Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Único

Entramos al auto. En silencio y sin música. Tan silencioso que era asfixiante. Tu y yo sentados en los asientos mirando al frente, sin decir nada. ¿Cuándo las cosas cambiaron tanto? ¿Cuándo todo se volvió así?

Antes solíamos tomarnos de las manos pero tú has preferido sus labios. ¿En qué momento pasó el tiempo? Hay veces en las que quiero hablar, decírtelo todo pero ya sé lo que responderás. Por favor no lo digas. Por favor no.

Mis lágrimas comienzan a caer ante los recuerdos. ¿Debería secarlas con el pañuelo que me obsequiaste y luego lanzarlo a la basura?

Golpeo el volante tratando de deshacerme de este cruel sentimiento que me atormenta. Tú sólo me miras y ya. ¿Tienes algo que decir, verdad? No lo digas. No lo hagas por favor.
Inevitablemente la velocidad aumenta y siento como el viento que entra por la ventana golpea mi rostro. Esto es demasiado. No puedo apreciar nada del exterior pues todo se deforma por la manera en la que avanzamos en la carretera. Sé que tu odias que maneje así pero, ¿qué otra cosa puedo hacer si me siento así?

Tus ojos se cierran por miedo y la presión en el acelerador disminuye. No puedo hacerlo. Lo siento. Lo siento tanto. No me dejes. Vuelve. Por favor vuelve. No me abandones. Te necesito. Por favor.

* * *

Kim Yongsun, Kim Seokjin y Kim Namjoon. Son tres niños que se conocieron en la escuela primaria, ambos varones eran amigos desde segundo año debido a que estaban en el mismo equipo de fútbol y un año más tarde conocieron a la niña que pronto se volvería su mejor amiga. En aquellos tiempos eran unos simples niños que jugueteaban sin más. Conectaron bastante bien y pronto se volvieron inseparables, yendo a la misma secundaria e incluso a la misma preparatoria.

Los años pasaron y no fueron en vano. Cada uno de ellos hizo su vida pero siempre juntos. Eran como los tres mosqueteros desde muy pequeños. Si uno necesitaba ayuda, ahí estarían los otros dos para brindársela. Estuvieron juntos en sus mejores días y en los más oscuros también. Conocían todo de cada uno y aún así se mantenían unidos.

En la universidad fueron Yongsun y Jin quienes se mudaron primero a la gran ciudad, rentaron un departamento y estuvieron compartiendo piso por casi un año hasta que Namjoon se les unió. Era como un sueño cumplido el vivir juntos como adultos independientes. Desde la secundaria habían planeado este suceso y por fin lo estaban cumpliendo.

Aunque como siempre, en un grupo de tres, dos se la pasan mejor.

Yongsun amaba con todo su corazón a sus dos amigos pero todos eran conscientes de que con el que mejor conectaba era con Namjoon. Siempre se veía a la chica acudir a él cuando tenía malos momentos y era él quien la reconfortaba siempre. Tal vez era por la mente tan profunda que poseía el moreno que Yongsun siempre charlaba con él. Le encantaba la forma de pensar de su amigo y todos los consejos que él tenía para dar. Su manera de ver el mundo era completamente distinta a la de cualquiera y eso a ella le fascinaba.

Pero no por eso ella no apreciaba a Jin pues con él siempre era todo risas. El chico de hombros anchos era alguien menos reflexivo y demasiado positivo. Siempre le veía el lado bueno a las cosas y cuando no, él buscaba la manera de que así fuera. Muchos no lo tomaban en serio pero ese era su encanto, ser algo así como irreal. Vivir en su propio mundo. Tanto a Yongsun como a Namjoon les gustaba eso de Jin.

Yongsun era como el punto medio entre los dos chicos. Era pasiva y meditaba cada situación, le gustaba estar informada e investigar. Pero eso no le quitaba el hecho de que fuera algo extravagante. Reía a carcajadas y solía hacer el ridículo continuamente. Era alguien con quien de seguro pasabas un rato memorable, era chistosa y única entre todas las chicas que Namjoon y Seokjin habían conocido en sus vidas. Y eso a ambos les gustaba.

La gente llegaba a envidiar su amistad pues era demasiado perfecta a la vista de los demás. Sin embargo ellos tenían peleas, como todos, claro. No era fácil vivir tres en un departamento. Había cosas que disgustaban a los otros. Lo normal.

Muchos criticaban a la chica pues no era normal que una viviera entre dos hombres. Había muchos rumores que a dos de ellos les daban completamente igual, mientras que a Namjoon le ponían de muy mal humor. Odiaba que hablaran sin saber. Jin y él amaban a Yongsun pero nunca se atreverían a hacerle algo, no sin su consentimiento, él pensaba. Eran como hermanos, tal vez más que eso.

Él y Yongsun eran muy unidos. Él la había visto incluso en ropa interior por accidente varias veces y viceversa. Él no creía que ella lo viera como un hombre en realidad, o a Jin. Tanto tiempo juntos hacia la diferencia.
Aunque debía admitir que varias veces por su mente pasaban pensamientos extraños. Como los años los habían cambiado a todos. Los tres habían crecido tanto.

* * *

—Namjoonie~

Quité la mirada del libro y busqué a Yongsun quien venía dando saltitos tontos e infantiles con una sonrisa pintada en su bonito rostro. Fruncí las cejas al observarla detenidamente.

—¿Qué tal me veo?

Preguntó ella, sentándose a mi lado en las escaleras de nuestra casa, poniendo sus codos en sus piernas y su mentón en sus manos. Mirándome fijamente, batiendo sus pestañas de forma coqueta.

—Te teñiste el cabello...

—Así es, ¿no crees que me veo guapa?

Tomó un mechón entre sus dedos y comenzó a girarlo, luciendo malditamente linda.

—Creo que te veías mejor castaña.

Hizo una mueca, frunciendo sus labios y me dio un golpe en el brazo. Yo reí y ella me imitó.

—Ya sabía que te gustaría.

Apretó mi mejilla y dejé de reír para quejarme. Quise alejarme pero ella continuó con mi tortura, ahora sujetando mis dos mejillas. Estrujándolas a su gusto mientras hacía sonidos tontos con sus labios en forma de pico de pato.

—¡Basta! —grité, agitando mi cabeza.

Me liberé de su agarre y la miré molesto. Ella pegó un gritito y se levantó a prisa, yo le seguí. Corrimos hasta la sala y estuve a punto de sujetarla y darle su merecido pero Seokjin apareció desde la cocina, con una sonrisa en su rostro preguntando a qué se debía nuestro alboroto. Ella se escondió detrás suyo entre risas y yo me detuve.

—¿Qué pasa? —preguntó Jin.

—Quiere matarme —dijo Yongsun.

—¿Quieres matarla? —me preguntó Jin y asentí.

—Pellizcó mis mejillas como una loca, sabes que odio eso —me quejé fingiendo molestia.

Jin rió con ternura y me palmeó el brazo para luego girarse hacia Yongsun y sacarla de su escondite. Pasó su brazo por los hombros de nuestra amiga y con el otro la rodeó por el frente, uniendo sus dos manos formando un abrazo alrededor de la ahora rubia.

—¡Vamos mátala! —me dijo Jin, volviendo su agarre más fuerte alrededor de ella y colocándola frente a mí.

Los tres comenzamos a reír aunque Yongsun también se quejaba para que la liberaran y de lo traicionero que era Jin. Éste la abrazó realmente y besó su frente, acción que hizo que mi corazón saltara. Ella se limitó a sonreír más grande y pude notar un leve sonrojo en sus mejillas. Jin se la llevó a la cocina junto con él con la escusa de que la pondría a cocinar por haberme molestado.

Yo percibía algo más. ¿Es que acaso estaba pasando algo y yo no tenía idea? No. Sólo estaba exagerando. ¿Qué me pasa?

* * *

La amistad entre un hombre y una mujer no existe. Eso era lo que la gente repetía siempre que los veían ser tan cercanos. Pero yo no lo entendía, hasta ahora.

Y aquí me tienes. Sentado a tu lado, siendo tan miserable. ¿Por qué me miras así? ¿Sientes pena? No lo hagas. No tienes qué. Sólo no me dejes. Por favor no digas nada. No lo hagas. Quédate a mi lado. Por favor.

Recuerdo aquellas veces que me sentía de pronto como la tercera rueda. Pero decía que era sólo mi mente jugándome una mala pasada porque en nuestra amistad nadie era la tercera rueda, ¿verdad?

Vaya, qué iluso era.

Tú... ¿Nunca te fijaste en mí, cierto? Yo sólo era tu amigo. A pesar de estar siempre a tu lado, sólo fui un amigo. Siempre me mantuviste en esa zona. Que tonto fui. Yo te removí de aquel sitio desde hace años. Cómo no me dí cuenta que estaba haciendo jugadas yo sólo.

No puedo evitar sollozar ante los sentimientos abrazadores que me queman en este momento. Discúlpame si te molesto, si te es incómodo. Discúlpame por no ver con claridad y mal entender todo. Soy un idiota.

* * *

La gente ya está llegando y yo estoy aquí parado, a unos metros de la entrada debatiéndome si en verdad quiero estar aquí. Pero no puedo huir, no puedo hacerlo. No debo hacerlo. A pesar de todo soy su amigo, su mejor amigo. ¿Qué persona huiría de la boda de sus mejores amigos?

Miro hacia la entrada del gran salón y ahí veo a Jin, vestido con su elegante traje negro, con su típica sonrisa brillante que te hace sonreír también. Puedo ver lo feliz que es de estar saludando a sus invitados. Está feliz de que hoy es el gran día. Un día ansiado por todos menos por mí. Dios, soy un pésimo amigo. El peor de todos. Lo lamento mucho.

Miro hacia la puerta donde Yongsun debe estarse arreglando y noto que ésta se abre, sólo un poco. Una porción del rostro de ella se asoma y me ve. Me sonríe y me pide que vaya. Pero yo no quiero ir. Aun así le sonrío de vuelta y me apresuro a llegar. Ella abre más la puerta y me jala dentro. La miro de arriba a abajo, luciendo tan hermosa en ese vestido blanco que siento envidia.

Ella da una vuelta para que yo pueda verla totalmente y me sonríe con algo de timidez.

—¿Qué te parece? —pregunta ella.

Yo trago saliva, nervioso. ¿Qué debo decirle? ¿Por qué me atormenta así? Siento mi pecho oprimirse y sonrío con más ganas. Alzo mis dos pulgares y hago una expresión que sé que la hará reír.

—Te vez fabulosa. Eres la novia más hermosa que Corea tendrá jamas.

Ella ríe contenta y me da un suave golpe en el brazo, me pide no exagerar pero sé que mi respuesta la ha dejado satisfecha. Estoy feliz pero a la vez destrozado. ¿Qué será de mi pobre alma en destrucción luego de esto? No creo poder soportarlo. Y menos si ella sigue abrazándome como lo hace ahora. ¿Ella llorará? No puede hacerlo. Su maquillaje se correrá y mi corazón se partirá más. No debes llorar Yongsun. No lo hagas por favor.

Alguien llama a la puerta y ambos giramos a observarla. Era Jin. Ella se escondió detrás mío con una risa tímida y yo sonreí con falsa gracia.

—¡No entres, es de mala suerte! —le grité.

—Vamos, sólo quiero ver a mi esposa —dijo él y mi sonrisa tembló.

—No soy tu esposa aún —recordó ella.

—¿Estás amenazándome? —preguntó Jin aún tras la puerta.

—Puedo huir cuando el padre pregunte por mi respuesta.

Sí, hazlo por favor. ¿Qué? No. No lo hagas. Basta. Estoy volviéndome loco. Ustedes me vuelven loco.

—Bien, me iré. Los odio —dijo Jin y escuchamos sus pasos.

Yongsun rió y salió de detrás mío para colocarse enfrente. Entonces ella me vio. Coloqué mi sonrisa nuevamente pero era demasiado tarde, ella lo notó.

—¿Estás bien, Joonie?

—Por supuesto que lo estoy. Sólo... Algo sentimental, sí.

Ella volvió a abrazarme, podía sentir su cariño en ese contacto. Era demasiado. No lo soportaría.

—Iré afuera, veré si necesitan ayuda.

—No puedes dejarme aquí.

—Tus damas están en la habitación contigua, ve con ellas. Son chicas, habla con ellas de lo que sea que las chicas hablen antes de una boda.

Ella rió y asintió. Yo salí huyendo apurado de ahí. Me estaba asfixiando.

Entonces me encontré con Jin apenas entré a donde los invitados estaban yendo. Él me palmeó la espalda para luego pasar su brazo por mis hombros. Me sentía superado e inevitablemente puse una expresión extraña. Él me miró y alejó su brazo.

—¿No puedes dejar de pensar que el con tacto físico te desagrada aunque sea hoy? —bromeó y yo me sentí avergonzado.

—Lo siento.

—Está bien, aún así te abrazaré. Necesito un abrazo de mi mejor amigo.

Él volvió a pasar su brazo por mis hombros pero esta vez lo volvió un abrazo completo. Parecía nervioso, de seguro lo estaba. Le rodeé la cintura con mis brazos tratando de hacerlo sentir tranquilo. Después de todo para eso están los amigos, ¿no?

—Ya, tranquilo. Todo saldrá bien.

Le dije, aunque una parte de mí esperaba todo lo contrario. Aún así les deseaba lo mejor, son mis amigos después de todo. A pesar de que me dejaron de lado sin preguntarme cómo me sentía.

* * *

Detuve el auto, sobrellevado por la realidad. Podía sentir tu mirada fija en mi rostro descolocado por el llanto. No me mires, doy pena.

Los recuerdos comienzan a atacarme nuevamente y el primero que viene a mi mente es aquel cuando ustedes dos me citaron muy seriamente a una charla en la sala de nuestro hogar. Por un minuto creí que era algo diferente, que yo había hecho algo mal y debían hacérmelo saber.

¿A caso había olvidado limpiar algo? ¿Olvidé hacer algo? ¿Alguien se mudaría? ¿Traerían un gato? ¿Rompieron algo mío? ¿Yo rompí algo suyo?

Recuerdo como Jin fue el primero en llegar a la sala donde yo ya me encontraba sentado en el sillón solitario, él se sentó en el sillón contiguo al mío, el doble. Me sentí ansioso de tenerlo ahí pues él no decía nada. Absolutamente nada. Muchas ideas pasaron por mi cabeza, estaba alterándome.

Entonces llegó Yongsun, con una ligera y tímida sonrisa me saludó. Se sentó junto a Jin y el silencio continuó, aunque no mucho. Dijeron que querían hablar conmigo de algo sumamente importante. Al parecer ustedes dos ya habían hablado del tema antes pues se complementaban las frases continuamente. Me tenían confundido.

Yongsun enganchó su brazo al de Jin, lo cual no pasó desapercibido por mí y me mantuve observando aquella unión más de lo debido. Ustedes estaban saliendo. Lo sabía. ¿Por qué no me lo habían dicho antes? ¿Por qué no hablaron antes de que todo esto pasara dentro de mí?

Comencé a alterarme. Sentía mi respiración agitarse y mi corazón se detuvo un segundo, sacándome un verdadero susto cuando ustedes dos alzaron sus manos, mostrándome un anillo plateado y reluciente en sus dedos anulares.

Estaban comprometidos.

¿Qué había sucedido? Cómo es que nunca me di cuenta en realidad. ¿Por qué no me lo dijeron? Se supone que eramos amigos, los mejores. Y ustedes me escondieron algo así de grande por años. Años en los que yo dirigí mis sentimientos hacia una persona que ya tenía más que sus sentimientos entregados a otra persona.

—¡No lo puedo creer, felicidades! —les dije con mi mejor sonrisa.

Me cubrí el rostro, por la sorpresa y por la ola de sentimientos que me golpeaban en ese instante. Ustedes rieron felices. Yo les seguí el juego.

—En verdad estoy muy sorprendido, lo tenían muy bien guardado.

—Lo sentimos, no estábamos seguros de cómo lo tomarías —dijo Jin, con un tono de evidente culpa y vergüenza, no pude mirarlo.

—Gracias por apoyarnos Joonie. De verdad, te amamos.

Trague nervioso. No digas mentiras Yongsun, por favor.

—¿Cómo no apoyaría a mis mejores amigos? Me encantan.

Obviamente nos abrazamos luego de eso. Pero yo no pude evitar pensar que era el abrazo más hipócrita que yo podía haber dado jamas. Lo lamento mucho pero no estaba de acuerdo.

¿Porqué? ¿Por qué ustedes? ¿Por qué tú? ¿Por qué yo no?

* * *

La ceremonia nupcial ya había terminado, desde hace casi una hora. Ahora sólo eran fotos y demás cosas sin importancia antes de la fiesta. Yo estaba en la azotea del pequeño edificio, tratando de reponerme. El aire fresco siempre era una buena opción.

La puerta se abrió tomándome por sorpresa y me giré de golpe. Luego sonreí, colocándome derecho, luciendo normal.

—¿Mucha gente?

—Sabes cómo soy.

Jin asintió y caminó hasta quedar a mi lado, ambos viendo la bonita vista desde la azotea del tercer piso. No hablamos por un rato, no era necesario. Así de buenos amigos éramos.

Jin recargó su cabeza en mi hombro y lo escuché resoplar. Estaba agotado, me lo imaginaba. Los nervios se habían llevado toda su energía. Pasé mi brazo por su hombro y le acaricié el brazo tratando de reconfortarlo.

—Estoy muy feliz por ustedes —le dije y lo escuché reír mínimamente.

—Gracias. Has sido de gran ayuda, hablo en serio. Me alegro de tenerte a mi lado Namjoon.

—Siempre lo estaré, para ambos.

Jin se enderezó y yo aparté mi brazo. Él me miró fijamente haciéndome sentir incómodo. Él rió, sabía lo que hacía. Yo le golpeé el abdomen.

—Te estábamos buscando.

—Pues ya me has encontrado.

—Lo sé, ahora necesito que bajes.

—¿Para qué, ya es hora de la fiesta?

—Aún no, pero Yongsun quiere una foto con ambos.

—No... Yo creo que sería mejor si sólo salen ustedes dos.

No quería una foto con ellos dos. No en estas circunstancias. Sería una tortura ver aquella foto por el resto de mi vida.

—Por favor, somos amigos. Es nuestra boda. Por mí. Por Yongsun.

¿Cómo podía negarme a eso? Lo odiaba. Los odiaba.

No contesté, sólo resople rendido y Jin sonrió victorioso. Me tomó de la muñeca y me arrastró hasta el altar donde Yongsun y el camarógrafo nos esperaban. Jin me soltó para que me dirigiera al lado derecho de Yongsun, me sentí morir. Ella enganchó sus dos brazos en nuestros brazos y acomodó su cabeza en el hombro de su ahora esposo. Los miré antes de mirar hacia la cámara. Ellos sonreían, meramente felices. Me pareció creer que nunca los había visto sonreír de aquella manera y me sentí la peor persona del mundo.

Así que sonreí, lo más natural que pude y tratando de exteriorizar la poca felicidad que me nacía en ese momento. Y tomaron la foto.

* * *

Meto la mano en el bolsillo interior de mi saco y siento algo. Lo tomo entre mis dedos y me doy cuenta de lo que es, mi llanto incrementa al igual que mi dolor. Sacó la foto y la pongo ante mí, la sostengo con mis dos manos y la admiro.
Observo todos los detalles. Nuestros rostros, nuestras ropas, el fondo, la decoración, la pequeña descripción en la parte posterior y nuestros nombres.

Paso mis dedos por el papel, acaricio tu rostro con anhelo. Perdóname por esto, no me perteneces y aún así lo hago. Digo tu nombre entre sollozos lastimeros, tan precioso, tan especial, tan lejano.

Entonces, el coraje se apodera de mí y en un impulso rasgo la imagen por la mitad. La tristeza vuelve, me siento impotente y horrorizado. ¿Qué acabo de hacer?
Me siento culpable y estúpido. Pero veo algo de luz en aquella foto rota. En ella hay una oportunidad de estar juntos. Una sonrisa temblorosa se dibuja lentamente en mis labios pero mis lágrimas no paran.

Muevo mis manos con lentitud y algo de nerviosismo y tiemblan. La foto se va uniendo de a poco pero no la dejo en su lugar, como en un principio. Sigo avanzando hasta que la rasgada Yongsun queda fuera de mi vista y así, puedo unirnos a nosotros.

Por fin sólo somos tu y yo. Namjoon y Jin. Sólo nosotros.

Mi llanto era desgarrador al entender que ni así tu y yo podríamos estar juntos, la foto estaba rasgada, no era real. ¿Por qué?

Entonces giro mi rostro y te veo mirarme. Estás triste, por mí. Lo lamento tanto Jin. Lamento tanto que me tengas que ver así.

Quiero decirte tantas cosas pero sé lo que dirás. Por favor no lo digas, no lo hagas. Por favor. Sólo quedate conmigo. No me abandones por favor. Vuelve. Por favor. Por favor.

Estiro mi mano, quiero tocar tu hermoso rostro. Tu observas mi mano y cierras tus ojos, rindiéndote ante mi toque. Pero cuando estoy a unos escasos centímetros simplemente desapareces.

Porque no eres real. Porque no estás tú aquí conmigo. Porque sólo eres un producto de mi imaginación. Porque ahora debes estar disfrutando de tu fiesta de compromiso, con Yongsun tu esposa, la mujer que amas. No tendrías que estar aquí conmigo, en un auto silencioso, mirándome ser miserable.

Te amo. Gracias por ser mi todo.

Lo siento. No me dejes.

________________

20 de Agosto del 2019

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro