🥢Uno
Capítulo 1: Ellos se odian.
Desde que Manjiro lanzó la noticia de que Draken y Satoru serían los padres de la Toman, muchos comenzaron a notar ciertas acciones que antes pasaban desapercibidas. Acciones y momentos entre ambos sub comandantes que no eran para nada amistosas.
Con la palabra de Mikey en sus mentes se rieron. Draken siempre le busca pelea a Satoru y este como es mecha corta acepta sin plantearse consecuencias. Todos en Toman también saben que es IMPOSIBLE una relación amorosa o cariñosa entre estos dos, pues siempre pelean por ser el mejor sub comandante o el segundo más fuerte.
Por eso se rieron de su comandante cuando dijo eso... Hasta que notaron las palabras subliminales que desencadenó la duda.
—Mikey, es imposible que seamos los padres de la Toman — hasta ahí todo bien, hasta algunos lo apoyaron —. Para empezar Ken sólo te soporta a ti y yo soy capaz de tirarlos al río en invierno porque me dolía la cabeza.
—¡Qué mentiroso! Siempre cuidas a Pachin y Peh de meterse en problemas. — los mencionados pensaron un poco y se dieron cuenta que era cierto, Satoru es bastante protector con ellos.
—Pero aún tengo ganas de lanzarlos al río en invierno.
—¿No lo hiciste ya el invierno pasado? — divaga Draken muy cerca suyo.
—No, esos fueron Baji y Chifuyu.
Así inició una discusión, en la que Baji reclamaba calor para sus huevos, Pa y Pe querían defender el calor de los suyos y Satoru se defendía con que le dolerá la cabeza cuando pase y no sentirá pena alguna (tal vez les dijo maricas). Pero los más observadores notaron algo ahí que detonó todo.
¿Se llamaron por sus nombres? Es normal, son amigos de hace bastante tiempo. Mitsuya, Baji y Smiley empezaron a dudar cuando notaron que la moto en la que llegó Satoru era la de Draken, si, este no se podía permitir el lujo de tener una y es por eso que el rapado lo lleva. Cómo cualquier amigo haría, Baji lo hace con Chifuyu, pero todos ahí consiguieron sus motos de una u otra manera y sólo los fundadores saben que Satoru no tiene una moto porque, si tuviera, Draken no lo llevaría.
"Son los padres de la Toman"
Qué ridículo. Ellos se odian desde que se conocieron... Porque es odio lo que sienten ¿Verdad?
—Tch, este Mikey no sabe tener la boca cerrada. — se quejaba el Sadao mientras caminaba detrás de su comandante para iniciar la reunión.
—¿Crees que se dio cuenta? — preguntó el medio pelado, sin un interés real en la respuesta, aunque atento a la reacción del otro.
—Nah, son unos idiotas.
Siendo Baji y Mitsuya los más cercanos a ellos escucharon la para nada discreta conversación entre ambos. Un intercambio de palabras que para ellos no significaba nada, pero para quienes comenzaban a dudar era algo que no podían pasar por alto.
¿Qué clase de relación tienen los sub comandantes?
Ambos titanes se fueron juntos en la misma moto con el rubio de conductor y el pelinegro muy abrazado a él. Las picadas son clave para la diversión luego de una buena reunión, todos riendo y bromeando sobre quién es el más rápido. Los sub comandantes nunca pierden una carrera de motocicletas.
—¡Coman polvo, Toman!
Fue mí saludo de despedida hacia aquella familia, postiza para unos, genuina para mí. Cuando la emoción y adrenalina de la carrera bajó, me permití descansar en la ancha espalda de mí conductor y cerrar mis ojos con los latidos de su corazón como buen arrullo para dormir un rato.
Esto me trae recuerdos...
—¿Tokyo Manji Gang? ¿Qué clase de nombre es ese? — pregunto aburrido antes de volver a mí trabajo de barnizar el tablón de madera.
—¡No te burles! — ignoro a Mikey que amenazaba con comenzar a hacer berrinche — ¡Toman será una de las mejores pandillas del país! Todos ahí somos muy fuertes, deberías unirte.
—Si todos son fuertes no habrá ningún débil, las peleas siempre se ganarán y al ser predecible pierde su gracias — justifico convencido. Le doy la espalda para dar con cuidado la vuelta a otro tablón ya seco y mojo el pincel con barniz —. Por cierto, si no te has dado cuenta, estoy demasiado ocupado.
—Pelea conmigo. —esa voz...
Volteé para encarar a Draken, se dejó crecer el cabello en la parte superior de su cabeza y noté muchos rostros nuevos detrás de ellos que apodé mentalmente como: gatito, perrito, pestañas largas y gordo. Me crucé de brazos esperando a que me dé una razón para pelear contra él y luego sonreí un poco.
—Bien, hagamos esto: Si ganan me uniré a la Tokyo Manji — eso pareció emocionar a todos, hasta que yo levanté mí dedo frente a Draken —, sin embargo, si yo gano: Todos ustedes serán mis perras.
—Bien, estoy listo. — acepta decidido él tatuado.
—¿Y los demás?
Todos me miraron atónitos, yo ignoraba la estupefacción de todos para comenzar a estirar mí cuerpo, empezando con mis piernas.
—S-solo soy yo ¡Yo seré tu contrincante! — miro aburrido a Draken antes de girar a ver a los demás enanos del grupo — ¡No me ignores!
—Toda Toman contra el gran Furia Nocturna, ese es el acuerdo. — declaro con demasiada convicción mientras analizo a los que poco a poco y, con dudas, se bajan de sus motos.
Todos de verdad se ven fuertes. El gordo y el gato tienen manos gruesas, deben ser buenos con los puños. El de pestañas largas es delgado, eso lo hace ágil y rápido, al igual que el perro que está junto al gatito, siento que esos cuatro son más de puños que patadas, tal vez den 1 o 2 pero serán bajas.
Mikey es el problema, si ellos me inmovilizan él tomará vuelo y me meterá esa mortal patada. Debo estar atento en todo momento o no la contaré.
—No me vean con esa cara ¿Piensan que es sucio muchos contra uno? Les diré que es sucio: poner reglas en la calle ¡Ninguna pelea callejera necesita reglas! ¡Ven con todo o ni te molestes en venir!
Rompí una regla: Nunca dar el primer golpe. El chico gato fue mí víctima y noté como lo mandé bastante lejos, con unas ganas de sonreír porque me bloqueó justo a tiempo.
Fue la primera vez que me divertí peleando.
—Llegamos, Satoru.
Abrí mis ojos para ver esa vieja casa de madera frente a nosotros. Desde aquí podía sentir la frialdad que envolvía el lugar, una casa tan grande para un solo chico y demasiado fría y silenciosa. Me obligué a mí mismo a separarme del calor de Draken, sintiendo rápidamente el viento helado cuando me bajé de la moto y me alejé unos pasos.
—Gracias por traerme.
—¿Seguro que estás bien? No parece haber nadie ahí dentro.
Oculto con una sonrisa mí sorpresa. Esta casa en la que vivo tiene todas las pintas de ser abandonada, pero sólo una persona la habita y soy yo. Nadie más lo hace, yo, un niño de 16 años se mantiene en esta casa como puede.
—Tranquilo, a estas horas papá debe estar haciendo su guardia nocturna y mamá de seguro cayó rendida al sueño —justifico, restándole importancia con un pequeño movimiento de mano para finalmente alejarme —. No hagas mucho ruido al irte o mamá pensará que tengo una aventura con un pandillero.
—¿No es así? — bromea, haciéndome reír por esa referencia a lo que pasó en la Toman.
—Si, pero "shhh". Luego de la primera impresión le diremos~
Draken respetó mí pedido, ya que se bajó y empujó su motocicleta hasta la esquina donde volvió a arrancar para volver a su casa. Apenas noté que desapareció de mí vista borré mí sonrisa e ingresé a casa. Frío, oscuro y demasiado silencioso, apenas me quité mis zapatos fui a encender algunas luces.
—...Estoy en casa...
Una foto, dos adultos felices con un revoltoso niño en medio de ellos. Besé la cara de dos de mis dedos para acariciar con suavidad ambos rostros, las lágrimas amenazaban con salir pero yo las borré para ir a calentar mí cena.
Tal vez mañana pasee por el barrio para rescatar algún perro... Oh, debería preguntarle a Baji si encontró alguno por ahí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro