➹ Capítulo Cincuenta y Cuatro
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Hurts Like Hell- Fleurie
Amé y amé y te perdí
Y duele como el infierno
Sí, duele mucho
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Bebió de su cerveza mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa atenta a todo su alrededor. No había mucha gente en ese pequeño bar en medio de la nada pero aún así ver sobre su hombro era un instinto ya demasiado natural en ella.
Natasha suspiró mientras sostenía el dije de pájaro con una forma diminuta de un pájaro vacío en medio de este. Se lo había puesto unas semanas atrás cuando se habían llevado a Thaily a la balsa.
Steve la había contactado por medio de un celular desechable y la había citado ahí. Tenían que sacar a su hija y al resto de la prisión. Lo cuál era un problema ya que estaban prófugos y con falta de recursos para hacerlo. Miró impaciente la hora de nuevo. Ya iba casi media hora tarde y no había señales de Steve en ninguna parte. Natasha resoplo y bebió de golpe lo último de su cerveza. No tenía tiempo que perder, si tenía que sacar a su hija de prisión ella sola, así lo haría.
Tal vez tendría que llamar a Mason, para que le consiguiera algunas armas y un jet, tal vez y hasta un lugar alejado para esconderse…
Natasha se puso de pie dispuesta a irse mientras su mente trabajaba con rapidez
— ¿Ya te vas?
Natasha soltó una pequeña risa sarcástica mientras giraba hacia Steve, pero esa sonrisa se borró al ver al hombre al lado de él con una gorra y una capucha que cubría su brazo de metal
James retuvo el aire en sus pulmones al ver a la pelirroja de nuevo frente a él, sus hermosos ojos verdes de nuevo viendo directo a los suyos. Esos hermosos ojos verdes que recordaba cada noche sin saber a quién pertenecían realmente, pero ahora todos sus recuerdos estaban claros en su mente.
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Moscú, Rusia
1999
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— Son ellas— sonrió con complacencia Madame B. hacia Pierce, Strucker, Dreykov y hasta el final, el Soldado del Invierno
Había siete chicas en un gran salón de entrenamiento. Dos de ellas estaban practicando su combate la una contra la otra. Podría decirse que estaban casi iguales en cuanto a su defensa y ataques, pero la pelirroja estaba tomando gran ventaja sobre la castaña con la que peleaba. Al final la pelirroja tenía a su contrincante inmovilizada en el suelo con su cuello entre sus brazos cortándole el aire.
Madame B. alzó la barbilla y asintió dándole la señal de que debía acabar con su compañera.
Los ojos verdes de la rusa se encontraron momentáneamente con los azules del Soldado, pero a pesar de que solo fue una breve conexión, pudo notar el dolor y la tristeza en ellos, para luego pasar a ser fríos y romperle el cuello de la castaña.
— En fila— ordenó Madame B. a sus alumnas que acataron cual robots sin sentimientos ignorando el cadáver de su antes compañera
Pierce le sonrió a Dreykov bastante impresionado, como si sus expectativas hubieran sido tal como imagino de la KGB.
— ¿Cuántas de estas chicas quedan al final? — interrogó Pierce
— Solo la que quede en pie es oficialmente una viuda. Empezamos con veinte, solo quedan seis— respondió Dreykov
Las chicas estaban estoicas ante los mayores sin mostrar emoción alguna. Parecían simples cascarones vacíos esperando órdenes.
Pierce asintió hacia Strucker
— Es un trato, el Soldado del Invierno se quedará aquí por una temporada— confirmó Pierce— esperemos que el resultado sea lo que esperamos
Natasha se obligó a salir de su estupor y tomó aire con seriedad. Solo necesitaba tener a su hija de vuelta. Amaba a James, pero su prioridad era su hija, siempre había sido así.
— Ty narushil svoye obeshchaniye «Rompiste tu promesa»— musito con seriedad
El azabache ignoró su frialdad al hablarle. Ella estaba frente a después de tanto, tanto tiempo.
Steve sonrió algo incómodo sintiéndose ignorado notando a Bucky sonreír embelesado hacia Natasha. Una gran parte de él se alegraba de que estuviera recuperando una parte de la vida que había perdido, pero una pequeña parte le tenía algo de envidia
James la tomó de las mejillas con delicadeza y Natasha pareció titubear en mantenerse fría. Solo James podía derretir su corazón helado de esa forma tan sencilla. Por otro lado Bucky no dejaba de admirarla grabando en su mente cada uno de sus rasgos, ella no había cambiado casi nada, exceptuando por sus ojos que se veía mucho más dolor guardado dentro de ellos que cuando la conoció
Ambos eran como fantasmas de lo que antes habían sido.
—Ty prekrasna, kak v tot denʹ, kogda ya tebya poteryala «Estas igual de hermosa que el día que te perdí»— susurro en respuesta Bucky
Las lágrimas se reunieron en los ojos de ambos, sin embargo, Natasha se las tragó y se obligó a volver a alzar su fachada
James creyó casi inverosímil como ella se alejó de él y se volvió a sentar en la mesa en la que antes estaba ignorando sus palabras
— Se pelearon con Tony— suspiró Natasha después de ser puesta al tanto de la situación — okay, creo que ya no es opción para pedirle ayuda— concluyó
Steve asintió con sus labios formando una fina línea.
— Supe que Thaily cayó ese día… ¿Fue grave?
Natasha negó mientras bebía su cerveza
— De milagro solo obtuvo dolor muscular y unos cuantos hematomas— respondió después de pasar su trago
Steve se sintió aliviado de escuchar eso. Pero ahora debían sacarlos de prisión.
— El doctor, el psiquiatra falso… él planeó todo eso solo para ver caer el equipo
— Pues el muy maldito lo logró— Natasha golpeó su lengua con la cara interna de su mejilla bastante tensa por la mirada de James sobre ella
— Tal vez todavía hay oportunidad de arreglar esto
Natasha frunció el ceño queriendo saber a lo que Steve se refería
— Stark te odia— recordó Natasha
— Lo sé, pero… si logramos hacer que Thaily hable con él— sugirió con una mueca el rubio— tal vez el equipo pueda volver…
— Somos prófugos, además de que no creo que Tony quiera vernos ni en pintura— negó de inmediato Natasha
— Podríamos buscar la manera de compensar nuestros errores legales— sugirió Bucky
Natasha alzó una ceja sin entender a lo que querían llegar el par de veteranos de guerra
— Suponiendo que llegáramos a un acuerdo, ¿En serio creen que Tony los perdone por lo que hicieron? ¿Después de que uno de ustedes mató a sus padres y el otro le dió la espalda a los acuerdos?— inquirió a lo que los dos amigos solo se vieron entre sí con una mueca
— Si lo pones así-
— Pero a Thaily la escuchará— interrumpió Steve a Barnes— es la más mimada del equipo, además de que ella no se cansará hasta que la escuchen
— ¿En serio es tan terca? — alzó la ceja el azabache
— Es la hija de ambos, así que sí— dijo Steve
La ex-pareja comenzó a alegar de manera bastante graciosa mientras Steve bebía con una sonrisa divertida su cerveza
— ¿Por qué quieren arreglar esto? — por fin preguntó Natasha— las cosas ya están demasiado…— suspiró— no creo que sea lo mismo
— Si alguien puede hacer que las cosas se unan como antes es Thaily— afirmó Steve— Nos unió cuando la buscábamos, nos unió aún más cuando enfrentamos a Ross… ¿Por qué no podría hacerlo ahora?
— Tal vez porque ella no quiere saber nada de nadie. Ya ha pasado por mucho tanto física como mentalmente, no creo que debamos cargarla con esto
Natasha decidió no decir la parte en la qué ella ahora seguramente la estaba odiando por no decirle que era su madre
— Pero según lo que le dijo Steve, nuestra hija ve como una familia a los Vengadores… su hogar— opinó Bucky— no podemos quitarle eso
— Creo que debieron pensar eso antes de llevársela sin consultarme— acusó con enojo Natasha
Steve bebió de su cerveza con incomodidad
— Para empezar, ni siquiera sabía que era mi hija— trató de defenderse James
Natasha soltó una pequeña risa carente de diversión
— No tienes idea de nada, Barnes— soltó mordaz
— Pues dime— pidió James— en serio, necesito saber que han pasado estos últimos diecisiete años, Natalia
Natasha apretó los labios y sus ojos parecieron llenarse de coraje y una gran tristeza
— Paso que tú no estabas— susurro en un siseo lleno de ira— pasó que estuve estos casi diecisiete años sola, con el corazón hecho pedazos
Bucky retrocedió bastante afectado por sus palabras
— Chicos— llamó Steve
— Lo lamento— susurro dolido James— no tienes idea de cuánto lo lamento
Natasha sonrió sin una pizca de felicidad, solo amargura brillando en sus ojos con las lágrimas que estaba reteniendo
— Yo también lo lamento… — confesó
El silencio se hizo incómodo en la pequeña mesa, así que Steve decidió romperlo
— Según el Rey de Wakanda, los tienen en la balsa— musito rascando su mejilla con incomodidad— tenemos un jet, pero no tenemos armas o… un plan
Natasha mordió su labio apretando el cuello de la botella de cerveza
— Tal vez yo pueda ayudar con eso… conozco a alguien— se alzó de hombros con sus labios formando una fina línea— lo primero será sacarlos de la balsa… después veremos qué hacemos
El silencio se volvió a hacer presente entre los tres. Cada quien inmerso en sus propios pensamientos.
— ¿Dónde te estás quedando? — preguntó con curiosidad Bucky a Natasha
— Rente una pequeña cabaña a las afueras de la ciudad— contestó— ¿Y ustedes?
— En un hotel— afirmó Bucky haciendo una pequeña mueca— es más bien una choza
Steve le dió la razón arrugando el gesto
— ¿Quieres que te llevemos? — se ofreció James
— Tengo mi motocicleta afuera— mostró las llaves sacudiéndolas levemente— ¿Y ustedes?
— En un pequeño auto— contestó Steve sin perder de vista a su par de amigos que se veían el uno al otro casi sin parpadear.
Ellos tenían mucho de qué hablar
»— Bien, los dejaré solos— declaró poniéndose de pie quitándole las llaves a Natasha en el proceso— tomaré tu motocicleta y ustedes se irán juntos en el auto— sentenció
Natasha abrió la boca dispuesta a protestar
— Creo que es una buena idea— cortó Bucky de acuerdo— debemos hablar antes de cualquier cosa
Natasha no pudo negarse ante la mirada de James sobre ella, así que de mala gana dejó a Steve irse con su motocicleta. El camino en el auto era en silencio mientras la pelirroja conducía hacia la pequeña cabaña en la que se había quedado los últimos cuatro días
— Lograste escapar— habló el varón sin poder contenerse más— ¿Como… ?
Natasha torció el gesto
— Mi amigo Barton me iba a asesinar… él vio de alguna forma algo más en mí y no lo hizo— resumió— el me ayudó a recuperar a Thai
James giró hacia su ex-pareja buscando su mirada, pero ella solo la mantenía fija en el camino
— ¿A qué edad te la… ?
— ¿Me la quitaron? — completo la oración que el hombre dejó en el aire— tenía siete meses de nacida cuando me la quitaron— susurro forzando su voz en no fallarle— ella ya gateaba… y balbuceaba mucho— sonrió y Bucky no pudo evitar sonreír con ella ante la imagen de su pequeña niña en el suelo yendo hacia su madre
— ¿Thaily? Es parecido a… Taly— susurró pensativo
Natasha apretó los labios y afirmó dándole una corta mirada. Uno de sus tantos motes que le había puesto James durante su romance era Taly, así que había optado por ponerle un nombre parecido a ese pequeño mote
— Es hébreo… no quería que fuera algo ruso típico, quería un nombre diferente— sonrió Natasha a pesar de sus ojos rasgados ante las lágrimas que querían salir pero se esforzaba en retener— además era doloroso pensar en ese apodo sabiendo que no ibas a volver…
James bajó la mirada y tragó en seco
»— Fue muy duro el resto del embarazo sin tí— confesó Natasha— la bebé pateaba mucho, y era muy… demasiado fuerte, me causó moretones en los últimos dos meses de gestación— informó con una pequeña sonrisa— no podía dormir y tenía un hambre voraz…
Rió ante la mirada cristalizada de James
»— y cuando entré en labor de parto… lloré tanto al saber que tu no ibas a estar conmigo… y estaba aterrada porque Dreykov y Madame B. estaban en la Sala de partos… creí que ni siquiera me dejarían verla— confesó mientras las lágrimas bajaban en silencio por sus mejillas— era tan chiquita y frágil… y era hermosa… es hermosa— corrigió
— Lo es… porque es igual de hermosa que su madre
Natasha le dió una mirada a el ojiazul para luego volver sus ojos al camino respirando hondo. Era extraño como él aún tenía ese efecto tranquilizador y cálido después de más de diecisiete años sin verlo. Pero no debía pensar en eso ahora, debía pensar en su hija y como sacarla de la balsa.
James sonrió con tristeza al ver como ella trataba de alejarlo y se enfriaba de nuevo, eso le traía tantos recuerdos.
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Moscú, Rusia
1999
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— Bien, pequeñas viudas— habló James casi aburrido frente a las mujeres de pie de forma increíblemente recta— seré uno de sus entrenadores. Les enseñare diferentes tipos de defensa, además de que aprenderán a usar distintos tipos de armas, aprenderán a usar la fuerza de su enemigo a su favor, y debido a su estatura y complexión les será muy útil a la hora de pelear
James recorrió con la mirada a todas y cada una de ellas y suspiró al no ver un signo de personalidad en ningúna
»— Bien, tú— señalo a una rubia con dos trenzas de boxeador— al centro
James derribó a las primeras cuatro chicas sin problemas haciéndolas caer de espalda contra el duro suelo del Salón. La siguiente en medio fue la pelirroja de ojos verdes que había asesinado a su compañera el otro día. Ambos se pusieron en posesión de defensa para comenzar a atacarse el uno al otro.
— esto es deprimente— soltó James después de derribar a la pelirroja
Sin verlo venir, la chica lo pateó por detrás de la rodilla, le propinó un rodillazo en la ingle para al final enredar sus piernas en su cuello y hacerlo caer quedando ella de pie con una sonrisa llena de suficiencia y burla
— Ya creo yo que es deprimente— afirmó la pelirroja
James alzó una ceja y una sonrisa divertida se formó en sus labios. Era la primera chica en días que parecía mostrar algo de vida en ese lugar, pero sus ojos, esa preciosas joyas verdes parecía congeladas escondiendo algo de dolor muy dentro
— ¿Cómo te llamas? — interrogó James poniéndose de pie
— Natalia— contestó
"Natalia… bonito"
Bucky se dejó caer sobre la cama en cuanto la vio. Natasha alzó la ceja al ver el infantilismo de Barnes
— Estas en mi cama— se inclinó para buscar sus ojos
James solo sonrió y Natasha sintió como esa sonrisa removió tantos recuerdos y sensaciones en ella.
— ¿Por qué no me acompañas? — sugirió palmeando su costado
Natasha negó con diversión
— El sofá es para tí— soltó y Barnes borró su sonrisa cambiando a un semblante de confusión
— ¿Por qué estás tan fría de nuevo? — fue al punto, ya estaba cansado de que ella lo alejara
Natasha tomó aire con profundidad bastante cansada. La verdad es que ya era hora de enfrentar todo
— Tú ya lo sabés— afirmó cruzándose de brazos mientras el ojiazul se sentaba en la cama atento a sus palabras— me han golpeado tanto y me ha dolido tanto renunciar a tí… que simplemente tengo miedo a que te alejes de nuevo y me dejes destrozada
La voz de Natasha había temblado pero se obligó a no derramar lágrimas, aún así ¿cómo podía enfrentar todo eso sin romperse? ¿Sin perder el control y querer refugiarse en los brazos de ese hombre?
Todo lo que había pasado había sido demasiado para ella y su alma sola.
— Taly— suspiró James yendo hasta ella y tomándola de los hombros con suavidad— ya te tengo aquí, volví
Natasha apretó los labios no queriendo dejarse vencer por su propio llanto
— Te ame… y te perdi, James, y no sé si podré soportar perderte de nuevo— confesó— y no puedo romperme de nuevo, porque mi hija me necesita
— Es nuestra hija— corrigió James— te equivocas, yo no te rompí, yo no te deje destrozada— murmuró recorriendo un mechón pelirrojo detrás de su oído— cuando te conocí ya estabas rota… y traté de repararte
Natasha se zafo de su agarré limpiando una lágrima que había logrado escapar sin permiso
— No soy la de antes, ni tú tampoco
— Nat-
— No, James, hice cosas… horribles, cometí errores inenarrables de los que no le siento orgullosa en lo absoluto— confesó con dolor y culpa— y lastime a nuestra hija de muchas formas..
— No eres la única que cometió errores, Nat, no eres la única con un pasado que no te deja dormir— se acercó de nuevo el azabache queriendo atraerla hacia él— estoy aquí
Natasha sollozó avergonzada de haber cometido tantos errores, de no poder ser una buena madre y de haber huido por tanto tiempo.
— Ese es problema, no estuviste todos estos años y me causaste un gran dolor— lamento entre su llanto— y ahora vienés a mi y me pides que no me ponga fría
James sintió un nudo formarse en su garganta cuando la vió así de herida
»— Mis pesadillas son como mi errores gritando que siempre estarán ahí, y no puedo detenerlas— sollozo— no puedo borrar mi pasado
— Y yo tampoco— musito tomándola de las mejillas limpiando sus lágrimas con sus pulgares— nadie puede hacerlo Nat, lo único que podemos es enfrentar el dolor
— Pero duele como el infierno
James asintió con los ojos rasgados por sus lágrimas
— Pero tú una vez me dijiste que el dolor solo nos hace más fuertes, ¿Lo recuerdas?
Natasha sollozo y James besó su frente atrayéndola a un abrazo.
»— No te hagas la dura contigo misma, solo te vas a lastimar
Natasha se separó levemente viendo a los ojos a su primer y único amor. Sabía que debía dejar de tratar de mantenerse fría y sin emoción, pero la verdad es que sentía que el dolor era más fuerte si dejaba a James entrar de nuevo. Una gran parte de ella quería ceder, pero otra parte de ella tenía tanto miedo de enfrentar todo, pero no podía huir para siempre
»— Te recordé tantas veces durante estos diecisiete años— confesó James— no tienes idea de cuánto luché por no olvidarte
— ¿Que… ? — susurro apenas
— Te recordé más de una vez, pero siempre que lo hacía reiniciaban mi mente… muchas veces, tantas…
Natasha acarició la mejilla del ojiazul y sintió tanto dolor por él.
— ¿Y cómo lo soportaste por todos estos años?— quiso saber
— Por que sentía dolor, tanto dolor… pero sabía que podría encontrarte de nuevo, y por fin tener la vida que nunca pudimos
Natasha apretó sus labios temblorosos mientras limpiaba la mejilla de su antigua pareja
— Estoy aterrada de todo James, estoy aterrada de que vuelva a doler
James envolvió su mano sobre la de ella en su mejilla
— Dolerá, no puedo prometer que no volverá a doler, pero enfrentaremos ese dolor juntos, esta vez será juntos— prometió— pero solo si tú te quedas y me dejas entrar de nuevo
Natasha tomó aire y asintió mientras tragaba en seco para luego unir sus labios de forma necesitada con los de James. El de inmediato la tomó de ambas mejillas y siguió el beso
Sabían exactamente como la vez que los había probado por primera vez
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Moscú, Rusia
1999
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La actitud altanera y llena de confianza de Natalia era muy divertida, pero podía ser increíblemente fría cuando quería. Aún así había logrado ver a través de esos ojos verdes que ocultaban tanto. Había visto como ella congelaba sus sentimientos para no ser lastimada, entendía muy bien eso, por que él también lo hacía
Natalia gruñó al verse atrapada en el suelo con el cuerpo del Soldado como prisión. Ella era la mejor alumna de su generación, pero el soldado la superaba tanto por fuerza como por experiencia.
Barnes sonrió de forma socarrona quitando sus cabellos de manera tranquila del rostro de la rusa aprovechando que estaba a solas con ella en el Salón
— ¿Alguien está en problemas?
Natalia soltó una pequeña maldición y gruñó aún en el suelo
— Eres insufrible
— Y tú muy terca, así que sé que encontrarás una salida— sonrió convencido— ah no ser… que quieras seguir abajo de mi— sugirió algo burlón
Natalia pareció algo sorprendida por esa sugerencia, pero tenía que admitir que su juego era algo divertido
— Y si fuera así ¿Tendrías algún problema con ello?
James se acercó peligrosamente al rostro de la ojiverde
— Tal vez no te guste jugar con fuego, Taly— advirtió casi sobre sus labios
Natalia tragó saliva viendo de manera embelesada los labios del contrario
— Ya me canse del frío
— creo que yo también— susurro antes de unir sus labios con los de la chica
Tan suaves y tan tiernos, buscando hacer el dolor irse tomando de apoyo al otro. Ese fue el primer beso de tantos a escondidas
Ambos retrocedieron de manera torpe hasta la cama entre besos mientras ambos trataban de quitarse la ropa el uno al otro. Cuando por fin se toparon con la cama ambos se dejaron caer con algo torpeza causandoles algo de gracia, ya tenían tantos años sin estar así.
Habían pasado demasiados años pero sus corazones parecían amar con más fuerza que nunca al otro, necesitar más al otro que antes. Todos esos años sin el otro sólo los había hecho desearse con más fuerza, y ahora por fin estaban juntos para amarse de nuevo como si no hubiera mañana.
James besaba cada parte de Natasha como la primera vez, había extrañado sentir su calidez y escuchar sus suspiros causados por él, había extrañado tenerla entre sus brazos casi temblando frente a él ante el placer y sus caricias.
— James… — jadeo Natasha aferrándose a su pareja— no me vuelvas a dejar, no vuelvas a hacerlo
El azabache en respuesta unió sus labios con los de ella mientras entrelazaba sus manos sobre la cabeza de la ojiverde
— Nunca Nat… nunca más— prometió entre besos
Algunas lágrimas se deslizaron en silencio entre ambos. Natasha lo había dejado entrar otra vez a su vida aún cuando eso implicaba que volviera a doler, pero sabía que tenerlo con ella y enfrentar todo valía la pena, así que su corazón se estaba derritiendo.
James escuchaba los latidos del corazón de su amante, sentía como ella estaba dejándolo entrar. Ambos estaban entregándose al otro dejando que sintieran la calidez y sus emociones sin impedimentos.
Valía tanto la pena intentarlo de nuevo.
Natasha sentía que ya no debía huir, así que enfrentaría el dolor y se quedaría, y James, él sentía que por fin estaba en su hogar después de muchos, muchos años.
No eran quienes solían ser, solo eran dos fantasmas, tratando de recordar cómo vivir sin frío. Y ahora se estaban descongelando
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No había dormido así desdé hacía mucho, mucho tiempo. Una sonrisa cálida se formó en sus labios al ver la cabellera pelirroja desordenada a su lado de su pareja que dormía de manera apacible enredada entre las sábanas junto a él.
Sin duda era algo con lo que le gustaría ver todas las mañanas por el resto de su vida
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Moscú, Rusia
2000
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Natalia suspiro tratando de recomponerse con James cayendo a su lado también tratando de regular su respiración
El ojiazul se recostó a su lado atrayendo a la chica a su pecho para poder verla lo más posible a los ojos
— Uhmm… No quiero que te vayas mañana
James sonrió mientras hacía figuras en la espalda desnuda de la pelirroja
— Solo serán unos cuantos días
— Lo sé pero… no puedo evitar tener miedo de que no vuelvas— confesó con temor
El mayor acarició su mejilla dejando un beso en se cabello
— Siempre voy a volver a ti, Taly
La ojiverde sonrió mientras recargaba su mejilla en el pecho del azabache
»— ¿Aún te sigues mareando?— preguntó preocupado
Natalia mordió su labio y asintió, tenía cerca de un mes que eso le pasaba
— Tal vez debería ir a la enfermería… — pensó en voz alta Natalia— o tal vez sólo debería comer más— se alzó de hombros
— Bueno, entonces cuando regrese te traeré chocolate— sugirió
Natalia pareció entusiasmada ante la idea, la verdad es que su apetito había crecido demasiado los últimos días
James amaba ver los ojos de Natalia brillar de esa forma, mostrar toda esa vida. Aunque cuando había sido herida y cruelmente entregada a la Habitación Roja, parecía que su corazón aún luchaba demasiado.
Si, tal vez estaba rota, pero él también se sentía incompleto y fragmentado, así que ambos buscaban completarse mutuamente. Amaba cada parte de Natalia, sus heridas que aún no sanaban, su dureza, y aún así de la esperanza que aún tenía, su fortaleza. Se había enamorado de un corazón roto y cada uno de sus pedacitos
— ¿Cómo es que no han robado tú corazón? — no pudo evitar preguntar cortando el silencio cálido
La pelirroja alzó la vista hacia él dejando un pequeño beso sobre sus labios
— Una vez alguien me dijo… que el dolor solo nos hace más fuertes— sonrió con melancolía
— Supongo que es cierto— sonrió Barnes— eres la mujer más fuerte que conozco
Natasha se removió aún enredada entre las sábanas al sentir el brazo alrededor de su cintura envolverla más. James suspiró con comodidad mientras observaba a la madre de su hija dormir cómodamente a su lado acurrucándose en su pecho
El celular de Natasha sonó haciéndola quejarse y soltar una pequeña maldición mientras escondía el rostro el cuello de James
La sonrisa cálida del ojiazul pasó a ser divertida
— Steve quiere que respondamos— murmuró con voz ronca pasando su dedo suavemente por el hombro de Natasha
— El nos dejó juntos, que ahora espere— fue lo único que dijo aún sin abrir los ojos
— Creo que estoy muy de acuerdo con ese plan
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— Los estuve llamando, ¿por qué no respondieron? — preguntó Steve apenas los vió, para su sorpresa ambos estaban tomados de la mano
— Si… no creo que quieras saberlo. Lo entenderás cuando crezcas— palmeo su hombro Natasha— ahora, ¿Cual es el plan?
— No es tan un plan, es más bien un objetivo— aclaró Steve— infiltrarnos en la balsa y sacar a todos de ahí
— Y recuperar a nuestra hija— añadió Bucky
Natasha sonrió a pesar de la molestia en su pecho al pensar que Thaily no quisiera ni verla. Pero ahí estaba James y esperaba, de verdad se aferraba a la esperanza de que la escuchará.
— Hay que hacerlo— afirmó Natasha
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Freeze You Out- Sia
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¡Un pequeño capítulo del hermoso Winter Widow! ✨
Es como una pequeña cosita antes de la tormenta, porque lo siguiente que se viene es mucho dolor
Nos leemos~
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