ᴘᴀɴɪᴄ ʀᴏᴏᴍ
❝Shh, guarda silencio, no hagas ni un ruido, si es posible no respires porque ellos saben que tu los escuchas❞
—¡Por fin tenemos el almuerzo temprano! — exclamó uno de los tres chicos que se encontraban.
—Vaya, no es para tanto, solo unos minutos antes — le responde con simpleza.
—Aún así tenemos suerte que esa maestra nos haya dejado salir.
Internado privado de Gwangju, solo hombres podían inscribirse, no hay necesidad de explicar que son los internados, cualquiera lo sabe.
—¿JungKook? Oye quitate eso.
De repente un manotazo, sus audífonos salieron volando por la mesa, quiso ver a su amigo con molestia pero se lo ahorró dirigiendo su mirada al suelo.
—Deja de estar jodiendo Park Jimin — toma sus audífonos.
—Siempre estas con esas cosas en los oídos y nunca nos miras al rostro, tu tienes algún síndrome mental o que se yo —Dice el rubio.
—Ya déjalo.
—Tu eres muy comprensivo Nam.
—¡Bien! ¿Quieres que te mire? — exclama agarrando el rostro de park para que lo viera fijamente, tenía que darle lo que quieria para que lo dejara en paz
❝¿Q-que le pasa? ¿P-porque me mira así? ¡Me pone tan nervioso! ❞
Kook sonrió escuchando los pensamientos de su amigo, se alejó de él volviendo su vista a algún lugar que no sea el rostro de sus camaradas.
Él no lograba entendía porque podía escuchar la voz de las personas cada que los veía a los ojos, desde que tiene memoria ha vivido en un mundo más ruidoso.
Su don es realmente extraño y nadie sabe de él, de todos modos lo llamarían un loco.
—Deja de molestarme.
Nadie más dijo nada después de esa escena, el almuerzo fue servido, cada chico comió con lentitud deseando que la hora de regresar a las clases no llegará nunca.
La hora de merendar acabó, según el horario seguía un receso de unos cincuenta minutos, el trío decidió ir al patio para relajarse un poco.
—Bieeen ¿Si saben lo que ha ocurrido últimamente? — comenta Jimin.
—No, ¿Qué es? — pregunta NamJoon.
—Dicen que se siente una presencia extraña en el internado ¡Un fantasma!
La suave risa de Jeon interrumpió la conversación.
—Que tonto suena eso Park — murmura arrancando un poco de pasto.
—Ríete si quieres, igual talvez tengas razón.
Solo por curiosidad, Kook dirigió la mirada a sus amigos.
❝Me da un poco de temor, incluso la maestra lo menciono en clases, quisiera irme de este lugar❞
❝Pobre Jiminie, debe estar asustado.❞
Suspiro, escucharles no le tranquilizó.
—Tranquilos, no pasará nada. — dice en un intento de calmar a Jimin que a simple vista estaba sereno.
—Cierto — concuerda Nam —Es muy poco probable, eso solo existe en tu mente.
Entró al baño a eso de las cuatro de la tarde, se estaba orinando desde las tres y no podía ir a vaciarse porque el maestro no daba permiso, para agregar que a ese señor le desagrada Kook ¿Cómo lo sabe? Simple, leyó sus pensamientos.
Cuando ya había acabado estaba a punto de salir pero dos chicos entraron, Jeon no tenia ganas de socializar por lo que se quedó escondido en el cubículo.
Nada fuera de los normal dos tipos que...
❝Deberías matarlo a él... ¿O acaso eres un cobarde? ❞
Su ceño se frunció totalmente ¿Qué era eso? Sin duda un pensamiento, pero porque si ni siquiera veía el rostro del dueño, aparte que la voz era demasiado diferente, demasiado perturbadora.
Rayos, él necesita saber quién pensó esa barbaridad.
Por el pequeño espacio de la puerta afinó su visión logrando ver dos cabelleras, una negra y una castaña, no alcanzaba a ver los rostros.
❝Te dejaremos en paz por un tiempo, un trato muy justo❞
Comenzaba a sudar frio, no es posible.
—Hey, ¿Estas bien?
Percibió la voz de uno de los chicos.
—Oh si, estoy bien... Vámonos.
Los pasos se fueron alejando poco a poco hasta desaparecer, Jeon inmediatamente salió del baño sin lavarse viendo hacia las direcciones posibles pero estaba repleto de estudiantes que no, no sabía quién había pensado aquello.
Tampoco podía ir viendo a todo alumno que se cruzará en su camino.
—Espero que solo sea un pensamiento.
Claro que JungKook no sabía que iba más allá.
En este momento tocaba un receso, sus amigos estaban por ahí así que estaba solo. Su mente no dejaba de pensar en aquella voz que escuchó en el baño de chicos no era su imaginación fue claro para él.
Algo estaba mal, recordó las palabras de Jimin, es cierto que desde hace algún tiempo atrás las cosas en el internado estaban extrañas.
Kook solo quería descansar un poco, en la noche era la cena y luego la hora de dormir.
Cuánto deseaba poder irse de este lugar lastimosamente para sus padres adoptivos él está mejor encerrado en el internado.
Se encontraba acostado en su cama leyendo un libro, una especie de novela donde unos chicos encuentran un diario de una persona de tiempo atrás, ya que le pareció interesante decidió darle una oportunidad.
Esto se vio interrumpido gracias a un mensaje de su amigo, Jimin.
Al leerlo este decía que fuera a su habitación ya que había escuchado algo y tenía miedo, respondió preguntando porque no llamó a Nam a lo que respondió que este está dormido.
Con una gran pereza se dirigió a la habitación de Park que estaba en el segundo piso, todo los pasillos estaban desiertos.
Pudo percibir unos ligeros susurros en alguna habitación pero no eran descifrables. Al llegar tocó la puerta haciendo que el mayor abra de inmediato.
—Llegaste.
—Dime una buena razón por la que estoy acá — menciona con cansancio.
—Escuche algo ahí — señala afuera de la ventana.
Jeon se dirigió ahí, abrió la ventana sin embargo por lo oscuro de la noche no se lograba ver nada.
—De seguro fue un animal, Jimin.
—No, fue una especie de grito ahogado raro.
Suspiro y decidió afinar un poco su vista.
❝Nadie sabrá que tu lo haz hecho❞
Joder esa voz de nuevo.
❝Ahora regresa a tu habitación de pánico❞
Esa voz venía de afuera, justo donde Jimin decía que había un ruido raro.
—¿Lo escuchaste? ¿Park? — pregunta.
—El ruido si...
—No, lo que dijo esa voz.
—No, no he escuchado nada — admite asustado.
Deja salir un suspiro, vuelve a mirar por la ventana, su estómago se contrae y siente una corriente eléctrica fría por todo su cuerpo cuando sus ojos hacen contacto visual con la escena.
—¿Qué es? ¿Kook? — Jimin se acerca pero el contrario lo aleja. —¿Kook?
—No mires.
La policía ya estaba en la escena, ningún chico podía salir del internado hasta que la investigación terminara, desde que se supo Jimin no se apartó ni un segundo de Jeon contando que a este los policías lo interrogaban ya que prácticamente él había encontrado el cadáver.
—Joven Jeon, solo una pregunta más. — preguntó insistente el reportero.
—Ya le dije que solo ví, no es como que haya visto el asesino — dice sincero antes de corre.
Corre hacia adentro del edificio de las habitaciones y se encierra en su habitación.
Él día no podía ser peor, un chico muerto y policías por todos lados, se sentía demasiado cansado como casi enfermo
Aparte que parecía que iba a llover.
De repente recordó que había dejado a sus amigos abajo y estos iban a preocuparse. Jeon sentía que iba a desmayarse del cansancio pero solo caminó.
Se topó con dos compañeros quienes al parecer estaban chismoseando entre ellos, sin querer vio a uno de ellos a los ojos.
❝Ese chico es medio raro aveces.❞
Por fin una voz no horrible, se acerca a los chicos.
—Oh Jeon, debió ser horrible para ti ver aquello. — dice uno.
—Pobre Félix ¿Quién le pudo haber hecho eso?
—¿De que hablan?
Él no era alguien metiche no obstante ese pensamiento lo puso a meditar.
—Oh, de que esta habitación es rara
Señalan el cuarto que están destinado a almacén.
—¿Por qué lo dicen?
—Uno de los alumnos siempre se queda ahí un largo tiempo, nadie sabe que hace ahí.
Mira la puerta con detenimiento.
—Aparte que nadie sabe quién es, ahora con tantas cosas que pasan me dan ganas de dejar este lugar.
—Verdad, pero nuestros padres no nos quieren en casa y por eso estamos aquí.
—Tan cierto.
Las risas de ambos chicos se fueron alejando, Kook se quedó parado frente a esa habitación, era una sensación tan extraña que le transmitía.
Un aura completamente negra.
Una tortuosa semana ha pasado y las cosas no han hecho más que empeorar, más chicos han salido muertos y todos están con miedo, por órdenes del rector nadie sale de las habitaciones, solo van a clases en un limitado tiempo.
Los tenían muy controlados, la mayoría como mencionaba estaba completamente asustado pero no hacia falta el chico que siempre anima a todos.
Jung Hoseok quien de repente hacia brillar a todos dándoles esperanza, que patético, Jeon ya había escuchas de él que era así, ahora con estos acontecimientos se había hecho más popular por así decirlo.
Justo ahora estaban en clases, el maestro explicaba todo con lentitud aunque nadie estaba prestando atención realmente.
El timbre sonó y todos salieron felices de no estar encerrados en aquella habitación llamada "aula de clase"
Iba hacia su habitación tranquilamente, en el pasillo no había nadie o eso creía JungKook.
A lo lejos vió una figura meterse a una habitación, pero si era la habitación que todos decían que estaba maldita porque un chico siempre se encierra ahí.
La figura ¡era el chico!
Corrió hacia esa dirección pero algo lo detuvo.
❝Bienvenido a la habitación de pánico, donde todos tus miedos más oscuros te perseguirán❞
De nuevo aquella voz.
❝Das lastima, te ves tan patético tratando de reprimirnos, somos parte de ti, tienes que aprender a vivir con nosotros, tienes que aprender a vivir con que te vamos a perseguir hasta tu muerte❞
No pudo más, abrió la puerta de un golpe, la escena lo hizo sorprenderse aún más.
Era ese chico popular de la sonrisa, en una esquina, llorando, estaba sumamente pálido, sostenía su cabeza con fuerza.
No podía ver su rostro, no podía leer lo que estaba pensando pero ¿porque escuchaba esas voces?
—¡Jung!
Gritó llamando la atención del chico que comenzó a temblar como gelatina, esta teniendo un ataque de pánico.
Sus ojos se encontraron.
❝S-salvame por favor❞
Era completamente diferente, podía escuchar la voz de Jung siendo callada por la voz perturbadora.
Así que esas voces venían de Jung.
—Necesitas ayuda, vamos.
❝¡No va a llevarte a ningún lado! ❞
De repente su cabeza comenzó a doler y solo pudo caer ante el sueño tan fuerte que le llegó de repente.
Cuando despertó estaba en una especie de habitación negra ¿Qué había pasado? Se levantó de lo que parecía ser una cama pero todo estaba negro.
—¿Estas bien?
Volteó a ver hacia la dirección donde hablaban, era Jung.
—Jung... ¿Estas bien?
—Eso debería preguntarte a ti... Será mejor que no me mires a los ojos, ellos absorben tu energía cada que los escuchas.
Frunció el ceño ¿Cómo es que?
—Ellos me lo dijeron, también ellos me pidieron que te dejara acá, nadie más puede saber lo que viste — advierte.
—Ósea que eso que decían de la habitación ¿es cierto?
Lo ve asentir.
—Cuando no puedo más simplemente me derrumbó.
—No tienes porque, necesitas ayuda.
—También tu, escuchar los pensamientos de los demás no es normal.
—He nacido así — comenta.
—También yo.
Kook no podía creerlo, como dos personas que nunca habían hablado antes terminaron de esta manera.
—¿Fuiste tú responsable de las muertes de esos chicos? — pregunta fríamente.
—No, no soy yo. Para ellos solo soy un títere. — suspira —Es alguien más.
—¿Quién es ese alguien más?
—No puedo decirte, ellos vendrán por ti si lo hago.
—Realmente no me importa — dice con desdén —Habla.
No obstante este se niega.
—No, tu don es un regalo especial y sería una pena que se fuera, todo habría salido a la perfección de no ser por ti.
—Tú no eres Jung ¿verdad?
—La verdad soy una parte de él, a quien viste en la habitación si era él.
JungKook miraba a los ojos a quien se supone es Hoseok y puede escuchar murmullos, un Sálvame muy pequeño.
—Y que piensas hacer ¿vas a dejarme aquí en el sótano del internado?
—Por el momento si.
Ya había perdido la cuenta de cuanto llevaba en ese lugar encerrado, estaba seguro que lo habían dado por muerto en el internado.
Tampoco sabía que estaba pasando afuera, completamente desconectado de todo, por lo menos agradecía de Jung le diera de comer.
Ahora según la hora tendría que venir que darle de comer.
Cuando la puerta se abrió lo vió.
—Gracias.
Dijo viendo como el chico temeroso dejaba la comida.
Había algo extraño en él, ese chico era Jung pero... Oh Dios, era el Real Jung.
—¿Hoseok? ¿Eres tú realmente?
❝Si, soy yo, no puedo hablar, ellos nos oirán, silenciarlos❞
—Pero, Hoseok-
❝Debes escapar de acá JungKook, no puedo permitir que ellos sigan teniéndote acá, han muerto más estudiantes, la meta es que todos mueran...❞
JungKook se quedó helado.
❝No puedo explicarte todo con exactitud, solo se que el internado tiene que ver y es por eso que yo estoy acá por ellos se esconde en mi mente ❞
Frunció el ceño sin saber que decir al respecto.
❝Te dejaré ir este día, los escuche hablar diciendo que tu podías salvarte ya que nadie iba a creerte, así que confiare en ti para que te vayas y no le digas a nadie❞
—Sabes que eso es difícil, todos van a morir, mis amigos... Aún así me pides que no haga nada.
❝Ya tengo un plan para que algunos se salven, por ahora solo vete antes de que uno de ellos entre en mí, vete Kook❞
—¿Ya estas bien? Yo esa vez te ví destrozado...
❝No importa cuanto me desahogue en esa habitación mi realidad será la misma... Olvida eso y levántate, vete❞
El menor con un poco de duda se levantó de su lugar.
❝Como hubiera querido conocerte en otra circunstancia...❞
Fue lo último que escuchó de lo pensamientos de Jung antes de salir corriendo.
Abrió su habitación, todo están intacto ya que era de noche no podía ver si habían revuelto sus cosas o que, eso era de menos.
Tenía que pensar en algo, buscó en todas las habitaciones a alguien pero no había absolutamente nadie ¿Acaso era el único que quedaba con vida de este pasillo?
Su garganta se contrajo, no quería imaginar si sus amigos...
Subió corriendo al otro piso directo a la habitación de NamJoon, la abrió de un portazo haciendo que los chicos adentro se asustaran.
Soltó un suspiro al ver a sus amigos bien, estaban bien.
—¿Kook? Nam, mira es Kook — dijo emocionado Jimin.
—Kook pero pensamos que habías muerto.
—No, yo solo...
Y recordó que no debía hablar con nadie sobre aquello, iba a cumplir lo que dijo, no lo hacia por aquellos entes, lo hacia por Hoseok.
—Chicos debemos irnos de acá, no pregunten porque.
Ambos lo miraron, Kook pudo leer sus pensamientos, estaban asustados y confundidos.
—¿Han visto cuantos muertos hay? No hay que ser genios para ver que los que quedamos seremos los próximos.
—Tu nos debes explicaciones ¿Dónde estabas durante esta semana? — pregunta Nam.
—Les diré todo cuando pueda, solo debemos escapar.
De repente la alarma de incendios comenzó a escucharse por todo el internado, los pocos alumnos que quedaban salieron gritando que había fuego.
—Levántense rápido.
Los tres salieron de la habitación, ¿Cómo todo estaba lleno de fuego tan de repente?
Todos bajaban cubriendo sus bocas.
❝Tu vas a quemarte con nosotros❞
Esa voz de nuevo... Hoseok
—Olvide algo.
Ignoro a sus amigos y corrió en medio de las llamas siguiendo aquella voz, tenía tos por el humo pero no le importo.
Hoseok, no tenia la culpa de lo que aquellos entes querían hacer. Él solo era un títere.
La voz lo guió a esa habitación, donde Jung tenía sus ataques de ansiedad por no saber controlar sus demonios.
Abrió la puerta encontrándose con algo que le erizo la sangre de pies a cabeza.
❝Bienvenido a la habitación de pánico, donde todos tus miedos más oscuros te perseguirán❞
—¿Esta seguro que no hay ningún progreso?
El hombre con la bata blanca niega levemente.
—Sigue igual, los medicamentos le ayudan pero no es mucho.
—Muchas gracias doctor.
Park observa a su amigo Jungkook quien estaba al parecer dormido con muchas vendas en su cuerpo.
Verlo en ese estado le daban muchas ganas de llorar, nadie sabía que había pasado ese día, Jungkook quedó mentalmente quebrado después de eso.
No volvió a ser el mismo.
Agregando sus heridas debido a las quemaduras ya tenían mucho tiempo y no sanaban por completo aparte nadie sabía si iba a sobrevivir, y si vivía tenía que pasar toda su vida en un psiquiátrico.
De aquel internado solo cenizas quedaron, de los mil estudiantes solo quedaron diez, a día de hoy ha pasado un año desde lo que sucedió y las personas dicen que puede sentirse algo extraño en lo que sería las ruinas del internado.
Solo JungKook sabe la razón por la que esto paso pero para ello debía entregar su salud mental, debía dejar que sus miedos se lo comieran para que los demás vivieran.
Ellos estaban satisfechos con el resultado.
Y aunque su títere se había ido ya tenían uno nuevo, este hasta una habilidad especial tenía.
El patrón se repetiría hasta encontrar al indicado.
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