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※| 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐰𝐨








—Ya, oficial. —habló este y lo giró para que lo mirara. —¿En serio me olvidaste? —su expresión se tornó bastante seria.

—¡Necesito ayuda! ¡Oficial! ¡Ayuda! —gritaba con desespero.

—Lo siento... No pude llegar a tiempo. Lo lamento...

El castaño se mordió el labio inferior y sintió un fuerte dolor en su cabeza al tener pequeñas escenas en su cabeza.

—¿Qué pasó con la promesa de no olvidarnos? —sonrió triste.

—No puede ser que tú seas... —el castaño estaba sorprendido. —¡Es imposible!

—¿Por qué es imposible, oficial? —TaeHyung lo vio lamerse los labios y caminar hacia él. Este dio un paso esquivándolo, pero el pelinegro fue más rápido y lo atrapó. —Oh, oficial. Como me encantaría que me arrestara ahora mismo. Pero... usted trae las esposas. —soltó una áspera carcajada asustando a TaeHyung.

JungKook se alejó de él y tomó asiento en el mueble mirándolo. Cruzó las piernas y se quitó el sombrero de la cabeza para darle vueltas en la mano.

—¿Quieres que te diga algo? —habló. —Te tardaste más de lo que pensé. —empujó la lengua dentro de su mejilla para luego formar una sonrisa. —Se supone que el video de había captado la cámara era una de las mejores pistas que te podía dar. Pero, no. Esperaron a que me deshiciera de un maldito cuerpo.

El corazón de TaeHyung dio un vuelco. Su rostro se puso paladio y su respiración se había agitado. Sudaba frío y tenía la piel erizada. Lo había atrapado. JungKook era Jean.

—Creo que fui lo bastante fácil de atrapar. ¿No entiendo por qué tardaste, oficial? —el castaño tragó duro. Sintió sus piernas temblarle y su garganta seca. —¿Por qué tardaste? —cuestionó el pelinegro.

TaeHyung no respondió, simplemente bajó la mirada buscando que decir mientras trataba de encontrar una forma en sacar la llave de su bolsillo y así abrir las esposas.

—¿Oficial? ¿Te comió la lengua el ladrón? —se burló. —Ahg, oficial... Habla conmigo, me estoy aburriendo y no quiero aburrirme.

—No tar...de... —tartamudeó. —Yo... te...tenía planeado todo. —mintió.

El pelinegro levantó una ceja sorprendido y asintió.

—¿Tu querías que te encontráramos? —preguntó TaeHyung ahora mirándolo.

JungKook acercó su mano a su rostro y acarició sus delgados labios con su dedo índice mientras reía.

—Quería que tú me encontraras. —sus ojos se encontraron.

—¿Por qué? ¿Por qué yo? —arrugó el ceño confundido.

El pelinegro se levantó de su mueble y caminó hacia TaeHyung dejando caer el sombrero al suelo.

—No te me acerques... —ordenó TaeHyung mientras trataba de alejarse, pero lastimosamente estaba acorralado.

—Qué raro... —hizo una mueca. —Siempre pedías que me acercara a ti y nunca te dejara solo.

TaeHyung pasó saliva y vio a JungKook acercársele. El pelinegro se posó frente a este y le acarició la mejilla mientras lo miraba con deseo y tristeza.

—¿Por qué no me recuerdas? Soy JungKook, Jeon JungKook. —su expresión cambió a una llena de dolor y rencor. —Era tu JungKook... —TaeHyung volvió a mirarlo y logró observar el dolor en sus ojos por lo cristalizados que estaban.

El pelinegro dejó de tocarlo y bajó la cabeza sollozando. El pecho de TaeHyung dolía.

<Tú no puedes ser mi JungKook... Tú no puedes ser un asesino tan atroz.>

—Es inútil... —murmuró. —Aunque más que lo intente, no podrás acordarte de mí. —levantó su cabeza sonriendo. —Pero, al menos tomaré algo que siempre quise hacer.

TaeHyung no respondió, pero se quedó helado cuando sintió de nuevo las manos del pelinegro apoyarse en su rostro. Este atrajo al castaño a su cuerpo y juntó sus labios con los de él en un pequeño beso. El castaño abrió los ojos sorprendido al sentir con delicadeza el beso de JungKook. Sus ojos se cristalizaron al sentir un viejo sentimiento de dolor. Había olvidado lo cálido que se sentía estar con él y sobretodo su toque.

Entonces, TaeHyung correspondió el beso. Se iba a arrepentir de todas formas, pero era JungKook y su historia había tenido un final bastante triste hace unos años atrás. Solo quería disfrutar un poco de esta fantasía antes de volver a la cruel realidad. Sus corazones se aceleraron al igual que sus respiraciones cuando en aquel intenso beso se encontraron sus lenguas y un vaivén de movimientos estas se entrelazaban en un placer tan deseable. El pelinegro arrinconó al castaño contra la puerta y pegó más su cuerpo al de él cerrando los ojos juntos con los de TaeHyung.

Era doloroso, tan cruel el beso que jamás pudieron darse y ahora había nacido de la peor forma y manera. Tanto tiempo..., tantas circunstancias que habían pasado. ¿Por qué el destino los había separado y los hizo reencontrarse de la mala manera? ¿Por qué dolía tanto este intenso beso? TaeHyung siempre anheló uno de JungKook, pero para cuando iba a suceder aquello, simplemente TaeHyung desapareció dejando al joven JungKook en un oscuro camino de dolor.

Luego de un tiempo, JungKook lo volvió a encontrar. TaeHyung estudiaba y se prepara para ser oficial, su sueño desde que eran pequeños. Pero el castaño nunca reconoció al pelinegro. Estudiaron juntos durante unos meses, pero fue entonces cuando el mundo cambió para JungKook. Empezó a cometer el peor de los errores y lastimosamente encontró la mejor manera de aliviar su dolor acabando con la vida de alguien más.

TaeHyung no lo recordaba, entonces iba a hacer lo posible para que lo tratara de recordar y que se diera cuenta de lo mucho que había sufrido todo este tiempo. Le iba a dejar pistas hasta que él llegara un día. Por eso siempre lo esperaba sentado en el mueble con la esperanza de que en algún momento TaeHyung entrara por su puerta y lo encerrara tras las rejas. Así él podría terminar con su dolor y seguir adelante desde la cárcel. Pero, TaeHyung volvió a decirle las palabras que tanto se clavaban en su pecho como cuchillo. "No puede ser que seas él" sí, eso lo lastimaba muchísimo. Ya no era el mismo JungKook que con en el que había crecido TaeHyung y por eso nació el seudónimo de Jean para ocultar tal vez la esperanza de que TaeHyung lo reconociera y se decepcionara completamente de él.

El pelinegro deslizó su mano por la nuca del castaño y profundizó el beso buscando el alivio de su corazón. Juntó aún más su cuerpo para sentir lo cálido del cuerpo de TaeHyung, pero sólo halló indiferencia y temor. El castaño temblaba ante el beso de este.

JungKook cortó el beso de repente y observó el rostro sonrojado de TaeHyung. Tragó duro y apoyó su frente con la de él.

—TaeHyung, por favor... —pidió. —Solo por favor... Di que me recuerdas. —se mordió el labio inferior.

Un amargo silencio reinó entre los dos.

—Quiero decir que no, pero no puedo dejar de verte en mis recuerdos... —respondió TaeHyung con voz firme. —JungKook... Qué hicist...

Un dedo chocó en los labios del castaño callándolo.

—TaeHyung, soy JungKook ahora. ¿Si? Por favor, no me preguntes sobre nada... —tragó duro. —¿Puedes comportarte conmigo como cuando éramos niños? Por favor, ¿Si? —sonrió.

TaeHyung colocó una expresión triste notando los cambios de humor.

—Por favor, ¿Si? Yo seré un buen chico, ¿Si? Vamos, por favor... —se alejó del castaño estando un poco nervioso. Se rascó la nuca y miró por su apartamento con inseguridad.

A veces JungKook no era él. Había algo que lo hacía comportar como un animal salvaje y otra veces era un niño que necesita atención de la persona que tanto amaba. Había quedado con un trauma desde que TaeHyung se fue de su vida sin decirle adiós y entre su larga tristeza consiguió el método perfecto para desahogarse.

—JungKook... —habló TaeHyung. —Tranquilo.

El pelinegro se llevó los dedos a su boca y empezó a mordisquear sus uñas con ansiedad mientras miraba a TaeHyung con algo de susto.

—Tae, vamos a ver unas películas. ¿Quieres? Así como de niños. De policías, ¿Recuerdas? Así fue que nació tu gusto a la profesión que hoy ejerces. —sonrió inocente.

<En que te has convertido, JungKook... tú no eras así...>

—JungKook, yo...

—Por favor. —dijo en un tono serio. —Es lo único que te estoy pidiendo amablemente, oficial. No quiero ser un chico malo. —apretó los puños.

TaeHyung notó el cambio de aura. Necesita refuerzos, esto no podía hacerlo solo. Pero estaba tan lejos de su teléfono y de las llaves de las esposas.

—Vendrás conmigo a la habitación y veremos la película. —su tono de voz era bastante frío y aterrador. —Oficial. ¿Me escuchaste? —sus ojos estaban lo bastante abiertos y su expresión de seriedad daba miedo.

Si quería salir de ahí, tenía que hacer lo que él le indicara. Así que no le quedó de otra que asentir asustado. JungKook lo condujo por la sala hacia el pasillo que daba hacia su habitación. Temeroso, TaeHyung entró dudoso a habitación del pelinegro y observó una gran cama doble y un televisor más un armario con una mesa de noche.

—Ponte cómodo. —dijo JungKook detrás de él. —Iré por la película. —el castaño asintió regañadientes y caminó hacia la cama. Tomó asiento en esta y miró por la puerta. Él no estaba.

Aprovechó que estaba solo y trató de sacar la llave de su bolsillo del pantalón. Sus manos nos alcanzaban el bolsillo y sus muñecas dolían por el maltrato que le provocaban las esposas.

—Mierda... —se quejó y volvió a intentar una vez más alcanzarla. —Vamos, vamos. Tu puedes... —trató de estirar más su mano alcanzando llegar a su bolsillo mientras batallaba con el inmenso dolor de sus muñecas. —Ya casi, vamos... —levantó la mirada hacia la puerta y rectifico que

JungKook no estuviera ahí para poder seguir.

Volvió a tratar de meter su mano en el bolsillo para sacar la llave, pero lo siguiente que sintió fue otra mano posarse en su pierna y alcanzar su mano. La piel se erizó por completo y sus oídos zumbaban, su corazón latía con fuerza al levantar la mirada y encontrarse con la expresión seria de JungKook.

—¿Qué buscas? —preguntó este.

—Yo... eh... yo... —TaeHyung estaba asustado. —Buscaba...

¡¿En qué momento había entrado?! ¡¿Por qué TaeHyung no lo escuchó venir?!

El pelinegro apartó las manos de TaeHyung y metió su mano en el bolsillo del castaño alcanzado con la yema de sus lo que era la llave de las esposas. TaeHyung tragó duro cuando JungKook la sacó de su bolsillo y la posó en su campo de vista.

—¿La llave? —cuestionó.

TaeHyung tragó duro y no respondió.

—Me hubieses dicho que estaba ahí. —una sonrisa se formó en sus labios. —Te ayudaré, date vuelta. —¿En serio JungKook le estaba diciendo eso? —Anda, gírate.

El castaño no se movió, pero JungKook lo giró a la fuerza. TaeHyung estando de espaldas al pelinegro se mordió el labio inferior asustado y nervioso, mientras miraba por encima del hombro.

—Tae... —habló JungKook. —Antes de quitarte las esposas, ¿Puedo pedirte algo? Será sencillo. —dijo el pelinegro.

—Sí, claro. —respondió TaeHyung sin pensar y desesperado.

—Ya dijiste que sí. —río bajito cerca de la oreja del castaño haciendo que su corazón diera un vuelco. —No te puedes negar ahora... —susurró.

Fue entonces cuando JungKook giró a TaeHyung y lo acostó en el colchón posándose encima de este con una pequeña sonrisa en sus labios. Las esposas volvieron a lastimarlo y eso hizo que soltara un gemido de dolor. El pelinegro aprovechó el momento y lo besó de nuevo, pero con más intensidad.

TaeHyung se sonrojó al sentir como las manos del pelinegro tocaban su cuerpo y se deshacían poco a poco de su ropa. Jungkook le abrió la camisa de su uniforme rompiendo algunos botones y con fuerza logró arrancar la camisa blanca de abajo asustando a TaeHyung. Se encontró viendo ahora un chaleco antibalas. El pelinegro rio ante el objeto y buscó la forma de quitarlo.

—Si crees que un chaleco me detendrá, estás equivocado. —le dijo.

Este giró a TaeHyung quien soltó un quejido al moverse y buscó en su espalda los broches. Los quitó a cada lado y volvió a colocar a castaño frente a él. Le quitó el chaleco pasándolo por su cabeza y lo lanzó por el aire haciendo que este cayera al suelo. Una sonrisa lasciva se formó en los labios de este y acercó sus labios de nuevo para besarlo.

—JungKook... —este volvió a mover su lengua junto con la de TaeHyung. —Espe... —el pelinegro deslizó sus manos al pantalón del castaño y lo desabrochó. —JungKook, espera... —dijo entre besos.

JungKook dejó de besarlo y lo miró agitado.

—Dijiste que lo harías. No te negaste. —recalcó.

—Quítame las esposas primero, por favor... —pidió JungKook.

El pelinegro le regaló una sonrisa perversa y volvió a besarlo, pero estaba vez bajó sus besos al cuello del castaño haciendo que este jadear y sintiera la ola de calor apoderarse de su cuerpo. JungKook metió su mano dentro del pantalón de este y alcanzó el miembro del castaño para masturbarlo. TaeHyung gimió bajito al sentir el toque de la mano de JungKook con su miembro. Este volvió a juntar sus labios mientras con su pulgar rozaba con suavidad el glande húmedo de este.

—Kook... habló entre besos.

Su cuerpo emitió escalofrío y un pequeño temblor cuando este fue bajando los besos ahora su pecho desnudo. Había roto su camisa. ¿De dónde había sacado tanta fuerza para lograr tal acto?

El castaño se retorció debajo del cuerpo de este sintiendo el placer apoderarse de su cuerpo. Tenía la mente en blanco, no sabía qué hacer, pero si estaba consciente de lo que estaba a punto de pasar podría ser bastante tentador y una confusión.

JungKook rozó los pezones del castaño con su mano y dirigió su boca a uno de ellos mientras que sus dos manos se encontraban ocupadas dándole placer en algunas partes de su cuerpo. El castaño gimió de dolor y de placer también, tanto por los toques del pelinegro y por el inmenso maltrato que le provocaban las esposas.

—JungKook... —se mordió el labio inferior.

El mencionado sacó su mano dentro de los pantalones del castaño y se alejó del cuerpo de TaeHyung. Se levantó de la cama y se quitó la camisa haciendo que el castaño se sonrojara al ver su cuerpo bastante marcado. JungKook le quitó el pantalón y zapatos a TaeHyung y luego terminó de quitarse su ropa.

—JungKook, yo... —el pelinegro volvió a callarlo con un beso.

Este agarró a TaeHyung de la cintura y se acostó en la cama. Lo guió arriba de él y lo ayudó a colocarse a horcajadas encima de él.

—Creo que así estás mejor... —sonrío el pelinegro excitado. —Así no te dolerán las muñecas. —se lamió los labios.

El pelinegro dirigió sus dedos a la boca de TaeHyung y los introdujo para humedecerlos, mientras tomaba de nuevo el miembro erecto de este y empezaba a bombearlo.

—Vamos, Tae... No seas indiferente conmigo, sé que quieres... —dijo JungKook mientras movía sus dedos dentro de la boca de este.

El castaño jadeo al sentir que él lo masturbaba. Movió sus caderas de adelante hacia atrás sintiendo aún más el placer aumentar en su cuerpo. El pelinegro sacó sus dedos húmedos de saliva y los dirigió a la entrada de este. Agitado, el castaño movió sus caderas un poco más y el pelinegro logró llegar a su entrada. Acarició un poco para luego introducir con cuidado uno de sus dedos. TaeHyung apretó los puños sintiendo un poco de dolor en sus muñecas por las esposas.

—Mhmm~ Las... es...esposas... —habló el castaño entre gemidos. —Mhmm~ —disfrutaba el movimiento del dedo del pelinegro dentro de este. —Oh, Kook... —este aumento el movimiento de sus caderas y con sus manos estando en la espada, tomó el miembro erecto del pelinegro.

JungKook le regaló una sonrisa y se mordió el labio cuando sintió las manos de TaeHyung masturbar su miembro. Cerró los ojos y se dejó llevar mientras introducía su segundo dentro del castaño para dilatar más su entrada.

El castaño tembló estando arriba de él por el placentero sentir de sus dedos moviéndose dentro de él. Dejó caer la cabeza hacia atrás dejando salir un ahogado gemido y levantó un poco las caderas. El pelinegro con su otra mano libre levantó el trasero de este y penetró con sus dedos la entrada del castaño con una leve velocidad. Los sacó y metió observando las expresiones excitantes de este.

Cansado, TaeHyung sintió algunos espasmos apoderarse de su cuerpo y lo siguiente que hizo fue caer en el pecho del pelinegro, mientras este seguía aumentando poco a poco el movimiento de sus dedos dentro de él.

El pelinegro apartó su mano de la cadera del castaño y la deslizó por su espalda desnuda haciendo que la piel de este se erizara. Deslizó su dedo índice por su columna subiendo y alcanzó la nuca de este. La acarició y acercó su rostro para besarlo. Una vez que sus labios se juntaron, movió sus dedos con más rapidez entrándolos y sacándolos haciendo que TaeHyung llegara su clímax. Apartó la mano de la nuca de este y la bajó alcanzando el miembro de este para masturbarlo. Introdujo su lengua en la boca del castaño y la entrelazó con la de él en un baile apasionado sintiendo aún más la calidez de los dos.

—Tae... —susurró entre besos. —No sabes lo mucho que soñé con este momento... —el castaño gimió en su boca y el pelinegro le mordió el labio con fuerza haciéndolo sangrar.

TaeHyung empezó gemir descontroladamente cuando había llegado a su orgasmo, provocando que el pelinegro bombeara aún más rápido el miembro de este.

—JungKook... Mmmh~ —gimió sintiendo lo mejor del orgasmo. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal cuando sintió que estaba a punto de venirse.

Lloriqueó entre besos del pelinegro y se ayudó a llegar al clímax corriéndose en la mano de este ensuciando también el abdomen del pelinegro. Jadeó cansado y dejó caer su cabeza en el pecho desnudo de JungKook mientras sentía su corazón golpearle muy fuerte las costillas. Trataba de controlar su respiración agitada y descontrolada. Escuchó la risita de JungKook y levantó su cabeza para mirarlo.

—Parece que lo disfrutaste. —le dijo sonriente sacando sus dedos de la entrada de este y alejando su mano sucia del miembro del castaño.

Con una mano, el pelinegro abrazó la espalda de este y lo giró posándose ahora encima de él. Se hizo paso separando las piernas del castaño.

—¿Qué estás haciendo? JungKook, ¿Qué haces? —cuestionó TaeHyung aún agitado.

—Algo que nos ayudará a los dos. —dijo este, agarrando los muslos del castaño con fuerza y pasó de su rostro bajando sus besos al abdomen de TaeHyung. —Que yo recuerde, pedí comida y a cambio... Viniste tú. Eso quiere decir que tú eres mi comida ¿No? Estoy muerto de hambre.

Este jadeo y apretó las manos volviendo a sentir el horripilante dolor de las esposas incrustándose más en su piel. 



Se puso tenso el ambiente :D

Nos queda un capitulo <3

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