Capítulo 38: No es como parece.
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Apenas eran las 2:00 p.m ambos pelinegros acababan de almorzar. Budo había pedido ir a casa de Ayano a cocinar junto a ella.
A pesar de que insistió bastante en hacerlo solo la chica no pudo contenerse y se paró junto a él a cocinar colocándose un delantal.
Se veía más hermosa que nunca concentrada en lo que hacía.
Después de terminar no pudo evitar probar la comida y pensar en ella, era como si todo lo que hacía estabas hecho de su total amor.
Si ella funciona bien y él también ¿Juntos es perfección? Porque todo lo que salía de la unión de ambos resultaba armonioso y bello.
Le ayudo a recoger los trastes y a limpiar todo como solía hacerlo; a él no le molestaba ayudarla a limpiar cada vez que podía.
<< ¿Y qué hora es?>>. Se preguntó.
Hace rato estaba muy pendiente del reloj en su celular puesto que no ha olvidado la salida de Ayano con Taro Yamada hoy.
La verdad estaba aterrado ¿Y si su amor por él volvía? Dicen que el primer amor nunca se olvida.
No quiere perderla...
Es imposible para él imaginarse un rato devuelta a casa en silencio sin sus risas,bromas y anécdotas de su día ¿Alguna otra chica seria capaz de encantarlo de esa manera al hablar de sus sueño? Los anhelos de Ayano se convierten en los que él desea ver: a ella feliz.
Ya tiene unos hermosos 4 años junto a ella que no se borrarían de su mente por nada y no esperaba ni quería que terminen así.
– ¿Estás bien?– pregunto Ayano colocando su mano en el hombro del alto chico.
El joven dió un respingón ya que nisiquiera se dió cuenta de la prescencia de la muchacha en primer lugar.
– Ah, Aya-chan pensé que estabas lavando el baño aún– dijo tranquilizandose– Continuo en lo mío,no te preocupes–.
– Bien...– se alejo un poco de él y Budo siguió barriendo la sala – Budo-kun... Estaba pensando en que podríamos hacer algo –.
Él se paró y la miró curioso.
– ¿Qué cosa?–.
– ¿Te gustaría salir conmigo? Quizás podríamos ir al acuario,nunca he ido. No tenía el interés antes –.
La mano del entusiasta Budo tomo la suya con rapidez y ella vio un destello en sus ojos grises.
– ¡Claro que sí! ¡Tengo el dinero suficiente!– exclamó alegre.
– No es necesario que lo pagues todo,yo puedo. Tengo muchos ahorros– la independencia de Ayano era excepcional.
– En partes iguales– se refirió a los gastos – Entonces te vas a alistar ahora y yo también a mi casa,te paso a buscar en una hora– y se volteo para irse.
Su emoción en ese momento era única pues la mujer que lo tenía enamorado una vez más lo invito a salir. No es como ir todos estos años juntos no hayan salido más de una vez, aveces él la invitaba y aveces ella a él.
Pero no duro tanto la emoción.
– ¡Es-espera Budo!– ella lo tomo por la muñeca antes de que se vaya – Olvidas algo importante–.
– ¿Eh? ¿Qué cosa?– dijo extrañado.
– Budo,tengo que salir con Taro hoy en... – miro su reloj de pared– 30 minutos–.
<< Maldición,lo olvide>>.
Era cierto,Budo en su emoción se olvidó de aquel detalle tan importante.
– Ah... – agachó un poco su cabeza con vergüenza – ¿Y cuando iremos?– preguntó.
– ¿Te parece bien el miércoles?–.
– Si– asintió.
– Ahora,me iré a arreglar para irme. Muchas gracias por venir Budo– le dió un breve abrazo.
Entonces su nerviosismo volvió no solo por el abrazo sino por recordar que ella saldría.
Ayano es tan hermosa, inteligente e independiente... No es tan fácil enamorarla. Lo ve desde su punto de vista que en 4 años no ha podido pero ¿Sería Taro capaz de hacerlo en un día?
Prefiere confiar en ella. Sabía que ella se sentía incomoda al hablar de Taro y mucho más al hablar con el. Probablemente no pase nada y solo está exagerando las cosas.
(...)
De camino al parque Ayano estaba saludando algunos de sus vecinos que con el tiempo ha llegado a conocer. Llevaba un hermoso vestido que llegaba hasta sus rodillas de color negro con blanco que no tenía tirantes y realzaba su busto.
En eso una persona paso delante de ella,pareció quedarse quieto mirándola así que sin titubear la joven se giró en su dirección.
– ¿Ayano... Aishi?– dijo el hombre.
Tenía el cabello castaño,una altura de unos 1,78 metros,ojos rojos y camisa con pantalones largos negros.
– ¿Mido-Sensei?– preguntó ella al reconocerlo.
El hombre sonrió de lado dando esa misma mirada que siempre solía dar hace años.
¡Claro que es el! Probablemente tenía algunos 27-28 años ahora. El tiempo ha pasado pero él seguia luciendo radiante.
– ¿Cómo te va?– pregunto acercándose a ella.
– Bastante bien. Ya estoy en la universidad– responde.
Él la examinó de pies a cabeza,ella de verdad cambio muchas cosas.
– ¿Y que elegiste estudiar? –.
– Educadora,quiero ser profesora– admitió – Es extraño encontrarlo por aquí,nunca lo había visto. Vivo cerca–.
– Es que recién me mudé ayer. Que suerte tener a Ayano Aishi como vecina– y sonrió de forma risueña.
Ayano rió,esta actitud de él le traía muchos recuerdos.
– Espero verlo más seguido– decía despidiéndose de él– ¡Nos vemos luego!–.
Y ahí también se despidió,estaba sorprendido. Quizás su físico cambio pero sigue siendo aquella estudiante agradable.
(...)
Ayato, padre de Ayano, se encontraba en su descanso en el trabajo como abogado. Con simpleza repitió el mismo procedimiento que ha estado repitiendo hace rato: acercando el cigarrillo a su boca inhalando el humo y expulsandolo luego de unos segundos.
Eso hace en su tiempo libre.
No hay un día que no lo haga, poco le importaba su salud, lo hace para calmar su depresión al estar lejos de su hija mas los problemas con su esposa... Ryoba nisiquiera se ha dado cuenta y tampoco lo haría Ayato puede llegar a ser muy meticuloso para ocultar aquello.
Al terminar de fumar se apresuró en ocultar toda la evidencia y lavar su boca.
Tilili,tilili,tilili.
Sonaba el teléfono de su oficina. Con pocas ganas lo tomo ya que sabía que se trataba de las típicas llamadas de su esposa.
– ¿Ryoba?– pregunto.
– Si cariño,soy yo. Te prepare tu comida favorita justamente hoy de madrugada para que la lleves al trabajo pero... Veo que la dejaste ¿No te gusto? ¿Necesito mejorar algo?– decía con un toque de tristeza.
Los ojos del hombre se abrieron mientras se pasaba la mano por la frente – No,no ¡Te juro que se me olvidó! Estaba muy apurado está mañana,que desastre. No necesitas cambiar nada de tu cocina–.
– Debes estar hambriento ¿Quieres que pase a llevarte tu comida?–.
– No,no te preocupes,comeré cuando llegue a casa. Pediré algo por internet– dijo despreocupado.
– ¿Dices... que la comida de otros es mejor?– con una voz sombría expresó la mujer.
– No,Ryoba– se puso firme el hombre – Digo que compraré comida y cuando llegue comeremos juntos. Nadie cocina mejor que tú,solo es comida para no morir de hambre– aclaró – Por cierto,creo que deberías llamar a Ayano para saber cómo esta ya que hoy es su día libre– recomendó hacer– Te amo,cuídate– y le cerró el teléfono.
En otro momento solo hubiera cedido a las peticiones de Ryoba y hubiera dicho un millón de mentiras para no herirla pero ya no era así. No podía seguir siendo un esposo sumiso ante todo y dejar que su esposa amada le quite la libertad. Tampoco es como si llegara a maltratados alguna vez ni sea de forma verbal o física. La respeta pero ella también debe aprender a respetarlo a él como su esposo y comenzar a tenerle más confianza.
Está satisfecho con su cambio.
Tosió un poco y se puso a trabajar con unos archivos de un caso que tenía.
(...)
Los niños jugaban alegremente en un lado este del parque,del lado oeste se encontraban haciendo ejercicio y justo en el sur estaban un grupo de mesitas de almuerzo dónde claro Ayano y Taro estaban sentados.
Taro se encargó de llevar comida para ambos (que Ayano no había pensado en ello). Ha estado siendo muy amable con ella... Nisiquiera parece el mismo chico que la rechazó hace años. Podía notar como si el chico trataba de adentrarse en ella.
Observó todo el lugar y habló – Aún no superó completamente lo mucho que cambio este parque. Las nuevas remodelaciones... Antes estaba algo oxidado pero me traía muchos recuerdos– decía refiriéndose a su infancia con Osoro.
– Algunas veces es mejor cambiar las cosas viejas por cosas nuevas y de calidad. Es mejor evitar algunos daños... colaterales– y bebió un sorbo de su jugo.
Enrealidad lo decía con su doble intención. Taro nunca se quedaba con mujeres mucho tiempo y prefería cambiarlas. Ahora su nuevo objetivo es la Aishi. Ahí estaba él portandóse tan bien... Una máscara era lo que ella solo veía y probablemente no se ha dado cuenta.
Para él esto estaba funcionando. La veía nerviosa y evitando mirarlo.
<<Claro,aún le gustó. El primer amor jamás se olvida>>. Pensaba.
Aunque básicamente el es una excepción,le resultó fácil dejar a Osana de lado.
La sonrió fingidamente a Ayano y acercó su mano hasta ella. Con delicadeza acaricio su cabello y la vio morderse los labios.
– Estás muy hermosa hoy, Aishi– le dijo – Tu cabello es tan suave... –.
Ella soltó una risa nerviosa y se apartó de él.
En la mente de ella solo estaba la apariencia y sonrisa del karateka que la tenía cautivada.
– Muchas gracias, Taro-san también te ves bien– dijo con simpleza y una sonrisa.
Después de eso se pasaron el tiempo hablando y hablando... Que su madre y su padre no viven ya en la capital,que trabaja como bibliotecario,que está soltero,etc. Ella apenas quiso hablar de ella y su vida,se limito a hablar de sus planes a futuro y sus gustos de comida.
– Parece que se hace de noche... ¿Quieres que te lleve?– dijo el chico mientras señalaba su motocicleta.
A Ayano le sorprendió ver eso,Taro parecía más un tipo de autos pequeños pero al parecer esta tarde se dedicó a mostrar que nada es lo que parece.
– Vivo muy cerca de aquí,no es necesa.. - fue interrumpida.
– ¡Por favor déjame llevarte!– le rogó – Almenos sabría a dónde ir a llevarte la tarea los días que no vayas... ¿Qué dices?– insistió.
La fémina se acaricio el brazo derecho levemente con nerviosismo mientras asentía. La verdad no tenía un buen presentimiento pero la convenció un poco con lo de la tarea.
El pelinegro la agarro inmediatamente de la muñeca haciendo que nuestra protagonista se sonroje y camine junto a él hasta el transporte.
(...)
Se paró,camino toda la habitación y se volvió a sentar en la cama,prendió la radio y la apagó,reviso cada canal y ninguno estaba lo suficientemente interesante para verlo,vio sus redes sociales, comió e hizo todo denuevo.
Estaba inquieto.
No pudo evitar llevar su dedo pulgar hasta la galería de su celular y ver sus fotos con Ayano. La vez que fueron al centro comercial, al museo, a una pizzería, a sus primeras vacaciones después del torneo de karate... No es como si estaba obsesionado con ella y la quería completamente para él ¿Acaso no podía sentir un poco de celos por Taro? Solo tenía miedo de que sus días con ella se acaben...
La ama demasiado como para rendirse.
No se dió cuenta cuando unas pequeñas lágrimas se deslizaron por sus ojos grises hasta su barbilla.
Se imaginaba a la joven apartarse de él poco a poco... Más que rabia esto le generaba tristeza y lo ponía vulnerable.
<< Ayano... ¿Qué estarás haciendo ahora?>>. Pensó mientras colocaba su celular en su pecho y soltaba un largo suspiro.
(...)
El chico aceleraba por ratos haciendo así que Ayano se agarre con más fuerza a él,sonreía ladinamente ya que este era su objetivo.
Ella señaló una casa anunciando que allí vivía,Taro se sorprendió pues conocía que ella vivía allí por Hanako pero no pensó que seguía viviendo allí después de tantos años.
– Es aquí–.
Él estacionó su motocicleta delante del hogar en la acera y la joven se desmontó.
– Muchas gracias por..- fue interrumpida.
– Te llevaré hasta la entrada,no quiero ser tan descortés de dejarte sola aquí afuera–.
Ella asintió. Aunque no se sintió bien por ello... Podía protegerse sola. Pero entendía que quizás Taro no era consciente de su fuerza,a diferencia de el Budo si conoce de ello y confía en ella.
Vio al chico apagar la motocicleta y lo siguió con la mirada hasta verlo colocarse junto a ella. Suavemente caminaron hasta la puerta de Ayano,ella sacó sus llaves y abrió y se dispuso a entrar.
– Oye,Ayano... – la llamó.
Ella volteó pero... Ya era tarde para reaccionar; Taro la tenía acorralada contra la puerta. Podía sentir su aliento en su nariz haciendo que su cara se caliente. El chico levanto una mano hasta acariciar de forma sensual la barbilla de la chica y su nerviosismo no hizo más que incrementar por cada toque.
A su mente vino un recuerdo: su primer beso con Megamo Saiko.
No,no debería ser así y ella ya no era la chica sumisa que alguna vez fue con Megamo. Tampoco Taro lo merecía.
Abrió sus ojos completamente al ver al chico cerrar sus ojos y aproximarse con los labios directo a los de ella. Entro en pánico y solo pudo hacer algo...
Se escuchó un fuerte sonido inmediatamente junto con el rostro de Taro girado hasta un lado con su mejilla derecha enrojecida con una marca de mano.
– ¿Por qué... hiciste eso? – preguntó el Yamada lentamente mientras acariciaba su mejilla herida.
Ella estaba roja pero ya no de vergüenza sino de furia.
– Tu... ¡¿Qué tratabas de hacer?! Solo salimos hoy ¡¿Estás loco?!– le gritó reclamándole.
El ceño del chico se frunció inmediatamente y no pudo controlarse. La tomo del cuello apegandola a la pared.
– Escúchame bien,Aishi– Presionó más su cuello privandola del habla – No debiste golpearme–.
Con desesperación la chica se retorció hasta hacerlo aflojar su agarre en su cuello,el cual tenía sus marcas ya, y apartar las manos de el con las de ella de forma fuerte.
– ¿Por-porque? Es lo que te m-mereces después de todo. De la misma forma golpeabas a O-Osana– dijo ella.
Ayano sabía todo,como Taro golpeaba a Osana por reclamarle por ver a otras chicas,sabía perfectamente que Taro no es normal.
– ¿Y eso quien... – estaba a punto de preguntarle cómo sabía pero en eso su mente hizo Click en Osano– Ese bastardo ¡Es un idiota! Y tú... No le contarás de esto a nadie– la apunto desafiante.
Ella se aterrorizó al sentir al chico abrir la puerta de su casa d intentar arrojarla dentro. Pero su fuerza de voluntad fue mayor, años de entrenamiento con Budo no fueron en vano.
– ¡Porque te defiendes tanto! ¡¿Acaso no estabas enamorada de mi?! – la logro patear en uno de sus pies haciendo que caiga y cerro la puerta de la casa inmediatamente con seguro.
Genial,ahora estaba atrapada en su propia casa.
– Eso fue... hace años– dijo apenas sosteniendose la cabeza con un gran dolor ya que ahí se golpeó al caer.
– Yo tendré lo que quiero y me iré. No tendrás que preocuparte por mi después,no volveré–.
Y se colocó encima de la chica sosteniendola por los hombros apegandola al suelo.
– No podrías hacerlo. Tu consciencia no te dejará vivir ¿No te das cuenta? Nos veremos todos los días en la universidad en las mismas materias Taro... – dijo forzosamente la joven – Si paras ahora lo dejaré pasar y te ignorare el resto de mi vida– insistió.
El pelinegro nisiquiera hizo caso y procedió a tomar un pañuelo que tenía en su bolsillo hasta enrollarlo y ponerlo en la boca de Ayano impidiéndole gritar o hablar. Ella se removía como un gusano desesperado ah ansiando liberarse.
De pronto ella soltó un gran jadeo ahogado al sentir como su escote era bajado hasta más allá de sus senos sacándolos en el proceso.
– Maldición... Se ven mejor de lo que pensé– comenzó a acercar su mano a uno de ellos hasta tocarlo con deseo – ¿Alguna vez... tuviste relaciones sexuales con alguien,Ayano?– pregunto mientras acercaba sus labios a su cuello y con sus manos acariciaba sus senos – Estoy muy bien aquí debajo,te prometo que vas a sentirte genial–.
Ayano sonrió internamente. Algo pasaría. Aprovecho la distracción del bibliotecario y lo pateó con su rodilla fuertemente en la entrepierna el chico se encogió del dolor y ella rápidamente aprovecho para ponerse de pie. Se apresuró en arreglar su busto y cubrirlo nuevamente.
Con toda la fuerza que tenía agarro a Taro del cabello hasta arrastrarlo hasta la salida sintiendo como este luchaba por liberarse. Ella lo arrojó hasta fuera y cerro rápidamente la puerta con seguro y gracias a Dios había cerrado todas las ventanas igual antes de irse.
– ¡Vete de mi frente o llamaré a la policía!– grito molesta.
Honestamente esperaba que se haya desmayado por la forma en que lo arrojó tan fuerte hasta afuera.
Se acercó a la ventana junto a ella y abrió la cortina levemente para ver como el chico se levantaba molesto del suelo con rasguños en toda la cara y el pelo despeinado,se sacudió el polvo y miro en dirección a la casa de Ayano y gritó:
– ¡Eres una hija de perra,Aishi! ¡Tarde o temprano me vas a necesitar! ¡Maldita virgen!– y tiro una roca a la ventana de la cual Ayano se apartó rápidamente.
Entonces el chico se fue a su motocicleta y a toda velocidad como si fuera el mismo diablo se alejo del lugar.
Ella entonces suspiró aliviada y se dejó caer al sofá de la casa. Estaba llena de impotencia por haber sido tocada son su consentimiento y peor por haber sido golpeada igual. Pensó en denunciarlo pero... Simplemente no tenía fuerzas para ello. Antes de que se dé cuenta estaba ya soltando cristalinas gotas gruesas de sus ojos y sollozando.
Debió haber seguido su instinto y no dejarla acompañarlo a casa. Después de todo es un completo desconocido.
El sonido de una llamada en su teléfono celular la distrajo y rápidamente se seco las lágrimas para contestarlo,pero esto no duro tanto.
"Ayano ¿Cómo te fue?" Decía atraves del teléfono Budo.
Ella no pudo aguantar y se puso a llorar alertando demasiado al Masuta.
" ¡Hey! ¿Q-que paso Aya-chan? No,no,no me digas. Iré ahí inmediatamente a verte. Ya voy" y cerro el teléfono.
Ella solo se acurrucó en ella misma en el sofá mientras lloraba.
(...)
En la desesperación por ir rápido Budo tenía más velocidad y cuidado de lo normal en su auto. Tenía poca imaginación ahora mismo y nada le venía a la mente sobre lo tan malo que pudo haberle pasado a Ayano para que llorara así.
De pronto una motocicleta más rápida aún salió de la nada haciéndolo frenar de golpe casi teniendo un accidente. Pudo apenas ver qué quien estaba en esa rápida motocicleta era Taro quien nisiquiera se detuvo.
– ¡Maldición!– exclamó Budo mientras golpeaba el volante,luego,solo siguió su camino a casa de Ayano.
(...)
Ahí estaban ambos,el la abrazaba con delicadeza mientras ella se tranquiliza a en su pecho. Apretó sus puños con fuerza y habló:
– La próxima vez que lo vea... Le romperé la motocicleta en la columna vertebral– dijo amenazante – ¿Cómo se atrevió a hacerte eso? Es verdad que te ves bien,pero eso no es razón. No tiene justificación de nada. Es un cobarde que deberías denunciar–.
– Yo... Lo haré mañana temprano, pero, quiero que vayas conmigo– le suplicó – Me da vergüenza decir sola lo débil que fui... –.
– Estoy para ti – le dijo aceptando – Que suerte que eres tan fuerte Ayano... No digas que eres débil denuevo,te salvaste de algo que no muchas mujeres lo hacen– le acaricio la espalda de forma fraternal – Yo nunca te vería como una mujer débil– le sonrió levantando su cabeza para secar sus lágrimas – Eres una mujer hermosa y fuerte–.
El rostro no pudo evitar calentarse,sus labios se entreabrieron y sus manos se entrelazaron con las de él.
Definitivamente la mejor decisión de su vida ha sido elegir a Budo como el chico a quien le podría entregar todo su amor.
– Ya ha pasado mucho hoy,vete a dormir Aishi-chan. Mañana temprano vendré por ti y estoy seguro que harán pagar a ese idiota– y colocó una mano en su hombro de manera reconfortante.
– No me puedes mandar a dormir,no eres mi madre Budo,además... Yo no tengo sueño– le dijo mientras lo abrazaba.
– ¿Ah? – la miro confundido – A-Ayano-chan debes descansar–.
– Quédate...– le sugirió – No me siento segura quedándome sola– .
– Está bien... – aceptó – Pero dormiré aquí en el sofá. Prometeme que te vas a dormir–.
Ella asintió múltiples veces feliz y rápidamente le dió un pequeño beso en la mejilla antes de irse a su habitación. Él se quedó sorprendido y sonrojado mientras acariciaba su mejilla anteriormente besada,sonrió de forma tonta mientras se acomodaba en el sofá y cerraba sus ojos.
De repente sintió algo caliente encima de el y abrió los ojos encontrándose con una manta que Ayano acomodaba y colocaba un abanico delante de él para el calor.
– Bien,ahora sí. Buenas noches Budo-kun – se despidió.
Él también lo hizo y así se dispuso a dormir.
(...)
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