
𝔖𝔢𝔠𝔬𝔫𝔡 ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯
Antes de lo esperado, el pueblo estaba en ruinas. Intentaban de abrir la puerta de la iglesia mientras Sophie dormía tranquilamente, Aggie y yo cerramos la puerta lo más que pudimos.
Alguien estaba lanzando esos ataques con magia. De alguna manera, una de nosotras había vuelto a abrir las puertas entre los dos mundos.
— Buenos días, queridas, ¿cuál es el plan ante este problemilla? - pregunto Sophie sonriente
No pudimos responder, solo miramos la aldea destruida, varias familias destruidas, los niños buscando por los escombros parte de sus cosas. A Sophie se le borró la sonrisa.
— No tenemos ningún plan, ¿no?
En eso las puertas temblaron con el golpe de un martillo rompiendo el candado.
— ¡Asesinos! - grito Sophie
— ¡Ve a esconderte! - le advertí, a lo que se escondió entre una de las cortinas.
Me escondí por uno de los umbrales. De pronto llegaron unas personas. Eran los ancianos.
— La situación se ha vuelto insostenible - dijo uno de los ancianos
— Debemos trasladar a Sophie a un lugar seguro
— Y debe ser esta noche
— ¿A dónde?
En eso observaron a Sophie escondida.
— Será esta noche, a las ocho. — Sentencio, uno de los ancianos para luego irse.
— ¿Lo ves? ¡Se los dije! Nada podrá arruinar nuestro final feliz - tarareo Sophie aliviada, mientras guardaba sus cremas y pepinos en su bolso rosa - No se preocupen, todo saldrá bien.
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Antes de la puesta del sol, los Ancianos dejaron entrar a Stefan, a quien Sophie no veía desde que la habían encerrado. No parecía el mismo. Tenía la barba crecida, la ropa sucia y el cuerpo mal alimentado. Como Sophie tenía la protección de los Ancianos, era evidente que los aldeanos habían descargado sus frustraciones en Stefan.
Sophie se esforzó por ser comprensiva, sin embargo, su corazón de bruja estaba feliz al ver a su padre sufrir. Nos miró desde una esquina, fingiendo que no escuchábamos nada.
— Los Ancianos dijeron que ya falta poco - dijo Stefan - Cuando esos cobardes del bosque se den cuenta de que estás escondida, tarde o temprano vendrán a buscarte. Yo estaré preparado - Stefan se rascó la nuca viendo que Sophie hacia una mueca - Sé qué estoy hecho un horror.
— Solo necesitas una buena crema limpiadora - indico Sophie buscando entre sus cosas una de estas. Vio a su padre observar la aldea destruida con los ojos húmedos.
— ¿Padre?
— La aldea quiere entregarte. Pero los Ancianos harían cualquier cosa para protegerte, aun cuando se acerca la navidad. Son mejores personas que nosotros. Nadie en el pueblo me volverá a comprar ahora. No sé cómo sobreviviremos... — suspiro secándose los ojos
Sophie nunca había visto a su padre llorar.
— Bueno... No es mi culpa - soltó Sophie
Stefan exhaló.
— Sophie, lo único que importa es que vuelvas a casa sana y salva
— ¿Dónde estás viviendo?
— Otra de las razones por las que no me quieren es que, quienquiera que sea que te busca, destruyo las otras casas de nuestro sendero, pero dejó la nuestra intacta. Nuestra reserva de alimento desapareció, pero Honora encuentra la manera de darnos de comer todas las noches.
— ¿Darnos?
— Los niños se mudaron a tu cuarto hasta que todo termine y podamos finalizar la boda.
Sophie estaba a punto de romper algo.
— ¿Hay algo aquí que los niños puedan comer?
Vimos que Sophie estaba por desmayarse, por lo que intervine.
— Sr. Stefan, disculpe, pero ¿sabe dónde la esconderán los Ancianos?
Stefan sacudió la cabeza
— No, pero me aseguraron que los aldeanos tampoco la encontraran. No solo de los asesinos debemos protegerla - susurro mientras Sophie se alejaba
— Pero no podrá estar mucho tiempo sola
— ¿Qué ocurrió cuando estuvieron fuera, Violet, Agatha? ¿Quién quiere que mi hija muera?
No supimos responderle, si bien todo acabo "bien", podría haber ganado el odio de varios estudiantes.
— ¿Y si el plan no funciona? - quiso saber Aggie
— Debemos confiar en los Ancianos - Stefan aparto la mirada, recordé cuando la Sra. Callis y mi madre mencionaron que él fue el que sufrió más.
— Encontraremos la manera de solucionar esto. Ella estará a salvo, lo prometes - murmuramos ambas al mismo tiempo
Stefan se nos acercó y tomo nuestros rostros entre sus manos.
— Necesito que cumplan esa promesa
Vimos los ojos asustados de Stefan. Teníamos que proteger a Sophie.
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Ya eran las ocho, tuvimos que dejar a Sophie sola en la iglesia. Regrese a mi casa un poco nerviosa, estaba esperando para ver si se podría ver algo de lo que pasaba, aunque era muy poco probable, estábamos muy alejadas.
— Debí esconderme en la iglesia - suspiré
— Linda, no puedes desobedecer a los Ancianos - indico mi madre - Han sido corteses desde que ustedes detuvieron los secuestros. Deja que sigan así.
— Lo sé, pero ¿qué podrían hacer ellos?, ¿exiliarnos?, prácticamente ya lo somos
— Podrían hacer lo que todos hacen en épocas de miedo. Culpar a la bruja - respondió mi madre que al parecer se perdió en sus pensamientos
— No creo que nos quemen en la hoguera, ¿no?
Mi madre seguía perdida en sus pensamientos, al estar en silencio parecía como si realmente ellos pudieran hacer eso.
— No hablarás en serio
— Necesitaban un chivo expiatorio cuando los secuestros no cesaban.
— ¿Quemaron mujeres? Pregunte horrorizada, ¿cómo podrían hacer eso solo porque no estaban casadas?, se entiende la desesperación, pero no tenían que culparlas
— A no ser que nos casáramos. Eso enseñan a corta edad y muchas veces en los libros.
— Pero ¿cómo la Sra. Callis está viva si no se casó? ¿Y tú al quedar viuda a tan corta edad? ¿No te habrían obligado a casar de nuevo?
— Tuve la suerte de tener a alguien que me defendiera - dijo mi madre - Y pago el precio.
— No pudo ser mi padre, entonces, ¿quién fue?
Lilian miraba el reloj, no respondió.
— ¿Qué quisiste decir con que Stefan fue el que más sufrió? ¿Fue en la época que los Ancianos arreglaban matrimonios? - pregunte
Sin embargo, mi madre no dejaba de mirar el reloj.
— El problema de Stefan es que confía en quien no debería. Él siempre cree que la gente es buena. Al final, nadie es tan bueno como parece, linda. — suspiro Lilian al ver que eran más de las ocho - Sin duda lo sabes.
Después de mucho tiempo, vi que mi madre estaba llorando, no había llorado desde hace mucho tiempo, cuando era pequeña, prometió que no volvería a llorar y ahora lo estaba haciendo. Algo no andaba bien.
— ¡No! - grité cuando me di cuenta de lo que pasaba
— Dirán que ella fue quien lo eligió
— ¿Tú lo supiste todo este tiempo?, sabías que no la iban a trasladar...
— ¡Tenía que protegerte, quería ayudar, pero no podía! ¡Ellos sabían que la traerías de vuelta! Prometieron perdonarte al igual que Agatha si las lográbamos mantener en casa hasta qué...
Tenía que ir con Sophie, corrí lo más rápido que pude, mi madre intento de seguirme, pero casi se cae. Ahí gané un poco de ventaja.
— ¡Te matarán! - grito mi madre, aunque ya era demasiado tarde, estaba llegando a la iglesia.
Llegué a la iglesia y vi a Aggie, también se dio cuenta de lo que sucedió.
— No está aquí - suspiro
Ambas corrimos al bosque para buscarla.
En el camino recordé la promesa que le hicimos a Stefan, ¿cómo le íbamos a explicar a un padre que su hija estaba muerta? ¿Cómo podría vivir sabiendo que pude salvar la vida de mi amiga?
En el camino vi la crema de miel de Sophie, había pasado por aquí. Mientras intentaba de buscar más rastro, pise por accidente una rama.
Los hombres en las carpas empezaron a buscarnos, Aggie y yo corrimos lo más que pudimos.
Antes de escapar completamente, Aggie le susurro algo a Stefan.
— Lo prometo.
೫
Hola, ¿Cómo están?
Disculpen la inactividad, últimamente estuve un poco ocupada y con un "bloqueo escritor".
Subiré capítulo más seguido, probablemente los lunes, miércoles y sábados :D
No se olviden de comentar y ponerle estrellita que me ayudaría mucho. También, no se olviden de tomar agua :)
Gracias por su apoyo <3
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