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Estaba soñando. Con una cara pálida, ojos verdes claros, una boca con labios pequeños, cabello castaño claro, casi llegaba a rubio, su rostro con facciones delicadas pero que arrugaba el ceño cada vez que alguien lo molestaba...

Esperen. Esto estaba siendo muy específico. Demasiado, específico, el único chico con ojos tan hermosamente verdes que conocía era...

— ¡BeomGyu! —gritó despertando de golpe. Se sentó en la cama asustado ya que el sueño era muy real.

— Por favor, dime que no estabas soñando con ese BeomGyu —preguntó SooBin desde la puerta.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó confundido.

— Venía a despertarte, se hace tarde para ir a la escuela —le dijo— ¿Te gusta BeomGyu? —sonrió un poco.

— ¿BeomGyu, su amigo? —Min entró como perro por su casa caminando hacia su armario mientras buscaba en el interior.

— ¿Ninguno de ustedes sabe lo que es privacidad? —preguntó acostándose nuevamente ya que se encontraba un poco avergonzado.

— Lo dice el que siguió a su hermano menor a escondidas —le dijo Min sin mirarlo.

SooBin solo hizo una seña dándole a entender que estaba de acuerdo con su hermanita.

— Me llevo este suéter —le dijo Min saliendo de su habitación sin siquiera dejar que TaeHyun reclamara algo.

— Levántate que se hace tarde —le dijo SooBin dispuesto a irse— Otro día sigues soñando con BeomGyu —le sonrió para luego salir corriendo sin dejar que reclamara.

Suspiró mirando el techo. ¿Qué carajos le pasaba? ¿Qué estaba pasando en su subconsciente? El sueño era tan detallista, no era nublado, no era borroso, cada una de las facciones de BeomGyu se destacaban perfectamente. Ese era el verde exacto de sus ojos, no había otro verde como el de sus ojos y él había soñado con ellos como si fuera verdad.

Este era el primer sueño que no era tan raro como Bob Esponja siendo un dictador apoderándose del mundo y él era un Avengers junto a los jóvenes Titanes. Bien. Sí veía mucha caricatura pero al menos lo consideraba mejor que los doramas que sus hermanos y mamá les gustaba ver, incluso BangChan lloraba con ellos. Eran horribles.

Toma aire e intentó no pensar en su sueño mientras comenzaba a alistarse para su día. Cuando se encontró listo bajó encontrándose con su familia desayunando.

— ¿Por qué gritaste "BeomGyu"? —preguntó su madre.

Mierda. Había gritado muy fuerte.

— Primero que nada, buenos días —dijo intentando desviar el tema— ¿Dónde está la educación en esta casa?

— Sí, gritó "BeomGyu" yo estaba en la puerta, lo escuché claramente —afirmó SooBin recibiendo una mirada acusadora de parte de su hermano mayor.

— Mamá, Min y SooBin no respetan mi privacidad —reclamó haciendo un puchero, Feliz lo miró.

— Tu no conoces la palabra privacidad. Si la conocieras no hubieras espiado a SooBin —le dijo volviendo su atención hacia su desayuno.

— ¿Cuándo van a superar eso? —preguntó su papá aburrido del tema.

— Cuando esté seguro de que no lo volverán hacer —le respondió su esposo.

— Por mi parte puedes estar seguro, mientras sea YeonJun, porque si es otro chico puede que lo vuelva hacer —le respondió TaeHyun comenzando a comer.

— ¿Desde cuando eres tan traicionero? —le preguntó el rubio ofendido con su hijo.

— Se supone que están en una tregua —dijo SooBin comiendo cereal.

— Tregua mis pelotas —murmuró BangChan recibiendo una palmadita de parte de su esposo.

— Además dije que no lo espiaré más, no afirmé que estoy conforme con su cercanía, aún puedo golpearlo —habló.

SooBin lo miró mal por sus palabras— YeonJun no es una mala persona.

TaeHyun sabía eso. Aunque sintiera un odio por las veces que tuvieron peleas en el colegio, sabía que el chico no era mala persona, menos cuando se trataba de SooBin siempre lo había defendido y cuidado de muchas maneras. Por eso su desconfianza aún se mantenía, si trataba de manera especial a SooBin era porque algo había. Él desconfiaba mucho de las personas que rodeaban a su hermano, sabía que había muchos chicos de su colegio, incluso mayores, que gustaban de él haciendo comentarios para nada adecuados sobre un menor de edad. Sabía que había muchos acosándolo o haciendo apuesta de quién lograba darle un beso o incluso tener relaciones con él. Él sabía lo asquerosos que podían llegar a ser esos chicos, por eso protegía y desconfiaba de cada chico que se le acercaba. YeonJun no era la excepción, aunque é no haya hecho ninguna de esas cosas, no conocía sus verdaderas intenciones y podía hacerle algo a sus espaldas.

Después del desayuno fueron llevados al colegio por su padre ya que quedaba cerca de su trabajo y así su mamá no debía conducir demás.

Al llegar al establecimiento se separaron para que cada uno pudiera ir a su clase. Caminó con la cabeza alta sabiendo que a su paso muchas personas lo miraban. No negaba que recibía varias propuestas de salida, pero las rechazaba todas, no estaba interesado en salir con alguien en ese momento. Había salido con un par de chicas y uno que otro chico, pero nunca había generado un lazo afectivo que le provocara tener pareja. Las chichas que había salido eran bonitas, no negaba que las mujeres eran hermosas, pero ¿alguna de ellas tenía ojos verdes como el bosque? No, ninguna.

Al llegar a su clase lo primero que hizo fue buscar su asiento, que sin saberlo, compartía con BeomGyu desde que se habían conocido. Caminó hacia su lado tomando asiento.

— Hola —saludó. El castaño lo miró unos segundos y luego le sonrió levemente.

— Hola, Tae —respondió fijando su verde mirada con la de TaeHyun.

Verde, verde, verde. El verde era el mejor color del mundo. El verde era naturaleza, árboles, aire limpio, amazonas, césped, musgo, pinos, sauces, el verde era profundo y maravilloso. Pero aunque juntaran todos los verdes del mundo, ninguno podría llegarse a comparar con los ojos de BeomGyu. Todo el color verde, la vida que contenía ese color había sido puesta en sus rasgados ojos. TaeHyun nunca se había puesto a pensar cuál era su color favorito, ya que todos los colores estaban bien por él. Pero ahora, justo en ese instante supo que su color favorito era el verde, pero no cualquier verde, tenía que ser el de sus ojos.

Mierda. ¿Qué era esa extraña sensación que sentía en su estómago? ¿Qué mierda era eso? ¿Estaba enfermo?

— Saquen sus cuadernos para anotar las instrucciones del trabajo —el profesor hizo que su atención volviera al mundo real. Se sintió avergonzado por mirarlo tanto tiempo o quizás solo fueron unos segundos, pero para él se sintió como la eternidad— El trabajo valdrá el 40% de la calificación final así que deben hacer su mayor esfuerzo.

Escuchó algunas quejas que poco le importaron ya que en su cabeza solo se repetía la imagen de la infinidad de sus ojos y la extraña sensación somo si alguien se estuviera comiendo tu páncreas o cualquier órgano que estuviera cerca de su estómago.

— Dejen de quejarse, se les permitirá hacerlo en parejas —les dijo el profesor comenzando a anotar instrucciones en la pizarra. El bullicio se hizo más fuerte mientras conversaban sobre las parejas que formarían para realizar el trabajo.

Bien. Tenía que hacerlo. Debía pedirle que fuera su compañero, ¿pero cómo lo hacía? Estaba nervioso con su cercanía y ni siquiera sabía por qué.

— Beom... —llamó su atención. El castaño se giró a mirarlo inmediatamente, sus ojos parecían más brillantes en ese momento.

Bueno. Concéntrate que no todo en esta vida son sus hermosos ojos verdes. Podría, pero no.

— ¿Quieres hacer el trabajo conmigo? —preguntó sonando tímido.

Tímido. ¿Cuándo en sus dieciocho años se le había pasado por la mente que estaba actuando tímido? Él no era así, él no se avergonzaba fácilmente, él no se sentía nervioso por cosas tan mínimas, él nunca se había sentido atraído por unos ojos.

— Sí, claro —respondió rápidamente, sin darse cuenta que los nervios dentro de TaeHyun estaban a flor de piel.

TaeHyun estúpido, compórtate. 

Ambos fijaron sus miradas en la pizarra dejando escapar un bufido. Era un trabajo terriblemente largo y pesado y TaeHyun no sabía cómo concentrarse con los ojos de BeomGyu para distraerlo. ¿Qué iba hacer? ¿Pedirle que usara lentes oscuros?

— Odio literatura —se quejó BeomGyu dejando caer su cabeza sobre la mesa.

— Somos dos, no sé cómo vamos a terminar ese maldito trabajo —se quejó también haciendo lo mismo con su cabeza.

— TaeHyun y BeomGyu, ¿tienen algo que compartir con la clase? —la voz del profesor los hizo retomar la postura.

— ¿Quieren compartir la noticia de su relación? —escuchó como uno de sus compañeros se burlaba.

— Sí, pero les informo que ninguno está invitado a la celebración. Solo entra gente que tenga más de dos neuronas, espero puedan comprender —respondió TaeHyun sonando falsamente amable.

BeomGyu soltó una risita intentando disimular su diversión por la respuesta del pelinegro.

— Continuemos con la clase —ordenó el profesor.

[ ... ]

Después de terminar las clases, SooBin decidió acompañar a Min a comprar alguna cosa rara que su hermana siempre quería sin razón alguna. Así que estaba caminando hacia la salida junto a BeomGyu, ambos estaban un poco cansados ya aunque los adultos creyeran que por ser adolescentes no debían cansarse, no era así. Estar todo el día prácticamente encerrados, conviviendo con gente que muchas veces no es de tu agrado, quemando tu cabeza por entender porque si no entiendes te sientes insuficiente. Teniendo que aguantar el bullicio, el malhumor de algunos profesores, tener que aguantar competir cada día por quién tiene las mejores notas. Tener que estudiar no por el deseo de saber, si no que por el miedo a fracasar. No se estudia para aprender, se estudia para rendir una prueba que supuestamente mide tus capacidades. ¿Pero dónde queda el arte, la música, la salud mental, el ahorro, la educación sexual, la prevención de drogas? ¿Dónde quedaban los pasatiempos? ¿Dónde quedaba la autoestima?

— ¿Podemos comenzar con el trabajo hoy? —preguntó BeomGyu sacándolo de su burbuja.

— Umm, creo que sí, solo tengo que avisarle a mis padres —dijo intentando sonar calmado.

¿Cómo podía una persona que conocía hace poco tiempo ponerlo tan nervioso como nunca había estado en su vida? Ni cuando se metía en peleas y sabía que su madre lo regañaría se sentía así.

Sintió su celular sonar así que lo tomó para darse cuenta que JeongIn lo estaba llamando. Demasiado raro, al menos que quiera usarlo como repartidos otra vez.

— ¿Qué quieres? —preguntó contestando.

— ¿Estás ocupado? —escuchó como preguntaban al otro lado de la línea.

— Si es para que te lleve algo porque están tan concentrado viendo doramas, sí, estoy ocupado —le respondió. Vio como BeomGyu sonreía a su lado.

— TaeHyun, cuñado idiota, necesito que me acompañes, por favor.

Bien. Ahora se sentía preocupado, la voz de JeongIn sonaba nerviosa o quizás un poco temerosa.

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien? —pregunta rápidamente.

— Te cuento todo, pero por favor ven. Te mando la dirección por mensaje.

Dicho esto cortó dejándolo más preocupado de lo que estaba.

— ¿Pasó algo? —preguntó BeomGyu ya que seguramente su cara demostraba preocupación.

Su celular vibró por el mensaje que llegaba. Su preocupación aumentó mucho más cuando al apretar la dirección del GPS le indicaba que era un hospital.

Mierda.

— Ven. JeongIn me necesita —tomó la mano de BeomGyu y comenzó a caminar rápidamente sin detenerse a pensar mucho.

Luego pensaría en lo pequeña que eran sus manos y en lo bien que encajaban con las suyas. Ahora no era momento para esas cosas.

Tuvieron que prácticamente correr algunas cuadras para llegar al hospital en que JeongIn le había mandado la dirección. Entraron buscando con la mirada al pelirrojo y lo encontraron sentado en una de las sillas en la sala de espera. Se veía nervioso ya que sus pies se movían y mordía levemente sus dedos.

— JeongIn, ¿qué pasó? —le habló caminando hacia él. El pelirrojo levantó su mirada dejando ver su cara de completa preocupación y miedo. TaeHyun no dudó en caminar hacia él para abrazarlo, el mayor tampoco dudó en devolverle el abrazo sintiéndose reconfortado.

— TaeHyun, tengo miedo —repondió escondiéndose en sus brazos.

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿HyunJin está bien? —preguntó sin comprender.

JeongIn se separó de él para mirarlo a los ojos, luego le entregó un papel que no había notado que tenía en sus manos. Lo recibió extrañado, lo abrió comenzando a leer lo que el papel decía. Sus ojos se abrieron grande mientras comenzaba a releer lo que ahí decía, lo hizo una y otra vez sin poder creerlo.

— ¿¡Estás embarazado!? —gritó llamando la atención de las demás personas que ahí se encontraban.

BeomGyu le pegó un codazo para que bajara la voz.

— ¡Voy a ser abuelo! —susurró como si gritara— ¡No! ¡Voy a ser tío! —se corrigió.

— ¡Estoy asustado! Y tú lo único que piensas es en ti mismo, ¡piensa en mí! Yo no sé cuidar niños, solo sé criar gato —se quejó haciendo un puchero— ¿Qué va pensar Jinnie? Nosotos nunca hemos hablado de tener hijos, ni siquiera sé si él quiere tener hijos conmigo —parecía que en cualquier momento iba a llorar— ¿¡Qué vamos hacer con un bebé!? —siguió quejándose.

— ¿Cómo que qué van hacer? ¡Es HyunJin! Es la persona sin hijos con más experiencia en criar bebés, ¿recuerdas? Él me crio a mi y a SooBin cuando solo era un niño, él nos mantuvo con vida y aprendió a cuidar de dos bebés sin ayuda de nadie, sabe cantar canciones de cuna, preparar biberones, sabe cambiar pañales, sabe cómo bañarlos, sabe absolutamente todo sobre bebés. Estoy aquí, vivo, gracias a Hyung —intentó convencerlo.

Pero sus palabras lograron todo lo contrario al parecer ya que JeongIn comenzó a llorar.

— ¡Tienes razón! —lloró fuertemente— HyunJin va ser el papá más genial del mundo.

— ¿Ves? —se acercó para abrazarlo para calmarlo— Van a ser muy buenos papás, además tienen a los míos para apoyarse. Y me tienen a mí como el tío más guapo del mundo, y a SooBin como el tío más inteligente del mundo. Incluso tienen a Min... y ojalá no sea como Min, pobrecitos de ustedes —le dijo recordando las veces que tuvo que corretear detrás de su hermana.

— Ojalá tenga el cabello de Jinnie —le dijo riendo— Y mis ojos.

— Seguro se parecerá a mí, los niños siempre se parecen al tío más guapo —intentó bromear.

— Entonces se va a parecer a SooBin —se burló JeongIn secando sus lágrimas.

— ¿Quieres que te acompañe para contarle a Hyung? —le preguntó sonriendo.

— Nop. En realidad, le mandé un mensaje diciéndole —dijo con una mueca.

— ¿Le contaste por mensaje que iba a ser papá? —preguntó incrédulo. El pelirrojo asintió.

— Y luego apagué mi celular —murmuró avergonzado.

— ¿Y le dijiste al menos dónde estabas? —preguntó recibiendo una negación por parte del mayor.

No podía creer que se estaba comportando tan maduro como SooBin, manejando completamente la situación.

Tomó su celular para marcarle a su hermano, debía estar vuelto loco.

— Hol... —alcanzó a decir antes de que HyunJin gritara.

— ¡TaeHyun! Ayúdame a buscar a JeongIn. Dios mío ¡Tae! JeongIn está perdido y tiene un bebé, ¿me entiendes? Yo puse un bebé dentro de él ¡y no sé dónde está! ¡TaeHyun tienes que llamar a la CIA!

Iba a reírse. Lo hubiera hecho si no tuviera que mantenerse serio por el bien de la mente de su hermano.

— ¡HyunJin! JeongIn está conmigo —escuchó un gran grito al otro lado que incluso tuvo que apartar el aparato de su oído por miedo a quedarse sordo.

— ¿¡Están bien!? ¿¡Mis dos bebés, están bien!? ¿¡Dónde están!?

Continuó gritando que incluso se podía escuchar alrededor.

— ¡Están bien! Cálmate un poco, te mando la dirección por mensaje —como JeongIn había hecho con él, simplemente cortó y le mandó el mensaje para que HyunJin pudiera encontrarlos.

— TaeHyun, estoy orgulloso de ti. Mi bebé tendrá un tío inteligente y otro medianamente inteligente —dijo acariciando levemente su pancita.

Esperaron sentados unos minutos porque HyunJin no tardó en llegar corriendo. En cuanto el pelirrojo lo vio salió corriendo hacia sus brazos, dejando que el pelinegro lo abrazara y protegiera.

TaeHyun sonrió feliz. Iba a ser el tío más cool del mundo.

— Eres un buen cuñado y buen hermano —le dijo BeomGyu sonriéndole. TaeHyun miró sus labios unos segundos y luego centró sus ojos en el verde que tanto adoraba— He notado que eres un soporte para tu familia, un apoyo, una contención —habló sin apartar la mirada— Pero me preocupa saber si tú tienes una persona que te contenga a ti.

— Mi mami —le respondió sin pensarlo dos veces.

BeomGyu rió cerrando sus ojos bonitos.

¿Otra vez esas malditas cosas comiéndose su páncreas? ¿O qué pasaba? ¿Él también estaba embarazado?

¡Maldito Espíritu Santo!

[ ... ]

¡gracias por leer!

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