𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 2
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En un silencio tenso, Astraea observaba la televisión mientras sus manos se aferraban involuntariamente a sus objetos más preciados: sus pendientes y su broche de transformación.
— Tendremos un duelo especial... Jugaremos con un límite de tiempo de 15 minutos, y cuando se acabe, el jugador con más puntos ganará. ¿Estás lista, señorita Hoshino? —Anunció Pegasus, su voz llena de confianza.
— ... —Todas las Sailor Scouts estaban serias, observando con desconfianza la pantalla, hasta que Usagi rompió el silencio— ¿Cómo van a tener un duelo con un video? ¡Está loco!
— Jajaja, no, es magia~ —Murmuró Pegasus, dejando entrever un destello en su ojo izquierdo.
De repente, el entorno se transformó: el tiempo pareció detenerse, todo se oscureció y la temperatura descendió. Astraea, sintiéndose inquieta, tomó una posición de combate al notar que sus amigas estaban totalmente inmóviles.
— ¿Qué diablos es esto? ¿Dónde estoy? —preguntó con seriedad, observando a sus amigas congeladas— ¿Acaso eres un seguidor de Metalia?
— Ya no estamos en el mundo que conoces, pero te devolveré después del juego —Respondió Pegasus con una sonrisa enigmática mientras sus ojos se posaban en los pendientes de Astraea.
— ¿Quieres un duelo de cartas? ¡Entonces es hora del duelo! —Gritó Astraea, apuntándolo con el dedo y hablando con frialdad— Una vez regrese a nuestro mundo, te buscaré y te eliminaré. No permitiré que un seguidor de Metalia siga con vida.
— Me llena de curiosidad saber quién es esa tal Metalia —Murmuró Pegasus mientras sacaba su mazo de cartas—.Espero que estés lista.
Astraea tomó su mazo con determinación, decidida a iniciar su jugada con la carta "Camino de Luz de Estrellas".
— ¿Estás segura de que deseas usar "Camino de Luz de Estrellas"? —Preguntó Pegasus con una sonrisa burlona, provocando la sorpresa de Astraea, que alzó la vista de sus cartas.
— ¿Cómo...? —Murmuró, confundida y asombrada, mirando a su alrededor como si esperara encontrar a alguien más.
— Soy muy diferente a todos esos aficionados con los que sueles jugar en el centro de juegos —Respondió él con elegancia, pero su voz tenía un tono juguetón—. Conozco todas tus jugadas incluso antes de que las hagas. ¿No crees que eso es una gran ventaja?
— Grrr... —Soltó un pequeño gruñido de frustración mientras dejaba caer sus manos sobre la mesa— ¡Al diablo el duelo! Te partiré la cara ahora mismo.
Pegasus no esperaba una reacción tan violenta de la chica. Astraea comenzó a quitarse el suéter y a atar su cabello en una coleta, preparándose para pelear. Detrás de esa actitud calmada y elegante, ella, al igual que Rei y Lita, sabía que si no podía resolverlo con palabras, lo haría a golpes.
— Si me golpeas, te aseguro que no podrás salir del Reino de las Sombras —Advirtió Pegasus, retrocediendo un paso— Y también tus amigas quedarán congeladas hasta que logres salir.
— Tsk... ¡Siéntate y terminemos con esta estupidez! —gritó Astraea, molesta, mientras tomaba una carta aleatoria de su mazo— Invoco a "Caballero de la Galaxia" en posición de ataque.
— No esperaba que una señorita tan linda fuera tan agresiva —dijo Pegasus, observando el rostro de Astraea— Activo "Ojo de la Ilusión", lo que me permite mirar tus cartas y anticipar tu estrategia, e invoco a "Uraby" en posición de ataque.
Astraea, al ver cómo las cartas cobraban vida, se sorprendió, sintiendo que la realidad se desmoronaba a su alrededor.
— Te aseguro que cuando te encuentre, te patearé tan duro que tus antepasados lo sentirán... Ahora, ¡dime! ¿Cómo diablos están cobrando vida esas cartas? —Murmuró con hostilidad, como un gato mostrando sus garras— "Caballero de la Galaxia", ataca a "Uraby".
— "Uraby" es destruido, pero aún tengo un as bajo la manga. Y para responder a tu pregunta, es sencillo: estamos en un lugar mítico llamado el Reino de las Sombras, donde lo imposible puede hacerse posible —Dijo Pegasus con una sonrisa, invocando a un nuevo monstruo— Invoco a "Arlequín Ilusionista sin Rostro". Su habilidad me permitirá distraerte aún más.
— Eso es imposible... —murmuró Astraea, mordiéndose el labio con fuerza, tratando de recordar si en Spica había registros sobre este mundo— Activo "Portal Estelar", lo que me permite invocar a "Bruja Estelar" en mi próxima fase.
— Nada es imposible en este mundo. Dime, Hoshino, ¿crees que hay magia en estos naipes? —preguntó Pegasus— Sin duda, tienes tu título por ser de las que atacan rápidamente, pero olvidas algo: mi "Mago Ilusionista sin Rostro" puede crear ilusiones. Invoco a "Renunciado" y activo su habilidad, lo que me permitirá devolver a tu "Caballero de la Galaxia" a tu mano.
Astraea se dio cuenta de que sus estrategias se estaban desmoronando. La frustración crecía en su interior al ver cómo Pegasus parecía anticipar cada uno de sus movimientos.
— Ya sé quién eres; sabía que tu cara me era familiar. Eres el creador de este juego, y me preguntas algo sobre tu propio juego. Eres un idiota —Dijo con veneno en su voz, desafiándolo con una sonrisa desafiante— Invoco a "Dragón Fotónico de Ojos Galácticos". ¡Ahora, ataca!
— Y si te dijera que yo no lo inventé... En el antiguo Egipto, los egipcios lo llamaban "juegos de las sombras". Faraones poderosos tenían duelos místicos en otras dimensiones, al igual que hacemos ahora, pero ellos no usaban cartas. No, ellos empleaban monstruos reales y magia auténtica. Las fuerzas mágicas eran tan descomunales que los egipcios perdieron el control y casi destruyeron el mundo —Explicó Pegasus con entusiasmo.
— Aww, ¿es acaso el cuento que tu mami te contaba antes de dormir? —Replicó ella con sarcasmo y diversión, aunque en el fondo sabía que había una probabilidad de que eso realmente hubiera sucedido. Tenía que poner fin a esta tontería e ir a hablar con Mamoru para ver si recordaba algo.
— Tienes una lengua tan venenosa que no combina para nada con ese aspecto angelical tuyo —Dijo Pegasus— Activo "Vórtice de las Estrellas", desviando su ataque hacia su propio "Caballero de la Galaxia".
— Gracias~ Me lo dicen a menudo —Murmuró Astraea con picardía, planeando mil formas de ganarle. Sabía que, al ser el creador del juego, tendría en su poder las cartas más raras y poderosas, lo que haría que la lucha fuera ardua. Su única estrategia para vencerlo era confundirlo imitando la personalidad de Mina y Usagi, actuando coqueta y algo tonta— Pero es muy diferente cuando un chico lindo me lo dice~... Coloco una carta boca abajo y espero mi turno.
— El tiempo se está acabando, Astraea —Murmuró Pegasus, ignorando su provocación— Te queda poco tiempo para cambiar el rumbo.
— Invoco a "Nebulosa Centelleante" y activo su habilidad para aumentar mi poder —Dijo ella, mordiendo su labio con frustración, sus ojos reflejando una desesperación palpable.
— Sin duda, eres una chica hermosa y habilidosa, pero nada de eso te salvará, ya que el tiempo se acaba... ¡y yo tengo la ventaja! —Exclamó Pegasus con una sonrisa triunfante mientras sacaba una carta— Mi "Mago Ilusionista sin Rostro" ataca tu vida directamente.
Astraea solo pudo observar en shock cómo su vida se reducía hasta quedar en 200, mientras el reloj sonaba, indicando el final del combate. Apretó los puños, sintiendo la frustración crecer en su interior mientras volvía a juntar sus cartas en el mazo, observando con tristeza el desánimo reflejado en su rostro.
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