"La belleza puede ser un arma letal"

Sunghoon rueda los ojos mientras el Rey Hyungwon le lanza la última advertencia. El título "El Bastardo del Reino" sigue resonando en su mente, una cruel etiqueta que define  al joven Sim Jaeyun, un príncipe cuya vida ha sido manipulada por la voluntad y ambición de la realeza.

A pesar de su sarcasmo y su desdén por la nobleza, Sunghoon no puede evitar sentirse intrigado. "¿Por qué ahora?" piensa mientras lo escoltan fuera de las mazmorras. Estaba claro que la situación era desesperada si el rey estaba dispuesto a confiar en un ladrón para traer de vuelta al único vínculo que quedaba con los elfos. La misión, sin embargo, le parece tan arriesgada como interesante.

Mientras camina por el oscuro corredor, las palabras del rey resuenan en su cabeza: "Nunca te fíes de un ladrón". ¿Y si todo esto es una trampa? ¿Y si el rey no tiene ninguna intención de liberarlo realmente? Sunghoon sabe que tiene que estar alerta, pero por ahora, el juego de poder está a su favor.

Horas después, montado en su caballo y lejos de los muros de Dreamland, Sunghoon recibe las instrucciones finales de uno de los guardias.

—El príncipe Sim Jaeyun ha estado en la Tierra de los Ogros durante años. Allí, se le encomendaron tareas menores y ha estado bajo la protección de Heeseung, el hijo híbrido del Rey de los Ogros. —El guardia hace una pausa, asegurándose de que Sunghoon escuche cada palabra—.Tu trabajo es sacarlo de allí sin que el rey ogro sospeche nada. Nadie puede saber que hemos roto el tratado de paz.

Sunghoon levanta una ceja. ¿Un príncipe mestizo? Un híbrido de ogro y humano en medio de todo esto. La situación se vuelve más complicada. Los ogros no son conocidos por su hospitalidad, y mucho menos por la nobleza en su sangre. Sin embargo, algo en esa historia captura su atención. El príncipe Jaeyun... ¿Cómo sería alguien como él? ¿Y cómo había sobrevivido todo este tiempo entre esos seres?

—Entendido, pero dime algo —dice Sunghoon, mirando al guardia con desdén—.¿Qué gano yo si regreso vivo de esa tierra?

—Ya te lo ha dicho el rey. Libertad. Riquezas.

Sunghoon sonríe, sabiendo que las promesas de la realeza son frágiles. Pero, por ahora, eso será suficiente.

—¿Algún consejo sobre cómo tratar con los ogros? —pregunta, ajustando su capa mientras mira el vasto horizonte ante él.

—Sí —dice el guardia, con una mirada severa—.Nunca confíes en ellos. Especialmente en su príncipe.

Mientras Sunghoon avanza hacia la Tierra de los Ogros, las historias sobre Sim Jaeyun comienzan a llegarle como susurros en el viento, provenientes de viajeros y comerciantes que cruzan su camino. Aunque se centra en su misión, no puede evitar notar cómo los comentarios sobre la belleza de Jaeyun surgían una y otra vez.

En una pequeña aldea, mientras descansa en una taberna modesta, un par de campesinos conversan a su lado, ignorando que el ladrón está a punto de entrar en tierras peligrosas.

—Dicen que el príncipe Jaeyun es más hermoso que cualquier humano o criatura en este mundo —comenta uno de los hombres, con voz grave pero asombrada—.Su madre, la princesa de Dreamland, tenía la belleza de los elfos, y parece que él heredó cada rasgo perfecto de ella.

—¿Más hermoso que un elfo? Eso es difícil de creer —Dice el otro hombre con escepticismo, bebiendo de su jarra de cerveza.

—Yo lo vi una vez y no olvides que su padre era un elfo—responde el primero—.Fue hace muchos años, antes de que lo intercambiaran con los ogros. Lo recuerdo perfectamente, como si su presencia hubiera iluminado todo a su alrededor. Tiene la piel suave, ojos que brillan como estrellas y una gracia que ni siquiera los humanos nobles pueden igualar.

Sunghoon escucha con atención, fingiendo no interesarse. Pero aquellas palabras despiertan una curiosidad que no esperaba. Hasta ahora, la misión era solo una transacción: entrar, sacar al príncipe y salir con su recompensa. Sin embargo, la imagen que los campesinos pintan de Jaeyun es tan intrigante como irreal.

Más adelante, en su viaje, se cruza con una anciana mientras busca provisiones en otro pueblo. Ella lo mira con una sonrisa astuta y un brillo en los ojos que parece saber más de lo que dejaba ver.

—Vas a la tierra de los ogros, ¿verdad, muchacho? —dice la anciana, con una voz rasposa pero firme.

Sunghoon asiente, algo receloso. No le es fácil ocultar su destino cuando lleva armas y ropas más apropiadas para una misión que para el comercio.

—Todos los que van allí suelen hablar de la crueldad de los ogros, pero tú... creo que encontrarás algo más. Algo que te atrapará.

—¿Qué insinúa? —pregunta él, con una ceja levantada.

—Al príncipe Jaeyun, claro —responde la anciana—. He escuchado que su belleza no es solo física. Dicen que su mirada puede ablandar hasta el corazón más duro, incluso el de un ogro. Eso es lo que lo mantiene con vida en esas tierras. Quizás... hasta cambie el tuyo, no olvides que la belleza puede ser un arma letal.

Sunghoon deja escapar una carcajada seca, aunque una parte de él no puede ignorar las palabras de la anciana.
A pesar de su cinismo natural, las constantes menciones sobre Jaeyun lo intrigan cada vez más. No era solo su apariencia lo que todos comentan, sino esa extraña habilidad para tocar los corazones de aquellos que lo rodean, incluso de criaturas tan fieras como los ogros.

Mientras continua su camino hacia el oscuro y denso bosque que marca la frontera de la Tierra de los Ogros, Sunghoon no puede evitar pensar en esas descripciones. La belleza de Jaeyun, su presencia, la forma en que aparentemente encanta a todos. Por primera vez desde que aceptó el trato con el Rey Hyungwon, siente una genuina curiosidad por el príncipe.

¿Qué clase de persona es Jaeyun, para sobrevivir tanto tiempo en la corte de los ogros? ¿Y qué lo hace diferente de todos los demás nobles que ha conocido?

Su mente vuelve a repasar una y otra vez las historias.

Al final, Sunghoon no puede evitar preguntarse si, al final de este viaje, no será simplemente un ladrón buscando cumplir una misión.

Tal vez Jaeyun será más que un simple objetivo. Tal vez este príncipe atrapado en un mundo ajeno a él tiene mucho más que ofrecer, y quizás, sin quererlo, Sunghoon está a punto de descubrir algo más profundo que el simple deseo de libertad o riquezas.

A medida que el paisaje se vuelve más oscuro y la silueta de la fortaleza de los ogros se acerca en la distancia, Sunghoon no puede apartar de su mente la imagen de Jaeyun: el príncipe olvidado, cuya belleza y presencia son tan poderosas que incluso los monstruos le han concedido un lugar entre ellos.

𝐒𝐢𝐦 𝐉𝐚𝐞𝐲𝐮𝐧
"𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞"
𝟐𝟎 𝐚𝐧̃𝐨𝐬
𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐞: 𝐇𝐢́𝐛𝐫𝐢𝐝𝐨 (𝐄𝐥𝐟𝐨 + 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨)

𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞
𝟎𝟓/𝟎𝟗/𝟐𝟎𝟐𝟒

Actualización casi un año después 😩 esta vez si me pasé 🥺