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➹ Capítulo Ochenta y Seis







— Ouh… — se quejó Thaily sobando su enorme vientre de ocho meses y medio

— ¿Otra vez te pateó? — preguntó Steve en el suelo de la habitación tratando de armar la cuna

— Si… pero también siento que me presiona los riñones— se quejó de nuevo reclinándose en la mecedora—… y la vejiga… tu hija ya no puede crecer más

— No seas tan dura con ella— sonrió Steve buscando embonar dos piezas

— Helena en serio ya no me deja dormir— suspiro

— Bueno pues SARAH tiene el suero de súper soldado, de parte de ambos, eso explica porque crece tanto— recalcó el nombre que él quería para la bebé

— pues si sigue así, HELENA me hará explotar

— ¿No estás exagerando? — interrogó con diversión Steve

— Lo dices así porque tu no tienes a un bebé del tamaño de un melón dentro de ti que te está invadiendo todo… ¡Uy! ¡Pipi! — exclamó después de sentir una pequeña patada— ayúdame a pararme

Steve de inmediato dejó la cuna (que eran más bien pedazos de madera amontonados en el suelo) y ayudó a su esposa a ponerse las sandalias y a levantarse

Thaily salió de la habitación tan rápido como pudo para llegar al baño con Steve siguiéndola de cerca, esperando fuera del baño a que su esposa terminara sus necesidades

»— ¡AY!

Steve se alarmó ante el grito de Thaily dentro del baño

— ¿Thai? ¿Todo bien?

— ¡No! — dijo casi llorando— ¡Me están dando calambres!

— ¿Quieres que entre por ti? — interrogó con preocupación. En ocasiones Thai no la pasaba bien en absoluto por su embarazo

— Sí… me duelen los tobillos

Steve entró para ayudar a su embarazada esposa a llegar a la cama, donde se recostó rodeada de almohadas con una pronunciada mueca en el rostro. La pelirroja suspiró de forma temblorosa cuando Steve comenzó a masajear sus acalambrados pies tratando de aminorar el dolor

— ¿Mejor?

— Si… solo… me quedaré aquí… un rato— gimió ante la presión de su espalda baja

— Ya solo faltan dos semanas más y tendremos a Sarah con nosotros— trató de animar Steve

— Helena— corrigió— y eso esperó, sinceramente tu hija no me ha dejado dormir en casi un mes— puso los ojos en blanco sintiendo otra patada que le dolió— ay… creo que usa mi vejiga de almohada y mi hígado como saco de box durante las noches

Steve soltó una pequeña risa acariciando el prominente vientre de su esposa

»— Esto es culpa tuya— acusó ceñuda

— ¿Mi culpa?

— Sí— afirmó con la mejillas infladas viendo el techo— si no te hubieras emocionado con ese masaje no estaría embarazada… o si hubiéramos ido a nadar en vez de que me hubieras arrancado el traje de baño…— recordó divagando un poco—… o si-

— Okay, ya entendí— cortó Steve con las mejillas un poco rojas— pero tu no te quejaste

Thaily hizo un mohín acariciando su vientre

— Aún así es culpa tuya

El rubio dejó un pequeño beso en el vientre de Thaily y luego se recosto a su lado besándola a ella

— Te amo

Thaily frunció los labios con una pequeña mueca

— ¿Me amas estando así de gorda?

— No estas gorda, estas redondita— sonrió Steve acunando el vientre de su esposa

— ¿Redondita?

— Sí, lo redondo es lindo… lo redondo es sexy

Una pequeña sonrisa que quiso reprimir apareció en los labios de Thai

— Uhm… Okay, te perdono por embarazarme

Steve solo asintió siguiéndole el juego a Thai sabiendo que sí la contradecía le iría mal

»— Debes terminar la cuna de Helena

— ¿Por qué tanta insistencia en que el nombre sea Helena? — interrogó Steve con interés

— Por mi tía Yelena. Helena en variante de Yelena— explicó la menor— además de que golpea igual de duro

Steve afirmó con detenimiento

— Okay, ¿que tal si cuando nazca decidimos el nombre? Veremos si le queda Helena o Sarah— propuso Steve

— Okay…

— Estoy a favor de Helena— habló Natasha llamando la atención de la pareja desde el umbral de la puerta

— Hola mamá— saludó Thai sin molestarse en ponerse de pie

— ¿Calambres otra vez? — interrogó con una mueca Natasha

— Si… son horribles— Thai soltó otro pequeño gemido ante la molesta presión en su espalda baja— no veo el momento de dar a luz

— Traje comida, ¿quieres… -?

— No tengo hambre— negó Thaily sorprendiendo a Natasha

— ¿Como que no tienes hambre? Te la pasas comiendo hasta de noche— preguntó escéptica Natasha

— ¿Te sientes mal? — preguntó de igual forma Steve

— No… solo no tengo apetito— se alzó de hombros la menor

— Vamos Thai, vomitaste el desayuno, al menos come un poco— alentó Steve

Thai soltó un pequeño quejido pero cedió

— Okay, ayúdame a levantarme— pidió extendiendo sus brazos para que Steve la ayudará a levantarse

Steve la ayudó sin esfuerzo, pero apenas Thaily se puso de pie un pequeño jadeo salió de sus labios cuando sintió un líquido salir en una pequeña ráfaga de entre sus piernas

Steve y Thai se vieron a los ojos tratando de procesar lo que estaba pasando

— Por favor dime que te orinaste otra vez— pidió Steve casi entrando en pánico

— ¡Eso solo me paso una vez y fue por que no alcance a llegar! — se defendió Thaily tratando de procesar que había roto fuente

— Ay por Dios ya viene— dijo Natasha sin despegar sus ojos del líquido en el suelo

— ¡¿Te duele?! — preguntó Steve casi al borde del pánico

— No… en realidad no— negó Thai sintiendo un poco más de líquido salir escurriendo entre sus piernas, era como orinar pero no tenía el control de nada— ¡Ay no puede ser ya va a nacer! — Chillo

— Okay, iré por la maleta, te subiré al auto y nos vamos— habló apurado Steve— tu solo respira

— Eso es para las contracciones, yo no tengo contracciones— explicó Thai tratando de calmar a Steve

— No entres en pánico

— ¡TU ERES EL QUE ESTÁ ENTRANDO EN PÁNICO!

Natasha solo vio de hito a hito a los futuros padres

— Se suponía que nacía en dos semanas— murmuró Steve comenzando a buscar en el armario

— Si, pero es como su madre, nadie le dice cuando o que hacer— dijo la embarazada con cierto orgullo de su retoño

Natasha y Steve vieron a Thaily con el ceño fruncido, estaba muy tranquila para haber roto fuente

— Okay, creo que debes sentarte— aconsejó Natasha

— ¡No! Aún estoy escurriendo, no quiero mojar los muebles— detuvo Thai no queriendo sentarse en su cama

— La mecedora, que se siente ahí— dijo Steve aún entre el armario sacando la maleta con las cosas del bebé y Thai

Natasha ayudó a su hija a sentarse en la mecedora, observando a su hija bastante calmada aún

— ¿No hay contracciones?

— No… tal vez deberíamos esperar un poco— sugirió aún con la presión en su espalda baja muy presente aún— ay… el líquido sigue… es extraño

— Ya tengo la maleta, vámonos— apuró Steve arrastrando la valija

— Pero apenas y mi fuente se rompió

— Eso significa que ya va a nacer, hay que irnos

— Lo sé pero no hay contracciones, tal vez debemos esperar un poco

Steve negó yendo hacia su esposa para ayudarla a levantarse aún cuando ella protestaba.

Steve apenas subió al auto piso el acelerador recibiendo un regaño de Thai, que aún no tenía contracciones

— Estás demasiado alterado

— Esperabamos a la bebé en dos semanas, acabas de romper la fuente, así que eso significa que la bebé ya viene

— ¡SÉ LO QUE SIGNIFICA! — exclamó Thaily molesta

Steve solo suspiro apretando el volante. Estaba a nada de ser papá y estaba muy nervioso

— Steve, creo que el que debe practicar las respiraciones eres tú— sonrió Natasha desde los asientos traseros

— Oh… eso ya dolió un poco— se quejó Thaily ante una presión algo extraña en la zona lumbar, algo más intensa que la de la mañana

Un dolor repentino atravesó su espalda baja hasta su vientre, había sido tan doloroso que perdió el aliento

»— Okay… eso sí me dolió— admitió ante su primera contracción

— Respira. Debes mantener respiraciones estables— aconsejó Natasha

Thaily afirmó tomando aire y liberandolo de forma pausada, así continuó por el camino tratando de no ponerse nerviosa. Por un momento la madre creyó que se habían detenido cuando otra contracción la hizo clavar las uñas en al asiento ahogando un grito

— Ya estamos por llegar, ya casi— dijo Steve apretando la mano de Thaily sin despegar la vista del camino— no falta mucho












(•••)














— ¡¿COMO QUE QUINCE HORAS?! — exclamó Thai a el médico que le había dicho que solo tenía dos centímetros de dilatación, aún así las contracciones le dolía como el infierno

— Es el proceso normal señora Rogers, aún no es hora de que nazca, tiene que esperar a dilatar— explicó con una pequeña sonrisa el partero, una sonrisa que Thaily le quería borrar de un golpe

Las luces parpadearon cuando la embarazada gimió con una nueva contracción

— Mi esposa rompió la fuente hace dos horas, ¿No pude hacer que esto acelere? — pidió Steve al lado de la pelirroja que estaba tratando de respirar

Las contracciones no eran una seguidas de otras pero podía ver que le dolían

— Lo siento, tendrá que esperar a estar lista para el parto

Thaily solo dejó la cabeza caer contra la almohada rendida a esperar a que su bebé ya estuviera por nacer en varias horas

— Tranquila, tal vez nazca antes de eso— alentó Natasha

Cuatro horas más pasaron tortuosamente lentas para Thaily entre contracciones, gemidos y fluctuaciones inestables de poder que hacían los focos del Hospital parpadear una y otra vez

— ¡Ya no aguanto! ¡Ya no aguanto! — casi sollozo jadeando ante el dolor

Steve solo atinó a tomar su mano recibiendo un fuerte apretón de su esposa, juraba que si él no tuviera el suero en su sistema habría terminado con la mano rota

— Tranquila, solo respira— alentó

— ¡Es que ya…! ¡No puedo! ¡Ya va a nacer! — insistió ahogando otra gritó— ¡Quiero pujar!

— Aún no puedes pujar, solo te vas a agotar— negó Natasha

— ¡Es que ya viene! ¡YA VIENE!

— Okay, iré por el médico, quédate con ella— dijo Natasha a Steve

La rubia platinada salió a toda velocidad del cuarto de su hija que estaba tratando de respirar entre las contracciones

— S-Steve…

— ¿Si?

— Necesito… ¡Uy!... Quiero que mires ahí abajo— pidió tomando con fuerza del brazo a su marido

— ¿Q-que… ? ¡No! ¡El doctor ya viene!

— ¡Tengo que pujar! — exclamó gritando ante las dolorosas contracciones— ¡Ya va a nacer!

— El doctor dijo-

— ¡ME VALE UN CARAJO LO QUE EL JODIDO PARTERO DIJO! ¡NADIE LE DICE A UNA ROMANOFF QUE HACER ASÍ QUE NECESITO QUE RECIBAS A TU HIJA!

Steve vio en dirección en la que Natasha había desaparecido ansioso, pero cuando giro a su sudorosa esposa que ponía una almohada bajo sus rodillas supo que nada la haría desistir

— Okay— suspiro Steve cada vez más ansioso

— No te desmayes… — pidió la menor entre pequeños jadeos

Steve trago grueso, y se atrevió a ver entre las piernas de Thaily, la imagen casi lo hace desmayarse de verdad, pero se obligó a mantenerse de pie, pálido y tembloroso observando una bola arrugada y con cabello coronando entre las piernas de su esposa

— Veo a la bebé…

En respuesta solo recibió un gemido y las luces parpadearon de nuevo

— Steve… vas a tener…  que ayudarme… — pidió Thaily

Steve y Thaily se miraron a los ojos, con el temor brillando en ellos. El rubio solo asintió y de la maleta que tenía de las cosas del bebé saco una manta

— Okay amor… estoy aquí— dijo Steve tomando su mano y dándole un apretón— solo un esfuerzo más y tendremos a Helena

Thaily asintió tragando en seco aferrándose a la camilla bajo ella dándole una última mirada a Steve

»— Todo va a estar bien… puja

Thaily no esperó más antes de soltar un grito que se mezcló con el sonido de algunos focos rompiéndose

Natasha llegó a recepción corriendo, buscando desesperadamente al partero, lo encontró hablando mientras bebía muy animadamente un café

— Necesito que vea a mi hija— exigió Natasha de inmediato

— A su hija la veré en un par de horas, aún le falta para terminar de dilatar— contestó con una sonrisa que Natasha quería borrarle de una patada

— Ella dice que ya quiere pujar

— Su hija puede esperar, si me disculpa-

Pero antes de que pudiera ir Natasha lo tomó de las solapas estampadolo con fuerza contra la pared dándole una mirada centellante

— Escúchame bien, pedazo de escoria— susurro amenazante la viuda— Mi hija se está retorciendo de dolor en esa camilla desde hace más de cinco horas a la espera de que mi nieta nazca, así que más le vale que la vaya a ver si no quiere que las cosas se pongan feas…

— Pe-pero… -

— Y quiero que quede claro que si algo le pasa a mi hija o a su bebé lo voy a matar, lo perseguiré y no descansare asi tenga que hacer un pactó con el mismo Satán en persona— siseo la ojiverde

El partero trago en seco viendo nerviosamente a la viuda lleno de temor

— En-enfermera… — llamó con la voz quebrada carraspeando enseguida— u-una silla de ruedas, por favor

Natasha lo soltó por fin dándole una pequeña sonrisa ácida, una que se borró y la puso alerta cuando los focos de ahí brillaron como si la energía eléctrica aumentará y luego estallaron

— Démonos prisa— apuró regresando a donde su hija con el doctor tembloroso siguiéndole manteniendo su distancia

— Vas bien, ya casi… solo un poco más— alentó Steve

Thaily respiró de forma rápida preparándose para volver a pujar, apretó los puños y los párpados gritando ante el esfuerzo y el dolor, sintiendo que cada vez que pujaba sus fuerzas se iban

— Y-ya… ya n-no… — balbuceó casi llorando

— Vamos, Thai, solo un poco más… tú puedes, un poco más y Helena estará con nosotros, y la podrás cargar— apoyo Steve— toma aire y de nuevo..

Thaily se incorporó un poco, tomó aire con Steve ayudándole con las respiraciones y pujó. Otro grito salió de su garganta, mismo grito que se mezcló con un pequeño llanto agudo. Thaily por fin se dejó caer contra la camilla cuando el dolor pasó, igual que sus fuerzas se esfumaron, sentía que en cualquier momento se iba a desmayar de no ser por que el llanto de su bebé la mantenía despierta

Steve dejó salir un suspiro lleno de alivio acunando a su pequeña y muy sucia hija entre sus brazos, aún con el cordón umbilical y rojiza por la sangre envolviéndola en la pequeña manta

— ¿S-Steve… ? ¿L-la bebé… ?

— Esta bien— afirmó Steve limpiandola un poco viéndola con lágrimas, era muy pequeña que fácilmente la podía sostener entre sus dos manos

La bebé poco a poco dejó de llorar, moviendo sus pequeñas manitas entre pequeños quejidos, hasta que sus ojitos se quedaron clavados en su padre

»— Hola Helena— sonrió Steve a su hija

La pequeña bebé solo se le quedó viendo al rubio, quien fue lentamente a llevarla con una muy cansada Thaily

— ¿Esta… ?

— Ella está bien, tranquila— dijo Steve en voz baja tendiendole a la pequeña niña a su madre

Una sonrisa temblorosa y débil apareció en el rostro de la cansada y sudorosa madre, quien sintió que todas esas horas de dolor habían válido la pena al tener a su hija ahí con ella

— Es tan chiquita… — casi lloró cuando la bebé envolvió su dedo índice con su muy diminuta mano, que no cubría ni la mitad de su dedo

— Helena es preciosa

Thaily miró a Steve de forma interrogante

— ¿No la querías llamar Sarah? Después de todo tu la recibiste

— Tal vez yo la recibí pero tu fuiste la que hizo el trabajo más difícil— admitió Steve aún bastante afectado de lo que acababa de pasar— Helena es perfecto

Thaily regreso la mirada a su hija con los ojos pasándole de cansancio, aún así sonrió limpiando con la cobija el rostro de su bebé un poco más

— Hola Helena… soy mami… eres preciosa

La bebé solo se removió entre sus brazos un poco, haciendo un pequeño puchero pero no lloró

Natasha y el médico frenaron en seco cuando vieron a Thaily con la bebé entre sus brazos, solo bastó en que vieran el desastre en la camilla para saber que Steve había sido quien ayudó a su esposa a dar a luz

— Enfermera, mejor deje la silla de ruedas, traigan la camilla y llame a pediatría…

— Espero que esto se descuente en la cuenta del Hospital— dijo Steve aún con la mirada fija en su hija recién nacida

No tardó mucho cuando un grupo de médicos entraron a ver que la bebé estuviera sana y se la llevarán para limpiarla, por otro lado a Thaily la llevaron a una revisión para descartar alguna hemorragia

— ¿Estás bien? — pregunto Natasha a Steve

— Si… fue algo… intenso

— Me sorprende que no vomitaras— rió Natasha

— Bueno pues… me lo trague





























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Tony tenía entre sus brazos a una dormida Morgan mientras Pepper traía consigo globos Rosas con helio, caminaron por los pasillos del Hospital y se encontraron con Natasha y Steve viendo a Helena a través de un cristal junto a otros bebés

— ¿Cual es el Bodoque? — fue lo primero que dijo Tony apenas llegó

Natasha evitó rodar los ojos señalando con la cabeza a la bebé rubia que estaba dormida dentro de la caja cristalina

— Ay es hermosa— sonrió Pepper enternecida

Tony se acercó al cristal con los ojos entrecerrados viendo a la bebé después de pasarle a Morgan a Pepper

— Ese ceño fruncido yo lo conozco… si, justo esa mueca… obvio que es tuya Rogers— rió Tony— justo el mismo gesto, idéntico

— Tony… — detuvo Pepper— ¿Donde está Thai?

— Dormida, después del parto quedó agotada— respondió Steve sin despegar sus ojos de su hija

— Felicidades— dijo Pepper entregandole los globos y un pequeño peluche a Steve

— Gracias

— Yo iré con Thai, no quiero que este sola… no después de que Steve la ayudó a dar a luz— puso los ojos en blanco Natasha

— ¿Qué? — preguntó Pepper creyendo que había escuchado mal

— Larga historia— dijo Steve aún con estómago revuelto ante lo que había pasado horas atrás

— Yo voy contigo— dijo Pepper siguiendo a Natasha a la habitación de Thaily, dejando a Tony y Steve solos

—… Así que… Tú ayudaste a Thai a… — comenzó a decir Tony sin terminar la oración

— Thaily sintió que debía pujar, así que yo sostuve a la bebé… la ventaja de esto: fuí el primero en cargarla— sonrió Steve viendo de forma fija a su bebé tan tranquila en esa cuna cristalina

Tony procesó las palabras en un largo silencio.

— La verdad no me sorprende tanto… Thaily es demasiado terca como para que alguien le diga que hacer— sonrió Tony

Steve también sonrió afirmando

— Es exacto lo que me dijo antes de dar a luz

Hubo de nuevo silencio entre ambos Vengadores mientras veían a la pequeña bebé dormida. Tony decidió cortar el silencio

— ¿Sabes envolverla?

— ¿Uhmm?

— Si, es cuando la envuelves en la manta para que quede cómoda y abrigada, es como envolver un burrito— explicó Tony metiendo las manos a sus bolsillos

— No, en realidad no

— Podría enseñarte, tengo experiencia— sugirió el castaño

Steve le dió una corta mirada y asintió

— Eso sería muy útil, gracias

Tony se alzó de hombros sin mostrar demasiada importancia

— Es mi ahijada, tengo que asegurarme de que la cuides

Steve volvió sus azules a su hija que se removió con una pequeña mueca aún dormida, y tuvo que admitir que si era su misma mueca

— Felicidades, Steve… de verdad me alegro por ti

— Gracias… y yo también por tí.

Tony solo asintió poniéndose sus lentes

— ¿Quién lo diría? ¿Eh? Ambos cambiando pañales, teniéndole miedo a nuestras esposas embarazadas…

— Cumpliendo sus antojos— añadió Steve

Ambos se quedaron en silencio otra vez

»—… Creo que lo prefiero a luchar contra alienígenas

— definitivamente




























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Helena era rubia, con las mejillas rojizas y regordetas, y muy pequeñita entre sus brazos. Steve jamás se había sentido tan emocionado y aterrado de tener alguien así de frágil entre sus brazos acurrucado, pero la sensación de su pecho era… indescriptible

Thaily apenas abrió los ojos sonrió ante la imagen de su esposo sosteniendo a su hija.

— Hey… ¿Cómo te sientes? — preguntó Steve apenas la notó despierta

— Uhm… cansada, adolorida… — fue sincera sonriendo cansada y con la voz ronca— ¿Está dormida?

— Si…

Steve se puso de pie con bastante lentitud para dejarle a Thaily cargar a la bebé, quien la acomodó con cuidado en su pecho, como si temiera romperla

— Es tan pequeñita… — susurro acariciando la pequeña nariz de Helena

— Lo sé… hasta da algo de miedo romperla— admitió Steve sentado al lado de su esposa en la camilla

— ¿Estás listo para cambiar pañales?

— Hoy te ayudé a dar a luz, creo que podré con los pañales— afirmó sin dudas Steve inclinándose a dejar un pequeño beso en los labios de la pelirroja— Te amo

— Y yo a ti

Ambos se giraron hacia la bebé que se quejó a punto de empezar a llorar, haciendo un pequeño pucherito arrugando su regordete y rojizo rostro

»— Shhh… aquí está mami, no llores mi amor— arrullo la ojiverde

— Tal vez tenga hambre

— Si… ayudame con la bata, voy a darle de comer

Steve no le discutió ayudando a Thai a desabrocharse la bata, apenas la tela se aflojó, la madre se descubrió un pecho. Helena de inmediato comenzó a comer cuando su madre la acomodó

El silencio llenó la habitación en donde ambos padres se dedicaron a ver en silencio a la bebé comer. No hacían falta palabras, solo eran ellos tres en su pequeña y muy cálida burbuja familiar

— ¿Cómo está mi nieta? — preguntó Natasha entrando a la habitación seguida de Pepper y Tony que traía a Morgan

— Con hambre… mucha hambre— rió Thaily al sentir a su bebé comer con bastante ímpetu

Natasha fue a ver a su nieta con una sonrisa y algunas lágrimas haciendo sus ojos brillar vidriosos al ver a su hija sostener a esa pequeña personita

— Es preciosa

— Me quedó linda, ¿verdad? — bromeó

— Nos quedó— corrigió Steve

— Cuánta miel, le darán diabetes al Bodoque— dijo Tony

— Estas celoso de que ahora Helena será la consentida y no Morgan, ¿verdad?— inquirió Thai con una sonrisa divertida hacia el castaño

— Morgan es la princesita de papi, así que obvio estará consentida por mí— se defendió Tony

Natasha rodó los ojos ante la competencia entre ambos

— Creo que ustedes deberían venir conmigo al complejo, así podría ayudarles con Helena— sugirió Natasha con una pequeña sonrisa, pero lo cierto es que quería tener a su pequeña nieta cerca

— No lo sé, creo que prefiero el espacio en casa, tenemos todas su cosas y movernos sería muy tedioso— meditó Thai con una pequeña mueca

— Yo creo que necesitarán ayuda— insistió Natasha— un bebé ocupa atención todo el tiempo

— Lo sabemos— dijo Steve

— ¿Están listos para desvelarse todas las noches? — interrogó Pepper

— Sí— dijo Thai

— ¿Para limpiar los pañales? — esta vez preguntó Natasha

— ¿Darle de comer cada que Helena pida?

— ¿Los llantos interminables por cólico?

— el llanto e irritabilidad cuando le salen los dientes

— … o cuando no vea a su mamá

— La crisis de la lactancia— pensó en voz alta Natasha

— Okay ya fue suficiente— detuvo Thai a los mayores con el ceño fruncido— vamos a poder con esto…

Steve se había quedado viendo a la nada hasta que Thaily le dió un codazo en las costillas

»— ¿Verdad?

— S-si… vamos a poder— afirmó Steve saliendo de su estupor— hemos enfrentado muchas cosas juntos, esto será pan comido… además, es nuestra hija, no hablamos de un monstruo del espacio

— O de un robot genocida— añadió Thai

—… Gusano- Ballena

— O una entidad cósmica temperamental

— Estaremos bien— afirmó Steve tomando la mano de su esposa

— Si… ¿Qué puede pasar?






























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| 2:03 a.m. |










— Por favor Helena… duérmete— rogó Thai meciendo a su hija de seis meses que lloraba desconsolada entre sus brazos

— ¿Ya te fijaste si es su pañal? — preguntó Steve igual de agotado que ella

— Sí. Le ofrecí de comer; tampoco. La arrulle; sigue igual. Incluso le puse su caja de música y tampoco dejó de llorar— gruñó frustrada la madre primeriza

— Creo que deberíamos llamar a Natasha… lleva horas llorando

Thaily también tenía ganas de llorar al ver a su hija seguir llorando de la misma forma y sin dejarlos dormir

— Llamala… lo que sea que haga que duerma un poco— casi rogó la rojiza

Steve sacó su teléfono buscando el contacto de Natasha cuando el llanto de Helena aumentó aún más.

— Shhh… por favor, deja a mami descansar… mami tiene sueño… mami quiere llorar también…

Los pequeños ojos verdes de Helena estaban repletos de lágrimas ante las horas llorando, y cuando Thaily creyó que ya no podría ser peor Helena lloró aún más fuerte, y con ello las luces parpadearon, los juguetes regados por la habitación de Helena se elevaron ante la mirada atónita de los padres y el sonido de los focos explotando uno tras otro lleno el lugar para dejar todo a oscuras.

Hubo un prolongado silencio en la oscuridad de la habitación, que seguramente estaba completamente de cabeza hasta que Helena rió como si hubiera sido el mejor chiste del mundo

— Thai

— ¿Si?

— Dime por favor que fuiste tú

— Eh… desearía haber sido yo

Después de recoger el desastre y que Helena por fin se durmiera, Steve y Thaily se quedaron de pie junto a la cuna viendo a su hija como si en cualquier momento fuera a estallar

— Okay… esto realmente no me lo esperaba— suspiro Steve tallándose sus cansados ojos

— Debimos imaginarlo, ambos tenemos el suero en nuestra sangre y yo fui alterada… ninguno de nosotros es un ser humano normal

— Era bastante obvio que su genética no sería el de una niña normal

— Si— suspiro Thaily esta vez inclinándose a acomodar un pequeño mechón rubio del rostro de su hija— se ve tan tranquila

— Es un pequeño angelito…

— Un angelito que reventó nuestros focos y mandó a volar sus juguetes— torció los labios Thai— creo que esto será más difícil de lo que…

— … pensábamos

— Sip

— Vamos a tener que aprender a…

— … Lidiar con esto— completo Thai— pero se que podremos… fuimos Vengadores, esto es…

—… no es nada— completo Steve soltando una pequeña risa— técnicamente me sumergí en el hielo y tú has sobrevivido a muchas más cosas que cualquiera de nosotros

— Ella es nuestra hija… no será tan difícil— asintió Thaily a las palabras de Steve— de todos modos tenemos un súper suero en nuestra sangre, no nos puede hacer daño

— Y tú tienes tus poderes de nuevo estables, fácilmente puedes reparar cualquier cosa que ella rompa— añadió con una sonrisa cálida rodeando a la pelirroja de la cintura

— Cierto… tenemos que ser..

—… un equipo

Thaily asintió viendo a los ojos de Steve y luego girando hacia la cuna

— Vamos a estar bien

— Si, lo vamos a estar— afirmó Steve dejando un beso en la frente de Thai

— Creo que prefiero por mucho esto a salvar el mundo de otro desastre

— Oh, estoy completamente de acuerdo contigo

La pareja soltó una pequeña risa silenciosa viéndose a sus cansados ojos.

»— … Este será el inicio de una larga y muy entretenida vida— sonrió Steve con algo de ilusión a pesar de su cansancio— será un hermosa vida

— Ya lo creo

La pareja se fundió en un cálido y lento beso silencioso para enseguida ver a su hija profundamente dormida en su cuna.

Había sido completamente inesperado el que su bebé tuviera poderes a tan temprana edad pero sinceramente habían tenido muchas más sorpresas y habían visto cosas mucho más raras que eso. Si ambos estaban juntos y unidos, sabían que estarían bien










































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