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Capítulo 40: Diferentes Puntos de Vista.

Las hermosas y grandes peceras frente a ellos denotaban limpieza. Con asombro Ayano miraba cada vez nadar por toda la pecera. Algunos rojos,dorados con naranja,peces León,peces Beta... Muy pocas veces había visto peces ya que no solía ir a ríos y los de playa no eran tan encantadores.

– No sabía que podían ser tan grandes los Beta– dijo apegandose al cristal.

– Yo menos– se colocó al lado de ella.

Han estado caminando unos 30 minutos viendo cada parte del acuario juntos.

En estos días Ayano estuvo intranquila luego de la fatídica noche con Taro ya que los días siguientes el chico no se presentó en la universidad y tampoco se presentó en la fiscalía siendo tildado de prófugo. Ella no estaba preocupada por él,sino por ella y que podía hacer ese lunático.

En ningún momento la abandonó.

Budo le prestaba más atención que nunca y notaba cuando ella mentía... Incluso se ha vuelto muy mentirosa está semana.

– ¿Está todo bien?– le preguntó mientras la dejaba en su casa.

– Si,no te preocupes Budo-kun–.

Él no está de humor para seguir fingiendo que le creía,mientras más pasaban las horas ansiaba salir con ella y tener está oportunidad.

El acuario estaba con algunas personas ahí,parecía casi vacío hoy. Puede ser porque es miércoles y la gente siempre está o estudiando o trabajando esos días.

– ¡Mira eso!– señaló la fémina un largo camino de una pecera gigante.

Tomó a Budo de la mano y prácticamente lo arrastró consigo.

Las hermosas luces que tenían esos hermosos contenedores se reflejaban en los ojos de Ayano al mirarlas su curiosidad se apreciaba al visualizarla admirar ese objeto lleno de vida en sus adentros. Con cautela miro hacia delante y hacia atrás y se dió cuenta de que el pasillo está solo.

O podía aprovechar la oportunidad o podía acobardarse.

Prefirió la primera opción.

– Ayano estaba pensando en... – sus nervios se apoderaban de él poco a poco –  Mira,tu y yo somos adultos ya. N-no estaría mal salir a-a beber un rato,a divertirse o algo así – luego lo reconsideró y solo comenzó a hablar rápido – AunquemejorolvidaloesmejorestarbajoperfilconTarosuelto–.

Ella solo sonrió y puso una mano en el hombro de su acompañante.

– Budo,es la mejor idea que haz tenido– le apoyo– Necesito sacar este estrés de alguna forma... ¿Puede ser el domingo?– le pregunto.

– Cuando quieras– le dijo mirando a otro lado.

Aveces era casi imposible contener su comportamiento de niño enamorado frente a ella.

– Domingo, 9:00 p.m.– le afirma.

Tenía el presentimiento de que esa sería una buena noche.

(...)

El Sol llenaba todo el lugar causando un calor insoportable lo cual era incómodo al salir del frío del avión. Lo más incómodo para el Saiko,claro.

Desde que salió de la aeronave tenía una cara de pocos amigos mientras caminaba firme hasta el aeropuerto. Para cualquiera que lo vea estaba de malhumor pero enrealidad... tenía una sonrisa brillante por dentro.

– Señor Saiko,un placer tenerlos aquí nuevamente– dijo el hombre que lo recibió y encargado de llevarlo a su mansión en Buraza.

Y es que si,tanto la mansión como la compañía en Buraza eran suyas ahora,el controlador y responsable hombre que es le hizo obtener todo lo que quería.

Oh bueno...
No todo.
Le falta
Algo que anhela.

Todo el camino a su mansión en Buraza le resultó nostálgico, aunque en sus rostro no había pizca de su sentir. Lo único que ocasionalmente lo descolocaba era recordar aquella noche oscura dónde le abrió a ella su corazón.

Rió ladinamente burlándose de él mismo.

Le provocaban risas recordar cómo su estado fue tan vulnerable frente a Ayano confesandole su amor (en cierto punto tóxico).

Él apartó el flequillo de ella con delicadeza y acaricio su cabeza. Acerco sus labios y... Beso su frente.

– Nos vemos luego,Ayano– le dijo soltandola.

Ella soltó un suspiro y le dijo:

– Yo también espero verte luego,Megamo– dijo con una sonrisa.

Pero él bien sabía que ella no lo esperaba,es más,que él venga sería una sorpresa para ella. Siempre la notó centrada en su propia vida como para preocuparse por Megamo Saiko,aquel que fue capaz de hacerla sufrir tantas veces burlándose de ella,humillando al y robándole besos ¿Y así fue capaz de decirle que la ama?

Sin embargo,el de pelo lavanda no se arrepiente de nada. Aún los besos y caricias que le dió no se borraban de su mente y ansiaba de verdad tener unos nuevos recuerditos.

(...)

Quizás era demasiado.

No estaba acostumbrada a fiestas ni a reuniones de ningún tipo,pocas veces había tenido la oportunidad de salir con todos los miembros del club de Karate en aquellos tiempos pero ahora cada uno está por su lado cumpliendo sus deberes como adultos. Se preguntaba que se sentiría descontrolarse un poco y gozar de la noche.

<<¿Me desmayaría?>>. Poco sabía si su cuerpo soportaría por primera vez en 19 años beber alcohol hasta emborracharse. Lo primero que viene a su mente son mareos,alucinaciones extrañas,visión borrosa y hablar burradas que es lo que pasa cuando alguien se emborracha pero aquello le aterra.

¿Por qué le aterra salir a divertirse así? Porque teme perder el control y ocasionar alguna pelea,su objetivo nunca ha sido herir a cualquier ser humano de manera descontrolada y descomunal,tantas historias ya escuchado ya de peleas de borracho que terminan en asesinatos que le provoca cierto temor. Además,no quiere quedar mal con el pelinegro Masuta.

De repente una llamada le entra a su teléfono y con cuidado se acerca a la mesita,lo toma y contesta:

– ¿Si?–.

– Buenas noches,querida– dice su padre atraves de la línea telefónica– ¿Cómo estás?–.

– Todo bien,padre ¿Y tú?–.

– Bien– responde – Escucha,quería preguntarte algo– su voz cambio a algo ronca y comenzó a toser repetitivamente.

La expresión de Ayano cambio a una preocupada y a su padre le siguió hablando – Eso no se escucha muy bien... Deberías ir al hospital– recomendó.

– Si,si. Me estoy medicado para eso. Solo es tos,no es tan grave– mintió – Quería preguntarte ¿Que era tuyo el chico que respondió a Ryoba la última vez que llamó?–.

Con los colores en la cara y su cuero tensandose la chica reconoció que se malinterpreto lo sucedido el domingo.

– ¿Q-qué?– respondió nerviosa – ¿Mamá no te dijo?–.

– Si,pero... Maldición, ¿Porque no me dijiste que tenías novio siquiera?– reclamo su padre.

Entonces ella quiso estar muerta.

Pero de la risa.

Pocas veces escuchaba a su padre maldecir,tenía ganas de morir de la risa ahí mismo pero sabía que se lo reclamaría ahí mismo.

– Papá,te juro que no es mi novio– explicó– no sé que te haya dicho mamá,pero no es lo que crees. Budo es mi amigo y vino a cuidarme por algo que pasó– aclaró – En caso de que tenga novio serás el primero en saberlo–.

Ayato suspiró con paz y se tranquilizó. Luego de eso siguieron hablando del trabajo,su día y sus estudios.

(...)

La oscuridad lo sucumbiá y sentía como poco a poco sus ojos y mente olvidan la luz del Sol.

Escucho como unas cadenas eran quitadas y una gran base metálica movida. Con algo de miedo se giró sobre el mismo y comenzó a mirar en todas partes.

Pun
Pun
Pun...

Se escuchaban aquellas pisadas que se acercaban más y más. Con dificultad Taro intento agudizar su visita para aunque sea divisar un poco de lo que se aproximaba (imaginándose lo peor). Mientras más las pisadas se hacían sonoras él más meneaba su cadena para ser escuchado (en caso de que sea alguien más y no su secuestrador/a).

¿Era mujer o hombre? Apenas lo sabía. Solo estaba acostumbrado a todos los días escuchar esa maldita máquina con batería aparentemente infinita encenderse y una voz robótica hablarle y recordarle cuál basura de la sociedad es.

– Deja de hacer ese molesto ruido. Nadie más te escuchara,digamos que estás en un lugar donde ningún humano podría acceder aparte de mi– dijo una voz masculina.

Con pánico el pelinegro comenzó a moverse más rápido y a intentar gritar con la mordaza puesta. Se movía como un gusano allí. Sin embargo, sabía que lo que sea que se acercaba se trataba de alguien malvado.

– Cada pared aquí tiene unos amortiguadores de sonido especiales,nadie podrá oírte ni aunque estén en la habitación de al lado– dijo el hombre mientras caminaba – Es extraño verte aquí en persona– encendió una lámpara que solo alumbraba a Taro – Te ves igual o más inmundo que en las cámaras nocturnas que deje–.

Inmediatamente cerro los ojos al molestarle la nueva luz que invadía sus ojos. Achino sus ojos para intentar divisar con esa poca luz a la persona que lo tenía allí pero había dos problemas:

1- No veía nada de el,se mantenía a una distancia considerable.
2- No reconocía la voz del individuo. Por más que intento recordar a alguien con quién haya tenido problemas con esa voz no podía recordar a nadie.

– Pero,no vine a decirte que tan lejos estás de la civilización– aclaró el portador de aquella desconocida voz – ¿Lo conoces?– arrojó una foto hacia Taro.

No se tardaron en escuchar gritos y gritos por parte del pelinegro,súplicas y lloriqueos.

<<Hanako... >>.

– Hanako Yamada,tu pequeño hermano– habló – Va en su último año de escuela,no tiene algún club en el que esté pero,creo que sí le gusta alguien ¿Sabes quién es?– preguntó con un toque de sonrisa sarcástica.

Taro volvió a gritar y a negar con la cabeza repetidas veces hasta golpearse con el suelo. Pero a él poco le importaba el dolor. Estos días ya estado recibiendo descargas eléctricas atravez de las cadenas que lo sostenían.

– Quizás te estés preguntando "¿Qué hara con el?" Y lloriqueando por eso. Pero,no debería importarte ¿Verdad? – comenzó a hacer un sonido repetitivo con sus zapatos – Desde que cumpliste 19 abandonaste a tu hermano, nisiquiera lo visitas– le hablo.

Taro quería desistir a ello,no quería ser manipulado psicológicamente por ese loco.

– O quizás te preguntes "¿Quien soy yo? Y ¿Porque quiere hacerme esto? ¿Que hice?"– imita a Taro con voz infantil exagerada – A mi... ¿A mí? A mí tu nunca me hiciste nada–.

Nada
Nada
¡Nada!

"A mí nunca me hiciste nada..."

La mente le dió vueltas a Taro y antes de darse cuenta ya estaba sufriendo una descarga eléctrica mucho más poderosa que las anteriores. Desesperado grito pero el secuestrador se hizo de oídos gordos.

(...)

A pesar de que la noche estaba calurosa y no estaba para nada perfecta para un paseo la mente de la pelinegra no dejaba de insistirle en que debía ir a comprar comida.

¿Porque?
Porque tenía pereza de cocinar.

Hoy no estaba su motivación principal con ella: Budo,ya que se encontraba trabajando algunas cosas para su dojō. Iría y pediría algo a Osano pero este lamentablemente estaba cubierto de tareas que no estaba dispuesto a dejar a un lado.

Así que dejó de darle tantas vueltas y tomo su celular y se fue cerrando con llave la puerta de su casa.

(...)

– Gracias Osoro ¡Me moría de hambre! – exclamó la pelinegra tomando el pedido con emoción.

Osoro solo asintió.

Ha estado trabajando como ayudante en una tienda de amburguesas que puso con su padre al este salir de prisión. Ahora lucía un pelo rubio amarrado en una coleta baja,unos aretes negros de círculos y un cuerpo bien formado. Un hombre hecho y derecho. Su cicatriz en forma de X no se había borrado y lo hacía ver peligroso y varonil.

Se limitaba a hablar poco con los clientes y a ser más de acciones,nunca se imagino en ese estado de todos modos. ¿Osoro trabajando? Duro unos 8 años en la calle en delincuencia y al final termino en una tienda de comida rápida,ja.

– ¿Y qué tal todo en casa? – le pregunta la chica.

A pesar de los años Ayano y Osoro no dejan de estar de amigos. Aunque muchas veces Osoro se alejaba y la evitaba por meses,ella lo perdonaba y entendía la ansiedad que este sentía al estar con amistades después de muchos años. No le gustaba sentirse apegado a nadie.

– Bien,dentro de lo que cabe – y desordeno un poco su coleta el de ojos amarillos.

– Deberías aprender a ser un poco más sincero – le miró con gracia – ¿Estás aburrido? Creo que se nota bastante ¿No haz pensado en salir por ahí?–.

– El trabajo me consume,así que a la mierda divertirse. En mis días libres solo quiero dormir y ver televisión en la casa – declaró levantando levemente sus hombros.

Ella solo negó divertida y se despidió con la mano mientras salia del establecimiento.

(...)

La tienda de decoración refinada y aparatos tecnológicos en cada vitrina exhibiéndose,ambos jefes hablaban.

– ¿Trato hecho?– extendió un papel de contrato aquel hombre de pelo castaño.

El de ojos lavanda solo tomo un bolígrafo y rápidamente firmo. Una sonrisa se esbozó en el uniformado de pelo castaño por el trato hecho. Ignorando aquello el Saiko se levantó del asiento.

– Un placer,pase buen resto de la noche– dijo y procedió a salir junto con su maletín en mano.

Apenas llega a Buraza y su itinerario ha estado completo. Sin descanso todo el día y noche,aunque ahora mismo acababa de cerrar su último encargo de la noche. Con cansancio (nada evidente debido a su estoico rostro),se fue caminando por el centro hasta llegar al parqueo afuera. Sentía miradas a sus espaldas pero en ningún momento se detuvo a mirar a nadie o se sintió incómodo.

En breve sintió como un grupo de adolescentes molestos cruzaba a su lado,y sin pedir permiso, chocaron con el amargado Megamo haciéndolo tirar por accidente al suelo su maletín. Quiso insultarlos pero cuando se dió cuenta ya se habían ido corriendo. Apretando la dentadura se abajo con educación y tomo el maletín en sus manos aora recogerlo.

Al levantar la mirada sintió un escalofrío que recorrió toda su espina dorsal. Frente a él cruzaba una joven pelinegra con una batida en su boca y una bolsa de comida en su otra mano,tan atenta a su comida que ni cuenta se dió de que el estaba ahí.

Boom,Boom,Boom...

Su corazón latía y sentía los vellos de su pescuezo y su espalda erizarse. Volteo rápidamente la cara para no ser visto. Y efectivamente lo logró,escucho sus pasos cruzar a su lado e ignorarlo.

<<Igual que aquello días en la escuela ¿No,Ayano? >>.

Muchas veces ignorado por ella o siendo evitado,es muy probable que nisiquiera lo vio y si lo vio evito alterarse y siguió su camino desconocía cualquiera de esas opciones.

Sentía aquel molesto tick que se le hacía al sentir curiosidad por aquella chica.

<< Te odio,te odio,te odio...>>. Repetía en su mente el hombre frunciendo el ceño mientras se volteaba a ver a la chica que iba tranquilamente saliendo del centro.

¿Porque solo a él parecía importarle? No era recíproco. Su corazón solo ha latido por ella... Y ella parece seguir y nada más. Él nunca podría ignorarla de esa manera,por más serio y molesto que fuera,siempre se acercó a ella (a su manera), sea de forma cabellerosa o no le gustaba verla enojada o... sumisa.

Con la cabeza rellena de pensamientos comenzó a caminar y a caminar tras las chica,con pasos leves sin sonido y siendo un infiltrado en su camino.

No podía dejar de pensar en tantos años que pasaron y ella nunca le escribió devuelta después de un tiempo,no se preocupo por el. Su sangre hervía al recordar cada momento juntos justo ahora... Es como si no fue nada para ella.

¿Acaso le importaría que vuelva?

Se adelantó entre el gentío y cruzo la calle siendo más rápido que ella y dejándola atrás,no estaba dispuesto a seguirla todavía. Apretó sus puños en su maletín dejando sus nudillos algo rojos.

La miro y recordó aquellas veces que ella estaba feliz o tranquilo pero él aparecía y...

Oh,si.

Esa es la respuesta.

¡La única solución!

La única forma de hacerle ver lo que él siente es... Recordándole como se sentía ella igual. Como su cara cambiaba a una de incomodidad al verlo... Aveces era lo mejor ver cómo el tenía autoridad sobre ella de esa forma.

La única forma.

(...)

Estaba taaan hambrienta que una vez llegue a su casa devoraría cada cosa que compro. Aunque no pudo resistirse por la batida,sabía que podía hacerlo con las amburguesas.

Ahora se dirigía a la estación del bus para tomar uno y volver a su casa a descansar y comer.

Antes de cruzar la calle sintió un pequeño jalón en su vestido y rápidamente se giró. Un pequeño niño estaba dando toquesitos para llamar su atención.

– Oh,hola– dijo – ¿Sucede algo pequeño?– pregunto amablemente la chica.

– El hombre que está allá dice que la ha estado esperando mucho tiempo y que bueno que la ve– dice alegremente el niño apuntando hacia el sitio.

Ella miro hacia el frente...

<< Oh Dios mío... >>.

Sentía que allí mismo le daría un infarto.

Ese pelo liso y perfecto, ese traje costoso junto a los zapatos,ese aire de grandeza y esos ojos lavanda...

Él... Él es... Megamo Saiko.

Su corazón se aceleró muchísimo y apenas se dió cuenta cuando el niño se retiró nuevamente y la gente solo se iba por allí.

Poco a poco sentía como el tiempo se detenía y quedaban solo ellos. Él del otro lado de la calle con sus brazos cruzados y dedicándole una mirada cargada de seriedad,ambos de lados opuestos de la calle pero frente a frente.

No sabía si cruzar la calle y esperar el autobús allí o irse a casa a pie. Maldición,no quería enfrentarlo. Sabía que estuvo mal alejarse de él de esa manera pero ¿Alguna vez fueron cercanos? Nisiquiera cuando se besaron se sintió cercana a él.

– M-Megamo ¿Co-como haz estado?– preguntó mientras se disponía a caminar lentamente cruzando la calle.

Él no respondió,afiló más su mirada hacia ella.

El nerviosismo a la fémina le dió por arreglar sus ropas y sobar su brazo repetidas veces.

Megamo lo noto y solo sonrió por dentro,había atinado.

En un momento ya habían quedado de frente pero a una distancia considerable. Tan cerca pero tan lejos. La gente solo seguía caminando sin importarle aquellos dos que tenían una tensión increíble en aquella parada del autobús.

– Nunca me equivoqué contigo Ayano, solo finges para agradarle a la gente y cuando logras lo que quieres te vas y ya– decía de forma baja y firme mientras se acercaba a ella.

La de ojos azabache solo mordía su labio inferior aguantando la vergüenza que sentía.

– Pero solo querias eso ¿No? Dejarme enamorado y luego a un lado ¿En qué te beneficiaba? Solo querias sacarme de alguna forma de tu camino... – le dijo con una rabia evidente ya más cerca que ella.

Sintió una pequeñas lágrimas bajar por sus ojos,tan cristalinas y cargadas de tristeza y arrepentimiento.

<< ¿Qué habrá pasado Megamo?>>. Se preguntó.

– ¿Porque lloras? No te estoy gritando ni golpeando – reclamó – Basta de hacerte la víctima. Yo nunca te obligue a nada ni te agredí. – se atrevió a sostenerla de las muñecas – No tengo que disculparme por nada–.

– Lo siento mucho... – susurró ella.

Recordaba cada humillación,cada palabra hiriente que él le dedicaba ¿Y aún así se atrevía a decir que le hizo nada malo?

– Eres lo que eres, vives atrapada en el maldito pasado. Intentas avanzar dejando a todos atrás ¿Eso quieres? A mí tu nunca me dejaras atrás,siempre estoy cinco pasos por delante de ti– y la soltó.

En ese momento ni cuenta se dió que el autobús había llegado, rápidamente se limpio las lágrimas y se despidió con la mano levemente de Megamo quien solo la miro y no dijo nada.

Suspiro y subió al transporte.

Se sentó al lado de la ventana y al mirar Megamo seguía allí mirándola con esos ojos reprochantes... El autobús entro en movimiento y ella no pudo despegar su mirada de el. A medida que iba avanzando el autobús más y más lejos se veía hasta desaparecer.

Miro en sus manos la comida que llevaba con desilusión.

<< Genial,se me fue el hambre>>.

(...)

Lo siento por ausentarme 3 semanas pero perdí algo de inspiración pero me forcé a reponerme por ustedes,merecen más de mi. Soy una artista,es inaceptable que pierda inspiración así jajaja. Les tengo como forma de disculpa este capítulo largo más que los anteriores.

• ¿Pueden resaltar las diferencias entre Budo Masuta y Megamo Saiko aquí? •

No olviden votar ⭐ y comentar 💬 ¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

¡Nos vemos en la próxima actualización! Los/as amo lectores ❤️





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