
𝟏: [𝐂𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐩𝐚𝐫𝐚𝐝𝐨𝐬]
Un joven de unos 17 años de edad, se encontraba en uno de los momentos más decisivos e importantes de su vida.
"Toma esto, por favor"
Exclamó aquel muchacho con vergüenza, entregandole a una linda chica delante suyo un sobre rojo. En donde se encontraba su confesion.
La chica tomó el sobre, saco la carta y comenzó a leer.
"Aún no he decidido mi futuro, creo que soy muy joven para pensar en eso"
"Tengo sueños y metas, nada extraordinario"
"Se podria decir que estoy solo, ya que no tengo familia que me espere en casa"
"También puedes pensar que soy un perdedor por dejar que la vida me golpee asi"
"Pero, en realidad. Solo he dejado que la vida me golpee para levantarme más fuerte que antes"
"A pesar del dolor, el sufrimiento, los llantos de cada noche"
"Sigo de pie, y si caigo, me vuelvo a levantar mucho más fuerte"
"A menudo la gente se burla de mi, piensan que mi sueño es una tontería"
"Dicen que el mundo no necesita de un héroe"
"Pero, yo creo que se equivocan"
"Ya que mi sueño de ser un héroe fue lo que te salvo la vida"
"¿Lo recuerdas?, fue cuando nos conocimos"
"Cuando conocí a la mujer más hermosa del maldito universo en el que vivimos"
"El amor era un sentimiento al que no estaba acostumbrado. Ya que las chicas no me resultaban atractivas"
"No porque no sean bonitas, más bien, era algo que yo veía como una pérdida de tiempo"
"Pero, ¿sabes que?, si el amor es una pérdida de tiempo"
"Con la única que quiero perder el tiempo"
"Es contigo"
"Tu me impulsaste, me animaste a seguir luchando por mi sueño"
"Cuando todos me habian dado la espalda. Tu fuiste la que me ayudo a levantarme"
"Me apoyarte en tantas cosas... que yo, no se como agradecerte"
"Se que aun me falta mucho para cumplir mi sueño"
"Y siento que voy a necesitar tu ayuda para levantarme otra vez..."
"No se que me depara el futuro, pero, seria grandioso que tu estuvieras en el"
"Asi que, por favor"
"Acepta mis sentimientos"
La chica solto el sobre y la carta en su sorpresa. Confundida, miró al chico delante suyo.
Exigiéndole con la mirada una explicación.
Aquel chico no entendía lo que pasaba, había sido bastante claro. Lo que se le ocurrió, fue recoger la carta, y mostrarle a su compañera la parte final.
"Acepta mis sentimientos"
La chica miró esas últimas palabras, por última vez. Ya que lo siguiente que pasó fue que la carta se rompió en pedazos.
Siendo destruida gracias a las habilidades psíquicas de la chica.
Dejando el corazón de aquel muchacho a punto de romperse. Sus ojos rápidamente se cristalizaron, si no recibia una buena respuesta pronto, las lágrimas llegarían para inundar su rostro.
La chica entendio que no tenía mucho tiempo para explicar, se acomodo su cabello y miró a su contrario con una expresión completamente fría.
"Lamento lo que hice, pero era necesario, de lo contrario estaría vomitando ahora mismo"
"No entiendo..."
"Es simple, no me interesas. El que hayas salvado mi vida aquella vez no significa que deba aceptar estar contigo, ¿o si?"
"No... pero se supone que somos amigos, ¿por que me tratas así?"
"Es sorprendente que tu nivel de idiotez haya llegado tan lejos como para no darte cuenta. Solo estaba siendo amable, pero ya me canse de esta tontería"
"¿Todo fue una mentira?"
"Si, una que duró mucho más de lo que esperaba. Pásate 5 años planeando esto, ¿no?" Burlándose de su compañero con risas leves "Eres patético, fuiste el más fácil de engañar. Cayendo como un tonto enamorado a mis pies..."
El pobre chico no lo podía creer, estaba siendo humillado por la chica a la que amaba. Todo debajo del árbol de cerezo del patio de su instituto.
Las hojas caían, una de ellas aterrizó en el cabello de su contraria. Siendo pulverizada de un simple toque de sus dedos.
Aquella chica era cruel con todo, parecía no tener sentimientos.
Mejor dicho, si los tenia. Ya que disfruta ver a los demás sufriendo por su culpa.
La chica aprovechando la distracción de su contrario, lo empujo al piso con sus poderes. Haciendo que el muchacho quede de rodillas hacia ella.
"¿Puedes amar esto?" Le pregunto después de darle la primer golpe a sus cachetes
"Dime"
Segundo golpe.
"Respondeme"
Tercer golpe.
"¿Como puedes amar esto?"
Cuarto golpe.
"¡Di algo!"
Quinto golpe.
"¡Incrédulo de mierda!, ¡por eso tus padres te abandonaron, ¡porque solo eres un fracaso!"
Sexto, séptimo, octavo golpe.
No paraban de llegar. Uno tras otro, llenando a Saitama de moretones en el rostro. Tambien incrementando el dolor que sentía su corazón, al destruir sus sueños y esperanzas.
Pero esto no se iba a quedar así.
Cuando estaba por llegar el golpe número quince, Saitama tomo el control. Detuvo el brazo de su contraria para ahora tomar acción.
Un fuerte golpe en el abdomen.
Y ahora la chica estaba tirada en el pasto. Debajo del árbol de cerezo, con algunas hojas que habían caído gracias al impacto que tuvo su cabeza contra el árbol.
Saitama se puso de pie y limpio la sangre de sus labios. Después, miró a la chica que yacia tirada delante suyo, con total indiferencia.
Se ahorro las ganas de decirle algo, en su lugar, solo dio media vuelta para retirarse.
Y esto iba a seguir así, sino fuera por lo que pasó a continuación.
"Cobarde... eres un cobarde"
Saitama detuvo su paso. Y noto que las cosas a su alrededor comenzaron a flotar.
Era la chica usando sus poderes psíquicos.
De inmediato, el cuerpo de Saitama fue atraído hacia ella. La pequeña chica lo miro a los ojos, totalmente enfadada.
En cambio, Saitama seguía con la cara de indiferencia de antes.
"Aprenderás a no amarme a la fuerza entonces..." Dijo la chica con lágrimas de tristeza y dolor. Levantando muchas rocas atrás suyo. Su intención era lanzar esas rocas a máxima velocidad en contra de su actual pretendiente.
No obstante, no tuvo oportunidad de logar su cometido. Ya que Saitama se encargo de noquearla con un fuerte golpe a su frente.
Un golpe que le costó realizar, puesto que su cuerpo estaba paralizado en esos momentos. Pero sabiendo aprovechar la distracción de su contraria mientras recogía las piedras, logró acercarse lo suficiente y detener el ataque con el golpe más preciso que había hecho en su vida.
Le dolía tener que hacer esto, aquella chica se había burlado de él. Lo estuvo haciendo durando todos estos años. Y el nunca se dio cuenta, hasta hoy que lo descubrió por cuenta propia.
El saber que todo este tiempo, fue un simple juguete más del montón. Era doloroso.
Más al recordar todo lo que había vivido, todo se sentía tan real, que era simplemente imposible creer que esto estaba pasando.
Lamentablemente, así eran las cosas. Esta era la cruel realidad a la que tuvo que enfrentarse.
"Pudrete" Solto Saitama antes de irse, sin saber que sus acciones serían perjudiciales para el en un futuro.
Ya que aquella chica con la cabeza ensangrentada no se iba a quedar de brazos cruzados una vez que despierte.
Saitama fue hasta su salón, tomó sus cosas, y se retiro del instituto. No llamó la atención de nadie, pues era el horario de educación física. Y para su suerte no había nadie cerca cuando se declaró.
El único testigo de aquel hecho fue aquel árbol de cerezo, que lloraba a montones, dejando caer sus hojas de otoño. Triste por el desenlace de esta confesion.
Sabía que lo mejor sería ir a su casa y atender sus heridas. También sabía que tendría problemas por esto mas adelante.
Por lo que su mejor opción ahora, era alejarse de todo por un tiempo. Irse fuera de la ciudad a vivir con algún familiar que tenga por ahí, en el extranjero o en cualquier lado.
O tal vez irse a vivir solo, consiguiendo un trabajo simple.
Simplemente quería irse, tenia que irse.
No podía vivir en la misma casa en la que compartió tantos momentos con ella.
Aun si eso significará tener que dejar atrás tantas cosas, tantos momentos compartidos. Que ahora eran como un aguja en su corazón. Dolía sacarlas, ya que eran momentos preciados que formó con el tiempo. Algo que lo marcó y definitivamente contribuyo a parte de su personalidad y forma de ser.
Dolía tener que dejar todo atrás. Todas sus metas y sueños que idealizo al lado de aquella mujer que anteriormente lo cautivado con sus mentiras y engaños.
Pero Saitama lo sabía muy bien.
Sabía que sería difícil, pero que era lo mejor. La única forma.
Para sanar sus heridas, tendria que olvidarla para siempre.
"..."
"¡NO JUGARE PIEDRA, PAPEL Y TIJERAS CONTIGO!, ¡TIENES MOCOS EN EL DEDO!, ¿ah?, solo fue un sueño" Exclamó Saitama despertando de lo que parecía haber sido una pesadilla.
Ya habían pasado 7 largos años desde ese incidente.
El tiempo curo las heridas de Saitama, y ahora literalmente no recordaba absolutamente nada de lo que pasó.
Fue tanta su insistencia en olvidar todo su pasado, que su cerebro comenzó a crear cosas que jamás pasaron. Eventos felices que se convirtieron en sus actuales recuerdos de la infancia. Todo eso definió la personalidad de Saitama, convirtiéndolo en lo que es ahora.
Aunque claro, Saitama seguía con el trauma. Solo que aún no lo sabía.
El hombre calvo se levantó de su futon, vio como su discípulo Genos lo miraba profundamente. Como si tratara de leer sus pensamientos.
"Genos, ya te dije que dejes de verme mientras duermo"
"Lo lamento sensei, pero esta vez es por algo importante"
Saitama levanto una ceja y miro a Genos. esperando que su discípulo continúe.
"El héroe Silver Fang nos ha invitado a su dojo de artes marciales"
"¿El viejo de la otra vez?" Genos asintió en respuesta "No lo se... no estoy interesado en aprender artes marciales"
"Ya le informe sobre eso, me dijo que si aceptabamos ir nos iba a invitar a comer carne asada el próximo sabado"
"Muy bien, entonces iremos de inmediato" Respondió Saitama con una sonrisa "Pero, ve un momento al baño, tengo que cambiarme de ropa"
"..."
"Hermana"
"Zzz..."
"Hermana..."
"Zzz..."
"¡Hermana!"
"¡Ah!, ¡Fubuki!, ¡¿que mierda te pasa?!" Pregunto Tatsumaki después de haberse caído de la cama por culpa de los gritos de su hermana menor.
"Lo siento, te juro que es importante" Respondió Fubuki mientras ayudaba a su hermana a levantarse.
"Habla, rapido" Dijo Tatsumaki, sentándose al borde de la cama.
Fubuki se sento a su lado para estar más cómoda.
"Silver Fang te mando un mensaje invitandote a su dojo"
"¿Qué?, ¿para que iria?"
"Dice que es importante. No dio más detalles" Fubuki le entrego el teléfono celular a su hermana. Tatsumaki recibió su celular, y comenzó a revisar el mensaje que Silver Fang le había mandado.
"Que raro... ese viejo nunca me invita a nada"
"Más bien tu nunca aceptas ir"
"Pues esta vez será diferente"
"¿Y eso por que?"
"No se, estoy aburrida, además puede ser importante" Respondió Tatsumaki, para después estirar sus brazos "Como sea, ¿podrías salir de mi cuarto por favor?, tengo que cambiarme"
"..."
"Ambos olvidaron todo, y ahora han tomado caminos separados. Sin embargo, están a punto de volverse a ver las caras. Después de tanto tiempo. Estoy ansioso de ver la reacción de cada uno cuando esten frente a frente" Exclamó Silver Fang mientras tomaba una taza de té, viendo el cielo despejado.
Resulta que, Silver Fang fue el profesor de Saitama y Tatsumaki cuando estos eran más jóvenes. Y estaba obsesionado con los dos. Quería verlos juntos a como de lugar.
Al enterarse de lo que pasó aquel día en el cerezo. Su corazón se rompió.
Pero ahora, su plan para unirlos de nuevo estaba por comenzar.
Con un poco de fe y suerte... todo saldrá bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro