"Cuando las verdades ocultas salen a la luz, el destino se revela con toda su intensidad."

El crepitar de la chimenea en los aposentos privados de Jaeyun no hace mucho por disipar la frialdad en el aire.

Aunque el Príncipe está rodeado de paredes de piedra y riquezas, su mente está a kilómetros de distancia, atrapada en la red de intrigas que lo rodean.

Sunghoon permanece a su lado, invisible para los ojos del mundo, pero presente en cada gesto y cada mirada que Jaeyun lanza hacia las sombras.

—Tu tío no solo quiere recuperarte —Repite Sunghoon, sus ojos oscuros fijos en los de Jaeyun—. Quiere controlarte, como si fueras una pieza de ajedrez en su juego.

Jaeyun aparta la mirada hacia la ventana, donde la luna brilla en lo alto del cielo. El reflejo plateado baña su rostro, resaltando la determinación en sus facciones.

—Lo sé, Sunghoon. Siempre lo he sabido —Responde con voz baja, aunque cargada de una mezcla de resignación y desafío—. Pero no soy alguien fácil de manipular. Ni siquiera para él.

Sunghoon da un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ambos. La preocupación en su mirada es palpable, una emoción que rara vez mostraba.

—Aun así, no podemos subestimarlo. Si ha contratado a un cazador de híbridos, es porque está dispuesto a todo para asegurarse de que no escapes de su control.

—Y tú temes que pueda lastimarte —Adivina Jaeyun, volviéndose hacia él.

Sunghoon titubea por un momento antes de asentir lentamente.

—Sí, pero más que eso, temo que pueda lastimarte a ti.

El Príncipe esboza una sonrisa suave, aunque cargada de melancolía. Da un paso hacia Sunghoon, tan cerca que puede percibir el calor que emanaba de él.

—No soy tan débil como parezco, Sunghoon.

—No es debilidad lo que temo —Interrumpe Sunghoon, con una intensidad que hace que el corazón de Jaeyun se detenga por un segundo—. Es tu compasión, tu necesidad de proteger incluso a aquellos que no lo merecen.

Jaeyun baja la mirada por un instante, reflexionando sobre las palabras de Sunghoon. Sabe que tiene razón. Incluso en su tío, incluso en Heeseung, siempre ha buscado algo bueno, algo redimible.

—Esa compasión es lo que me hace quien soy —Responde finalmente, con voz suave pero firme.

—Lo sé —Admite Sunghoon, con una leve sonrisa—. Y es una de las cosas que admiro de ti.

El silencio que sigue está cargado de significado. Las palabras no dichas entre ambos flotan en el aire, un recordatorio de lo frágil y, a la vez, poderosa que es su conexión.

Antes de que pudieran continuar, un golpe en la puerta interrumpe el momento. Sunghoon se esfuma de inmediato, volviendo a envolverse en su invisibilidad mágica.

—Adelante —Dice Jaeyun, con su habitual tono sereno.

La puerta se abre para revelar a Heeseung, su expresión tan medida como siempre.

—Alteza, hemos recibido noticias urgentes —Anuncia, inclinándose ligeramente—. El Cazador ha sido visto en las afueras del bosque. Es solo cuestión de tiempo antes de que intente acercarse al castillo.

Jaeyun mantiene su compostura, pero en su interior siente un nudo de tensión.

—Entonces, debemos prepararnos —Responde con calma—. Reforzar la seguridad del castillo y asegurarnos de que no pueda entrar.

—Por supuesto, Príncipe —Asiente Heeseung. Sin embargo, su mirada cae sobre Jaeyun por un momento más largo del necesario—. Si me permite decirlo, no hay necesidad de preocuparse demasiado. Mientras esté bajo mi protección, nadie podrá tocarlo.

Sunghoon, aún invisible, siente cómo sus celos se encienden al escuchar esas palabras. La forma en que Heeseung habla, como si Jaeyun le perteneciera, es suficiente para que quisiera intervenir. Pero se contiene, recordando que este no es el momento para dejarse llevar por sus emociones.

Jaeyun, por su parte, esboza una sonrisa cortés.

—Confío en tus capacidades, Heeseung. Pero también confío en mi propia habilidad para enfrentar lo que venga.

Heeseung inclina la cabeza, claramente satisfecho con la respuesta.

—Haré los arreglos necesarios. Buenas noches, Príncipe.

Cuando Heeseung se retira, Jaeyun suelta un suspiro y se deja caer en el sillón. Sunghoon aparece de nuevo, esta vez con una expresión seria.

—Ese ogro, hombre... —Comienza, pero Jaeyun levanta una mano para detenerlo.

—Lo sé. Su lealtad no es tan pura como pretende, pero eso no quiere decir que sea malo, simplemente es leal a su Reino.

—Entonces, ¿por qué confías en él?

Jaeyun lo mira directamente a los ojos, su expresión cargada de determinación.

—No confío en Heeseung, ni lo juzgo. Pero lo necesito. Al menos por ahora.

Sunghoon no responde de inmediato, pero la preocupación sigue escrita en su rostro. Sabe que Jaeyun es fuerte, pero también sabe que está jugando un juego peligroso.

—No importa lo que pase, no dejaré que te enfrentes a esto solo —Dice finalmente, su voz cargada de promesa.

Jaeyun sonríe, una sonrisa genuina que iluminó el ambiente.

—Lo sé, Sunghoon. Por eso confío en ti más que en nadie.

Y en ese momento, mientras la luna brilla sobre ellos, ambos saben que están unidos, no solo por la magia o las circunstancias, sino por algo mucho más profundo.

𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
𝟏𝟏. 𝐔𝐧𝐯𝐞𝐢𝐥𝐞𝐝
𝟐𝟏/𝟏𝟏/𝟐𝟎𝟐𝟒

Gracias por leer la historia ❤️