amor, te amo, sabes que es así- ella frunce el ceño escuchándolo - Estuvo mal todo eso, pero podemos hablarlo, podemos salir mañana y hablarlo más tranquilos. No quiero perderte... Perdóname- su voz se escuchaba entrecortada, como si estuviera a punto de llorar.
La pelinegra se lo estaba pensando, jamás había escuchado a Megamo rogar por nada y menos pedir disculpas de esta forma que podría ser lo más humillante para el, sin miedo a que lo vean en ka calle o lo escuchen los vecinos.
- Por favor, por favor, Ayano, perdóname, haré las cosas bien- su tono bajaba con cada palabra hasta sonar como un susurro que ella escuchaba bien.
Pero, antes de que se de cuenta, ya estaba con sus manos en el picaporte y con la puerta abierta. Megamo tenía puesta ropa casual para él que consistía en solo una camisa de mangas cortas y pantalones largos.
- Buenas noches- fue lo único que dijo para después entrar. Su nariz se notaba ruborizada y sus ojos algo llorosos.
Ella nisiquiera pudo mirarlo a los ojos mucho tiempo, ahora solo estaba mirando al suelo mientras hacía lo posible para cubrir con sus manos su cuerpo que exponía su ligera bata para dormir. Con un poco de esfuerzo se quitó las lágrimas de la cara y fue a dónde Megamo se encontraba: sala de estar.
- Bueno... Hm, ¿Q-quieres comer algo? ¿Y hablar?- balbuceaba mientras aún se mantenía al margen del de pelo lavanda.
- No a ambos- lo rechazó.
- ¿Y qué quieres ha-hacer? S-si no quieres hablar hoy ¿Para qué viniste?-.
- ¿Acaso no es normal que una pareja de adultos se vea a altas horas de la noche?-.
Pareja. ¿Realmente lo son? Se han acostado, han salido y todo pero, no recuerda en que momento acepto ser su novia. ¿Acaso estaba drogada cuando paso?
- Ven aquí- la llama.
Ella está dudosa pero aún así va sentandose junto a él.
- Quítate las manos del pecho- le pidió.
<< Con qué a esto viene todo... >>.
Ayano nunca dormía con brasier puesto y ahora su bata para dormir y su tela ligera mostraba más de lo que debería de sus senos. Ella ignora la petición de Megamo.
¿Qué tan enfermo debes de estar para querer seducir a quien golpeaste hace unas pocas horas?
Se muestra hostil ante él.
Él extiende sus manos a los brazos cruzados de ella y comienza a acariciarlos haciendo que involuntariamente los bellos de la joven despertarán y se encrisparen. Ella solo giro su rostro e intento alejarse del Saiko
- Megamo, por favor, este no es momento. Necesitamos hablar primero-
- Estamos hablando-. Con su mano libre él acercó el pulgar y contorno sus labios y con la otra mano movió sutilmente su rostro para que ella lo observé directamente.
Ella ahora más incómoda con ambas manos aleja las de Megamo y enojada le dice:
- Esto no fue lo que dijiste que harías, dijiste que podíamos hablar sobre lo que pasó-.
- Mañana-.
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy- ella soltó sus manos y cruzo denuevo sus brazos - Vamos a hablar-.
Un gruñido fue escuchado provenir de Megamo, el hombre ahora se dejó llevar de sus impulsos y tomo a la chica de una de sus muñecas con fuera y a tirones de la llevo casi arrastrada a la habitación.
- Bien, no tendremos sexo- la empuja a la cama- pero tampoco hablaremos hoy-.
Sus ojos se veían sombríos, llenos de odio y reencor. Después de todo logro lo que quería: manipular a Ayano para poder entrar. Realmente no se sentía arrepentido por lo que le hizo, solo era un buen actor.
- Hm-.
Ella en ningún momento se vio asustada, parecía retarlo con la mirada a qué le haga algo. El lo captó inmediatamente la vio, recordaba esa mirada de la secundaria. Pero no le daría el placer de poder predecir sus movimientos.
Con lentitud se fue metiendo en la cama. Ella no se inmutaba. El salió ya estaba a centímetros de ella y ella solo permanecía con el cuerpo medio sentado y medio acostado, pero entonces el la empujó hasta que quedó completamente acostada, ella peleó para soltarse incluso le rasguño en los brazos y cuello intentando que la suelte, aunque él nisiquiera le estaba haciendo nada malo por el momento. Con fuerza la apego a la cama y se terminó de posicionar encima de ella y puso ambas manos en su boca para callarla.
- Maldita sea, tranquila no te voy a hacer nada-.
<< Lo dudo>> pensó ella.
- Ayano, te amo. Lo hago porque te amo- su mano de forma escurridiza comenzó a acariciar el muslo de la chica mientras su otra mano seguía tapando su boca - ¿Realmente no quieres? No tienes porque resistirte- sus movimientos ahora van de arriba hacia abajo y levantando la bata - Estoy seguro de que quieres también, no dejes que el reencor te consuma- su mano se aventuró a la entrepierna de la chica quien para este punto estaba jadeando con dificultad por la mano de Megamo. El hombre daba caricias circulares en su zona sensible por encima de la tela de su ropa interior- Sé que piensas que estoy loco... Pero tú estás tan enferma como yo, estás excitada por esto-.
Ella siente la vergüenza más grande apoderarse de ella pues ahora Megamo tenía razón. Ella no podía resistirse más.
Por un momento él apartó su mano de su boca y sus jadeos y gemidos fueron inmediatamente escuchados. Ella estaba muy ruborizada por el placer y la vergüenza al mismo tiempo, no debió darle esto a Megamo.
El hombre cerró sus ojos y bajo su cabeza (sin apartar su mano de la entrepierna de Ayano), hasta la altura de sus senos y tener ambos contra sus mejillas. Sentía a la chica mojada.
- Pero, no hablaremos hoy así que no podemos acostarnos- y paro repentinamente.
Ayano cruzo sus piernas inmediatamente e intento volver a cruzar sus brazos pero él la detuvo y le hablo casi susurrándole cerca del rostro:
- Eres tan mía como yo soy tan tuyo-. Luego, se acostó al otro lado de la cama ignorando a Ayano.
Con frustración, decepcionada de ella misma, se lamento por dejarlo entrar.
<< Esto es... estúpido>>.
¿Realmente estaba bien de la cabeza? Solo una masoquista dejaba entrar a alguien después de todo eso. Tenía tanta rabia consigo misma. Ha bajado demasiado la guardia con Megamo, si seguía así probablemente terminaría excluyendola del mundo entero y haciéndola solo suya. Cómo el enfermo que es.
- Sé que piensas que estoy loco... Pero tú estás tan enferma como yo, estás excitada por esto-.
¿Ella también lo estaba realmente? No lo sabe con certeza pero sabe que alguien normal no dejaría a su atacante entrar a casa ni aunque llore pidiendo perdón. Tal vez si necesita ayuda psicológica pero almenos ella lo acepta, quiere superar todo esto mientras más rápido mejor.
No pudo soportar más las lágrimas y comenzó a dejarlas fluir mientras sollozaba en silencio y sostenía su pecho.
Realmente le duele.
De todos los hombres del mundo ¿Porqué Megamo? Quizás debió dejarlo como una aventura de una noche y nada más, este hombre no está bien para algo serio ni un "casi algo".
Entonces, recordó a Budo.
Budo es bastante bueno, tiene mucha empatía con ella y protector. No debió mentirle. Debe decirle la verdad sobre Megamo, quien sabes, tal vez la ayude a escaparse del chico y ponerle un punto final a su corta y trágica relación.
Sintió un movimiento en la cama para darse cuenta que Megamo ahora se encontraba envolviendo su brazo en la cintura de ella mientras dormía.
Ella suspira.
<< Si tan solo fueras así todo el tiempo>>.
Callado, sereno y cariñoso.
Ahora solo cerró sus ojos que probablemente amanezcan hinchados y unidos por las lagañas al haberse dormido llorando.
(...)
Hace rato que estaba despierta, se encontraba cambiándose de ropa para luego arreglar su cabello pues iba a salir.
Por otro lado, Megamo estaba con una taza de café sentado en el sofá esperándola.
¿A dónde van? Pues, Ayano irá a su trabajo a renunciar y Megamo la llevará para él luego seguir su curso al trabajo.
Además, ella piensa en pasar a ver a Osoro después al hospital.
(...)
Fue mejor de lo que pensó.
Amao y su familia se lo tomaron bien, ella prometió seguir yendo a comprar. El Odayaka le menciono que ya sospechaba que lo haría por sus ultimas y extrañas faltas pero aún así la quiere y será su compañera de cocina eternamente.
Demasiado cursi pero lindo.
También visito a Osoro notando que había mejorado demasiado, estaba ahora recibiendo terapia para volver a caminar y sus heridas cicatrizan con rapidez, además, luce igual de amargado que siempre y eso debe ser una buena señal.
Ahora estaba caminando por la avenida principal en busca de un taxi y mirando a todas partes atenta a no encontrarse con el auto de Megamo. Aveces sentía que él la vigilaba, es extraño pero es un presentimiento al que siente que debe hacerle caso.
- ¡Taxi!- levantó la mano encontrando a uno al que rápidamente se dirigió y subió.
(...)
Budo tenía ahora entre sus manos un cuchillo pues se encontraba cocinando. Un delantal puesto y aún así luce bastante masculino. Tenía música puesta para relajarse y apenas podía escuchar unos breves temblores en la puerta.
- ¿Hm? - asomo su cabeza fuera de la cocina dándose cuenta que tocaban su puerta - ¡Voy!- bajo el volumen del radio y limpio sus manos del delantal para proceder a salir y abrir la puerta.
Con un saludo breve con su mano y una pequeña sonrisa estaba del otro lado de la puerta la fuente de sus tormentas y calmas: Ayano Aishi.
Inmediatamente se puso nervioso pues no esperaba verla, no en ese estado.
- A-Ayano, que sorpresa que estés aquí sin avisar ¿Es algo urgente? Pasa, pasa- le hace un espacio para que entre y ella lo hace.
Ella examinó todo el lugar y olió algo cerrando los ojos para adivinar de que se trataba.
- Se te va a quemar el arroz-.
Budo se apaniqueo y rápidamente cerró la puerta detrás de él y se dirigió corriendo a la cocina sacándole una gran risa a Ayano.
Ella lo siguió y vio que Budo trataba de hacer arroz con pollo frito.
- Bueno, inicialmente vine a hablarte pero primero te ayudaré a cocinar-.
Y así lo hizo.
Ahora ambos estaban en la pequeña mesa de Budo comiendo los dos.
- Realmente extrañaba tu comida- dijo feliz introduciendo la próxima cucharada.
- No es para tanto, no es como si cocinara tan bien como Osano-.
- ¿Haz sabido algo de él?- pregunta el chico.
- Hace algunos días que no hablamos, debería ir a visitarlo- ella termina de comer justamente - ¿Aún se puede subir a tu azotea?-.
- Ah, necesitas ese tipo de privacidad- el pelinegro se levanta y junto con su plato toma el vacío de ella y lo lleva a la cocina-.
A ella le comenzaban a temblar las manos y los pies. Le diría la verdad de todo a Budo. Sabía que sonaría como una cobarde pero está dispuesta a aceptar lo que él eligiera incluso si es no hablarle nunca más. Pensó en ello todo el camino, no tiene derecho de exigirle a él una permanencia que ella no pudo darle.
- Vamos- .
En pocos minutos ya ambos estaban en la azotea de Budo recargados sobre el barandal viendo el cielo que anunciaba el atardecer.
- ¿Qué piensas?- preguntó el chico mirándola.
Hubiera sido facil hablarle en cualquier otro momento pero la luz del Sol que se ocultaba poco a poco se reflejaba en su rostro luciendo radiante, sería mucho más fácil hablarle si no se viera tan perfecto.
- Budo... - ella evita mirarlo directamente - Lo siento tanto-.
- Ayano, te dije que no hacía falta disculparse más-.
- No es eso, Budo, te menti con todo lo que te dije ayer- ella comenzó a mover uno de sus pies repetidamente con ansiedad.
- ¿Qué...-.
- Mis padres no se quedaron por un "incoveniente" por el trabajo, sino, porque papá tuvo problemas con su respiración en el aeropuerto y tuvieron que sacarlo de emergencia- él se veía sorprendido - Tuvo que ser ingresado y necesitaba un trasplante urgente en sus pulmones pues se dañaron por fumar tanto- ella apretó sus manos entre si - Era demasiado costoso, me estaba volviendo loca. Era más de lo que podría cobrar en un año y se necesitaba con urgencia- sentía la lágrimas acumularse en sus ojos.
- Ayano... - él chico intento abrazarla- Sé que es duro, pero todo está bien. No estoy enojado por eso... - fue interrumpido por ella quien se alejo de él evitando el abrazo y luciendo alterada.
- ¡No es lo único! - gritó - Te menti respecto a Megamo. Estaba en una cita con él cuando me avisaron lo de mi papá, el se ofreció a pagar todo y lo hizo - para este punto no podía soportar las lágrimas - Todo paso muy rápido, seguimos saliendo y hasta me... M-me - miro a Budo que estaba perplejo - Me acosté con él... -.
El chico se pasó una mano por la cabeza sintiendo que todo a su alrededor giraba por esas declaraciones, no estaba preparado para escuchar todo eso. ¿Porqué le mintió sobre todo eso? Nunca se mostró alguien en quien no se pueda confiar.
- Pensé que lo hice bien, que realmente me gustaba pero no fue así ¡Me trató mal al día siguiente! - inútilmente intento secarse las lágrimas que no se detenían - Incluso me ha dicho cosas hirientes y me golpeó-.
Para este punto Budo no pudo contenerse. Abrió plenamente los ojos sorprendidos y la agarro de los hombros.
- ¡¿Dejaste que te golpeé?! ¡Ayano, te entrené para que te defiendas de gente así! - estaba cegado ahora mismo por la rabia - Sé dónde queda su maldita central Saiko, iré allá y le partire la maldita boca y le romperé las manos- el chico se giró con intención de bajar a la casa y salir en busca de Megamo.
- P-por favor, déjame terminar- dijo ella deteniendolo.
- Escucha, te perdono por eso. Nisiquiera tienes porque pedirme perdón por todo eso, es tu privacidad y lo entiendo. Pero soy tu amigo y me preocupo por ti- el también sonaba entrecortado, triste - Pero jamás debes dejar que te toquen así, nadie golpea a alguien que ama- intento apartarla para seguir su plan inicial.
Y comenzaron a forsejear pues ella no lo quería dejar ir.
- Budo, te mentí porque estoy e-enamorada de ti- dijo apretando el rostro de él para que se calme un poco- No es mentira, yo realmente... Re-realmente estoy enamorada de ti desde hace unos 3 años-.
Él entreabrio sus labios con sorpresa, si antes estaba rojo de rabia ahora era más un rubor por vergüenza.
- Quizás no sientes lo mismo, me metí con Megamo porque asegure eso. No es una excusa, lo s-se. Es estúpido excusar eso. No te pido que me co-correspondas ni tampoco que seas mi a-amigo por siempre por más que quiera que sea así, cometí muchos errores contigo y te lastimé- ella para de hablar pues no le salía más la voz, su corazón se contrajo al no recibir ni una respuesta de Budo y sus lágrimas caen - P-pero de verdad lo s-siento mucho, no debí hacer e-eso-.
¿De verdad acaba de decirlo?
¿Ayano dijo que está enamorada de él?
Joder, esto sería demasiado bueno en otra ocasión, Dios mío, nisiquiera sabe cómo reaccionar. Lo único que sabía era que no le importaba si se acostó con Megamo ¿No ser virgen le quitaba valor? Ni un poco, Ayano es realmente especial y no le importa nada más, está siendo sincera almenos. Algo que no ignoraria era el hecho de que golpearía a Megamo hasta destrozar su cara si es posible, jamás tocará a Ayano denuevo. Ahora, se sentía un poco más levitando al repetirse en su mente su declaración.
El vuelve a la realidad al escucharla sollozar. Se golpea mentalmente, se fue lejos pensando. Ayano parecía culparse por todas esas cosas, ella no tiene culpa de que Megamo la allá golpeado, no sabe la razón pero sabe que no es culpa de ella que él haya tenido una crianza tan estúpida que se enoje de esa forma y reaccione así con una mujer, si él hiciera eso su madre reviviría y se lo llevaría a su tumba con ella.
Repentinamente se abalanzó a ella y la abrazo con todas su fuerzas, escondía su rostro en su cuello y ahí lo acurrucó.
- Ayano, no me importa que hayas estado con Megamo. Yo también... Siento cosas por ti. Desde hace 3 años, no sabes lo feliz que me haz hecho- ella está tensa en sus brazos- Yo quiero corresponderle, lo hago, quiero que estemos juntos sin importar lo que te paso. Te amo con todo y tus errores pasados- débilmente la fémina corresponde su abrazo - Necesitas terminar con él, luego, necesitas terapia para superar toda esta mierda, disculpa el vocabulario, estaré contigo todo el tiempo que sea necesario- después levanta la cabeza apegando su frente a la de ella y mirándola directamente a los ojos - Ayano, te amo-.
Ella estaba demasiado ruborizada y sus lágrimas ahora eran de felicidad. Aún estaba confundida pero, prefiere irse por el lado optimista.
Budo está enamorado de ella.
Ella está enamorada de Budo.
Es el jodido cielo.
Quizás se hubiera resistido más si él no hubiera estado tan cerca pero, simplemente no podía soportarlo más. Lo beso. Ambos se están besando. No es un beso sutil del todo, tiene desesperación.
Demasiado pronto y adecuado para su primer beso.
Si te posicionabas desde el balcón de alguna casa de varios pisos y mirabas al este podrías ver la silueta de dos personas abrazadas en la azotea de algún departamento mientras compartían un rato de pasión.
Pero no todo es para siempre.
Ayano sabía que debía hoy citar a Megamo y terminar con él. Aceptaría ser su secretaria como agradecimiento por lo que hizo con su padre pero, en caso de que él no quiera, pues no hay problema. Ella investigo opcionalmente sobre empleos que le favorecen cómo maestra de niños que estudian en casa, realmente conveniente.
Todo esto es demasiado bueno para ser real.
(...)
Gemía con dolor mientras aguantaba más y más descargas eléctricas.
Hoy precisamente su secuestrador ha estado muy enojado, apenas llegó hace algunos 3 minutos y no ha parado de hacerlo sufrir.
¿Quién o qué lo ha hecho enojar tanto?
De repente, olió algo putrido cuando la puerta fue abierta. Si hubiera tenido sus manos libres se hubiera tapado la nariz.
Un hombre de pelo negro y ojos rojos junto con un traje especial y mascarilla entró a la habitación de tortura con una gran bolsa negra, casi de su tamaño, a cuestas. Luego, la arrastró hasta dejarla en una esquina y se retiró.
Taro temía lo peor.
Eso tiene forma de un cuerpo y huele como un cuerpo en descomposición. Este hombre era un lunático, dejo un cuerpo junto a él.
- Por favor, mátame ya- rogaba el Yamada.
Lucia destruido, con el pelo largo y despeinado y lleno de quemaduras, golpes y con sus ojos rojos de tanto llorar siempre.
- Pronto te mataré, no te desesperes- fue lo único que escucho antes de sentir un golpe y caer desmayado.
(...)
¡Gracias por leer! Está capítulo está súper largo pero vale la pena leerlo.
Por fin Budo se le declaró a Ayano 😭❤️.
¡Nos vemos en la próxima actualización! Falta poco para el final de la historia, realmente los extrañaré mucho.
✨❤️✨.
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