Capítulo 46: Teatro.
Se escuchaba en la cocina solo el Tap del cuchillo impactando contra el tomate. La pelinegra, dueña temporal de la casa, ha estado distraída todo este tiempo sin creer por completo los acontecimientos de ayer. Recordaba vividamente las palabras del Saiko y sus gestos serenos al hacer la transacción.
Antes Megamo le daba algo de miedo, aunque lo negara mil veces, por su estúpido carácter y que nunca lo vio hacer algo bueno por alguien pero... ahora todo cambio con esa acción tan noble.
Su corazón se contrae al pensar en él siquiera, siente su pecho estrujarse.
- ¡Ah!- grita de dolor mientras sostiene su sangrante dedo. Se ha cortado por tanto pensar mientras corta los ingredientes.
Entonces se acercó a la encimera y de allí saco una servilleta con la que se seco la sangre, después de succionar su sangre. Miro el servilletero y recordó a su madre, cuando lo ponía siempre en la mesa a la hora de comer.
Y hablando de Ryoba...
¡Dios, no!
Se ha dado cuenta que nisiquiera le aviso su madre sobre la transferencia y sobre Megamo, no sabe bien como reaccionará pero debe hacerlo cuánto antes.
Con velocidad fue a la mesa, tomo su celular y llamo a su madre.
- ¿Si? - escucho el tono tan triste de su madre. Se sentía terrible por no decirle nada ayer, apostaría a que su madre tenía los ojos hinchados por llorar tanto.
- Mamá, te tengo buenas noticias- dijo con la voz neutra para sonar más misteriosa - ¡Tengo el dinero para la operación!-.
Escucho a su madre gritar un "Aleluya" atraves del teléfono y llorar, pero no tenía de que preocuparse, sabía que era de felicidad.
- ¿C-como? ¿Robaste un banco?- su mamá estaba especialmente preocupada por la procedencia de tanto dinero. Esperaba que no sea de negocios mafiosos.
- Tengo un amigo, Megamo Saiko, el y yo estamos saliendo. El punto es que se ofreció a pagarlo todo ¡Todo! No falta ni un dólar, está todo en tu cuenta- explicó dando pequeños saltos y enroscado parte de su blusa por la ansiedad.
- ¿Un Saiko?- Ryoba abrió los ojos tanto como pudo.
Se suponía que el hijo de Negan no hubiera tenido acercamiento alguno con Ayano ¿Cómo? Tan diferentes; diferente educación. No le agradaba la idea de que un Saiko este detrás de todo esto, le da mala espina pero no quería discutir ni reclamar después de todo le ha salvado k vida a su marido. Quizás sea diferente a su padre.
- ¿Qué haces aquí? -.
Una Ryoba Aishi joven descansaba notablemente enferma en la cama de su casa.
- Ni te molestes en reclamar, haz faltado 4 días seguidos y nisiquiera me haz llamado. Sospechaba que estabas enferma- el de pelo lavanda se sienta junto a ella en la cama.
- ¿Y eso? - señala una bolsa que tenía el chico en su mano.
- Tu medicación. Sé que estás resfriada y compré todo lo que me dijeron en la farmacia que funciona para eso- se lo tendió - Verdaderamente quiero que sanes-.
Si no fuera porque anteriormente estaba roja por la fiebre él se hubiera dado cuenta de su sonrojo.
Al parecer después de tanto le enseño a su hijo sobre la preocupación y caballerosidad.
- ¿Mamá? - pregunto Ayano ya que su madre no respondía.
- Muchas gracias cariño, te amo, te amo, te amo ¡TE AMO! - Ryoba estaba demasiado feliz - Inmediatamente le informaré al doctor y a tu padre, te llamo más tarde- y cerró el teléfono.
Ayano estrecho su celular contra su pecho, sin duda su madre era encantadora cuando quería y sabía que esas palabras (pese a la emoción), fueron sinceras y la ama.
(...)
- ¡Hasta mañana Sensei! - se despedía el último estudiante de Budo en ser recogido.
El hombre solo se despidió con la mano mientras mostraba una sonrisa, el auto avanzo hasta perderse de vista al igual que la sonrisa de Budo.
Estaba MUY preocupado.
Le dolía la cabeza dr tanto sobrepensar en Ayano. Ella nisiquiera ha leído sus mensajes y está casi seguro que ni ha escuchado su buzón de voz.
Se subió en su auto y se fue con la cara más seria que nunca a su casa. Al llegar allí solo entro a su habitación y se tiró boca arriba al colchón.
<< ¡Maldito amor!>>.
Se quitó la bandana de la frente y la lanzó a una pared del cuarto con rabia.
<< Olvídala>>.
- ¡Lo intentó!- y se pasó la mano por el cabello - Pero no puedo ¿¡Cómo esperas que tire a la basura casi 4 años?! ¡No quiero que piense que todo lo que hice fue solo porque estaba enamorado! También quería su amistad, la quiero- miro con melancolía el rostro de su madre en la foto que tenía colgada - Si solo tu me aconsejaras... -.
De repente su mente lo llevo en el tiempo a aquel fatídico sábado cuando Ayano lo llamo desesperada y asustada sobre este chico Taro.
Taro...
<< Él sabe dónde vive>>. Entonces su mente hizo Click en lo que podría ser el verdadero problema. << No me ha llamado, no fue al trabajo hoy, no ve los mensajes... ¡Dios mío! >>.
Taro la secuestro o en el peor de los casos la hirió.
<< ¡He sido tan egoísta! Pensando solamente en mis sentimientos. Maldición, maldición, maldición ¡No puede ser!>>.
Rápidamente toma sus llaves y se va a su auto para dirigirse a toda velocidad a casa de Ayano. Rezaba a Dios que Ayano este a salvó, que no sea lo que piensa. Al cabo de unos minutos logro llegar a su destino y se desmontó casi cayéndose para ir a su puerta, tocó y tocó pero nadie contestó. Miro por la pequeña ventana de la puerta pero nadie estaba ahí.
Y sudo frío.
¿Debería reportarlo con la policía?
Podía sentir las lágrimas amenazando con salir y la ansiedad apoderándose de su ser, está nervioso y desesperado.
DEBE encontrarla.
(...)
Ella estaba recostada contra la puerta del auto viendo por la ventana mientras el de pelo lavanda solo conducía. Ha estado aquí hace unos minutos desde que él dijo de repente que la pasaría a buscar para llevarla con él a un lugar "diferente".
- Ponte el cinturón- indico Megamo mientras no dejaba de conducir.
Ella se lo coloco entonces.
No ha tenido ninguna objeción a los pedidos de Megamo durante todo el día, el chico tampoco ha pedido nada malo hasta ahora solo salir, que se ponga algo elegante y que se ajuste el cinturón.
- ¿Siempre eres tan sorpresivo con las mujeres que sales?-.
Él no respondió.
Ella ni idea tenía de que Megamo se limito a tener a la Aishi en su mente y corazón todo el tiempo apartando a cualquier mujer de su vida.
- Le dije a mi mamá, te agradece mucho lo que hiciste. Fue algo tan bue... - fue interrumpida.
- Te dije que dejes de agradecerme, ahora solo cállate- le pidió.
Ella frunció los labios en una línea y cruzo los brazos pero el silencio se apoderó del auto. Suspiro y saco su celular de su bolso. Al entrar a la mensajería tenía muchos mensajes del chat de "Budo💞".
- Maldición- dijo sorprendida recordando que no le ha dicho nada a Budo de lo que pasó. Nisiquiera se acordó de él... Dios que pésima amiga es, se supone que está enamorada de el.
Tenía ganas de golpearse a si misma. Se convenció de que está salida con Megamo no debía ser para nada más que amigable ¿Verdad?
<< Pero a Budo no le gustas>> su mente le decía << Tantos años y solo han tenido un par de citas, nunca se te confesó>>.
Había la posibilidad de que ella no le guste a él... ¿Debería desaprovechar todo el esfuerzo que está haciendo Megamo por ella e irse de niña enamorada por Budo?
- ¿Qué? - pregunta Megamo sin quitar los ojos del camino.
- Hm - estaba un poco insegura de decirle pero se atrevió - Es Budo, un amigo no lo conoces. Creo que ha estado muy preocupado- alzo su celular para darle a "llamar" - lo voy a llamar-.
- ¡NO!- dijo firme Megamo - No lo llames, no hay mucha señal por aquí, hay un puente subterráneo más adelante-.
- ¿El que queda a 15 minutos? No digas tonterías, me da tiempo para explicarle la situación- entonces el auto frenó de golpe y su celular cayó por la ventana. Ella estaba asustada por lo acontecido.
Vio hacia adelante que el semáforo estaba en rojo y considero que por eso Megamo freno así.
- ¡Mi celular! - sacó la cabeza por la ventana y vio el destrozado apartado de comunicación en el asfalto.
Megamo nisiquiera estaba interesado en verla.
Ella se quitó el cinturón y abajo del auto, aprovechando que estaba el semáforo en rojo, y tomo las piezas del difunto objeto y volvió a subir.
- Es una tontería, te conseguiré otro cuando volvamos - le seguro Megamo y ella solo bufó. Estaba tan enojada que solo no lo quería mirar.
(...)
Por fuera se veía tan serio como siempre pero oo dentro estaba complacido. La verdad es que frenó de golpe para exactamente tirar el celular y que no encienda, no esperaba que se rompa así pero estaba satisfecho. Eso del semáforo fue coincidencia pura y le ayudo con su cuartada.
¿Está de más decir que no quería que ella hable con Budo?
No podía soportar escucharla coquetear con el a su lado, la estrangularía.
El auto avanzo hasta llegar a un estacionamiento de un gran lugar llamado Teatro Nacional de Buraza.
La llevo a ver una obra de teatro.
Vio la angustia en su cara y el sabía perfectamente que era porque ella no estaba especialmente relacionada con el teatro.
Entonces ambos bajan del automóvil y ella se acerca a el tomándolo de la mano.
<< Demasiado íntimo>>. Pero también satisfactorio para él.
Camino con altivez junto a ella, compro dos asientos en el mejor espacio y se sentó allí.
La obra empezó y las luces se apagaron solo siendo encendidas las del escenario.
(...)
¿De qué trataba la obra? Un amor prohibido entre un asesino y su víctima que se ha enamorado de el pero no pueden estar juntos basado en quizás la época victoriana. Pero poco le importaba aunque estuvo mirándolo todo su vista se desviaba a la joven pelinegra hermosa a su lado que ni un minuto dejo de mirar la obra.
Ahora solo estaba junto a ella dirigiéndose al estacionamiento.
- La obra estuvo bien organizada y los actores increíbles pero... ¿El mensaje estuvo bien? No lo sé, creo que fue un mal tema ¿Quién se enamoraría de un asesino? Almenos estando consciente de que lo es- dice ella mientras tiene un rostro preocupado.
- Algunas mujeres son especiales- soltó naturalmente Megamo.
- Locas querrás decir-.
Entonces alguien pasa un poco rápido atraves de Megamo y Ayano haciendo que está se tambalee.
- ¡Lo siento mucho! - se regresó la persona.
Ella se estabilizó y miro frente a ella al chico de la obra, el actor claro, con su voz dulce pero que puede elevar a tonos donde el público entero lo escuché.
- Tu... - el la miro sorprendido con la boca entreabierta.
- No se preocupe, entiendo que fue un accidente- e intento seguir su camino.
- N-no es eso, ¿No me reconoces? -. Ella volteó y examinó con la mirada, se le hacía conocido pero no recordaba de dónde
- Estudiaba en Suru en secundaria, líder del club de ocultismo. Oko Ruto- y movió su mano tímidamente en forma de saludo.
<< Tonta, es el que acosaba Megamo>>. Su mente se lo recordaba.
- ¡Si! Lo recuerdo. Es increíble el cambio que diste ¿Cómo terminaste en el teatro?- pregunto sonriente.
- Es lo que me gustaba, pero nunca me hubieran aceptado en el club de drama- explicó - El raro de la clase, arg, de la escuela entera- se rasco la nuca.
De repente vio detrás de Ayano un chico alto de pelo color lavanda, un corte preciso, un fleco largo de pelo en su frente, mirada desafiante y brazos cruzados junto a un elegante vestuario y lo reconoció de inmediato como Megamo Saiko ¿Y cómo no? Salía en las noticias.
- P-pero ya me debo ir, espero verte denuevo aquí. Nos vemos- se despidió nervioso con una reverencia y siguió su camino.
Ella se quedó con ganas de seguir hablándole pero entendía que estaba urgente, sino no la hubiera chocado.
Si mano fue sujetada por la de Megamo quien se la llevaba hasta el auto sin darle chance a ninguna explicación.
- Eh, Megamo, un poco más despacio- pidió pero fue ignorada.
Al entrar ambos al auto el solo lo encendió y salieron del sitio. Ella lo notaba un poco molesto. Sus expresiones endurecidas y sus labios solo en una línea curva hacia abajo.
- ¿Estás b... -.
- ¿Qué tipo de música te gusta?- pregunto el hombre interrumpiendola.
Ella incómodamente se removió alejándose de Megamo y apegando su cuerpo más al asiento.
- Lo que sea-.
- ¿De verdad? No pondré nada - dijo cortante.
Ella soltó un bufido - No sé cómo eres así-.
- ¿Cómo?-.
- ¡Tan bipolar! Estabas bien cuando entramos y saliste con cara de muerto - lo señaló - Te recuerdo que ya somos adultos, no voy a salir con un niñ- fue interrumpida.
- Bien, te explicaré. Tengo una compañía que manejar incluso si no estoy en la oficina y uno de los fabricantes hizo un error y tenemos que sacar los productos nuevos de los mercados para arreglarlos y sacarlos nuevamente - dijo con el ceño fruncido - Así que deja de quejarte, solo trato de enseñarte algo nuevo - el semáforo se puso en rojo dándole tiempo de detener el auto y girar hacia ella dándole una mirada asesina - ¿Te gustó o no?-.
Ella estaba nerviosa, jugo con las mangas de su vestido y miro hacia abajo avergonzada. Debía recordar que Megamo es jefe y tiene muchas responsabilidades que atender.
- Lo siento mucho- únicamente dijo.
- La próxima vez elegirás un lugar tu para enseñarme. Espero que sea bueno, nada me impresiona- y avanzo el auto tan pronto se puso verde el semáforo dándole paso - Y tú vestimenta hoy me gusto- quiso sonar dulce pero sonó tan extraño que Ayano solo lo miro y se rió bastante fuerte.
- Lo siento, lo siento ¡Pero es que es extraño! No sabia que podías ser tan dulce- y tapa su boca mientras ríe - Me gustas así- dulcemente intento acercar su mano a la de el.
- Eres muy extraña- dijo con una ceja levantada.
- Gracias- en vez de tocar su mano le acaricio uno de los mechones de su pelo.
Sus pulsos cardíacos aumentaron increíblemente y se sentía muy avergonzado de ser tocado tan dulcemente. Pero no la aparto. Sentía que ganaba una vez más por encima de Budo Masuta o cualquiera de esos pretendientes de ella.
- Queria saber si... ¿Podríamos pasar por el hospital? Es que tengo un amigo que sufrió un accidente hace días y aún está incapacitado y necesito verlo-.
- No-.
- ¿Qué? ¿Porqué?-.
- Gastaría mucha gasolina-.
<< Mentiroso ¿Cómo te importaría eso si eres millonario?>> Se burlaba la mente de él.
- Bien... - ella se dirigió a la radio y puso música en la pantalla moderna del auto - Algo suave- suspiró el aire frio del auto y se relajo mientras escuchaba música de Bruno Mars (Talking to the moon).
Mientras tanto, su acompañante Megamo Saiko estaba particularmente sensible.
Ella lo ha tocado,
Ella lo ha llamado "dulce"
Ella está aquí cómoda.
Era lindo, joder, era demasiado lindo. Pero mentiría si dijera que siempre la quisiera ver así, uno de sus sueños es tenerla bajo su mando. Hacerle ver qué el jefe es el, verla llorar por querer salir... Quiere verla sufrir, vengarse de esos años que se apartó de él y sentirse satisfecho.
Ella sería suya, quiera o no.
(...)
Budo caminaba de lado a lado en la habitación mientras tenía sus audífonos puestos a todo volumen, extrañamente eso lo ayudaba a pensar.
- Disculpe ¿Usted vio a Ayano hoy? Es que he estado preocupado porque no asistió al trabajo y no dijo nada hoy- preguntó el pelinegro a su vecina.
- Si, la ví salir con un hombre alto de pelo como gris hoy en la tarde. Quizás sea su novio, no se preocupe tanto- dijo la mujer descortés y cerro la puerta.
Ahora se sentía confundido. ¿Se fue realmente? ¿A dónde? ¿Esa mujer describió a Megamo? Diablos, la está perdiendo. Pierde su oportunidad y quizás sea muy tarde y ella ya esté enamorada completamente de él para la próxima que se vean.
Quizás esa mujer no fue particularmente amable pero sentía que fue la verdad lo que le dijo.
Por última vez intento llamarla pero la contestadora ahora le decía "Número de teléfono no disponible".
¿Qué le sucede a Ayano?
(...)
- Megamo, me tiene sorprendido tu amabilidad- dice tomando la mano de él que le indicaba que baje del auto.
- Solo son modales. Deberías aprender unos cuantos- la encamino hasta la puerta de su casa.
Ella iba sacando sus llaves cuando giro su cabeza de repente a Megamo quien estaba tan serio.
- ¿No te gustaría pasar? -.
Él pareció pensarlo pero no se movió de la entrada indicando que aceptaba.
- Pasa- ella se quita de la puerta para que él pase primero.
- Modales ¿Recuerdas?-.
- Claro, claro, mujeres primero- con ironía soltó.
El entro detrás de ella viendo que la casa es exactamente como la ve siempre. Se sentía diferente entrar él mismo pero sabe dónde está cada cosa. Vio la cocina sabiendo que antes de bañarse o lo que sea temprano ella cocina, vio la sala recordando que ella ve sus serie favorita antes de dormir y su lado favorito del sofá es exactamente dónde ella se acaba de sentar.
- No es mucho como tú lujosa mansión de ensueño pero, me es cómodo- extendió sus dos brazos refiriéndose a su casa.
La verdad no entro exactamente a ver el lugar, nisiquiera para recordar sus rutinas, tenía algo en mente...
- ¿Tienes algún medicamento para el dolor de cabeza?- le preguntó.
- Si, vengo en un momento. Está en mi habitación ¿Tienes hambre? No solo soy buena haciendo dulces, te prepararé algo al bajar-. Se paró y fue hasta las escaleras.
Megamo sonrió ladinamente.
<< Todo sale perfectamente>>.
Él mejor que nadie sabe que ella guarda esas pastillas exactamente en el segundo cajón al lado de su cama en su cuarto ya que llega con dolores después del trabajo.
¿Pero porque la necesita en su habitación?
Él se dirige a la cocina ahora mismo...
(...)
• Escena 16+. Se recomienda discreción•
Ayano abrió la gaveta y revolvió todos los medicamentos buscando el acetaminofén en pastillas para él. De pronto escucha sonidos de algo roto abajo, toma la pastilla rápidamente y corre hacia la puerta curiosa sobre lo que ha sucedido.
Su cuerpo fue apresado contra la pared fuera de la entrada de su habitación de un momento a otro, alzo la vista chocando con unos ojos lavanda que la examinaban. Los brazos del Saiko estaban a cada lado de su cabeza y le impedía intentar alejarse.
- M-Megamo, ¿Rompiste algo accidentalmente?- su voz temblorosa logra salir.
- Si. Te lo compraré después- suspiro sobre sus labios acercando a un más su rostro a ella.
- Y-yo no te creo, dijiste que me comprarías el celular y no lo hiciste- ella se intentó alejar girando su rostro.
- Hm- toma su cara y la obliga a mantener contacto visual con él- Sabes que no necesito comprartelo, soy el dueño- se acerca a un más y susurra en sus labios - Y ya no me duele la cabeza-.
Y la besó.
Fue un beso lleno de lujuria, ardiente demasiado. Podía sentirla corresponder igual y enrollar sus brazos alrededor de su cuello acercándolo más por la nuca, el guío sus manos hasta su cintura acariciando cada parte de ella. Su lengua invadió la boca ajena uniendo su saliva, recorría su boca con entusiasmo y la sentía tan suya ¡Dios! Iba a explotar.
Su pantalón se apretó indicando que su erección estaba más que presente y ella lo sintió justo en su pierna mientras lo besaba.
Algunos jadedos salieron de su boca cuando lo sintió acariciar sus glúteos sobre el vestido. Sentía su centro calentarse mientras el besaba la comisura de sus labios y bajaba a su mandíbula, luego bajo a su cuello mordiendolo levemente.
- Ah- jadeó.
Megamo movió parte de su vestido para dejar besos por sus hombros. Su lengua se sentía tan excitante en su piel, le daba una sensación de algo muy mojado y caliente en un área tan sensible como su cuello.
- Ah,a-ah-. El hombre bajo a su busto ( que se le hizo cómodo ya que su vestido tenía escote), y comenzó a besar desde afuera dejando lamidas y lamidas.
Ayano sentía que su ropa interior se mojaba por sus fluidos gracias a la excitación que sentía. Cerró los ojos con fuerza mientras seguía gimiendo.
- Vamos a un lugar más privado-.
Y en un abrir y cerrar de ojos Megamo la cargo haciendo que ella cruce sus pies en su cintura y agarrándola firmemente del trasero mientras la transportaba a la habitación. Soltó uno de sus glúteos y tomo la perilla de la puerta para cerrarla detrás de él.
Solo ellos serían testigos de hoy.
Nadie la arrebataría a Ayano jamás.
(...)
¡Hola! Este es el capítulo
¿Qué les pareció? Está largo, pero debía aprovechar toda esa inspiración que me llegó luego de ver Heathers (1886) es una película.
¡Nos vemos en la próxima actualización! H
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