Catorce
El sonido de la película todavía hacía presencia en la sala, sin embargo la sonrisa de Tzuyu no se borraba debido a que su atención se encontraba totalmente en sus pensamientos. ¿De verdad estaba a punto de besar a Sana? Llevó sus dedos superficialmente a sus labios al recordar, besó su frente cubierta de cabello y besó su fina nariz, el ruido más fuerte era el de sus corazones.
—Vaya— susurró con una sonrisa recostando su cuerpo en el sofá— vaya— repitió sintiéndose como una adolescente otra vez, le gustaba Sana y lo tenía claro. Pocos días fueron suficientes para que su presencia la hiciera sentir cómoda y que su sonrisa le provocara sonrojarse, y si eso no era amor entonces no quería buscarle otra definición.
—Vaya —suspiró Sana con una sonrisa mientras miraba el techo de su estudio. Tzuyu estaba a punto de besarla y a pesar de que lo evitó, no negó que quisiera hacerlo, debía estar segura. Quizá la primera persona a quien amo era hombre, pero no sabía si la última sería una mujer. Sonrió al sentir cómo se sonrojaba y llevó sus manos a su rostro para cubrirlo. Tzuyu era maravillosa, por lo tanto no quería perderla. No dejaría que un beso las separara, por eso, en su mente, ese beso debía unirlas más.
Sana despertó temprano al recordar que haría el desayuno ese día, así que rápidamente fue hacia la cocina y su sonrisa no se borró cuando vio a Tzuyu sentada en la mesa leyendo el periódico local.
—Buenos días, Tzuyu— sonrió acercándose a ella. La chica sonrió al escucharla y dobló el periódico para dejarlo en la mesa para así levantarse.
—Buenos días, Sana—respondió de igual manera— ¿Cómo dormiste?
— Muy bien— asintió sinceramente— ¿Y tú?
— También muy bien— respondió— ¿Qué vamos a cocinar hoy?—Sana negó con su cabeza.
—Yo voy a cocinar, tú quédate sentada ¿Bien? —pidió tomándola de los hombros para que suavemente se volviera a sentar. Tzuyu solo se dejó llevar sin apartar sus ojos de su rostro —puedes verme pero no intervenir— rió.
—Como tú digas —respondió con una sonrisa. Sana solo asintió para dirigirse al refrigerador y pensar qué cocinarle a Tzuyu.
Tzuyu no apartó su vista de la figura de Sana mientras cocinaba, la escuchaba murmurar y maldecir en voz baja, de verdad se estaba esforzando y lo comería con una sonrisa, aunque quedara terrible. Casi una hora después, Sana le sirvió un plato con plátano, fruta y una taza de su café negro, se veía desastroso.
—Se ve delicioso— dijo Tzuyu sorprendida mirando su plato. Sana ladeó su cabeza sin creerle ni una palabra.
—Se ve quemado—dijo sentándose junto a ella. Tzuyu negó con su cabeza.
—Me darías un tenedor, por favor—pidió con una sonrisa y Sana le dio uno rápidamente, expectante a que Tzuyu probara lo que le preparó —aquí voy— susurró acercando el tenedor al desayuno.
—¿Y bien?— preguntó ansiosa viendo cómo masticaba.
—Wow, te quedó delicioso— respondió una vez tragó— no eres tan mala —dijo sonriente, estaba quemado pero a Tzuyu le pareció de verdad rico.
— ¿De verdad? —preguntó emocionada a lo que Tzuyu asintió —recordé que no comes carne, así que intenté prepararte algo rico sin carne —sonrió viéndola comer.
—Te luciste— rió un poco mirándola también— muchas gracias.
—A ti —respondió encogiéndose de hombros— a ti, Tzuyu— suspiró.
Al día siguiente.
Tzuyu veía a Sana leer el folder del caso que le habían asignado la semana pasada, intentando descifrar lo que sucedía, tenía hipótesis sólo tenía que confirmarlas. En eso sintió cómo vibraba su celular, una llamada.
— Minatozaki Sana, abogada —respondió sin dejar de leer el folder —¿Quién es? Oh, claro. Adelante —dijo antes de sin más colgar la llamada y dejar caer su celular en su escritorio— viene el sospechoso —le dijo Sana a Tzuyu sin alzar su mirada —no dejes que lo sepa —dijo simplemente mientras Tzuyu asentía. Sana cambiaba drásticamente de actitud en el trabajo, era casi otra persona. Pasaron un par de minutos antes que el sospechoso apareciera.
—Buenos días —dijo el chico al entrar. Sana dirigió su mirada a él y lo analizó de inmediato. Era un muchacho joven, incluso menor que ella. Su ropa se veía bien y sus manos limpias, algo despeinado. El problema estaba en su rostro, tenía barba pero de ella sobresalían algunos cortes— ¿Minatozaki Sana?
—Adelante —respondió colocando el folder en una parte del escritorio que él no pudiera notar— siéntate, Dustin— el chico asintió mientras obedecía sentándose en la silla que estaba a un lado de Tzuyu— ¿Qué haces aquí?
—Bueno, necesito un abogado —respondió inconscientemente. Sana abrió sus ojos fingiendo sorpresa —bueno, no yo, en realidad me están acusando de una locura— rió nerviosamente—yo ni siquiera sé manejar— Sana lo miró con confusión.
—¿Qué sucede?—preguntó cómo si ya no lo supiera.
—Me están acusando de atropellar a un niño— dijo altamente nervioso. Sana dirigió sus ojos a él de inmediato.
—¿A, a un niño?— intervino Tzuyu sin querer que Sana se apresurara a los hechos.
—En realidad me están acusando de muchas cosas, y soy inocente de todas— empezó mirando a Tzuyu.
—¿A qué niño? —preguntó Sana controlándose de una manera sobrehumana— ¡¿Cómo qué atropellaste a un niño?! —Dustin miró a Sana asustado.
—No lo hice, señora— tragó saliva —lo juro, en realidad mi ex novia murió y me están acusando de eso. Señora, su madre está lanzándome todas los delitos sin resolver de la ciudad —habló con sus ojos cristalizados —por favor, tiene que creerme. Yo no soy malo—Sana lo miró a los ojos y se vio a sí misma en una situación comprometedora, sin respuestas.
—Cuéntame tu versión—suspiró intentando comprender, no yendo de inmediato a los hechos.
—Yo no maté a mi novia, el problema es que esa loca mujer que tenía como madre siempre me odió —suspiró pesadamente me dedico al arte, soy pintor, pero para esa mujer solo un vago sin futuro —se encogió de hombros mientras Sana recordaba las palabras de sus padres— no tengo nada que ver con esto, se lo aseguro. Ni con el niño, ni con mi ex novia, ni con las otras chicas.
—¿Sabes... sabes cómo se llama ese niño por quien te están acusando...?—preguntó Sana suavemente y cerró sus ojos luego de verlo asentir.
— Taehyung— respondió un poco triste al recordar. Una lágrima salió de los ojos cerrados de Sana al escuchar el nombre de su hijo—vi algunas fotos, era un niño muy simpático— el corazón de Tzuyu se rompió un poco más al ver a Sana llevar sus manos a su rostro y sollozar un poco. Dustin no entendía así que miró a Tzuyu.
—Taehyung— susurró Tzuyu mirándolo. El chico comprendió de inmediato y llegó a sentirse muy mal —¿Por qué esa mujer te acusa del caso del niño? —le preguntó en voz alta.
—Está loca— respondió puntualmente— sé que vino aquí a decir que era el responsable de la muerte de mi ex, y luego fue a la policía a decir que ma... lo del niño.
—¿Cómo sabía esa mujer sobre Taehyung?— preguntó Tzuyu sin entender, entonces Sana alzó su cabeza de inmediato.
—Esa mujer sabe quién mato a mi hijo— susurró furiosa al unir las piezas en su cabeza y me lo va a decir ahora mismo— se levantó nada cuidadosamente de su silla para caminar rápidamente hacia el ascensor. Tzuyu tenía que evitarlo.
—Sana— la llamó levantándose también. Dustin preocupado se levantó a seguirlas, ayudaría en lo que pudiese —Sana— volvió a llamar pero ella no se detenía, solo cuando llamó al ascensor —¿Qué estás haciendo?
—Esa imbécil vino a verme la cara de estúpida —habló furiosa —quiere desviar la atención, quiere jugar un juego que yo no estoy dispuesta a seguir. Me dirá quién mató a mi hijo y me lo dirá hoy.
—Sana, respira por favor —pidió Tzuyu tomando sus manos, Sana no las apartó pero su mirada no estaba en ella— no puedes dejar que ella lo sepa. Piensa, quizá fue ella o quizá está encubriendo a quién lo hizo y por eso trata de desviar la atención y acabar con esto de una vez. Debes actuar con inteligencia como siempre, no te dejes llevar por el odio.
— Odio es lo único que siento ahora— respondió mientras las puertas del ascensor se abrían —Dustin, ven conmigo— el chico solo asintió asustado y entró con ella al ascensor. Tzuyu suspiró e hizo lo mismo —¿Dónde vive esa mujer?
—Vive a unas casas cerca del central park— respondió sinceramente —ella es la única dueña—Sana asintió mientras oprimía el botón del piso número 1—¿Qué va a hacer, señora?
—Señorita —corrigió Tzuyu cruzándose de brazos.
—Voy a resolver el caso de mi hijo —dijo con su ceño fruncido, dispuesta a lo que sea. Una vez llegaron al estacionamiento de la firma, Sana no podía dejar pasar un detalle importante— ¿Viniste en auto? —le preguntó a Dustin, pero el chico negó con su cabeza.
—Vine en bici— respondió encogiéndose de hombros.
—Muy bien —dijo caminando hacia su auto— vendrás con nosotras y me indicaras dónde es la casa de esa mujer ¿Puedes?
—Claro que sí, señorita —respondió.
El silencio reinó todo el camino hasta que llegaron a una casa de un solo piso y Sana se fijó de inmediato, pero afuera no había auto.
—Quédate aquí, Dustin— le pidió Sana suavemente— si esa mujer te ve, no va a querer colaborar con ningún caso— el chico solo asintió mientras Sana y Tzuyu bajaban del auto y se dirigían a la puerta.
—No tienes que hacer esto, Sanake— le dijo Tzuyu en un último intento de hacerla entrar en razón. Sana la miró antes de volver su vista a la puerta y tocarla repetidas veces mientras Tzuyu suspiraba. Segundos después se abrió dejando ver a la misma mujer del otro día, pero no se veía afligida, ni mucho menos triste.
—¿Abogada?— preguntó sin esperar aquella visita.
—¿Podemos pasar? —preguntó sin paciencia. La mujer asintió luego de unos segundos haciéndose a un lado. Sana no esperó encontrarse con la figura de su ex esposo sentado en el sofá mientras tomaba café de una pequeña taza —lo que me faltaba —suspiró en voz baja.
—Sana este es mi caso —le dijo Mark de inmediato al verla.
—Yo soy la encargada del caso—respondió directamente así que es mi caso —sonrió cínicamente— señora, vine a preguntarle algunas cosas— la miró. La mujer se puso instantáneamente nerviosa —¿Por qué acusa a Dustin Green de haber atropellado a un niño que murió hace casi dos años?— preguntó directamente. Mark dejó la taza de café a un lado y se levantó mientras acomodaba su saco. La mujer no sabía qué responder —¿Por qué hasta ahora?
—¿De qué niño hablan? —preguntó Mark comenzando a molestarse.
— Usted fue a la firma donde trabajo acusando al chico de la muerte de su hija y de otras chicas, ahora mi pregunta es ¿Por qué lo acusa también de la muerte de mi niño?— preguntó inconscientemente—¿O es que usted sabe quién lo atropello y no nos quiere decir?
— Yo no sé de qué me hablan—respondió luego de un momento — el niño que murió... fue Dustin, él lo hizo—Sana negó con su cabeza, eso terminó con la poca paciencia que le quedaba.
—¡Si no me dice quién atropelló a mi niño le juro que haré que vaya a prisión por retener información!— gritó furiosa sin querer acercarse a ella debido a que Tzuyu entrelazó su brazo con el de ella suavemente, intentando darle seguridad— ¡Hable!
—¿Cómo estás tan segura que no fue ese muchacho?— preguntó la mujer con desprecio.
—Precisamente por eso, porque a mi niño lo atropelló un auto blanco, su sangre quedó marcada en él— respondió furiosa. Mark cerró sus ojos intentando mantener la calma que a su ex esposa le faltaba— el auto que le describió a la policía que según usted maneja Dustin, es negro _la mujer abrió su boca para hablar pero no decía ni una palabra— ¿Quién atropelló a Taehyung?
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