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Capítulo 48: Peligrosamente cercanos.

Ayano y Budo en una de sus salidas.

El cuadro roto...

<< ¡Budo! >>.

Dios, ahora lo recuerda ¡Nisiquiera le ha hablado!

¿Pero ahora cómo lo haría?

La vergüenza al verlo no la dejaría hablar. Sabe que el le escribió la última vez que tuvo su celular pero, gracias al freno repentino de Megamo, el celular cayó y se rompió.

<< Mierda, mierda, mierda>>. Se maldecia a si misma por ser tan mala amiga, probablemente esté muy preocupado ¿Y cómo no? Si tiene algunos 4 días sin hablarle.

Con la cara cargada de preocupación, Ayano pidió un taxi.

(...)

Todo parecía tranquilo en las calles, las personas (en su mayoría), estaban trabajando y niños y adolescentes en la escuela. Todo iría normal de no ser por el escándalo que ocasionaba una pelinegra tocando las ventas y puerta del departamento de Budo Masuta. Llevaba algunos 20 minutos ahí, lo suficiente para darse cuenta de la hora que es y que Budo probablemente este en el Dojo con los niños.

Golpe mental.

¿Será posible que el sexo la ha dejado tan estúpida?

Pasan 10 minutos más y ahora estaba escuchando detrás de la puerta principal del establecimiento un par de niños ser guiados por su sensei.

Ella estaba sentada en el suelo, sin vergüenza, esperando el fin de las prácticas. No queria interrumpirlo. Además, solo faltaban 10 minutos más para que termine.

Sentada ahí su mente divaga hasta Megamo.

¿Realmente lo hizo bien al acostarse con él?

Aún no puede describir todo lo que sintió por el en esos momentos, pero si reconoce algo: no está completamente enamorada de él.

El de pelo lavanda si bien le brindaba el cielo mismo, le podía dar el infierno con su actitud posesiva. Ella pretende darle fin a ello dándole razones para confiar en ella aunque sepa que no es tan fácil como parece... Aunque esa posesividad en la cama le ha encantado, no es lo mismo que en la vida cotidiana.

Entonces, recuerda una vez más a Budo.

¿Qué hubiera hecho él en su lugar?
Un hombre tan jodidamente dulce y fuerte... Respetuoso ante todo. No se puede imaginar a Budo haciendo esas cosas tan lascivas y diciéndole vulgaridades al oído.

El sonido de la puerta junto a ella abriéndose la saco de sus pensamientos, escuchaba también los pasos de los niños y como se despedían.

<<Hablando del rey de Roma...>>>.

(...)

El sensei se despedía alegremente de sus estudiantes y los veía irse.

Tan tiernos...

Cada uno de esos niños tenía la vida fácil, quien los alimente y dormían sin preocupaciones, a diferencia de él que ahora tenía una profunda tristeza. No ha dejado de pensar en Ayano todo el día, nisiquiera le responde llamas o mensajes, al ir a su casa solo le dijeron que salió con alguien que concordaba perfectamente con la descripción de Megamo Saiko...

No puede nisiquiera competir con alguien así.

Megamo Saiko es un hombre de apellido reconocido, sus padres están vivos, tiene hermanos y además una educación perfecta y un negocio millonario.

¿Y Budo qué tiene?

Ansiedad, solitario, tiene que trabajar duro para poder comer, vive en un departamento pequeño, su madre murió y su padre lo abandonó hace años.

Mueve la cabeza frustrado intentando alejar esos pensamientos mientras ahora solo se dirige a tomar sus cosas para irse a su auto y salir de allí, quizás otra noche en casa llorando hasta dormir.

Cuando abre la puerta, nisiquiera se fija que junto a ella hay una persona sentada en el suelo, trata de seguir su camino mirando solo el suelo con el rostro más serio que puede mostrar pero lo detiene una voz:

- Budo... -.

¿La reconoces?

<< Maldición... >>.

Él voltea inmediatamente sin querer ocultar ni un segundo su sorpresa. Ella mantenía una postura tímida y saludaba con su mano al hombre, él solo la veía sin decir nada.

- Hmm- la incomodidad no lo deja responder adecuadamente - ¿Cuándo llegaste?- atino a decir.

- Hace unos minutos- apretó sus labios - Yo... Sé que he fallado, necesito hablar contigo sobre algo en privado-.

<< ¿Entonces te apareces como si nada después de días preocupándome? Nisiquiera tienes un yeso puesto para excusar tu desaparición>>. Budo está claramente enojado por dentro.

- Bien... Vamos a tu casa... -.

- ¡No! - Ayano rápidamente dijo, no quería en ningún momento Megamo llegué y los interrumpa - Mejor, vamos a la tuya-.

Caminaron juntos y en silencio hasta el auto hasta que arrancó.

(...)

Su cabeza ahora mismo daba vueltas mientras escuchaba a Ayano intentar decir algo.

Solo sabía que ella trataba de decirle sobre su paradero estos días pero, parecía trabarse cada vez luego de una o dos frases, se quedaba callada mirando a la ventana, el techo, el piso... todo menos a él.

<<Está muy avergonzada>>.

La vio respirar, parecía hablarse a si misma quizás dándose fuerzas, exhaló y finalmente habló:

- ... Entonces, salí con Megamo-.

Hizo lo posible por parecer confundido, incluso apoyarla, pero nada le salió. Seguía con esa cara incómoda y sus brazos cruzados mientras solo la veía sentada en el sofá de adelante. Frunció sus cejas una vez más.

- Pero no me agrado tanto, no hemos vuelto a salir- sonrió incómoda mientras mentía descaradamente a Budo.

- ¿Y qué tal tus padres?- intento cambiar de tema, no quería tantos detalles de su salida con Megamo. Quizás si, más adelante, pero ahora solo lo haría enojar más.

- Bueno, ellos tuvieron problemas. El trabajo de papá, tuvo que quedarse con mamá-.

Otra mentira.
¿Acaso no te da vergüenza, Ayano?

Ella no quería decirle sobre la operación de su padre porque también tendría que contarle sobre Megamo. Una excusa ridícula. Budo merecía que sea honesta con el, pero de hacerlo, quitaría cualquier chance de que el se interesa en ella una vez le cuente que perdió su virginidad con Megamo porque pensaría que ella lo ama...

La verdad es que aún está enamorada de Budo.

Siente este malestar en su estómago aún al verlo aquí frente a ella, sabe que está enojado y está en toda su razón.

- Eso es malo, lo siento. Sé que estabas emocionada por verlos- se rasca la nuca mirando a otro lado - Pero aún no me haz dicho porque... - fue interrumpido.

- Mi celular se averió- y no mentía en eso - Estaba en carretera, elautofreno y... El punto es que se rompió, tengo que comprar otro- hablo demasiado rápido, solo se entendió el final.

El pelinegro solo exhaló, buscaba tranquilizarse más.

- Siempre te digo Aya-chan, que deberías hablar un poco más despacio- suaviza su mirada poco a poco - Debiste escribirme por Facebook o algo-.

- Budo, nisiquiera usas Facebook-.

- Pero si me escribías lo hubiera usado solo para hablar contigo- sonríe levemente.

Ella siente como su corazón se contrae.

- Entonces... ¿Me perdonas? Budo, sabes que lo siento de verdad-.

Mientras ella hablaba él se había escapado sin que ella se de cuenta y ahora estaba a su lado en el sofá.

- Despreocúpate hermosa, te perdono. Pero, me debes algo a cambio-.

- ¿Qué cosa?- pregunta ella coquetamente con una sonrisa ladina y brazos cruzados.

- Nada que no puedas pagarme- le guiña un ojo- tendrás que ser paciente para saberlo, ahora hay algo más importante que necesito saber ¿Tienes noticias sobre Taro Yamada?-.

Ella piensa unos segundos y contesta:

- No han habido noticias, nada de nada. Eso me preocupo días atrás, y ahora recordandolo también. Sigue prófugo, sospecho aún que fue él quien me llamo y me dijo esas cosas-.

- Lo sé- apretó sus puños - Es un cobarde. Aparecerá- con cautela agarra una de sus manos llamando la atención inmediata de ella- La ciudad ha estado algo escandalosa con desapariciones misteriosas, un chico llamado Gary o algo así también desapareció, igual 4 personas más, dicen que él estudio en nuestra escuela en secundaria aunque es extraño, no lo recuerdo- la mira a la cara y con su otra mano asegura la de ella - Ayano, cuídate mucho, no quiero que te pase nada. Estaba muy preocupado pensando en qué Taro te encontro y... ¿Ya te imaginas eso? Estaba muy preocupado- apega su frente a la de ella mientras cierra los ojos.

- Si algo así hubiera pasado, serías el primero en saberlo- dice ella también con sus ojos cerrados, relajada.

- Si tan solo estuvieras en mi lugar... - el abre los ojos ahora mirándola directamente de cerca. Acerca una de sus manos a su flequillo y, como si estuviera acariciando una pluma, acaricia suavemente su pelo- Me importas mucho, eres alguien importante para mí. No sabría reaccionar si algo malo te pasará-.

Ahora solo estaban mirándose, los labios de ella entreabiertos sintiendo cada respiración de Budo contra ella. ¿Acaso era ilegal querer besarlo ahí mismo? Tenía ganas de hacerlo, sin pensar en Megamo, en nadie más que ellos. Pero si no era malo... ¿Entonces porque cree que haría algo horrible si lo hace? No es como si Megamo se enterase.

Entonces, la vista del Masuta admiraba sus labios. Poco a poco se dejaba llevar por la tentación de besarla: cerros sus ojos despacio mientras se acercaban más y él sostenía su nuca.

Tan cerca...

¿Ella le está correspondiendo? No está luchando por alejarse de él.

Falta poco.

Pero entonces, su teléfono suena regresandolos a la realidad.

Ella entra en pánico y ambos se alejan avergonzados.

<< Maldición, tengo que controlarme. Esto no está bien, nisiquiera he terminado con Megamo ¿Tenemos una relación realmente? >>.

Ella tomo su teléfono entre sus manos dándose cuenta del dueño de esta llamada:

Megamo Saiko.

Abrió sus ojos asustada y alejo su celular para que Budo no vea de quién se trataba.

- Lo siento, debo contestar- y se paró dirigiéndose a la cocina para tener privacidad.

Pulso el botón de "contestar" inmediatamente se aseguró de que Budo no estaba cerca.

- ¿Si? ¿Megamo?- apenas susurraba.

Escucha una respiración.

- Necesito que vengas a tu casa-.

Y entonces sudo frío. Megamo sabía que ella no estaba allí.

- ¿Qué pasó?- trata de quedarse recta y no escucharse asustada.

- Es urgente, es sobre tu nuevo trabajo como mi asistente. Solo tengo... - un breve silencio- Ahora mismo, libre, para poder atenderte-.

La Aishi aprieta un poco su teléfono mientras se voltea a ver en dirección donde Budo estaba sentado, frunce el ceño derrotada y luego, hablá:

- Esta bien... Voy enseguida-.

Ahora, sale de la cocina y se dirige al lado de Budo.

- ¿Pasa algo?-. El joven pudo notar inmediatamente preocupación en el rostro de Ayano una vez salió.

- Tengo una emergencia y debo irme- Budo se pone de pie delante de ella - Gracias por todo esto, por perdonarme sabes...- fue interrumpida.

- Ayano, no tienes que agradecerme por eso- la abraza.

A pesar de que fue repentino, ella esperaba que pasé desde que llegó. Extrañaba abrazar a Budo. Nunca se había dado cuenta de tanto que podía transmitir un simple abrazo entre ambos; sus oraciones intercambiados por menos palabras que tengan estaban cargados de significado, sus juguetes, bromas... Ellos se entiende.

Así que ella le corresponde el abrazo.

El triste tener que mentirle, él no lo merece, pero quizás sea lo mejor por ahora. Aunque sabe que no dormirá bien por el cargo de consciencia al mentirle a su amigo.

Su amigo...

- ¿Quieres que te lleve?-.

- No, no te preocupes. Ire en taxi-.

Ayano volteó su cara depositando un dulce beso en la mejilla del contrario. El chico se sintió muy asombrado. Ella extendió una de sus manos a su mejilla y con una leve caricia pronunció: " Adiós". Le sonríe.

Ahora estaba parado como un idiota mirando la puerta por la que se fue.

¿Y este acercamiento tan repentino? ¿A ella también le gusta él?

(...)

El taxi la deja fuera.

Con pasos firmes y no tan preocupada sale del auto, total ya sabe de lo que le hablara Megamo. Ve delante de la casa el auto de Megamo estacionado y, luego, ve la puerta abrirse y al Saiko salir de ahí. Vestido con ropa formal (igual que siempre), y su típica mirada sería.

Sin decir nada ninguno de los dos se fueron caminando a la casa. Ella sacó sus llaves y abrió la puerta haciendo un espacio para que Megamo entre.

Pero, no fue así.

Las manos fuertes del hombre impactaron contra su cara y fue empujada con violencia a la casa, luego, la empujó hasta la pared provocándole un golpe duro en la cabeza. Escucho como la puerta era cerrada de un portazo. Intento levantar la cabeza pero Megamo le agarro con fuerza la mandíbula y la obligó a mirarlo mientras ejercía presión sobre ella.

- ¡¿Dónde estabas?!- le preguntó con enojo.

Sus ojos estaban llenos de rabia, abiertos en su máximo y con sus cejas fruncidas.

Se sentía indefensa.

¿En qué momento pensó que el reaccionaria así? Esto es ser tan abusivo... Ella estaba en shock, nisiquiera podía hablar. Su respiración se aceleró junto con el ritmo de su corazón, no podía ignorar aún el dolor de cabeza por el golpe que se dió contra la pared.

De repente, fue jalada hacia adelante y empujada contra el muro contrario y ahora el hombre enroscó ambas manos en el cuello de la chica.

- ¡¿Estás sorda?! ¡¿Dónde estabas?! - se acercó más al rostro de la chica mientras apretaba sus manos en su cuello dificultando la respiración de la chica - ¡Te dije que no te vayas! ¡¿Crees que puede andar por ahí como si nada?!-.

- Por favor, por favor, Megamo, me duele- dice con dificultad, ella intenta quitar las manos de Megamo de su cuello pero lo aruña en el proceso.

- Eres mía... ¿Acaso no lo entiendes?- una vez más la apega contra la pared.

El rostro de Ayano estaba ya rojo. Con fuerza intento patearlo pero no podía mover mucho sus pies por la forma en que estaban, ella temblaba y sus ojos se cristalizaron.

- M-Megamo, n-no puedo respirar- apenas dijo con una voz chillona debido a la presión que este ejercía sobre ella.

El hombre ahora la agarra del pelo y la lanza al suelo, ella cae en 4 sosteniéndose con sus manos y rodillas para no caer de cara contra el piso.

- ¿Ves lo que provocas? Tú eres la culpable. No Debiste desobedecerme- golpeó la pared - Debes entender que todo esto lo hago por tu bien-.

Megamo la mira en ese estado tan deprimente en el suelo, su rostro rojo y parecía estar intentando recobrar la respiración.

- Te amo Ayano, estoy enamorado de ti ¿No lo ves? Eres tan egoísta que quieres también libertad de hacer lo que quieras estando conmigo- se arregla el saco y el pelo - No harás lo que quieras conmigo, aceptaste está mañana estar aquí. Conmigo nadie más te tocará -.

Ayano nisiquiera quería escucharlo, su cabeza daba vueltas y tenía tantas ganas de golpearlo, pero no podía ¡Su cuerpo estaba en shock! Tenía la mirada fija en el suelo mientras torpemente se arrodillaba. El de pelo lavanda se arrodilló junto a ella y luego, extendió su mano hasta su cara levemente y la hizo girar su rostro para mirarlo.

- Te amo tanto... -. Ahora estaba con las facciones relajadas y casi siendo muy diferente a lo que acababa de mostrar - No debes verte con nadie a escondidas de mi- dirige su mano a su pelo y lo acaricia- Serás mi asistente, trabajarás desde tu casa. O así será hasta que vivas conmigo- lleva sus dedos a los ojos llorosos de Ayano y limpia sus lágrimas - ¿Sabes que te amo? No me hagas hacer esto denuevo, sé que tú también me amas, ¿verdad? - fugazmente le deposita un beso en la comisura de los labios - Te amo Ayano-.

Ella cerró los ojos mientras solo asentía tratando de no provocar más a Megamo.

- Bien- el chico sonrió. Una de sus manos acaricio la espalda de la chica antes de él pararse y terminar de arreglar su vestimenta - Descansa- ahora el chico se fue dejándola ahí tirada.

No es tan necesario repetir como ella se siente.

Maltratada.

Es su culpa haberlo dejado hacer eso ¿Cómo se olvidó de las señales del comportamiento de Megamo? En secundaria cuando parecía disfrutar viéndola triste... Cuando en la azotea de Suru casi la besa después de insultarla.

Megamo no merecía una oportunidad.

Si como amigo, pero no como pareja.

Ella comenzó a llorar más fuerte mientras se derribaba en el suelo sintiendo las secuelas de esos tratos abusivos.

Megamo está mal. Pasó rápido de ser alguien abusivo a alguien calmado. ¿Bipolaridad? Podría ser eso.

Ayano sollozaba en sueño arrepentida de no haberlo detenido. En su mente se veía como algo fácil, pero enrealidad, su cuerpo no se movió ni un centímetro. Parecía estar en estado vegetal.

¡Y es que no se lo esperaba!

Este hombre es el mismo que le pago la operación a su padre, la llevo al teatro y ha estado demostrando un cambio... ¿O solo fue para acercarse a ella? Dios mío, ha fallado en todo.

Se hubiera dado cuenta hace mucho...

Con dolor miro el cuadro de sus padres en la pared.

Su padre estaría decepcionado si descubre que no se aparto de un abusador.

Ella no ama a Megamo.

Ella NO ama a Megamo.

<<¡No lo amo!>>.

Y sabía lo que tenía que hacer aunque no fuera fácil y tuviera que mudarse de país: terminara con Megamo.

<< Déjalo>>.

(...)

Ahora Megamo se volvió más loco de lo normal ☠️. Está conducta no es para nada romantizada por mi, es totalmente inapropiado hacer eso a cualquier ser humano ¡Tengan una relación de respeto y amor!

La canción al principio del capítulo describe taaan bien lo que siente Megamo por Ayano, tóxico, por eso la coloqué.

Si llegamos a 40 estrellitas está semana, actualizaré más rápido. Tengo escrito ya el próximo capítulo. ✨

Perdón por desaparecer, estaba ocupada buscando inspiración. Pero me salió bien hacerlo.

¡Nos vemos en la próxima actualización! Los amo lectores.

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