※| 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐨𝐧𝐞
❝Se reporta robo en la calle 73 con avenida al bulevar Ashton... Repito, se reporta robo. Posibles atacantes, dos chicos de cabellos oscuros y un chico de cabello rosado. Se dirigen al centro comercial Liatom...❞
El oficial TaeHyung resopló sentado desde su silla al escuchar la radio. Se frotó la sien y miró su reloj de mano esperando a que fuera medianoche y así acabara su turno. Se iría a su apartamento a descansar y regresaría al día siguiente para obviamente hacer su trabajo. Ser oficial de policía no era nada fácil. Más cuando había tantos vándalos sueltos. La ciudad era un caos.
—¡Oye! Atrapa —la voz de su compañero de guardia llamó su atención y lo hizo girar desde su silla para mirarlo. Por su campo de vista apareció un sándwich envuelto en papel aluminio. Lo atrapó. —Ya quita esa expresión de aburrimiento.
—Claro, como tú ya te vas a casa. —contestó TaeHyung quitando el aluminio del sándwich. —¿Cuánto falta? No hay más que hacer aquí, quiero irme... —se quejó llevándose a la boca el sándwich, le dio un mordisco y masticó de mala gana. —. Está frío. —su compañero hizo una mueca de disgusto.
—Agradece al menos que te traje algo de comer, idiota. —le dijo tomando asiento en frente de él. —Luces tan amargado hoy.
TaeHyung formó una sonrisa mostrando sus dientes de un tono sarcástico. Su compañero río.
—Das miedo.
—Ya me lo han dicho. —le dio otro mordisco al sándwich y reclinó su espalda en el espaldar de la silla, disfrutando del aperitivo.
—¿Supiste lo de Jean?
—¿El demente que aún no capturamos? Joder, si que lo quiero ver tras las rejas... —habló con la boca llena.
—Traga antes de hablar. —hizo una mueca de disgusto al ver a TaeHyung hablar así. —Y sí, todos queremos verlo en la cárcel. —se pasó una mano por el cabello rubio ondulado. —En mis 5 años siendo oficial nunca había tenido un maldito criminal como este. No hay fotografías de él, no hay huellas dactilares, sólo cadáveres.
—¿No te parece extraño? —preguntó TaeHyung haciendo que el rubio asintiera. —¿Cómo atraparemos a un homicida sin tener idea de su cómo puede ser su rostro?
—De hecho, hay una grabación que captó una de las cámaras de vigilancia en un callejón. Esa noche fue un hombre quien pasaba a eso de las 2 de la madrugada. Él lo atacó simplemente con un cuchillo al estómago... —TaeHyung se había sumergido en el relato de la muerte que había dejado su sándwich a un lado. —Te enseñaré en video. —dijo este levantándose de la silla y caminando hacia un ordenador. —Espero y no seas de estómago delicado.
—Para nada, vi todas las películas de Chuky. Estoy en excelente estado. —contestó TaeHyung orgulloso.
—Sí... bueno, eso no se compara a lo que mostraré. —su compañero regresó a su silla con una computadora en las manos. Tomó asiento y la colocó en sus muslos mientras esperaba que TaeHyung se acomodara a su lado. —No me vayas a vomitar.
—No lo haré. Soy oficial, ¿Cómo podría tenerle asco a un video? —el rubio levantó una ceja y río reproduciendo la grabación.
TaeHyung pasó saliva algo nervioso por lo que estaba a punto de ver.
La grabación inició con un callejón oscuro. El reloj marcaba la 01:55 de la madrugada cuando un hombre de traje con portafolios en la mano cruzaba por el callejón. Inmediatamente, detrás de él venía caminando un hombre de capucha negra. El posible atacante. No sé le veía muy bien el rostro y llevaba las manos dentro de su pantalón. La otra cámara de seguridad enseña el ataque por la espalda del encapuchado, clavando un cuchillo en el estómago del hombre.
Al caer el suelo, el hombre misterioso arrastra el cuerpo hacia algo de luz en el callejón y con el cuchillo empieza a apuñalar más de 10 veces el cuerpo del hombre. Ahora el reloj marcaba la 01:59 de la madrugada. El hombre se había estado divirtiendo enterrando una y otra vez el cuchillo en el cuerpo del hombre. Se nota cansado y al parecer toma aire, pero se da cuenta de la cámara de seguridad y saluda a ella como si nada. Luego, levanta el cuerpo tenso del hombre y lo coloca frente a el de él abrazándolo. La siguiente imagen fue de este mismo tipo cortando la garganta de su víctima frente a la cámara de seguridad. Estaba mirando fijamente a ella, como si no le importara que lo vieran. Estaba demente.
Una vez que deja el cuerpo inmóvil del hombre, muestra a la cámara el cuchillo manchado de sangre junto a sus manos. La grabación hace un enfoque a su rostro y apreció el momento de su mascarilla y sus elocuentes ojos abiertos. Estaba sonriendo bajo la mascarilla era eso o simplemente podía dar la expresión que quisiera con solo sus ojos. Era un maníaco total. La grabación se detuvo con el enfoque de su rostro y el reloj marcaba las 02:03 de la madrugada.
TaeHyung apartó la mirada de la grabación y se pasó una mano por su cabello castaño. Estaba atónito, asqueado y perturbado. Definitivamente acababa de ver a un total desquiciado con un egocentrismo pedante. Le importaba una mierda si lo veían, a él simplemente parecía gustarle tener público.
—¿Te encuentras bien? —preguntó el rubio al ver a TaeHyung.
—Sí...
—Te dije que no era comparado a tus películas de Chuky, TaeHyung. —dijo en tono burlón.
—Definitivamente tiene que estar en la cárcel. —dijo soltando un suspiro al levantarse de la silla. Se llevó las manos a la cadera y caminó por el lugar.
—Ya tómalo con calma, ¿Si? —dijo el rubio cerrando la computadora. —Pronto lo tendremos tras las rejas.
—¡Quiero verlo pudrirse en la cárcel! —estaba enojado y el único deseo que tenía era ese. —JiMin, tenemos que atraparlo.
—Calma, Kim. Pronto lo haremos. —le dijo. —Por ahora ya debes irte a descansar. Ya es medianoche. —le dijo su compañero.
—Sí, es mejor que vaya a descansar. —afirmó TaeHyung recogiendo de su escritorio su sombrero, arma y esposas. —Descansa, Park. Nos vemos en la mañana. —se despidió.
—Sí, tu igual. No le des tanta vuelta al asunto. —le dijo JiMin despidiéndose de él con la mano.
TaeHyung salió de la estación de policías sacando las llaves de su auto del bolsillo. Caminó hacia el parqueadero sintiendo la brisa fría de medianoche, sus labios estaban resecos y su mente sumergida en la grabación que había visto hace unos minutos.
Subió al auto y soltó un suspiro golpeando el volante. Quería atraparlo, quería llevarlo a la estación de policías y así poder descansar de una vez por querer cumplir con el deber. Una persona como él no debería estar caminando entre la sociedad como si nada. Lastimosamente los atacantes siempre están entre nosotros y los vemos como amigos, familia o incluso conocidos. Que cruel es el mundo.
El castaño encendió el motor del auto una vez que metió la llave dentro de la ranura y la giró a la derecha. Pisó el acelerador para salir del estacionamiento y así conducir hacia su apartamento. A mitad de camino su teléfono sonó dejando ver el número de JiMin en pantalla. Este arrugó el ceño y respondió la llamada.
—¿Qué pasa? ¿Se me quedó algo?
—TaeHyung...
El tono de voz de JiMin era algo confundido. Como si estuviera asustado.
—¿Qué?
—Lo encontraron.
—¿A quién?
—A Jean.
TaeHyung sintió todo su cuerpo tensarse. Frenó el auto en mitad de la autopista haciendo que los demás autos sonaran sus bocinas detrás de él y lo insultaran.
—¿TaeHyung?
El castaño se había quedado mudo, no sabía ni cómo reaccionar. Pensaba que podría ser una trampa tal vez. ¿Cómo era qué se había dejado atrapar así de fácil? Eso era absurdo.
—¿Me estás escuchando? ¿Aló?
—¿Dónde está?
—En su apartamento. Unos policías mientras patrullaban encontraron sospechoso a un tipo de capucha oscura, estaba tirando algo al lago. Una vez que bajaron a revisar una especie de bolsa encontraron el arma homicida. El cuchillo con el cual atacó a aquella víctima de la grabación...
TaeHyung no podía creer lo que escuchaba. Todo estaba pasando tan rápido y apenas eran las 12 con 15 minutos. Esto tenía que ser un sueño.
—Lo siguieron minutos después y hallaron su vivienda. Lo vieron entrar a su edificio y luego desaparecer. Lo extraño es que ahí dentro nadie conoce a un tipo llamado Jean...
—Dame la dirección.
—¿Qué? ¿Para qué?
—Iré a averiguarlo yo mismo.
—¿Estás loco o qué? Es un demente. ¿Cómo vas a ir solo?
—Dijiste que lo vieron entrar al edificio y nadie conoce a un tipo llamado Jean. JiMin, está claro. Lo están encubriendo y iré a revisar por mi cuenta.
—TaeHyung, no. Ve a casa. No puedes hacer esto solo.
—¡Puedo hacerlo!
Apretó el teléfono a su oreja sintiendo la adrenalina corriendo por sus venas.
—Atraparé a Jean, le pondré las malditas esposas y lo llevaré a la estación.
—¿Te estás escuchando? No, no irás.
—Dame la maldita dirección.
—¡NO! NO TE LA DARÉ.
—¡PARK JIMIN! DAME LA MALDITA DIRECCIÓN.
—TaeHyung, por favor... Toma aire, si vas puede ser muy peligroso.
—Sé quienes estaban patrullando esta noche, Park. Si no me las dices, me veré obligado a llamarlos.
Se escuchó un suspiro decepcionado por la línea.
—Calle 95 con carrera 4, el edificio es algo rústico. Queda entre de una cafetería. Cafetería Expresso Coffe.
—Gracias, JiMin.
—Pediré refuerzos que vayan contigo.
—No, no pidas nada. Puedo hacerlo.
—TaeHyung, no. En serio, es una locura que vayas solo y ahora no quieres refuerzos. ¿Qué mierda pasa contigo?
—¿Puedes confiar en mí alguna vez en tu vida?
Las bocinas de los autos hicieron que TaeHyung pisara el acelerador agarrando con fuerza el teléfono con una mano y con la otra moviéndolo el volante.
—Esto es difícil, Kim... No puedo dejar que vayas solo.
—Oye, estaré bien. ¿Si? Traigo chaleco antibalas, aprendí defensa propia, traigo un arma y unas esposas. No pasará nada.
—TaeHyung...
—Si necesito refuerzos te llamaré. ¿De acuerdo? Aunque creo que no los necesitaré. Todo saldrá bien y llegaré con ese imbécil a la estación.
—De acuerdo, confío en ti.
—Gracias, JiMin. No te fallaré, ya verás que ese inútil estará tras las rejas.
Colgó la llamada y dejó su teléfono en el asiento del copiloto. Pisó el acelerador ahora aumentando la velocidad con dirección al lugar que JiMin le había indicado.
Estaba lleno de euforia, se notaba en su semblante al mirar por el retrovisor. Conducía muy veloz por la autopista mientras apretaba con fuerza el volante. Quería llegar lo más pronto y mirarlo frente a frente para decirle la frase que tanto había anhelado: "Estás arrestado."
Una vez que detuvo su auto frente al edificio tal cual como JiMin le había dicho, simplemente se bajó de este. Cerró la puerta de su auto y soltó una bocanada de aire. Sonreía en su interior, pero su exterior estaba muerto de miedo. A veces TaeHyung tomaba decisiones sin pensarlas bien. Era un todo terreno cuando se le daba la gana.
Se acomodó bien su uniforme y caminó hacia el edificio observando la calle totalmente básica y oscura. Empujó la puerta de este haciendo sonar un campana en lo alto de la puerta para así anunciar su visita. Este se acercó a lo que parecía una recepción del cual venía una canción clásica y a la vista se veía un periódico levantado. Alguien estaba detrás de este. El castaño carraspeó llegando a la recepción.
—Buenas noches. —Su tono era bastante firme.
El periódico que estaba alto fue apartado del campo de vista del castaño y se encontró mirando a un hombre de cabellos blancos y bigote del mismo color. Estaba sentado en una silla y a su costado traía un bolígrafo con un papel.
—Buenas noches, oficial. ¿Qué le trae por aquí a estas horas de la noche? —cuestionó el hombre.
—Hola, sí. Yo tengo una pregunta... —dijo TaeHyung. —¿Vive alguien aquí con el nombre Jean? —preguntó.
—Oh, hace unas horas otros policías preguntaron lo mismo. Ya les dije que no. —respondió arrugando el ceño. —He estado arrendando apartamentos muchos años y no he tenido a ningún hombre con ese nombre. Disculpe.
—No, no se preocupe. Pero..., tengo otra pregunta para usted. —hizo una pausa. —¿Hay algún hombre en este edificio que entra o sale vestido de una capucha negra?
El hombre ladeó la cabeza pensando y al cabo de unos minutos asintió con la cabeza.
—Bueno, aquí viven muchos hombres jóvenes. Siempre entran con nuevos atuendos... —río el viejo. —Uhm, debió ser JungKook. —dijo él haciendo que el corazón de TaeHyung diera un vuelco.
❝ —Vamos, TaeHyung. ¡Tú puedes hacerlo! ¡Eres increíble!
—No digas esas cosas, por favor. Sabes que nunca me convertiré en policía.
—No digas eso, serás un buen policía. ¡Ya verás! Acabarás arrestando a todos los malos. Todos te llamarán oficial. Oficial TaeHyung.❞
—¿Está bien, oficial? —preguntó el viejo al ver en su rostro una expresión diferente.
—Sí, estoy bien... —tragó saliva.
<¿JungKook? ¿Es ese JungKook? ¿Al que conocí de pequeños? No... debo estar delirando. Hay muchas personas con ese nombre. No creo que sea él. Pero, igual quiero verificarlo con mis propios ojos.>
—¿Podría decirme en qué apartamento vive?
—¿Está en problemas el joven JungKook?
—Oh, no... Solo quiero hacerle unas preguntas. —el viejo asintió.
—202. Puede usar el ascensor. —señaló con su dedo hacia una esquina en donde se encontraba el ascensor.
—Muchas gracias. —se despidió caminando hacia el ascensor.
Presionó el botón y el ascensor no tardó en abrir sus puertas. Él entró y estas se cerraron cuando presionó el botón con el número 2 tallado. Volvió a pasar saliva nervioso. Venía a buscar a Jean y ahora ese viejo había mencionado un nombre que hacía años no pensaba. ¿Podría ser posible? Ya casi su mente no recordaba cómo era aquel niño con él que andaba de pequeños. Era como si ese recuerdo desapareciera cada día que pasaba.
El timbre del ascensor sonó al abrir sus puertas haciéndole saber a TaeHyung que había llegado a su destino. Este salió del ascensor y caminó por el largo pasillo. Se acomodó el sombrero que traía puesto en la cabeza mientras buscaba la puerta con el número que le había dicho el viejo.
Una vez que la encontró. Se posó frente a la puerta blanca con el número tallado en esta y soltó un suspiro. Se llevó una mano al pecho al sentir sus fuertes latidos y maldijo en voz baja. Estaba asustado. No podía negarlo, pero tenía que enfrentar todo. Tal vez Jean se encuentre detrás de esa puerta y no JungKook.
El castaño resopló y llamó a la puerta con toques suaves. Se armó de valor unos segundos a la espera de que la puerta se subiera. Su boca estaba seca y podía sentir el nudo en la garganta. Estaba hecho un saco de temores.
La puerta se abrió dejando ver a un joven hombre de cabellos oscuros. Camisa blanca, pantalones oscuros y descalzos. Un atractivo rostro, excelente cuerpo y sobretodo una sonrisa llamativa, la cual se borró al verlo.
—Uh, yo pedí comida. —habló el chico.
—Yo... Hola..., buenas noches. —TaeHyung se había colocado nervioso. Extrañamente la forma de intimidar de aquel chico era bastante fuerte.
El pelinegro observó al oficial de pies a cabeza y sonrió de lado.
—¿Se le ofrece algo oficial? —cuestionó el chico con voz melosa.
—Yo..., bueno. Estoy aquí para hacer algunas preguntas. —el castaño controló su voz nerviosa.
—¿Preguntas? ¿Casi a la 1 de la madrugada, oficial? —cuestionó este levantando una ceja.
—Perdón por la hora. Se me ha salido de las manos. —el castaño bajó la mirada.
—No se preocupe. —el pelinegro abrió la puerta del todo haciendo que TaeHyung viera dentro de su apartamento. —¿Desea pasar? Le invito una soda y así puede hacer libremente sus preguntas.
TaeHyung lo pensó. ¿Debería entrar?
Vio al pelinegro alejarse de la puerta y caminar dentro de su apartamento.
<¿JungKook? No puede ser él. No es el que yo conozco.>
El castaño soltó un suspiro y entró al apartamento. Observó su interior, algo cómodo y ordenado. Vio muchos libros, un televisor y muebles. Al parecer era un joven chico bastante entretenido.
—Lamento decirle que tengo solo soda de uva, espero y no le moleste... —el pelinegro apareció por una puerta con una lata de soda en la mano. —Oh, por favor. Tome asiento. —invitó este señalando el mueble.
TaeHyung lo vio acercarse a él y me entregó la soda con una sonrisa más amigable. Lo vio cerrar la puerta y luego sentarse frente a él. El castaño lo analizó unos segundos. ¿Podría ser Jean? Este chico podría ser todo lo contrario a un demente como Jean. Su físico, su rostro y bueno..., todo él parece que no encaja con una personalidad como la que tenía Jean.
—Puede preguntar, oficial. —dijo este.
—Bien... eh... —se quitó el sombrero y lo dejó a su lado, en el mueble. Agarró la soda fría con su mano y tomó un trago. Su boca lo necesitaba, estaba sediento. —¿Cuál es su nombre?
—¿Mi nombre? ¿Estoy metido en algún problema, oficial?
TaeHyung negó con la cabeza.
—No, es solo para saber cómo me dirijo a usted.
—No me llame usted. Sé perfectamente que soy menor que tú. —se pasó una mano por el cabello negro y lo meneo un poco desordenadolo. —JungKook, ese es mi nombre.
❝ —Oh, JungKook. Regaste de nuevo el jugo. No seas tan tonto.
—Perdón, señor oficial. No volverá a pasar.
—Te dije que no me llamaras así.
—Oficial, oficial, oficial... ❞
—¿JungKook? —levantó una ceja TaeHyung. Raramente tenía un mal presentimiento.
—Sí, JungKook. ¿Cuál es su nombre? —el pelinegro observó la placa que traía en el traje. —Su apellido es Kim. ¿Lo llamo oficial Kim? —se mordió el labio inferior en tono coqueto.
—TaeHyung. Dime TaeHyung. —pidió.
—De acuerdo, oficial. —río. —Me gusta más llamarlo oficial. Me trae un buen recuerdo.
El pecho de TaeHyung dio una punzada. ¿Podría ser él?
—¿Recuerdo? ¿Un viejo amigo? —tenía que sacarse la duda.
—Tal vez una vieja desilusión... —una sonrisa triste se formó en sus comisuras. —Pero bueno, no estamos aquí para hablar de mí. Cuénteme, ¿Qué son las preguntas?
—Oh, sí. Claro. —carraspeó TaeHyung y le dio otro sorbo a la soda. —¿Ha notado algo inusual estos días en el edificio? Tal vez... ¿Un hombre entrando con capucha negra?
JungKook levantó una ceja ante la pregunta y soltó una carcajada confundiendo a TaeHyung.
—¿Qué es tan gracioso? No entiendo.
—Perdón, perdón... —soltó un suspiro. —Es que su expresión de seriedad me causa mucha gracia. —se lamió los labios. —¿Qué si he notado algo inusual? No, aquí todo es normal... y lo de un hombre con capucha, aquí viven muchas personas y entran personas. Como el 60% puedo decir que usan alguna prenda negra o una capucha. Hasta yo.
—Uhm, comprendo. —dijo. —¿Has visto la noticia de los asesinatos?
—Uhm... Ajá. El tipo demente que está siendo buscado por toda la ciudad. Que loco, ¿No? Ese tipo debe estar sentado en su mueble frente a alguien más riendo mientras los oficiales no tienen ninguna fotografía de él. —JungKook río de nuevo. —Qué coraje deben sentir. Querrán atraparlo.
—Sí, él debería estar preso. —respondió TaeHyung. —O tal vez ejecutado.
—Uy, ¿Por qué tanta violencia? Deberían torturarlo, no merece morir tan rápido. Estarían dándole un regalo. —TaeHyung levantó una ceja mirándolo de una manera extraña. JungKook sonrió. —Perdón, veo mucha televisión. Siento que los casos de la ficción son lo mismo que la realidad.
—Ya veo... —comentó TaeHyung dándole otro sorbo a su soda.
—Oye oficial, ¿No te han dicho que eres bastante atractivo? —TaeHyung casi escupe la soda.
—¿Perdón?
—Sí, ¿Nunca se lo han dicho? Es el primer oficial que veo que luce excelentemente el uniforme. —se mordió el labio inferior.
El castaño se sintió intimidado y bajó la mirada avergonzado.
—Sí, gracias. —respondió a secas.
—Que cortante es oficial. —JungKook hizo puchero.
TaeHyung sabía que era un desconocido, pero un desconocido bastante atractivo y caliente. No podía negar que si sentía algo incómodo frente a él.
—Yo, bueno... creo que me iré. —respondió el castaño levantándose del mueble dejando la soda en la mesa que estaba a un costado del mueble. —Gracias por responder a mis preguntas. —cogió el sombrero y caminó hacia la puerta para irse.
Colocó una mano en el pomo para abrirla e irse pero antes de que este la girara, el chico le agarró la muñeca y tiró de esta hacia atrás logrando apartar a TaeHyung de la puerta. JungKook, lo acorraló contra esta misma puerta y bajó su rostro al nivel del castaño con una sonrisa seductora.
—¿Ya se va oficial? —cuestionó con un tono meloso en su voz. —Si apenas llegas oficial. Quédate un poco más...
TaeHyung al sentir la cercanía de este, bajó la mirada nervioso.
—Ah no me diga oficial. ¿Lo pongo nervioso? —río, pasando dos dedos bajo la barbilla de este y la levantó haciendo que sus ojos se encontraran.
—Apártese por favor... —pidió el castaño.
—Ahg, ¿Me aparto? ¿Seguro? —sonrió de una manera espeluznante. Estaba asustando a TaeHyung y lo estaba poniendo en duda sobre quién en verdad podría ser JungKook.
—Joven JungKook, aléjese por favor... —las manos del castaño se posaron el pecho firme del pelinegro para empujarlo, pero lo siguiente que vio y sintió fueron las manos de JungKook posarse encima de él y apretarlas un poco.
—¿Sientes latir mi corazón? —de nuevo sus ojos se encontraron. —Es porque has venido...
—¿Ah? ¿De...de qué hablas? —de nuevo, sus sentidos le fallaron al castaño y volvió a demostrar su timidez.
—¿Cómo es posible que me hayas olvidado oficial? —TaeHyung arrugó el ceño confundido. —Solía ser tu fiel amigo.
❝ —Eres mi fiel amigo, TaeHyung. Nunca lo olvides, aunque nos separemos.
—No digas tonterías, nunca nos alejaremos.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo. ❞
TaeHyung se había quedado en silencio unos segundos observando el semblante triste de JungKook. Toda sonrisa lujuriosa había desaparecido, ahora había un triste mirar en él.
—¿En serio ya no me recuerdas? —cuestionó el pelinegro una vez más
—Creo que me confundes con alguien más, JungKook... Yo no so... —antes de que terminara de hablar el pelinegro posó sus labios en los del castaño haciendo que TaeHyung se llevara tal sorpresa.
JungKook quitó las manos de TaeHyung del pecho de este y las levantó a la altura de la cabeza del castaño mientras profundizaba el beso con ferocidad queriendo sentir más del castaño. Introdujo su lengua en la boca de este y la entrelazó con la de TaeHyung en un apasionado beso. Este se alejó agitado, dejando al castaño desconcertado y sin aliento.
—No pude aguantarme oficial... —dijo este. —Usted es muy cali... —y una fuerte bofetada le hizo gritar el rostro.
TaeHyung lo empujó y se hizo a un lado observándolo con enojo. El pelinegro se acariciaba la mejilla adolorida junto con una lasciva sonrisa. Miró de reojo al castaño y soltó un suspiro.
—Bien, bien. Me disculpo por haberle robado un beso oficial. —dijo JungKook. —Tal vez debí avisarle. —soltó una risita haciendo que TaeHyung apretara los puños con fuerza.
El pelinegro volvió a acercarse al castaño despacio, pero TaeHyung sacó su arma del pantalón y le apuntó hacia el pecho en tono de defensa. JungKook volvió a reír y levantó las manos en alto.
—Oye oficial, solo juego contigo. Me duele que no me recuerdes. —dijo este.
—No sé de qué hablas con que no te recuerde. —dijo TaeHyung quitando el seguro del arma.
—Uh, ¿Me disparará oficial? —hizo una mueca triste y acercó su frente a la boquilla del arma, asustando a TaeHyung. —Entonces hágalo. Ya me duele más su indiferencia. —cerró los ojos y TaeHyung se quedó estupefacto por lo que estaba viendo. El pelinegro no le tenía miedo.
—Aléjate por favor, te pondré las esposas. —advirtió el castaño con voz firme.
—¿Ah sí? Entonces... —JungKook deslizó su mano en la muñeca del castaño y tiró de ella atrayéndolo a su cuerpo. Con una lasciva sonrisa, lo giró quitándole el arma y lo condujo hacia la puerta en donde lo arrinconó.
—Suéltame ahora mismo. —forcejeó TaeHyung, pero el pelinegro empujó su cabeza contra la puerta.
—Oye oye oficial, ¿Por qué no te colocamos las esposas a ti? —río muy cerca de su oreja haciendo que su piel se eriza y su corazón diera un vuelco.
—¿Qué? ¡No! ¡Suéltame ahora!
JungKook, fue más ágil quitándole las esposas que traía enganchadas en su pantalón. Las asomó en el campo de vista del castaño e hizo fuerza contra este y la pared. El pelinegro le había colocado las esposas a TaeHyung.
El pelinegro soltó una risita alejándose de TaeHyung y soltó un suspiro cruzándose de brazos mientras lo miraba de pies a cabeza.
—Oye, oye oficial. Tus esposas te quedan mejor a ti que a mí y este sombrero... —se acercó a él para quitárselo. —Ahg, ¿Me lo prestas? También quiero jugar al policía y tú al asesino. —dijo riéndose mientras se colocaba el sombrero de policía.
El castaño arrugó el ceño e hizo una mueca mientras trataba de soltarse las esposas que traía. Tenía la llave en su bolsillo, si solo pudiera llegar a su bolsillo podría soltarse y acabaría con este absurdo juego.
—Vamos oficial. Juguemos un poco. —JungKook se acercó más a él con una sonrisa coqueta. —Deberías divertirte un poco.
—¡¿Qué es lo qué quieres?! —cuestionó alterado. —Estoy en un maldito caso de un asesino, no tengo tiempo para estas cosas. ¡Suéltame!
JungKook volvió a reír.
—No has cambiado nada, oficial. —sonrió con tristeza. —Extrañaba que siempre me gritaras.
TaeHyung forcejeó ante el toque el pelinegro, pero lo que consiguió fue hacerle reír.
Primer capitulo, espero y les haya gustado la trama.
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