Capítulo 24: La Noche Fría Trae Recuerdos.
La noche tranquila comenzaba a asomarse,hace tiempo el Sol había abandonado el cielo para ser cambiado por uno estrellado.
Pero incluso con tantas estrellas ahí,ninguna se iluminaba más que la conversación de ambos jóvenes estudiantes.
Camino a la casa de Aishi,Budo ponía temas de conversación.
– ... Cómo estaba entrenando,no ví que detrás vino alguien del club de cocina a ofrecerme galletas ¿Sabes que pasó? Cuando me vine a dar cuenta que había alguien detrás de mi ya yo había lanzado una patada atrás ¡Terminé lanzando todas las galletas en su cara! – Decía mientras meneaba sus manos.
La chica se encontró algo asombrada mientras reía.
– Me sentí tan mal que tarde dos semanas ayudando en el club de cocina–.
– ¿Qué? ¿Tenías miedo acaso de que te envenen la próxima vez?– comentaba divertida la chica.
– Algo así– admitió para luego reír a carcajadas.
La chica reía mientras intentaba cubrir su boca levemente con sus mano. Masuta la miro y sonrió de lado.
– Antes pensaba que eras una chica muy seria–.
– Yo también,aunque según Kiba,muchas veces me convierto en payaso– admitió – Y enrealidad,no lo niego–.
– Me alegra conocer esta parte de ti– pronunciar con una sonrisa que lo acompaña.
En eso,llegan justo a la casa de la chica. Un pequeña ventisca mueve el cabello de ambos y le provoca un escalofrío.
– Parece que nevara– menciona mientras observa el cielo.
Ella procedió a abrir la puerta de su casa. Miro atrás y el chico seguía allí.
– Oh,pensé que se iría. Digo,ya sabe dónde vivo– dice mostrando confusión.
– No,no,debo esperar a que entres y estés segura. Hace mucho frío aquí– y masajea su nuca mientras sonríe.
<< Que tierno>>. Piensa la joven.
– Muchas gracias,Masuta-san– respondió dando una reverencia.
Budo la pudo no observar,sino,mirar. Tenía sus ojos puestos en ella. Sus opiniones claras de la última vez mientras la consideraba linda,no habían dejado su mente. ¿Podía realmente hacerlo? Es básicamente su alumna.
La vio despedirse de él y cerrar su puerta. Él solo pudo quedarse ahí.
¿Porqué su mente lo traicionaba de esa manera? Movió su cabeza para despejar sus pensamientos y sus pasos lo guiaron hasta salir de la calle y dirigirse a su hogar.
(...)
Sabía que algo no estaba bien desde el principio,debió dejarlo hasta ahí pero simplemente no pudo,algo la alentó a seguir.
¿Cómo no se dió cuentas?
Aquel escurridizo escalofrío que se apoderó de su columna vertebral y fue capaz de ponerle los pelos de punta.
" No,no,debo esperar a que entres y estés segura. Hace mucho frío aquí".
Recordarlo le sacaba una sonrisa. Eso le daba a pensar que no era ya solo una relación de maestro-aprendiz,no,no,esto era amistad.
Le gustaba que se preocupen por ella,al igual que ella se preocupa por sus amigos.
Sintió su mente agitarse y sus manos temblar. Probablemente ansiedad o algo así. Se fue a su habitación y se cambió de ropa. En un momento después,salió a caminar.
(...)
Estaba estresado. Sentía su corazón acelerarse para mal.
Descubrió los planes de Budo y Ayano de salir mañana. ¡Oh Dios! Cuánto comenzaba a odiarla. Ella ponía su vida cada vez más difícil ¿O acaso no se ha enterado que sus decisiones no solo la afectan a ella? Dah,sabía que no.
¿Porque simplemente no podía volver a enamorarse de Taro? Tendría todo,TO-DO. El amor de su madre,a su padre con ella,un novio... ¿Algo más perfecto que eso?
Removió los papeles en su escritorio y los guardo en la gabeta. Se levantó de la silla y empujó su silla movediza hasta la ventana que estaba cerrada y cubierta por una lona negra. Con sus dedos,deslizó la lona y abrió un poco la ventana. Sintió una brisa fría entrar por ahí y con curiosidad asomó su cabeza para ver.
Comenzaba a nevar. Afuera estaba frío y las calles poco a poco comenzaban a tener manchas blancas que luego terminarían por teñir toda la ciudad.
Puso una mano en su barbilla pensativo. Luego, asintió concordando con lo que sea que estaba pensando y se paró de la silla. Se dirigió hasta su closet y de allí saco un gran abrigo café especial para las nevadas y se lo colocó. Se acercó ahora a su pared donde yacia colgado su primer regalo: una bufanda roja.
La toco dudoso,muy poco la ha usado,quizás una o dos veces. Simplemente la tomo y se la colocó y salió de su casa.
Poco le gustaba salir ¿Porqué? Porque le recordaba la libertad que todos tenían pero él no. Simplemente nunca fue libre de salir. Ahora mismo,solo estaba saliendo porque él era la única persona que estaba en su casa ya que su madre se encontraba ese día fuera por trabajo.
Pasó cerca de un parque. Sus toboganes estaban algo gastados mostrando en sus manchas de óxido el tiempo largo que llevan ahí,columpios en buen estado,quizás remodelados y sube-y-bajas unos 2.
Se imagino por un minuto a él ahí, pequeño feliz jugando. Subiéndose a la resbaladilla hasta raspar sus rodillas con caídas improvisadas o dando tantas vueltas en el columpio hasta caer fuera del parque.
Una expresión de tristeza se poso en su rostro. Era algo tan triste para él... Cómo deseaba escapar.
Movió sus pies para salir de ahí y volver a su casa. Si seguía ahí iba a caer en una profunda depresión. Por eso no sale,esto es lo que ver el mundo ocasiona en él.
Lamentable adolescente de pelo rojo que arrastra una carga que nisiquiera debería ser suya.
(...)
Miraba su camino mientras caminaba lentamente por la acera.
Llegó ahí,el parque viejo que tantos recuerdos le traía. Una sonrisa de nostálgica adornó su cara. Poco a poco se iba adentrando más allí.
–¡Eres lenta,Ayano!– gritaba Osoro mientras corría – Si sigues así ¡No podrás tocarme! – y saco la lengua burlándose de ella.
– ¡Arg! ¡Ya verás, senpai– y aumento la velocidad de sus pasos.
De repente,se escuchó un ¡Boom! Y Ayano se detuvo. Osoro había chocado con uno de los postes de luz. La joven de apenas 7 años se preocupó de inmediato y se acercó a él.
– ¿Estás bien Osoro-sempai? – pregunto de rodillas junto al niño que se sobaba la frente y el chichón ahí.
– No– respondió poniéndose de pie.
– Que chichón tan feo– añadió la niña mientras se paraba y tocaba el área afectada.
– ¡AY,AY,AYYYYY! ¡NO ME TOQUES! – grito con dolor.
– ¿No que no te dolía?– pregunto confundida.
Recordaba todo ello,las veces que jugaban por ahí. Si tan solo nunca hubiera tenido final... Quizás jamás se hubiera enamorado de Taro.
Se acercó a uno de los columpios y con sus manos trazo sus cadenas. Recordaba lo mucho que amaba eso,era su favorito de los juegos de allí. Parecía remodelado,antes lo recordaba de colores azules y rojos,ahora solo un rojo.
Tuvo una idea algo infantil. Pero, honestamente,no le importaba si fuera infantil contal de disfrutarlo.
Se sentó en el juego y comenzó a meterse levemente.
Recordó como tomaba fuerza y se impulsaba tan alto como podía mientras jugaba.
Inspirada por sus recuerdos,se impulso hasta encontrarle el gusto mientras sonreía.
(...)
Tiró los restos del cigarrillo al suelo y lo piso apagandolo. Con su poca edad de 17 años había adquirido el mal hábito de fumar. Acomodó su ropa y se paró. Llevaba consigo tan solo una chaqueta puesta,poco le importaba el frío y que este nevando. Camino por el callejón hasta salir de allí.
No andaba con su grupo habitual de delincuentes. Solo quería estar solo de vez en cuando. La calle estaba vacía solo con un par de autos pasando,no se tomaba la molestia ni de mirarlos. Su pelo rubio comenzaba a tener encima un par de copos de nieve. Sacudió su cabeza en una esquina y escucho un sonido.
Fuin,Fuan,Fuin,Fuan.
Movió sus ojos hasta llegar al causante de ese sonido. Frunció el ceño de inmediato.
¿Qué hacía allí?
Una joven inolvidable para él,se movía en el columpio con fuerza y parecía disfrutarlo.
¿Tan tarde? Debian ser como las 10. Ella es de esas chicas que que se pasan haciendo tarea o esas cosas de niñas raras ¿Porque estaba ahí entonces?
Lentamente y audaz se acercó allí hasta estar a una distancia prudente pero notable de ella,se recostó de un poste de luz.
La chica por alguna razón se sintió observada. Una de esas sensaciones que solo tienes al estar solo. Extrañada abrió los ojos y ¡Vaya sorpresa que se llevó! Nada más ni menos que Osoro Shidesu mirándola fijamente mientras el columpio poco a poco reducía su felicidad y ella abría levemente su boca sorprendida.
– B-buenas noches– dijo cuando se frenó finalmente el columpio.
Quizás era mala idea estar aquí,se repetía Osoro. Tanto tiempo evitando la para luego simplemente verla y posarse frente a ella.
Nisiquiera le respondió y se dispuso a irse.
– ¡NO! – grito la chica rápidamente mientras se salía del columpio– N-no te vayas– suplicó mientras tomaba al chico por la muñeca.
El chico se quedó quieto y muy sorprendido. Nunca había tenido una respuesta así de ella todas las veces que la evitaba.
– A-antes no tuve la oportunidad, nisiquiera t-tuve valor de hacerlo porque estabas con tu grupo siempre– decía haciendo más leve el agarre – ¿Nunca te importo lo que pasamos? Estaba todo tan bien... ¿Qué nos pasó? ¿Porqué tuvo que cambiar? – preguntaba mientras sus ojos negros se cristalizaban.
Esto le quitaba la duda. Aún habiéndose apartado de ella todo lo que pudo seguía siendo parte de su mente. ¡¿Pero porque?! La empujó,le gritó,la apartó totalmente de su VIDA para no buscarle problemas ¡¿Qué tenía él que otros no?! Ella tiene amigos, debería conformarse con esos niños obedientes ¿Porque quería volver a él así? Si lo tiene todo...
En un arranque de furia simplemente la tomo por los hombros y le apego al poste detrás de ellos.
– ¿Porqué quieres hablarme? ¿Porque me jodes con eso,Ayano Aishi? Ahora ¡¿Porque ahora?!– exclamaba mientras sus ojos completamente abiertos y furiosos la observaban directamente a los suyos.
Ella sintió su corazón agitarse. Sus mente alejo cualquier pensamiento hasta quedar en blanco. Lo único ahí que estaba haciendo era mirándolo con nerviosismo.
Él lo notó y se avergonzó,estaba actuando como un idiota. Aflojó el agarre sobre ella y la miro frustrado mientras sus facciones se relajaban.
La fémina sintió en él la soledad. ¿Acaso es posible ser feliz viviendo un mundo así? Solo básicamente,no importa a cuántos delincuentes tenga a su lado. Él sabía perfectamente que nunca abriría su corazón a esos muchachos. Por algo ella fue su única amiga mucho tiempo.
– Ven aquí– dijo ella mientras reunía valor para abrazarlo.
El chico apenas pudo corresponder su abrazo pero lo hizo. Se sintió de una forma... Indescriptible. Fue tan... Tan... Hermoso. Confortable era parte de eso. Sintió sus cabellos ser acariciados por la pelinegra.
– Lo siento mucho por ser tan débil y rendirme contigo desde el primer momento,Osoro– le susurró Ayano – No te dejaré solo denuevo– y se apartó un poco de él y lo miro a los ojos con una leve sonrisa.
Sus mejillas se calentaron al verla. El mismo sentimiento que siempre tuvo cuando era pequeño y ella estaba con él. No lo quería aceptar en ese entonces,pero... Ahora solo podía pensar en algo...
Sus ojos se dirigieron a su sonrisa,sus bordes,sus labios... Ya no podía más. Quiso escapar.
– B-bien– pronunció con dificultad. Hasta él mismo se sorprendió al escucharse tartamudear pero,no le dió tantas vueltas.
– ¿Quieres acompañarme a mi casa? – dijo ella mientras se alejaba de él unos pasos y se paraba a esperarlo.
Él chico no dijo nada y en silencio comenzó a caminar junto a ella. Nadie dijo nada en todo el camino. Sin embargo,se sentía cómodo.
Que casualidad que por solo salir a caminar termino recuperando la amistad que tanto quería.
(...)
¡Hola a todos! ¿Vieron todas esas cosas? Espero les guste.
Me siento mucho mejor,comienzo a asistir a terapia! :)) Sé que tarde unas tres semanas en actualizar pero créanme,era algo muy importante para mí mi salud mental. He aquí su recompensa por la espera su hermoso capítulo.
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Nos vemos en la próxima actualización queridos/as lectores/as💖✨
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