"El momento que marca un cambio irrevocable"

El aire en el gran salón se vuelve más denso, cargado de una tensión que amenaza con explotar. Jaeyun mantiene la mirada fija en Kael, sin desviar la vista ni por un instante.

Es un juego de poder, uno que el Príncipe sabe que no puede permitirse perder.

—Entonces, Kael, dime algo —Dice Jaeyun finalmente, con una calma afilada como el filo de una espada—. Si mi tío está tan ansioso por mi regreso, ¿por qué no ha venido él mismo?

El cazador sonríe levemente, un destello de diversión cruzando por su mirada.

—Porque Su Majestad confía en mí para resolver sus problemas. Y tú, Alteza, eres un problema que requiere... delicadeza.

—¿Delicadeza? —Jaeyun deja escapar una risa breve, pero no hay humor en ella. Da un paso adelante, cerrando parte de la distancia entre ellos—. ¿Es eso lo que llama enviar a un cazador armado al corazón de mi castillo?

Kael no responde de inmediato. En cambio, da un paso hacia él, casi como un reflejo, igualando la audacia de Jaeyun.

—No subestime mis intenciones, Príncipe. Estoy aquí para ofrecerle una oportunidad. Regrese por su cuenta y su vida continuará con cierta... comodidad. Pero si elige resistirse...

Kael deja la amenaza colgando en el aire, y su mano se desliza lentamente hacia la empuñadura de su espada.

Antes de que pueda completar el movimiento, un destello de plata atraviesa el aire. Sunghoon aparece como una sombra viviente, interponiéndose entre Kael y Jaeyun. En su mano, una daga brilla con un filo mortal.

—Si das un paso más, no serás tú quien vuelva al Rey —dice Sunghoon, su voz baja y peligrosa.

Kael sonríe, aparentemente sin inmutarse por la amenaza.

—Así que este es el famoso ladrón ahora ¿guardián del Príncipe? —Dice con un tono burlón, sin apartar los ojos de Sunghoon—. He oído hablar de ti. Un híbrido que no sabe cuándo rendirse y que tampoco sabe hacer su trabajo.

—Y un cazador que subestima lo que no comprende —Responde Sunghoon, manteniendo su daga firme.

Jaeyun, viendo cómo la tensión escala, levanta una mano para calmar a Sunghoon.

—Basta —Ordena, su tono firme y autoritario. Luego, mira a Kael—. No necesitas provocarlo. Dime, ¿qué esperas ganar con esto? ¿Mi tío cree que simplemente me arrodillaré y regresaré como si nada hubiera pasado?

Kael relaja su postura, aunque sus ojos permanecen atentos.

—No espero que lo haga sin resistencia. Pero mi deber es cumplir con los deseos del Rey. Usted puede hacer esto por las buenas o por las malas.

El silencio que sigue es tan espeso como el humo de un fuego. Finalmente, Jaeyun asiente lentamente, sus labios curvándose en una sonrisa que no alcanza sus ojos.

—Dile a mi tío que no soy su prisionero. Ni ahora ni nunca.

Kael parece preparado para responder, pero antes de que pueda hacerlo, el sonido de pasos apresurados interrumpe la escena. Una de las puertas laterales del gran salón se abre, y un mensajero entra corriendo, con el rostro pálido y los ojos llenos de pánico.

—¡Alteza! —Exclama, inclinándose profundamente—. ¡Hay movimiento en el bosque! Un grupo armado se dirige hacia el castillo.

Kael da un paso atrás, alzando una ceja con aparente sorpresa.

—No he venido con nadie más —dice, aunque hay un brillo en sus ojos que sugiere lo contrario.

Jaeyun se vuelve hacia Heeseung, quien ya está dando órdenes a los guardias.

—Aseguren las puertas y refuercen las murallas. Nadie entra ni sale sin mi permiso —Ordena el Príncipe, su voz resonando en la sala.

Luego, vuelve su atención a Kael.

—Si no estás involucrado en esto, como dices, entonces será mejor que te mantengas lejos del combate.

Kael sonríe con un aire de desafío, inclinando la cabeza ligeramente.

—Por supuesto, Alteza. Después de todo, solo estoy aquí para hablar.

Pero Jaeyun no se deja engañar. Sabe que el cazador está jugando su propio juego, y que cada palabra es una pieza en su estrategia.

Mientras Kael es escoltado fuera del salón por guardias armados, Jaeyun se gira hacia Sunghoon, que lo observa con una mezcla de preocupación y admiración.

—Esto no ha terminado —Dice Sunghoon, su voz un susurro que solo Jaeyun puede oír.

—No, no ha terminado —Responde Jaeyun, con los ojos fijos en las puertas cerradas del salón—. Pero ahora, jugaremos en mis términos.

Y con eso, el Príncipe se vuelve hacia Heeseung para coordinar las defensas, sabiendo que el siguiente movimiento en este juego mortal estaba a punto de comenzar.

𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
𝟏𝟑. 𝐂𝐚𝐭𝐚𝐥𝐲𝐬𝐭
𝟐𝟑/𝟎𝟏/𝟐𝟎𝟐𝟓

Gracias por leer la historia ❤️