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En un pueblo lejano, llamado Gavaldon, nació una niña con unos bellos ojos café y con un hermoso cabello castaño. Violet, era una niña común en ese pueblo, o bueno, eso pensaban...

Nuestra protagonista creció con su madre, la cual le contaba historias de los heroicos príncipes y princesas que salvan a sus reinos o de brujas que controlaban la magia negra y atormentaban a personas inocentes. Ella se había encantado con estos cuentos y desde que su mamá le empezó a leer estos, no era de sorprenderse que adquirió un gran amor por libros.

Desde pequeña, fue aislada por los demás niños del pueblo, al tener gran fascinación por lo fantástico y al pensar que hacía magia, ya que, casi siempre que decía algo, se cumplía y las personas de su al rededor terminaban enfermas, desde ahí la llamaron "Loca". Pero, logró obtener una amiga; la hija de una amiga de su madre, Agatha. Las dos eran inseparables, las excluidas del pueblo, se apoyaban, eran un eclipse y una luna, se complementaban tan bien... luego, llego alguien con quien se complementaron aún más; sin embargo, a la vez se distanciaron.

Cuando Sophie las fue a buscar en la casa de Agatha, las tres chicas sintieron como si por fin estuvieran completas, complementadas, ahora, eran un sol, una luna y un eclipse...

Aunque, no todo puede ser tan bueno, mientras que Sophie y Agatha se acercaban cada vez más, Violet se iba quedando de lado, claro, ellas no querían eso, pero a veces pasaba, por lo que Violet volvía a refugiarse en los libros. Ella añoraba poder vivir una gran aventura, en donde pueda salvar a los demás, en donde pueda encontrar el amor verdadero y cambiar algunas cosas de los cuentos. Cada día se despertaba de ese sueño y recordaba que no podía, tenía que cuidar a su madre y su padre había fallecido cuando ella apenas tenía un año, eran ellas dos, contra el mundo...