Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Doce

Sana y Tzuyu llevaban más de treinta minutos en el auto de Sana y ella no decía ni una palabra. Reinaba un silencio que no llegaba a ser incómodo, pero tampoco era cómodo.

—¿A dónde vamos?— preguntó Tzuyu intentando iniciar una conversación con ella.

—A un lugar—Sana respondió con su mirada fija en el camino —dijiste que querías venir conmigo— rió— pienso que, puedes esperar un poco.

—Sí —respondió asintiendo— es solo que llevamos casi una hora aquí y no has dicho nada... —Sana asintió.

—A veces es mejor disfrutar la presencia de la otra persona— respondió con una sonrisa —la tranquilidad que te aporta la otra persona. —Quisiera poder hacerlo ahora— dijo sinceramente, ya que la vida le enseñó cuando sería la última vez que podría hacerlo, cualquier momento.

—Claro —susurró volviendo su vista a la ventana del auto acariciando los pétalos de la margarita que sobresalía de su oreja.

Tzuyu no tenía idea de a donde se dirigían, solo se daba cuenta de que poco a poco iban saliendo de la ciudad y que las casas eran cambiadas por árboles y zonas verdes. La vista era preciosa, nunca había pasado por ese lugar antes. Nunca se había detenido a ver la vista, nunca se detuvo a apreciar lo que verdaderamente importaba. Tener buenos recuerdos ayuda cuando no da tiempo de decir adiós.

Pasar tiempo con Sana, a pesar de ser relativamente poco, le ayudó a comprender muchas cosas y le hizo cuestionar muchas otras. Siempre había intentado ver la mejor perspectiva de cada aparente mala situación y siempre lo había logrado, hasta que Sana se cruzó por su vida. Una mujer que veía la peor perspectiva de cada situación, pesimista, melancólica y aferrada al pasado. A pesar de tener sus propios problemas, decidió animarla y al parecer estaba funcionando. Era agradable verla así, con una razón para sonreír.

—Tzuyu—la llamó Sana apagando el auto— ya llegamos—Tzuyu se dio cuenta de que estuvo inmersa en sus pensamientos mucho tiempo. Parpadeó varias veces para intentar ubicarse, y cuando lo logró se dio cuenta de que estaban en el estacionamiento de un lugar abierto.

— ¿Dónde estamos? —preguntó Tzuyu viendo cómo Sana tomaba su bolso de la parte de atrás del auto antes de abrir la puerta.

—Te dije que vendríamos a visitar a alguien —respondió aun sonriendo bajando del auto y cerrar la puerta tras ella. Tzuyu sin entender hizo lo mismo —este es un lugar bonito —dijo Sana una vez notó que Tzuyu caminaba a su lado muy familiar, no de una buena manera.

—¿Esto es?— preguntó mirando alrededor. Flores, arboles, césped, el viento un poco fuerte —oh, Saba... —Sana asintió cerrando sus ojos sin dejar de caminar —¿Hoy es?

—No tenía planeado venir contigo —se encogió de hombros sinceramente— tu papá me dijo que serían solo un par de días. Nunca pensé que pasaría todo lo que pasó en ese tiempo, pero ya que lo sabes no tenía razón para esconderlo de ti—la miró. Tzuyu la miró con ternura— no quiero que pienses que te estoy forzando a entrar a mi mundo y al de mi hijo, es solo que...

—Me siento feliz —interrumpió tomando su mano —es precioso que quieras compartir estas cosas conmigo—Sana la miró volviendo a sonreír mientras que entrelazaba sus dedos con los de ella.

—Es por aquí —dijo mientras la dirigía. Caminaron menos de dos minutos cuando llegaron al inconfundible lugar donde descansaba el cuerpo de Taehyung— buenos días, hijo— saludó al llegar, como si pudiera responderle.

Tzuyu se tomaba todo con mucha comprensión, no debía ser fácil para Sana enfrentar todo lo que conllevaba el duelo. Había pasado por la muerte de su hijo, prácticamente sola y ahora se veían los efectos de eso.

Sana se sentó en el césped a pocos centímetros de la placa ya que en frente había algunas flores, un ramo, dando a entender que alguien ya lo había visitado antes.

—Te traje un cuento nuevo —sonrió sacando un pequeño cuaderno de su bolso y dejándolo a un lado de las flores—y traje a una nueva amiga también —dirigió su mirada a Tzuyu volviendo a tomar su mano. La chica de ojos miel se sentó justo al lado de ella, volviendo a sentir su perfume en su rostro —se llama Tzuyu, quizá tú le habrías puesto algún bonito apodo como Chewy— rió Sana antes de dirigir su vista a Tzuyu— mi niño era muy amoroso —se encogió de hombros sin dejar de sonreír.

—Oh— sonrió mirando la placa Taehyung— "El mejor hijo del mundo" — hola, Taehyung. Soy Tzuyu, o Chewy— rió un poco aun sosteniendo la mano de Sana.

—Ella está viviendo conmigo y somos amigas— sonrió Sana. Tzuyu asintió, amigas —es la hija de mi jefe, el señor Yi Cheng.

—¿Taehyung conoció a papá?— le preguntó un poco sorprendida. Sana asintió.

—Unos meses antes de morir —respondió naturalmente —cuando entré a trabajar a la firma—Tzuyu ladeó su cabeza —no me habrías reconocido —rió —yo era tan feliz, nunca dejaba de sonreír.

—Eras la mejor versión de ti —respondió Tzuyu —apuesto que incluso te ponías el cinturón de seguridad—Sana rió un poco mientras asentía.

—Tzuyu... ¿Puedo intentar hacer el desayuno mañana?— preguntó inocentemente, sorprendiendo un poco a Tzuyu —pienso que puedo intentarlo, es lo menos que quisi...

—Juntas —interrumpió Tzuyu con una sonrisa —yo tengo algo de práctica así que puedo ayudarte —asintió— haremos el desayuno más rico del mundo, no tienes que preocuparte.

—Está bien —respondió Sana aún sonriendo — quiero intentarlo— repitió volviendo su vista a la placa— mami cocinará esta vez— rió un poco volviendo su vista a Tzuyu

—Sanake —cocinará esta vez —Sana estaba sonrojada, y Tzuyu se había dado cuenta. Era un poco extraño verla sonreír de una manera tan genuina después de todo, se supone que los cementerios son lugares tristes, pero Sana no parecía triste en absoluto.

—Sanake y Chewy —bromeó recordando el apodo —cocinarán —rió, inconscientemente acariciando el dorso de la mano de Sana con su pulgar.

—Oh Tzuyu, me habría encantado que conocieras a mi niño. Estoy segura de que se habrían llevado bastante bien —dijo sonriendo e intercalando su vista entre Tzuyu y la placa de Taehyung.

Tzuyu se daba cuenta de que Sana hablaba con Taehyung como si estuviera allí con ellas, como si el niño fuera a responderle. Llegó a pensar que a pesar de saber que su hijo estaba muerto, a pesar de tener muy claro que murió ante sus ojos, Sana aún no asimilaba su muerte del todo. Taehyung murió y Sana no lo terminaba de aceptar, o al menos así lo veía Tzuyu.

—No lo dudo. Describes a Taehyung como el niño perfecto, y estoy segura de que lo fue —respondió sonriendo. Sabía que no podía permitir que Sana pensara que le tenía lastima. Sí ella percibía lastima ese sería el fin de lo que habían logrado construir juntas— me habría encantado jugar con él —rió un poco.

—Tae no era un niño muy amante de los deportes —rió recordando - Mark y él jugaban futbol y esas cosas de padre e hijo, pero Tae siempre prefería leer o dibujar— se encogió de hombros— éramos muy unidos— asintió notando la diferencia entre el antes y el después de la muerte de su hijo, y cómo marcó la vida de ambos —una familia unida....

—Lo que siempre soñé —dijeron ambas al mismo tiempo. Al darse cuenta se miraron a los ojos y no pudieron evitar reír.

—¿No tuviste otro novio además de Taehyung?— le preguntó Sana con una pequeña sonrisa. Tzuyu negó con su cabeza.

— Sabes que soy muy odiosa— rió —pero no. Mi tiempo en la universidad lo usé más que todo para eso, estudiar. No hice muchos amigos, es más, no hice ninguno.

—Yo tampoco tengo muchos. Pero no es la cantidad de amigos, es la calidad de cada uno— respondió Sana— no quiero millones amigos, prefiero uno que esté conmigo cuando lo necesite —sonrió sinceramente— como tú.

— Oh— rió un poco —cierto, somos amigas —asintió un poco rápido.

— Yo tampoco tuve otra relación después de mi divorcio —dijo Sana en un suspiro— no creo estar lista. No soportaría perder de nuevo.

— Para ganar existe el riesgo de perder— respondió Tzuyu encogiéndose de hombros — y el que no se arriesga, no gana —negó con su cabeza y Sana ladeó la suya.

— Supongo que tienes razón —respondió Sana—es parte del juego de la vida, pero ¿Cómo vives sin sentirte vivo?, ¿Tú conoces la respuesta? —Tzuyu negó con su cabeza.

—Mi dolor no puede compararse con el tuyo. Simplemente no puedo decir que es igual perder un novio que perder un hijo— respondió suavemente —pero a ambas nos quitaron nuestro futuro. Tú planeaste tu vida con base en tu hijo, yo planeé la mía en base a mi ex novio —suspiró —cuando pasó no supimos cómo manejarlo.

—Puedo comprender a qué te refieres— dijo Sana— sí, lo comprendo completamente. Después de la muerte de mi hijo y mi divorcio, me cerré completamente. Solo escribía y dormía, no comía —negó con su cabeza —mi vida consistía en dormir, trabajar y escribir, hasta que... llegaste tú— sonrió.

—Escribes maravillosamente, y ahora creo comprender la razón por la cual no permites que vean tus escritos— dijo —escribes para Taehyung, él debe ser tu primer lector—Sana asintió —y ahora dejas el cuaderno allí o...

—Acostumbro leerle —se encogió de hombros tomando el cuaderno —¿Leerías conmigo? —preguntó sonriendo.

Tzuyu se sorprendió, otra vez —me gustaba leerle para que durmiera, y aunque sé que ahora jamás va a despertar, quisiera seguir cuidando sus sueños.

—Entonces así será— asintió Tzuyu con una sonrisa.

Sana le devolvió la sonrisa antes de volver su vista al cuaderno. Leyeron las treinta páginas que Sana había escrito. Tzuyu estaba impresionada, Sana era de verdad muy buena escritora y esa historia era sobre un súper héroe, no le sorprendió que hablara de un maravilloso hombre y que su nombre fuera Taehyung.

— ...Continuará —terminó Sana con una sonrisa —dulces sueños, mi niño —susurró acariciando la placa antes de volver a guardar el cuaderno en su bolso y levantarse —vamos, Tzuyu— le dijo Sana aún sonriendo.

—Dulces sueños, Taehyung —repitió Tzuyu tomando la margarita que aún tenía sobre su oreja para dejarla sobre el césped que cubría. A la sonrisa de Sana se le sumó un tono rojizo a sus mejillas, Tzuyu le había hecho un regalo a su hijo —fue un placer conocerte, amiguito —susurró antes de levantarse también.

Sana sin decir nada tomó la mano de Tzuyu y comenzó a caminar con ella así.

Sana no derramo ni una lagrima en aquel peculiar cementerio, pero en la habitación de Taehyung lloró hasta quedarse dormida y Tzuyu quería saber la razón. Una vez Sana soltó su mano para entrar al auto, Tzuyu ya no se sentía tan segura.

—Sana— le dijo Tzuyu mientras que ella encendía el auto, Sana no se colocó el cinturón de seguridad— te vi feliz.

—Lo estaba —respondió Sana poniendo el auto en marcha.

—¿Por qué?— preguntó directamente —estábamos en un cementerio.

— Los cementerios deben ser lugares tristes, supongo —respondió —pero no cuando es la única conexión que me queda con mi hijo. Sé que suena ridículo, pero es el sitio donde está el cuerpo de mi niño y tengo que ser respetuosa —suspiró— no soy una persona religiosa o algo así, pero creo fielmente en que mi hijo me escucha en algún lugar y que nos encontraremos_ sonrió.

—Pero en casa lloras mucho —Sana asintió.

—Mi casa es un recuerdo de lo que pudo ser —suspiró —no es fácil mirar cada rincón y solo imaginar los momentos en los que Taehyung estuvo allí. No sé cómo aun no me he vuelto loca— rió un poco.

—Creo que mereces más de lo que crees— le dijo Tzuyu sinceramente— en el fondo sé que también te culpas por lo de Taehyung— Sana se encogió de hombros.

—Es frustrante preguntarse todos los días que habría pasado sí— rió mirando al frente —qué habría pasado si Mark hubiera sido más atento, qué habría pasado si yo hubiera sido más atenta... Tantas preguntas y una sola respuesta, Taehyung seguiría con vida.

—Qué habría pasado si Taehyung hubiera llegado a la boda —susurró Tzuyu— tantas posibilidades, Sana. Pero no podemos retroceder en ninguna. Sé que disfrutaste cada segundo con tu hijo, aunque hayan sido pocos —Saba asintió —ser abogada es un trabajo duro, y veo que ocupas tu mente de el para así no tener ni un espacio para pensar—Sana volvió a asentir.

—Eres buena analizando, Tzuyu— sonrió Sana— eso es muy bueno para los casos. Te felicito.

— Sí, supongo —respondió Tzuyu.

—Te analizaré a ti. Veo que intentas preocuparte por mí para no tener que hacerlo por ti misma— dijo directamente. Tzuyu ladeó su cabeza— quieres que piensen que no te interesan las otras personas para que así no se metan en tu vida. Tienes tus propios problemas pero quieres resolverlos sola, en cambio quieres ayudar a los demás a resolver los suyos— rió —¿Tengo razón?—Tzuyu asintió impresionada— lo sé. Si te das cuenta, la mayoría de nuestras conversaciones han sido sobre mi o mi hijo. Tú no mencionas a tu ex por nada, y si lo haces solo son menos de diez palabras.

—No es algo que me guste hablar— respondió sinceramente —pero si es contigo no me molesta.

— No quiero que pienses que te estoy presionando a hablar— aclaró Sana de inmediato.

— No, somos amigas —susurró encogiéndose de hombros— comenzaré por...

— ¿Quieres un helado, Tzuyu? —interrumpió Sana— vamos a hablar de chicos, así que primero pasemos por helado y vemos una película en mi casa ¿Te parece?—Tzuyu sonrió con ternura. Sana provocaba eso en ella, ternura.

—Claro que si —respondió sonriendo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro