"Juntos somos la calma tras la tormenta que somos por separados"

La cueva se llena de un silencio pesado después de la partida de Heeseung. Sunghoon, aún desconcertado por la decisión de Jaeyun de no delatarlo, se mantiene en el borde entre el desconcierto y la creciente tensión que empieza a formarse entre ellos.

Jaeyun, por su parte, se había vuelto hacia el fondo de la cueva, caminando con una calma que contrasta con la turbulencia en la mente de Sunghoon. El príncipe parece sumergido en sus propios pensamientos, su silueta apenas visible bajo la luz tenue que se filtra desde la entrada.

Sunghoon lo observa en silencio, intentando descifrar las capas de misterio que rodean a Jaeyun. La misión, que antes era solo una tarea para asegurar su libertad, ahora parece mucho más complicada.

Finalmente, el ladrón rompe el silencio.

—Dices que no quieres hacer de Heeseung tu enemigo, pero... —Sunghoon se interrumpe, incapaz de ocultar del todo los celos y confusión que le queman la lengua—. ¿Cómo es que puedes confiar tanto en él? ¿Realmente crees que todo lo que hace es por ti?

Jaeyun se detiene, sin volverse hacia Sunghoon de inmediato. El eco de la pregunta flota en el aire entre ellos, y por un momento, Sunghoon piensa que el príncipe no va a responder. Pero finalmente, Jaeyun gira sobre sus talones, sus ojos encontrándose con los de Sunghoon, más sereno que nunca.

—Heeseung me ha protegido desde el día en que llegué aquí —Responde con una voz tranquila—. Y aunque sé lo que siente por mí, no puedo dejar que eso me afecte. Todos aquí juegan a su propio juego, Sunghoon. Incluyéndote a ti.

Sunghoon frunce el ceño. Sabe que tiene razón, pero escuchar a Jaeyun decirlo de esa manera despierta algo más dentro de él, una sensación que lo incomoda.

—Yo no estoy jugando —Replica Sunghoon, dando un paso hacia él, incapaz de quedarse quieto—. Vine por una razón, y esa razón es sacarte de aquí. No tiene nada que ver con juegos o estrategias.

Jaeyun levanta una ceja, una ligera sonrisa curvando sus labios.

—¿Y por qué, entonces, te quedaste en silencio mientras Heeseung estaba aquí? —Pregunta, su voz suave pero penetrante—. Si no juegas, ¿por qué no lo enfrentaste? ¿Por qué permitiste que yo manejara la situación a mi manera?

Sunghoon aprieta los dientes. No puede darle una respuesta honesta a eso sin admitir lo que había sentido: los celos, la confusión, y el inexplicable deseo de proteger a Jaeyun, de una manera que no comprende del todo.

—Tú parecías tenerlo todo bajo control —Murmura finalmente, esquivando la verdadera razón. Pero sabe que Jaeyun no sería fácil de engañar.

El príncipe lo observa por un largo momento, sus ojos oscuros examinando cada detalle de su rostro, como si pudiera ver más allá de la superficie. Luego, suavemente, da un paso hacia él, rompiendo la distancia entre ambos.

—Sabes, Sunghoon, no tienes que ocultar tus verdaderos sentimientos e intenciones conmigo —Dice Jaeyun en voz baja—. No soy como los nobles que has conocido. No te juzgaré por lo que sientes, piensas o lo que no puedes controlar.

Sunghoon siente su corazón acelerar, las palabras de Jaeyun golpeando justo en el centro de su incertidumbre. Nunca había estado tan expuesto ante nadie, y mucho menos ante alguien tan complejo como Jaeyun. El ladrón había aprendido desde muy joven a ocultar sus emociones, a desconfiar de todos, pero Jaeyun tiene una manera de desarmarlo con solo unas pocas palabras.

—¿Y qué te hace pensar que no puedo controlarlo? —Pregunta Sunghoon, su tono más bajo, casi desafiante, pero la debilidad en su voz era evidente.

Jaeyun sonríe levemente, su mirada profunda y comprensiva.

—Porque lo veo en tus ojos —Responde suavemente—. El conflicto. La lucha interna. Eres como yo en muchos sentidos, Sunghoon. Ambos estamos atrapados en un destino que no pedimos, pero que de alguna manera estamos obligados a cumplir.

Sunghoon siente que su resistencia comienza a desmoronarse. Las palabras de Jaeyun son demasiado precisas, demasiado certeras. El príncipe no solo ve a través de él, sino que también entiende lo que Sunghoon no se ha atrevido a admitir siquiera a sí mismo.

El silencio se alarga entre ellos, pero esta vez, no es incómodo. Era un espacio en el que ambos pueden reconocer algo más profundo, algo más allá de las apariencias y las obligaciones. Finalmente, Sunghoon baja la mirada, como si admitir lo que está sintiendo fuera una rendición que no esperaba.

—No soy como Heeseung —Dice Sunghoon en voz baja, casi para sí mismo—. No te veo como un peón o una oportunidad. Pero tampoco sé qué hacer con todo esto... solo soy un ladrón, un cazador de fortunas.

Jaeyun da otro paso hacia él, tan cerca ahora que Sunghoon puede sentir su calor, su presencia tan cautivadora y segura.

—No tienes que decidirlo ahora —Dice Jaeyun, su voz calmada pero cargada de significado—. Tal vez no somos más que dos piezas en el mismo juego, pero podemos elegir cómo jugarlo. Y yo elijo confiar en ti, Sunghoon. Porque, al final del día, sé que no eres solo un ladrón que busca su libertad. Eres mucho más que eso.

Sunghoon levanta la mirada, sorprendido por la sinceridad en las palabras de Jaeyun. Nunca nadie había visto más allá de su fachada de ladrón, nunca nadie había intentado comprenderlo como lo está haciendo Jaeyun ahora.

Y en ese momento, Sunghoon siente algo diferente. Ya no es solo la misión lo que lo mantiene cerca de Jaeyun. Hay algo más, algo que lo conecta a ese príncipe de una manera que no puede explicar. Pero una cosa está clara: su misión ha cambiado, y su objetivo ya no es solo llevar a Jaeyun de vuelta al rey.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —Pregunta Sunghoon, su voz más suave que antes, como si por fin estuviera dispuesto a dejar de pelear contra lo inevitable.

Jaeyun sonríe, esa sonrisa tranquila y llena de sabiduría que Sunghoon comienza a encontrar irresistible.

—Ahora —Dice Jaeyun, mirándolo con una intensidad que lo desarma completamente—. Descubrimos juntos cómo escapar de este juego. Y tal vez, solo tal vez, encontramos algo más en el proceso.

Sunghoon asiente lentamente, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una extraña mezcla de calma y expectativa. Hay algo en Jaeyun, algo más allá de su misión, algo que lo empuja hacia él, y aunque todavía no entiende del todo qué es, sabe que no puede ignorarlo más.

Están juntos en esto, para bien o para mal, y Sunghoon está dispuesto a descubrir qué significa realmente eso.

𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
𝐓𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫
𝟏𝟎/𝟏𝟎/𝟐𝟎𝟐𝟒

Gracias por leer la historia 🥰