Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dieciséis

Sana releía el caso de las chicas asesinadas de nuevo, sentada frente a su escritorio con Tzuyu frente a ella leyendo una copia del mismo folder. Buscando respuestas a preguntas que jamás debieron ser formuladas, Sana no quería desviarse de lo que realmente debía enfocarse.

—Sana yo... — comenzó Tzuyu, sin embargo se vio interrumpida por el ruido de alguien deteniéndose de manera brusca fuera de la oficina, junto a una respiración un poco agitada. Las chicas dirigieron sus ojos a él, era Dustin y estaba muy golpeado, sin embargo tenía un cuaderno fuertemente agarrado por una de sus manos.

—¡¿Dustin?! – preguntó Sana preocupada levantándose de su silla. Tzuyu hizo lo mismo acercándose al chico para ayudarlo a sentarse en una de las sillas – Dustin ¿Qué sucedió?

—Me golpearon, señorita – respondió un poco ansioso mientras se sentaba con un poco de dificultad – gracias – le susurró a Tzuyu – fue el imbécil del novio de la madrastra de Lena, ah – hizo un gesto de dolor, tenía su ojo morado y sangre seca por su rostro.

—¿Quién es ese hombre? – le preguntó Sana acercándose – podemos ponerle una orden. Haberte golpeado le podría costar al menos unas horas en prisión, podría hacerlo en dos segundos si me dices su nombre.

—Traje esto – respondió extendiéndole el cuaderno – escribí todo a mano, espero que no le moleste – Sana tomó el cuaderno y rápidamente comenzó a leer.

—Norah Lennon – leyó Sana un poco sorprendida mientras Tzuyu miraba a Dustin pensando en cómo auxiliarlo – sigue usando el apellido de su ex esposo, cuarenta y tres años, la muerte del señor Lennon y la muerte de Lena se dieron en un intervalo de tiempo de seis meses – susurró – reclamó el seguro de ambos, está saliendo con un chico casi veinte años menos que ella – hizo un gesto – el cual te acaba de golpear... — Dustin asintió rápidamente.

—Justo en mi camino hacia acá – respondió tomando aire – me dijo que debía dejar de meterme en sus asuntos y estupideces de ese estilo. No pensé que esos brazos golpearan tan fuerte la primera vez – Sana lo miró.

—¿Lo conoces? – le preguntó directamente. Dustin se encogió de hombros – nos dijiste que no lo conocías – dijo un poco molesta – Dustin, no puedo ayudarte si no me dices toda la verdad.

—Es cierto – intervino Tzuyu – cada detalle es importante y más si es un caso de homicidio.

—No pensé que fuera muy relevante, parecía un buen chico – respondió encogiéndose de hombros – un caballero.

—Un caballero – Sana rió irónica – un caballero que probablemente asesinó a tu novia, Dustin, oh perdón ex novia – dijo sarcástica, tan enojada porque el chico le mintió – no sé si entiendes la gravedad de lo que sucede.

—Disculpe, fue mi error – dijo avergonzado – acepto que esté enojada. Le diré todo lo que sé.

—Debiste hacerlo desde el principio – respondió yendo hacia su silla – te golpeó como advertencia, no esperemos que a la próxima te mate como aviso para mí – suspiró sentándose – adelante, dime todo lo que sabes – dijo un poco sarcástica.

—Yo sí lo conozco, de hecho lo he visto varias veces – dijo sinceramente – eh, él parecía llevarse muy bien con Lena – frunció un poco el ceño, demasiado bien – conducía o conduce un auto blanco – dijo tratando de recordar. Sana ladeó su cabeza, Dustin no estaba al tanto del color del auto que atropelló a su hijo – él no vive con la señora Norah y es por eso que su auto nunca está en aquella casa – suspiró – es joven, muchos años menor, es blanco, alto, cabello corto, ojos negros... no sé qué más decir – Sana suprimió una risa irónica. Tzuyu se dio cuenta que Sana era muy sarcástica cuando estaba enojada y ahora lo estaba con Dustin.

—Oh no lo sé – respondió fingiendo extrañes – su nombre quizá – Dustin suspiró – ¿Cómo se llama aquel caballero?

—Bueno yo... — miró a Tzuyu quien solo se encogió de hombros – no sé su nombre, señorita, pero su apellido es Walker – Tzuyu ladeó su cabeza.

—Bueno, yo quiero hacerle una visita al señor Walker – respondió Sana sonriendo de manera sarcástica antes de dirigir sus ojos a Tzuyu – ¿Me acompañas, Tzuyu?

—Claro – respondió sonriendo. Sana se levantó tomando sus cosas junto al folder del caso. Dustin la miraba sin saber qué hacer, él era inocente pero era todo lo contrario a alguien con futuro.

Sana caminó fuera de su oficina junto a Tzuyu siguiéndola, Dustin nervioso, ansioso y adolorido las siguió hasta el ascensor donde entraron y Sana rápidamente oprimió el botón del piso numero uno.

—¿Qué hará? – le preguntó Dustin, en su voz era claro el nerviosismo que sentía.

—Solo quiero hablar con el sospechoso, Dustin – respondió sinceramente – no tienes que estar nervioso – le dijo un poco más tranquila.

—Es solo que no quiero estar en más problemas – suspiró pasando una de sus manos por su cabello – a pesar de que no tengo nada que perder, no quiero que me culpen por algo que no hice – volvió a suspirar.

—Sí me dices la verdad podré ayudarte y en cuanto tenga suficientes pruebas convocaré la audiencia – le respondió tratando de tranquilizarlo – afortunadamente nunca he perdido un caso, y espero que éste no sea la excepción – Dustin asintió tratando de confiar en ella. las puertas del ascensor se abrieron dándole paso a que salieran de allí y caminaran hacia el auto de Sana, pero en el transcurso sus ojos se pusieron en blanco al ver a un hombre recostado en su auto – ¿Disculpe? – preguntó deteniéndose a un lado de su vehículo. Tzuyu se detuvo en seco al verlo.

—Oh, usted debe ser Sana Minatozaki – dijo nada modestamente – este chico debió correr hacia usted para decirle cómo lo golpeé – rió incorporándose al parecer no reconociendo a Tzuyu – permítame presentarme – sonrió extendiendo su mano – soy...

—Walker — interrumpió sonriendo sarcásticamente mientras se acercaba a él —el novio de la madrastra de Lena Lennon – asintió. El hombre llevó sus manos a sus bolsillos al ver que Sana no respondería al gesto.

—En efecto soy yo —asintió sin dejar de sonreír. Sana se acercó a él logrando ver el auto nada bien estacionado al lado del suyo, no tardó mucho en darse cuenta del color, auto blanco junto a una placa que jamás olvidaría. Sana debía ser inteligente.

—Y dime — sonrió ocultando toda la ira acumulada que no tardaría en desatarse —¿Dónde está tu auto? — Tzuyu contuvo su respiración al escuchar esa pregunta. Walker frunció el ceño pero no le dio importancia, solo dio unos pasos hacia atrás mientras que Sana daba unos hacia adelante.

—Este – sonrió sintiéndose orgulloso, su novia le había dicho a ella y a la policía que el auto del culpable era negro así que estaba a salvo, o al menos eso creía. Sana mordió su labio lo más fuerte que pudo, sintió instantáneamente cómo sus ojos se llenaron de lágrimas y cómo sus pensamientos se vieron intercambiados por recuerdos de aquel día. Todo volvió a su mente al ver el auto que le quitó a su hijo, el auto que nunca se detuvo.

—¡Mami! – escuchó la voz de su hijo llamarla mientras sonreía. Sana vio a su hijo alzar sus brazos, gesto que hacía cada vez que quería que lo cargara, totalmente ajeno al auto que se aproximaba hacia él.

—¡Hijo! – gritó de manera desesperada corriendo hacia él, deseando estar en su lugar o al menos llegar a tiempo, pero el auto nunca se detuvo.

—¿Abogada? – le preguntó el hombre al verla en ese estado de shock – ¿Abogada, está usted...— Sana lo miró con todo el odio que sentía hacia él, todo el odio que alguna vez sintió fue provocado por él. Tzuyu se acercó a Sana cuidadosamente y en ese momento Walker reconoció a la chica – ¿Tzuyu? – pero ella no le prestó atención, en cambio toda la de Sana estaba puesta en él.

—Fuiste tú... — susurró con su ceño fruncido, totalmente cegada por el odio y el rencor, tenía en frente al asesino de su hijo. Sana corrió hacia él, dándole rápida y repetidamente golpes en su pecho, provocándole retroceder un paso, antes de ver aquellos ojos que la miraban confundido y llevar sus manos allí, arañándolo sin distinción alguna de dónde lo hacía. Walker intentaba tomarla de sus muñecas pero Sana simplemente no cedía.

— Sana, Sana, Sana – repitió suavemente Tzuyu mientras la tomaba de la cintura para intentar alejarla de aquel hombre que la veía indignado.

—¡Suéltame! – exigió rabiando y extendiendo sus manos con fuerza hacia él – ¡Suéltame, Tzuyu! ¡Él me lo quitó! – Walker simplemente acomodaba su camisa y la sacudía – ¡Él atropelló a mi hijo! – su voz se apagó con cada palabra que decía, mientras que sus piernas perdían equilibrio y caía al suelo con Tzuyu abrazada fuertemente a su cintura – él lo hizo... — susurró sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas. Sana sollozó fuertemente, adolorida e impotente, por más que lo intentara, su hijo nunca volvería a ella. Tzuyu puso su mejilla en su cabeza sintiendo cómo pronto comenzaría a llorar también.

Dustin frunció el ceño y miró enojado a Walker que veía aquella escena de manera patética. El chico se acercó a él y sin aviso su puño impactó fuertemente en su mandíbula.

—No fue por mí – le aclaró sacudiendo su mano mientras que Walker llevaba la suya a su adolorido rostro – fue por el niño – dijo dando pasos hacia atrás.

—Será mejor que te vayas, Taehyung – le dijo Tzuyu dirigiendo su mirada a él. Sana reconoció ese nombre de inmediato, sin embargo su dolor era más fuerte que sus ¿Celos?

—No sabía que ahora eras abogada, Tzuyu– rió sin importarle que Sana estuviera llorando desconsoladamente en los brazos de su ex prometida en el suelo – cuantas cosas han cambiado desde la última vez que te vi – sonrió recordando con nostalgia. Tzuyu no lo podía creer – deberíamos ponernos al día – dijo un poco fastidiado por los sollozos de Sana – ¿Podrías decirle a la abogada que baje la voz?

—Mira, pedazo de imbécil... – le advirtió Dustin mientras volvía a acercarse a él señalándolo con su índice.

—Dustin – lo llamó Tzuyu, el chico no necesitaba más problemas – no vale la pena – Dustin miró con desprecio a Taehyung por última vez antes de volver donde estaba. Tzuyu miró a su ex prometido – ahora entiendo por qué nunca llegaste – dijo irónica – vete de aquí – Taehyung la miró con ternura, como solía hacerlo antes – voy a testificar contra ti – Taehyung dejó de sonreír – así que vete.

—No hay necesidad de nada de eso, Tzuyu – respondió nervioso – yo no he hecho nada – Tzuyu suspiró mientras Sana volvía a abrir sus ojos, su ceño se frunció de nuevo.

—¡Tú atropellaste a mi hijo! – gritó intentando zafarse del agarre de Tzuyu, pero ella en ningún momento lo permitía – ¡Te voy a hundir! – aseguró – nunca te detuviste – repitió recordando aquel día tan nítidamente – ni siquiera cuando cayó ensangrentado de su bicicleta – habló quebrantada.

—Abogada, está equivocada de persona – dijo naturalmente – no soy yo – Sana sonrió hipócritamente mientras se levantaba, provocando que Tzuyu la soltara lentamente – además, son casos diferentes, recuerde eso – rió cruzándose de brazos.

—Taehyung Minatozaki, Lena Lennon y probablemente Bill Lennon – dijo llevando sus manos tras su espalda, intentando contenerse – son tres casos que se consumen en un deseo egoísta y familias rotas – rió – te voy a hundir – asintió muy segura de sus palabras – hoy mismo convocaré la audiencia. Te voy a hundir – repitió. Taehyung Walker la veía asustado, había leído y escuchado lo buena que era aquella abogada, ningún caso perdido.

—Suerte con eso – rió nervioso – veremos quién hunde a quién – dio un paso atrás – supongo que... – suspiró en una sonrisa – debiste ver mi ramo de flores – Sana abrió sus ojos lo más que pudo. Cementerio, ramo... no fue Mark como vagamente creyó, fue la misma persona que provocó su muerte – pero yo no atropellé a tu hijo – dijo rodeando el auto blanco para abrir la puerta del piloto – tampoco asesiné a mi hijastra – dijo en burla – nos vemos, abogada – dijo entrando al auto para ponerlo en marcha y salir de allí. Sana vio el auto, era el mismo; apostaría la vida que no le importaba perder por ello.

Llevó sus manos a su rostro, él siempre estuvo en la misma ciudad, siempre estuvo a su alcance y sin saber probablemente alguna vez lo vio por la calle. El asesino de su hijo siempre estuvo libre y ella se había dado cuenta mucho después, a pesar de irónicamente solo vivir para descubrir quién le había quitado a su hijo.

Tzuyu y Dustin se vieron entre sí sin saber qué sería prudente hacer.

— Satang – le dijo Tzuyu acercándose por sus espaldas – vamos a casa ¿Sí? – Sana la miró antes de ladear su cabeza.

—¿Él era tu prometido? – le preguntó en un susurró que a Tzuyu no le quedó más que asentir – pero, pero él no es bueno.

—No era mi persona idónea, eso lo sabes – respondió encogiéndose de hombros – no es bueno, tienes razón. Es un imbécil y ahora compruebo que me hizo un favor al nunca haber llegado... – rió, pero su risa se paralizó al darse cuenta de lo que había dicho – soy una imbécil – asintió. Sana negó con su cabeza.

—No – le dijo segura – voy a, voy a programar la audiencia y vamos a nuestra cita – respondió llevando sus manos a su sien, sintiendo el dolor que le provocó aquella escena – tendremos nuestra cita.

— Sana, no es necesario – respondió suavemente – si quieres puede ser otro día...

—Eres lo único que tengo – interrumpió sinceramente – y te prometí que tendríamos una cita – Tzuyu la miró con ternura, como ya acostumbraba hacerlo – así que eso es lo que haremos.

—Está bien – respondió de igual manera antes de recordar la presencia del chico – Dustin golpeó a Taehyung – asintió orgullosa. Sana miró a Dustin con una sonrisa.

—Que valiente, te lo agradezco – le dijo Sana. Dustin se encogió de hombros un poco sonrojado, él si era un caballero – ahora puedes acompañarnos a programar la audiencia. Te voy a salvar, Dus – rió – mi hijo te habría puesto un apodo parecido – se encogió de hombros sonrojada. El chico rió con ella.

—Dus obedecerá todo lo que usted le pida – dijo llevando su mano a su frente. Sana rió, Dustin era un gran chico y tenía que ayudarlo, sin embargo en la firma existía una persona que no quería ayudar a nadie que tuviera que ver con ella.

— Sana – le dijo Tzuyu una vez se colocó el cinturón de seguridad – respecto a la cita, en realidad no es necesario.

—Terminaré creyendo que no quieres salir conmigo – bromeó mientras ponía en marcha el auto. Las mejillas de Tzuyu se volvieron rojizas en un instante.

—Claro que quiero, sabes que me gustas tanto – dijo sinceramente – es solo que... lo que pasó hace un par de horas, no sé cómo te sientes.

—Desde que mi hijo murió no existen días buenos o días malos, solo... días – respondió saliendo de la firma – desde que tú vives conmigo, cada día me recuerdas que es un buen día – Tzuyu miró su perfil – nos conocemos hace poco, es cierto, pero es como si te conociera desde hace mucho más tiempo.

—Dicen que eso sucede con las almas gemelas – rió, provocándole una risa a Sana – tú estuviste casada e incluso tuviste un hijo, y yo estaba comprometida, sin embargo mírame – volvió a reír – contra todo pronóstico siento que me he enamorado de ti – Sana se sonrojó de manera inevitable – siento que debí conocerte hace mucho, y ahora que lo hice sé que estaba destinado a ser así.

—Que romántica – rió Sana sonrojada – aunque puede que tengas razón. Cada cosa es una enseñanza, cada cosa que nos sucede nos ayuda a madurar. Quizá nos conocimos en el momento adecuado – Tzuyu asintió.

—Lo sé – suspiró – a veces la vida es así – rió un poco.

—Injusta – dijeron ambas al mismo tiempo.

—Tu ex prometido es un imbécil – recordó Sana.

—Lo es – le dio la razón – cambió mucho, cuando estábamos juntos se veía tan inocente y vulnerable. Nunca habría imaginado todo lo que hizo.

—¿Es cierto lo que dijiste? – le preguntó Sana suavemente. Tzuyu la miró sin entender – lo de testificar en su contra.

—Claro que lo haré – respondió segura – diré todo lo que sé. Confirmaré la placa, diré que jamás se presentó en la iglesia, diré todo, Satang, no te preocupes – sonrió. Sana asintió sin decir otra palabra, concentrándose en conducir hacia donde quería llevar a Tzuyu.

Luego de casi treinta minutos, Tzuyu decidió hablar.

—¿A dónde vamos? – preguntó dirigiendo su mirada a ella.

—Ya llegamos – respondió deteniendo el auto – ¿Te gusta? – preguntó emocionada. Tzuyu miró la ventana notando que estaban en una colina llena de césped – solía venir aquí a escribir. Cuando necesito paz, este es mi lugar – dijo abriendo la puerta para seguido a eso bajar del auto. Tzuyu hizo lo mismo.

—Es muy hermoso, Satang – respondió sintiendo la brisa chocar contra su cuerpo. Vio cómo Sana se acostaba sobre el césped mirando el cielo con una sonrisa.

—Veamos las nubes juntas, Chewy – le dijo extendiendo su mano hacia ella. Tzuyu la tomó mientras se acostaba a su lado, entrelazando sus dedos con los de ella – nuestra primera cita – la miró.

—Es hermosa – susurró mirándola, estaban tan cerca. Sana sintió su corazón latir tan rápido que dirigió su mirada al cielo.

—Esa nube – rió señalándola – parece un dinosaurio – Tzuyu la vio, obviamente no parecía un dinosaurio pero no se lo diría.

—Tienes razón – rió – y aquella parece un gatito – Sana asintió mientras reía.

—Y aquella parece un corazón – dijeron al mismo tiempo mientras señalaban la nube.

—Qué casualidad – rió Tzuyu mirando a Sana quien también decidió dirigir su mirada a ella.

—Supongo – respondió mirándola. Tzuyu era más bonita que todos sus ex novios – eres muy hermosa – Tzuyu sintió cómo todo su rostro se volvía rojo.

—Tú también, tú más – respondió nerviosa. Sana rió ante sus nervios antes de acercar su rostro al de ella – tú mucho más.

—¿Sabes? – le preguntó ladeando su cuerpo para ver a Tzuyu con comodidad – toda mi vida he vivido con arrepentimientos – dijo sinceramente, con sus ojos puestos en los suyos – y quiero saber cómo se siente vivir sin ellos – Tzuyu la miró sin entender, pero sin interrumpir – así que simplemente haré lo que mi corazón me pide, por primera vez.

—¿A qué te refieres? – le preguntó nerviosa.

—Te quiero besar, ¿Te puedo besar? – preguntó sin dejar de sonreír. Tzuyu creyó olvidar su nombre – te voy a besar – dijo uniendo sus labios con los de ella mientras cerraba sus ojos. A pesar de ser adultas, se besaron de una manera tan inocente que ambas disfrutaron aquel beso. Cada una sintió besar a su primer amor. Sana la besó con delicadeza, sintiendo cómo Tzuyu acariciaba sus labios con los suyos – te besé – susurró Sana sobre sus labios al terminar el beso.

—Me besaste – respondió Tzuyu en una sonrisa – y sentía que estaba en aquellas nubes – bromeó – me gustas tanto – repitió en un suspiro. Sana rió al ver a Tzuyu enamorada, enamorada de ella.

—Y tú me gustas tanto a mí – dijo antes de volver a besarla, besarla sin arrepentimientos.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro