Treintaiseis
Dustin Edward veía a sus mamás desde el asiento de atrás, ninguna hablaba y sentía que su mamá Tzuyu estaba molesta con su mamá Sana... pero ¿Por qué?
—¿A dónde vamos a ir? —le preguntó Sana, ya no había tono de voz emocionado.
—A casa —respondió Tzuyu sin apartar su vista de la ventana. Sana frunció el ceño.
—¿Por qué? —preguntó —pensé que querrías ir a algún lugar conmigo y con Dustin.
—Quiero ir a casa —respondió aún sin verla —sí quieres salir con Dustin y llevarlo al taller, ve. Yo quiero ir a casa —Sana suspiró sin entender la actitud de su esposa, simplemente se quedó callada hasta que estacionó el auto frente al garaje de casa.
—¿Por qué te comportas así? —preguntó antes de que Tzuyu pudiera bajar del auto.
—¿Por qué me comporto así? —repitió viéndola directamente, con su mano en la manija de la puerta. Sana asintió —¿Y todavía lo preguntas?
—Pues quiero saber, Tzuyu —respondió sinceramente —quiero saber por qué estás molesta conmigo y poder corregirlo.
Tzuyu la miró, estaba en realidad enojada, sin embargo no quería discutir y mucho menos frente a su hijo —¿Por qué te comportas así? —Tzuyu abrió la puerta del auto e ignorando la pregunta de Sana, bajó y caminó hacia la casa. Sana suspiró desabrochándose el cinturón de seguridad.
—Baba... —balbuceó Dustin preocupado. Sana se encogió de hombros.
—No lo sé, mi bebé —respondió en otro suspiro abriendo la puerta para bajar y sacar a su hijo del auto —también quisiera saberlo —le susurró tomándolo en brazos antes de darle un beso en su mejilla.
Sana entró a casa y de inmediato escuchó el ruido de la puerta de la habitación cerrarse fuertemente. Solo pudo poner sus ojos en blanco al pensar correctamente que su esposa estaba enojada, lo que significaba drama en su relación, sabía que era normal pero no podía terminar de soportarlo.
—Bueno, supongo que solo somos tú y yo, Dus —rió un poco cerrando la puerta con su pie —¿Tienes sueño? —el pequeño Dustin era inteligente, y algunas preguntas podía reconocerlas —¿O hambre? —preguntó.
—Buba —balbuceó señalando el piso de arriba.
—¿Cuna? —preguntó en una risa comenzando a caminar hacia las escaleras para así subirlas con su bebé en brazos —está bien —rió un poco. Dustin lo supo, su mamá estaba triste.
–
Tzuyu vio entrar a Sana por la puerta que, su ex esposo había reparado hace unos meses, a la habitación que ahora con él una vez compartió y que ahora compartían juntas.
—Pensé que irías al taller con Dustin —le dijo Tzuyu viéndola caminar hacia la cama. Sana la miró.
—Dustin Edward está dormido —respondió sentándose en la cama —lo acabo de acostar —dijo quitándose los zapatos.
—Llamé a Mark —le dijo de repente, viéndola a sus espaldas ladear su cabeza —lo invité a cenar mañana junto a su novia y su hijo —Sana mordió su labio para intentar no reír irónicamente —¿No dirás nada? —preguntó mientras la veía acostarse a su lado.
—No —respondió en un bostezo, acomodando su cabeza sobre la almohada.
—¿Por qué? —preguntó confundida. Sana cerró sus ojos.
—Porque no me importa —fue su respuesta mientras que intentaba dormir, tranquilizarse.
—Eso no parecía cuando lo viste cargar al niño —dijo con la intención de que le respondiera, sin embargo, Sana no se molestó en ocultar su irónica risa esta vez —parecías...
—Por favor —interrumpió —basta —pidió, siendo lo más educada posible. No quería discutir, pero no sabía cómo no hacerlo. Tzuyu frunció el ceño, no estaba acostumbrada a que le respondiera de esa forma.
—Sabes que tengo la razón y que... —Sana ni siquiera terminó de escucharla cuando ya se había levantado de la cama para caminar fuera de la habitación —¿A dónde vas?
—Hoy dormiré en mi estudio —respondió abriendo la puerta para salir y cerrarla tras ella. Tzuyu suspiró intentando tranquilizarse.
¿Acaso había hecho mal en invitar a Mark junto a esa chica y a su hijo? No lo sabía. Quizá estaba celosa, quizá solo quería probar algo, quizá y solo quizá se estaba comportando de forma inmadura.
Sana sabía que Tzuyu estaba celosa, pero no se sentía conforme soportando escenas de celos o discusiones, así que prefería evitarlas.
Sana y Tzuyu se amaban tanto que diferían mucho. Ambas eran muy orgullosas, tanto que ninguna se habló hasta el momento en el que los invitados llegaron.
—Buenas noches —dijo Mark, realmente desconcertado, una vez vio a Tzuyu abrir la puerta.
—Buenas noches —respondió con una sonrisa forzada a más no poder —mi esposa y mi hijo esperan en el comedor —Mark la miraba confundido, junto a la chica con la que salía y su hijo —adelante —dijo haciéndose a un lado. Mark caballerosamente le indicó a Jade que pasara primero, lo cual hizo junto a Toby —ya sabes cuál es el camino —Mark hizo un gesto mientras asentía.
Era extraño para Mark volver a la casa que, prácticamente, construyó como invitado, a ver a la mujer con quien creía pasaría el resto de su vida, con su propia familia. Al verla sentada al lado de su hijo quien estaba en una silla alta, jugando con él, solo pudo recordar lo mucho que la amaba.
—Buenas noches, Sana —pudo decir llamando su atención. Sana dirigió su mirada a él y su sonrisa se borró al verlo junto a esa mujer y su hijo —hola, Dus —saludó acercándose, sin saber cómo sería correcto saludar.
—Buenas noches —respondió Sana simplemente —siéntense, adelante —los invitados se sentaron en la mesa. Mark quedó justo en frente de Sana, y Tzuyu lo vio mientras que volvía para sentarse al lado de su esposa, esposa que se sentía realmente incomoda —Tzuyu preparó la cena y estará lista en un momento.
—¿No sabes cocinar? —preguntó Jade. Sana la miró directamente y Mark solo miraba a su ex esposa —¿Sana, cierto?
—No, no sé cocinar —respondió —¿Tú sabes? —ladeó su cabeza de forma sarcástica.
—¿Puedes responder por mí, Mark? —le preguntó Jade en una sonrisa.
—Ahm —fue la respuesta que hizo dejar de sonreír a la mujer —ahm... —Sana no pudo evitar reír.
—Impresionante —respondió Sana sarcástica —en cambio, recuerdo que mi ex esposo cocina delicioso —Mark volvió a sonreír. Dustin y Toby solo observaban callados. Jade frunció el ceño —oh, lo siento, debe ser que aún no cocina para ti.
—Hace otras cosas —respondió. Tzuyu intentó disimular su risa —estoy segura de que Mark sería un gran padre —la risa de Tzuyu se apagó mientras que el ceño de Sana se fruncía —verlo tratar a Toby solo me hace imaginar que sería un gran padre para mi siguiente hijo —Mark abrió bien sus ojos, esa mujer ya estaba pensando en tener hijos con él cuando apenas habían comenzado a salir hace menos de tres meses.
—¿Sería un gran padre? —preguntó Sana antes de mirar a Mark —¿No le dijiste?
—¿Decirme qué? —preguntó Jade confundida.
—Aun no me importa lo suficiente como para hacerlo —respondió sinceramente. Mark era directo, tenía eso en común con Sana —así que no, no lo he hecho —Sana sonrió.
—¿De qué hablan? —preguntó Jade.
—Mark y yo tuvimos un precioso hijo —respondió con una sonrisa. Tzuyu no lo podía creer —su nombre es Taehyung y...—Tzuyu en silenció se levantó y salió de la cocina. Sana quizá se dio cuenta de su error en ese momento —murió hace años —susurró viendo a su esposa caminar.
—No entiendo nada —le dijo Jade a Mark quien solo se encogió de hombros —creo que tú y tu esposa tienen cosas de que hablar —respondió levantándose —llámame cuando tengas tus sentimientos claros —miró a Sana —ya sé dónde es la salida, gracias —tomó la mano de Toby y se lo llevó sin mirar atrás. Segundos fueron suficientes para escuchar el ruido de la puerta cerrarse.
—¿Qué estamos haciendo? —susurró Sana en realidad decepcionada de su comportamiento.
—Creo que no hemos sabido cerrar nuestro ciclo —respondió en un suspiro —creo que, cuando nos divorciamos nos seguíamos amando, y es por eso que no hemos podido superarnos —Sana lo miró con sus ojos cristalizados, ella amaba a su esposa Tzuyu.
—¿Por qué corriste con Toby, pero no con Taehyung? —preguntó luego de un par de segundos —tú no salvaste a ese niño, yo detuve el auto —susurró —¿Qué nos pasó?
—Yo te amo —le dijo directamente. Sana ladeó su cabeza viéndolo levantarse para caminar hacia ella y arrodillarse —nunca dejé de amarte. Podría amarte por el resto de mi vida, volver a comenzar contigo, olvidar todo lo que has hecho antes de este momento —tomó su mano. Sana notó de inmediato que seguía usando su anillo de casado —sí me dices que sí, Sana, prometo hacer las cosas bien esta vez.
Sana lo miró y recordó todo lo que había pasado junto a él.
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