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f i v e

Corrió intentando llegar antes de que el profesor cerrara la puerta, si no se ganaría un regaño y quizá un reporte.

— ¡Espere, por favor! —pidió casi sin aire. Probablemente era un desastre, con su uniforme desordenado, su pelo revuelto y un poco de sudor, pero bueno ya estaba acostumbrado a ser un desastre.

— Última vez, YeonJun, la próxima te dejo afuera y te mando a la dirección —le advirtió su profesora de literatura.

El chico asintió entrando al salón mientras todos se le quedaban mirando y susurraban cosas. Él estaba acostumbrado a eso, desde siempre había recibido comentarios hirientes. YeonJun tenía problemas de atención y retención, lo que hacía que se le dificultara aprender. Por eso desde pequeño había recibido malos comentarios, como si fuera un tonto, cuando en realidad solo aprendía de manera diferente. Cuando era un niño le lastimaban mucho los comentarios de los otros niños, a medida que iba creciendo comenzó a defenderse, a golpear cada vez que alguien se burlaba de él.

A veces se sentía culpable con su madre por las peleas que se metía. Su mamá lo había criado sola y hacía todo lo posible porque nada le faltara, le debí todo a su mamá. Así que intentaba no darle problemas, aunque fuera difícil, aún le dolían todos los comentarios que hacían sobre él.

El puesto que solía usar estaba ocupado y como había llegado tarde no estaba en posición de reclamar. Divisó un único puesto libre. Su corazón comenzó a latir más fuerte cuando vio a la persona que estaba a su lado.

SooBin.

El chico que nunca le había dicho nada, no lo había criticado, no lo había mirado mal, no susurraba a sus espaldas y en parte parecía que lo ignoraba solamente, o eso creía hasta el momento en que lo defendió.

La idea de que las notas de SooBin dependieran de sus propias notas le aterraba, por eso en ese momento se esforzaba el doble por aprobar biología, sabía muy bien que el profesor era capaz de reprobar a SooBin si sus notas no mejoraban. Aunque era difícil, el chico explicaba bien, incluso mejor que el profesor, ¿pero cómo se mantendría concentrado teniéndolo enfrente? Su cara era pequeña, piel pálida pero sus mejillas eran rosas, su nariz era pequeña, redonda, sus ojos marrones como un zorrito y sus labios con un toque de rosa. Imposible concentrarse si tenía un ángel frente a él.

Se sentó a su lado algo nervioso, sintió como su desayuno se revolvió en su interior. Se sentía patético, pensó unos momentos en su saludarlo o no hasta que decidió hacerlo.

— Hola —dijo suavemente. SooBin no había notado su presencia hasta que lo saludó.

— ¿Qué quieres? —preguntó de mala gana y luego se giró a mirarlo, cuando lo miró su cara enojada cambió completamente a una de arrepentimiento— Perdón, YeonJun, no quise hablarte así.

Además de ser un ángel físicamente también lo era de corazón. Tan malditamente educado.

— No te preocupes —le dijo nervioso. SooBin suspiró apoyando su cara en la mesa, parecía cansado, cosa que lo preocupó— ¿Pasó algo? ¿Alguien te molestó? —se atrevió a preguntar. Sabía que había chicos de cursos mayores les gustaba acosarlo, todos sabían que SooBin era un chico muy hermoso y tenía mucha popularidad pero eso no les daba ningún derecho de acosarlo. Cuando tuviera la oportunidad iba a golpearlos a todos.

— No es eso —suspiró— Peleé con TaeHyun y eso me tiene de malhumor —habló mirándolo aún con su cara apoyada contra la mesa. Le avergonzaba muchísimo que lo mirara fijamente.

— ¿Te molestó? —preguntó intentando poner de buen humor a SooBin.

— Hizo algo que me molestó, él y los demás, pero hoy en la mañana discutíamos porque él no quiere entender que ya no soy un bebé —reclamó haciendo un puchero.

¿Quién le decía que en realidad si continuaba siendo un bebé? Él no lo haría porque además de que le avergonzaba no quería contradecirlo.

— TaeHyun solo te protege porque te quiere mucho, eso hacen los hermanos —le dijo intentando ayudar. Aunque si fuera por TaeHyun lo dejaría morir pero si eso afectaba a SooBin, quería ayudarlo.

— No necesito que me protejan —se quejó— ¿Tu tienes hermanos? —preguntó mirándolo fijamente. En cualquier momento empezaría a sudar por la atención que estaba recibiendo.

— No —respondió tartamudeando. En algún momento su parte racional dejó de funcionar y su boca dijo lo primero que su corazón dijo— Pero si yo tuviera un hermano igual de bonito que tú, yo igual lo protegería como TaeHyun lo hace.

Se quedó en silencio hasta que procesó lo que acababa de decir, su rostro se calentó por la vergüenza. Quería que la tierra se lo tragara y lo vomitara junto a TaeHyun para pegarle un puñetazo por hacer enojar a SooBin.

— Eres tan divertido —rió SooBin levemente. Su risita era como escuchar su canción favorita— ¿Desde cuándo defiendes tanto a TaeHyun? —preguntó divertido.

— No lo hago por él, lo hago por ti —respondió sin pensarlo.

— Entonces gracias, voy hablar con él, no me gusta estar peleado con él —le dijo retomando la postura sobre la silla fijando su mirada en los ejercicios que la maestra indicó en la pizarra.

Mierda. Le había puesto mucha atención a SooBin olvidándose por completo que estaba en clases. Odiaba matemáticas, estaba sobrevalorada, quien carajos va usar la hipotenusa en su vida.

— No pongas esa cara —le dijo SooBin mientras escribía sobre su cuaderno.

— No entiendo nada —se quejó dejando caer su frente contra la mesa nada lento porque el golpe había sido fuerte logrando hacer un sonido que hizo reír al resto de sus compañeros.

— YeonJun, golpeando tu cabeza no resolverás los ejercicios —le dijo la profesora.

— Quizás así se le arregla el cerebro —escuchó como uno de sus compañeros se burlaba.

— Golpéate tu, quizás así se te arregle la cara —le respondió sin siquiera saber quién había sido el idiota que lo dijo.

— Ven, yo te ayudo —le dijo SooBin. Giró su cabeza para verlo sonreírle. ¿Podía SooBin sonreírle así por el resto de su patética vida? Esa si era motivación de verdad— Vamos, los resolvemos juntos —le sonrió entregándole confianza.

Quizás la hipotenusa no era tan difícil como pensaba.

[ ... ]

Su clase final era deportes. Le gustaba jugar cualquier tipo de deporte pero su favorito era el basquetbol además de que era bastante alto lo que le entregaba ventaja. A veces jugaba con algunos de sus amigos en una cancha que se encontraba cerca de su casa, había dudado si inscribirse en el equipo de la escuela ya que realmente no tenía amigos dentro de la escuela y la mayoría de los chicos de ahí los encontraba insoportables.

Se cambiaron de ropa, una camiseta y un shorts ya que hacía bastante calor. SooBin nunca se cambiaba junto a sus compañeros ya que estos eran muy idiotas cosa que YeonJun comprendía, a SooBin tampoco le gustaba mucho hacer deporte así que muchas veces lograda inventar excusas para no hacerlo.

Salieron al gimnasio llevándose la sorpresa de que tendrían que compartir el lugar con un curso oun grado más arriba, siendo este el curso de TaeHyun. Lo notó porque SooBin se encontraba hablando con él, para su alivio no se veía enojado e incluso se dieron un abrazo. Podía no soportar a TaeHyun pero sabía que era un gran hermano mayor para SooBin.

— ¿Te gusta SooBin? —una voz lo hizo sobresaltarse dándose la vuelta para ver la mirada juguetona de BeomGyu.

— ¿Y a ti te gusta TaeHyun? —contraatacó.

BeomGyu inmediatamente dejó de sonreír para que su cara se volviera completamente roja por la vergüenza.

— Tomaré eso como un sí —se burló.

— Te informo que su familia está media loca, pero son buenas personas —le dijo BeomGyu— Otro dato, SooBin es como la joya de la familia, lo tendrás difícil ahí.

YeonJun tragó un poco de saliva intentando disimular su nerviosismo— Veo que ya conoces a la familia —intentó intimidarlo.

— Luego hablamos YeonJun —se despidió caminando hacia su grupo.

Obviamente las palabras de BeomGyu tenían sentido, SooBin era hermoso, inteligente, buena persona, era literalmente el chico más perfecto que conocía, comprendía porqué su familia lo trataba como el tesoro que era. ¿Qué podía entregarle él? Habían más chicos mucho más guapos que él y por supuesto habían chicos más inteligentes que él. No se consideraba un buen partido, no tenía nada para ofrecerle. SooBin se merecía algo mejor.

Caminó con la cabeza baja hasta donde su profesor para recibir indicaciones.

— Decidí con mi colega organizar un partido con el curso superior —todos lo miraron algo confundidos— Serán equipos mixtos, jugaremos basquetbol. Así que prepárense. También como hoy estoy de buen humor, quien no quiera jugar que se quede en las gradas.

Miró a SooBin para ver su reacción sonriendo un poco viendo como su cara se aliviaba al escuchar eso. Todo un bebé.

— Vamos a elegir los equipos —informó su profesor. Para su sorpresa los cursos fueron mezclados quedando en el mismo equipo que TaeHyun y BeomGyu. Eso disminuía las probabilidades de que se pelearan pero siempre existe la posibilidad.

Sabía que TaeHyun jugaba bien ya que habían tenido la oportunidad de competir, algunas veces sin pelear, así que sería un gran apoyo para su equipo. No sabía cómo jugaba BeomGyu pero era tan solo un juego, no le preocupaba perder o ganar, mientras nadie lo provocara.

Como había supuesto el tener a TaeHyun en su equipo con su compañía les estaba dando la venganza, ambos podían jugar muy bien juntos no siendo rivales, habían logrado que su equipo consiguiera unos cuantos puntos más que el otro equipo lo que tenía un poco enojado a los demás chicos. Al momento de terminar el primer tiempo caminó hacia las gradas para sentarse a descansar, el calor y el estar jugando lo habían cansado pero aún podía más.

— Ten —alguien se sentó a su lado y le entregó una botella de agua. No pudo ocultar su sorpresa al notar que era TaeHyun quien le ofrecía agua— ¿La vas a querer o no? —preguntó un poco enojado.

YeonJun se la recibió y la abrió para beber. Luego de unos minutos, BeomGyu se sentó junto a TaeHyun igualmente cansado.

— Si nos mantenemos así, les ganaremos —dijo Tae orgulloso— Haces buenos tiros —le halagó.

Probablemente habría un terremoto ya que TaeHyun lo estaba halagando, eso sí que era nuevo.

— Gracias, tú también juegas bien, eres un buen defensa —le dijo para mantener las buenas vibras.

— Con YeonJun atacando y con TaeHyun de defensa, seguro ganaremos —dijo BeomGyu.

— Tú también lo estás haciendo bien —le dijo TaeHyun sonriendo, las orejas de BeomGyu tomaron un color rojo que no sabía si era por vergüenza o por el cansancio. De todos modos usaría esa excusa para molestarlo más tarde, si él comenzaba primero.

— ¡Vamos! Comenzará el segundo tiempo —informó el profesor. Los tres se pusieron de pie para continuar jugando.

Como BeomGyu había dicho su equipo mantenía la ventaja ya que YeonJun era un excelente atacante y teniendo a TaeHyun recuperando la pelota, para él, su equipo no podía ser superado. Ambos eran rápidos y tenían muchas habilidades.

En una jugada donde BeomGyu había logrado quitarle la pelota a su oponente este no se lo tomó muy bien empujándolo fuertemente, logrando tirarlo al piso. YeonJun no dudó en correr hacia el chico para defenderlo pero antes de llegar TaeHyun ya le había devuelto el empujón.

— ¿Tienes algún problema, imbécil? —preguntó enojado TaeHyun. Otro chico se acercó para ayudar al chico involuacrado.

— No te metas con nosotros —le dijo intentando sonar amenazante.

— Qué miedo, casi me temblaron las piernas del susto —le dijo poniéndose a un lado de TaeHyun, detrás de ellos se encontraba BeomGyu que al lado de dos chicos gigantes prácticamente desaparecía.

— Listo, dejen de pelear. Vuelvan al juego —ordenó el profesor. Ni TaeHyun, ni YeonJun se movieron o cambiaron sus expresiones hasta que los otros chicos se alejaron.

El mayor se giró a mirar a BeomGyu para ver cómo se encontraba, mientras que él buscaba con la mirada a SooBin. El pequeño se encontraba de pie en las gradas mirándolos, algo nervioso y asustado. Cuando sus miradas se cruzaron le sonrió levemente para que se calmara, SooBin le sonrió levemente volviendo a tomar asiento.

El juego continuó, su equipo ganó y en algunas ocasiones hubieron empujones pero no llegaron más allá. Se levantó su camiseta para secarse el sudor mientras TaeHyun le ofrecía una botella, solo los chicos que habían jugado continuaban en el gimnasio ya que el profesor les había otorgado permiso a los demás de cambiarse antes.

— Ustedes tres deberían unirse al equipo de la escuela, nos hacen falta jugadores como ustedes —les dijo el profesor que igualmente era entrenador del equipo.

— Yo paso, me gusta jugar pero no soy un fanático —dijo BeomGyu notablemente más cansado que los otros.

— ¿Y qué dicen ustedes dos? Con YeonJun en ataque y TaeHyun en defensa, seríamos un excelente equipo —insistió.

— Yo acepto —dijo TaeHyun limpiándose un poco el sudor.

— Está bien, yo también acepto —dijo YeonJun.

— Muy bien. Entrenamos los viernes en la tarde en este mismo gimnasio así que espero verlos este viernes —dijo antes de alejarse.

— Voy a ducharme —dijo el menor para caminar hacia los camerinos, pero antes de lograr avanzar escuchó algo que hizo pararse en seco.

— Ese niño SooBin es bastante lindo —dijo un chico que era de los cursos mayores— Con shorts se ve bastante bien.

YeonJun se giró para mirarlo hablar con su grupo de amigos, grupo de amigos que se encontraba el idiota que había empujado a BeomGyu.

— Sin shorts probablemente se debe ver mejor —dijo uno de ellos y los otros comenzaron a reír por el comentario.

Idiotas.

Antes de lograr pronunciar otra palabra, TaeHyun caminó hacia él tomando su cuello para luego pegarle un puñetazo.

— ¡De mi hermano no vas a estar hablando así! ¡Maldito cerdo asqueroso! —le gruñó furioso.

Otro chico intentó golpearlo por la espalda pero YeonJun lo empujó fuertemente logrando tirarlo al piso.
Cuando uno de ellos intentó golpearlo, BeomGyu se metió entremedio pegándole un puñetazo.

— ¡Paren inmediatamente! —el profesor intentó intervenir pero eso no impidió que les dieran unos puñetazos más.

Cuando otros profesores llegaron a intervenir lograron separarlos aunque aún se mantuvieran enojados.

— ¡A la próxima que los escuche hablar así de mi hermano van a desear estar muertos! —les gruñó TaeHyun.

Lo entendía, estos chicos eran dos o tres años mayores que SooBin, eran unos malditos. Nadie nunca pondría un dedo sobre SooBin si él no lo quería, no mientras él estuviera vivo.

— Es una amenaza, idiotas, y nuestras amenazas si las cumplimos —les gruñó YeonJun.

— ¡Paren ahora! —les gritó el profesor— Ustedes váyanse al salón —les gritó a los otros chicos quienes de mala gana se retiraron— Esta vez no diré nada porque si se meten en problemas no los dejarán entrar al equipo y porque si se merecían los golpes. La próxima no la paso —les advirtió.

— No habrá una próxima, no se volverán a meter con él —le dijo YeonJun totalmente seguro.

El profesor asintió dejándolos solos.

— Gracias —susurró TaeHyun en su dirección.

— No tienes que agradecerlo, si es por SooBin hago cualquier cosa —le respondió— Al que tenemos que agradecer es a BeomGyu, ¿de dónde sacaste tus habilidades marciales? —le preguntó intentando alivianar el ambiente.

TaeHyun rio un poco y lo miró— No soy violento, pero si algo me hace enojar puedo llegar a golpear muy fuerte —respondió simplemente— Esos cerdos, SooBin es prácticamente un niño para ellos, como se atreven hablar así de él.

— Gracias por defender a mi hermano —le dijo TaeHyun sonriéndole un poco. La cara intimidante que tenía hace unos minutos había cambiado por una de total vergüenza en el momento en que TaeHyun le había sonreído. Otro punto para defenderse si volvía a molestarlo.

YeonJun se sintió incómodo por las miradas de amor que los mayores se daban. En cualquier momento llegaban animales cantando y bajaban los ángeles del cielo.

— ¿Por qué aún siguen aquí? —bueno, sí habían llegado los ángeles— El timbre de la salida sonó hace unos minutos.

— No pasa nada, hermanito —le dijo TaeHyun abrazándolo por los hombros.

— No me digas eso, que ya escuché que se pelearon —le regañó— ¿Qué pasó ahora? —preguntó mirándolo.

¿Él sabrá que en realidad no se ve nada intimidante?

— Unos idiotas que se merecían un puñetazo —le respondió TaeHyun. Comprendía que no quisiera contarle lo que habían dicho ya que SooBin podía sentirse incómodo.

— Para ti todo el mundo se merece puñetazos —le dijo arrugando su boquita como un pato.

— Estos sí se lo merecían —le dijo BeomGyu.

— ¿Tú también, BeomGyu? —preguntó, a lo que este asintió— Supongo que tú también, YeonJun —ese asintió— Espero que no se hayan peleado entre ustedes, por favor.

— Lo de pelear es cosa del pasado, ahora somos un equipo —dijo TaeHyun abrazando con sus brazo sobrante de YeonJun— Vamos a jugar juntos en el equipo de basquetbol —informó.

— ¿Es cierto? —preguntó SooBin sin creerle mucho a su hermano.

— Es verdad —respondió YeonJun.

— Espero que sea verdad porque ya me tenían aburrido con sus peleas —les dijo— Ahora ve a bañarte, estás todo sudado —se quejó arrancando de los brazos de Tae.

— Yo debo irme, mi papá me está esperando afuera —dijo BeomGyu.

— ¿Te vas a ir cochino? —se burló YeonJun.

— Qué te importa —le respondió— Adiós —se despidió con mano para después correr hacia la salida.

— Bueno, me voy a bañar, me esperas en la salida —le dijo TaeHyun. SooBin asintió caminando hacia afuera.

Ambos fueron a los camerinos que ya se encontraban desocupados, se ducharon sin hablar y también se vistieron.

— Mierda —se quejó TaeHyun cuando ya ambos estaban listos saliendo del camerino— ¿Vas a la salida? —le preguntó, YeonJun asintió— Dile a SooBin que me espere un momento, olvidé mis cuadernos en el salón.

— Está bien —le dijo caminando hacia la salida del colegio. Ahí se encontraba SooBin moviendo sus pies de lado a lado viéndose aún más adorable.

Caminó hacia él un poco inseguro.

— Dice TaeHyun que lo esperes un momento que dejó sus cuadernos en el salón —le informó cuando estuvo a su lado, SooBin se sobresaltó un poco al escucharlo pero luego lo miró y se calmó.

— TaeHyun es un olvidadizo —se quejó riendo un poco— Entonces, ¿es verdad que no volverán a pelear? —preguntó mirándolo con sus ojos brillantes.

— Supongo que sí —le respondió encogiéndose de hombros. No negaba la posibilidad de volver a pelear pero intentaría no hacerlo.

— No supongas, deben dejar de pelear. Tú eres mi amigo y Tae es mi hermano, no me gusta que estén peleando —le dijo sorprendiéndolo llamándolo amigo.

— ¿Soy tu amigo? —preguntó nervioso.

— Sí lo eres, así que no puedes volver a pelear con Tae —le advirtió.

— Que ya no vamos a pelear, niño —la voz de TaeHyun los hizo girarse— Vámonos, tengo un hambre que me comería a tu gata horrible. Adiós YeonJun.

TaeHyun lo tomó de la mano para llevárselo corriendo.

— ¡Mi gata no es horrible! —lo escuchó quejarse— ¡Adiós, YeonJun! —lo escuchó gritar después. Sonrió levemente aún parado.

Amigo.

Amistad era la cosa más importante que podía recibir de SooBin.

SooBin era el universo entero, un ángel bonito. Y él era solo él, no había nada para ofrecer. Él no era nada.

[ ... ]

¡Sigan deslizando!

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