𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑 OO8
"Nuestra noche se volvió fuego y tú te volviste de mi."
Mientras lo hacía querer tapar su propios labios, no podía. Aquel infernal no paraba de darle un placer interminable.
Sus piernas cada vez se abrían más y sus ojos estaba en blanco. Saco la lengua al sentirse tan bien. Su cuerpo temblaba y tenía espasmos.
Quería correrse pero el infernal se robaba sus orgasmos con tanta eficaz.
—No- no puedo- n-no pu-edo más. No más.
Se apoyo sobre sus codos y intentó detenerlo tomándolo de su cabellera gris pero este gruñía. Cuando se suponía que debía correrse, no pudo, solo apretó la cabellera con fuerza mientras su rostro lleno de lágrimas y baba se deformaba de placer. Este sería su sexto orgasmo si se hubiera podido correr.
El infernal paró y fue directo a su rostro. Donde paso la lengua por los labios gorditos y cerrados del humano que no paraba de delirar de placer. Intento succionar la lengua del infernal pero fue lento.
Tomó la cabeza de el ser y sus rostros se apretaron mejilla contra mejilla. Mientras al rubio le encantaba tenerlo así, el contrario se burló cuando entro en el sin aviso pero por la estimulación que tenía no había dolor, solo placer y era más fácil entrar. El humano intentó alejarlo arqueando su espalda y sus manitos pequeñas se apoyaron en sus pectorales marcados. Sus manitos quemaban en sus pectorales pero se sentía tan bien ser tocado por humano como el.
Tomó sus manos y las alejó de su pecho para poder estar más cerca de el. En cambio, sus manitos ahora estaban abrazándolo y rasguño su espalda mientras su cuerpo era embestido una y otra vez duramente. Sus ojos se voltearon volviéndose blancos pero el infernal trataba de que eso no pasará, ya que, quería que lo mirará los ojos todo el tiempo. Pero el humano no podía.
¿Veía el cielo? ¿Las estrellas? No. El estaba viendo las llamas del infierno en sus ojos. Su rostro estaba hecho un desastre como su cuerpo lleno de mordidas, chupetones y marcas de garras.
Sus labios solo podían mantenerse abiertos, la saliva salía de ellos en cada esquina de estos. Y sus ojos tenían pequeñas lágrimas de placer. Su espalda no conocía otro movimiento rápido que el de arriba y abajo sobre la barra.
Intento negarse cuando sentía otro orgasmo venirse por todo su cuerpo se retorció en su lugar cuando nunca llegaba. Saco la lengua esperando a que el infernal lo besara pero nunca llegó. Este solo se mantenía dandole placer y también buscando el suyo.
Se sentía tan exquisita la manera en la que lo apretaba alrededor de su gran hombría. Estaba volviéndose loco con aquel humano.
El rubio lamió la mejilla del infernal y eso no lo sorprendió. Era sabido a estas alturas que haría lo que sea por llamar su atención cuando se encargaba de darle placer que nunca encontraría que no fuera con el.
Nuevamente el humano estuvo a punto de otro orgasmo pero ya era octavo en la noche pero quería correrse de una vez.
Sus manos no podían evitar rasguñar su espalda. Gruñó cuando sintió sus pequeñas uñas en su piel pero le excitó. Pero algo que lo excitó más fue que la mano del humano tenía un santo rosario escondido en un puño de su mano. Le quemó la piel de su espalda y hizo arquear su cuerpo hacia adelante. Produciendo una fuerte embestida en la entrada del contrario para luego este mismo soltará un gran grito de placer junto a el cuando soltó un gemido al sentir su piel ser quemada.
Tomó la mano del humano y le quitó el santo rosario aunque le quemara los dedos. Lo arrojó lejos de ellos dos con molestia.
No necesitaba a su dios cuando lo tenía a el entre sus piernas. El era su nuevo dios.
Luego, el infernal observó su propia mano con el anillo de compromiso y tomó el anillo entre sus dedos. Ejerció un poco de fuerza y se lo quitó. Luego lo arrojó lejos.
Asqueroso compromiso. Jodete padre.
Soltó una sonrisa lasciva mientras miraba al humano gemir debajo de el. Solo contemplaba como el cuerpo pequeño del contrario se movía de arriba a bajo sobre la barra y intentaba respirar con normalidad pero era imposible por el movimiento de sus embestidas duras contra el.
Mordió su cuello por última vez y cuando sentía que se corría, succionó el pequeño botoncito del pecho del humano para luego alejarse solo para contemplar como el contrario por fin estaba teniendo su poderoso orgasmo. Se había corrido sobre su propio abdomen de una manera fuerte.
—Bienvenido al Inferno. Ese es mi regalo para ti.
Su cuerpo no podía soportarlo tanto. Estaba comenzando a tener espasmos mientras jadeaba y intentaba respirar al mismo tiempo. Pero lo abrazó, rodeando sus cabellera rubia con ambos brazos, ocultando el rostro del humano entre sus pectorales y volvió a embestir por última vez sintiendo los gemidos eróticos de su amante contra su pecho. Mordió sus labios y gimió tan excitado por tenerlo a su merecer luego de que lo atacaba como un gatito enojado.
Ahora solo podía llorisquear, gemir y gritar de placer.
Quería ser el próximo en conseguir su orgasmo. No paró de embestirlo bruscamente pero no duró mucho sus acciones cuando su entrada comenzó apretarlo exquisitamente. No podía moverse tanto así, simplemente se dejó apretar y se dió por vencido gimiendo al sentirse bien. Finalmente había llegado pero quería más.
Se alejó un poco cuando se recuperó de su orgasmo. Miró al rubio que apenas podía abrir sus ojos y moverse. Vio como sus manitos se posaban en su abdomen y lo acariciaban mientras aún se mantenía con las piernas abiertas.
Exquisita imagen, pensó.
Dejó que el humano lo acariciara en todo su abdomen.
Estuvo sonriendo un largo rato adorando como el cazador lo tocaba tan metido en sus pensamientos. Pero borró su sonrisa y desvío su mirada hacia la puerta del apartamento que estaba ahora siendo tocada. Rodó los ojos. ¿No tenían otro momento para interrumpir?
Solo con mirar la puerta. Puso seguro en ella. Así nunca le arruinarían su momento.
Solo quería estar con el humano todo el tiempo. El cual ahora acariciaba su rostro como si no hubiera visto uno antes.
Rápidamente lo cargo entre sus brazos y cayeron juntos a la cama del rubio. Los dos se envolvieron entre sábanas.
—Tus ojos.. son tan bonitos.
Sus dedos acariciaron el supuestamente delineado rojo que tenían sus párpados pero en realidad eran como una marca de nacimiento. El infernal se dejó acariciar todo lo que el humano quisiera.
Tenía que admitir que comenzaba a caer en un profundo sueño el humano rudo quería seguir jugando. Simulaba saltar sobre como si estuviera penetrandose solo.
—Otro orgasmo más. Vamos.
El ser del Inframundo solo estiró hacia arriba sus brazos recostados en la cama. Estaba cómodo pero el rubio no paraba de saltar en su regazo. Cerro los ojos y luego los abrió rápidamente cuando sintió que su erección había crecido y ahora estaba dentro del humano de nuevo.
Mordió su labio sintiéndose en el infierno de nuevo. Gimió inclinado su cabeza hacia atrás extasiado de placer mientras podía ver las blancas paredes de la habitación convertirse en rojas.
Sabía que lo estaban observando desde el más allá pero no le importaba.
Su cuerpo se teletransportó junto con el humano hasta que lo estampó contra el frío vidrio de la puerta corrediza del balcón.
El pecho del humano se pegó al frío vidrio mientras sus manitos hacían lo mismo. Sus labios se pegaron de la misma manera mientras el vidrio se empañaba por cálida respiración.
El infernal besó toda su espalda mientras tomaba sus manitos y las mantenía sobre el vidrio. Inmovilizado.
No dió muchas vueltas. Rápidamente volvió a hacerlo suyo. Tomó sus caderas está vez con rapidez y con ayuda de una de sus manos se acomodó mejor entre sus nalgas. Quería disfrutar un poco más. Entró lentamente en el mientras lamía la oreja del humano, provocando suspiros y jadeos.
—¿Quieres ver el Inferno de nuevo?
Su voz estaba tan ronca que lo hacía gemir contra el vidrio. Quería más.
—¡A-ah! Déjame verlo todo.
Su voz fue tan desesperada y a la vez tan agitada. Y antes de continuar su trasero fue víctima de múltiples azotes mientras comenzaba a ver inferno cada vez más.
𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑★
—¿Y esta marca? —El rubio señalaban una por una de sus marcas en su espalda y curioso las besaba. Mientras el contrario estaba boca abajo.
—Esa marca fue porque mi hermano mayor me había herido con una espada real de principe.
—¿Eres un príncipe? —Su tono curioso y dulce hacia verse tierno.
—Si. Pero el menos querido de los tres hijos.
Jimin volvió a besar su otra marca en su espalda. Luego otra, después otra y luego otra.
—Tu padre es Asmodeo.
—Si.
Realmente fue fría su respuesta. Odiaba a su padre por quitarle la posibilidad de sentir como alguien normal. Pero está noche había sentido algo que creyó que había perdido y era placer con un poco de amor en el. Quizás enamorarse era un camino largo pero gustar no era tan difícil.
Jimin repartió besitos por su brazo derecho fuerte y lleno de tatuajes hasta su hombros.
—¿Tienes algo para mostrar también?
Jungkook estaba curioso de saber un poco de Jimin. Y el contrario acepto. Fue a su mesa de luz a lado de su cama y luego saco del cajón una daga. Era un obsequio de su padre cuando era pequeño. Lo había dejado para el una pequeña cajita.
Se volteo a ver y borró su sonrisa cuando la vió. Luego miro a Jimin con cautela.
—Mi padre me regaló esto. Cuando era pequeño, aún la conservo por el. Pero no sé que es realmente. Bueno, es una daga pero no sé cómo funciona.
Los ojos de Jungkook miraron la daga roja con una pequeña piedra violeta incrustada en la base de la daga dónde era sostenida.
Pero desvío su mirada al rubio, quien miraba confundido el arma.
—Adivina, Mi amor. —Dijo el infernal.
Luego se sorprendió cuando Jungkook se acercó a la daga y paso lentamente su lengua por el filo de la daga sin quitar su mirada de los ojos de Jimin.
También no se resistió cuando vio nuevamente como el infernal volvía a pasar su lengua sobre la longitud de la filosa daga mientras le daba una pista pero más que una pista para el. Parecía una invitación.
Jimin pasó su lengua a la misma vez Jungkook lo hacia. Sus lenguas se tocaba un poco pero no del todo cuando el obstáculo era una daga filosa entre ambos. El peli gris río bajito mientras pasaba otra vez la lengua y Jimin hacia lo mismo con el, al mismo tiempo. Una y otra vez.
—Puedes matarme con eso, Jimin. Directo a mi abdomen y acabas todo.
Su mano delgada alejó la daga de sus rostros y luego besó sus labios gorditos.
—No qui- no quiero hacer eso, no.
Largos minutos sucedieron y ambos se mantenían aún juntos en la cama. Jimin volvió a guardar su daga mientras Jungkook se volvía a recostar boca abajo en la cama. Estaba algo agotado pero no para dormir años.
—¿Por qué nos pasó esto?
Jungkook estaba confundido. Tan de repente había hecho suyo al su enemigo pero dudaba que fuera su enemigo cuando a la hora de disfrutar ambos se olvidaban. Se comenzaban a besar, amar y acariciar como amantes enloquecidos. Ya habían tenido muchas rondas en una noche.
Estaba tan pensativo que no se dió cuenta cuando Jimin se había subido a su espalda y su frotó en ella para luego atrapar entre sus labios gruesos y perfectos el lóbulo de la oreja de Jungkook. Comenzó a succionar aquel pequeño lóbulo y eso hizo que el contrario cerrará los ojos mientras mordía su labio inferior. Se sentía bien.
Su mano fuerte acarició el suave cabello rubio del caliente humano.
—Estoy preocupado.
—¿Por qué Jeon Jungkook estaría preocupado? Debe ser algo grave. —La suave risita llegó a su oído pero no le molestó. Solo sonrío al escucharla tan tierna.
—Namjoon tiene mi sangre. La tomó de muestra en el charco de sangre. Temo que que pueda crear algún ser con ella.
—No creo que lo haga, bebé.
Ambos se quedaron en silencio y Jungkook se volteó rápido a mirarlo.
—¿Bebé?¿Quieres un bebé? —El infernal río burlón.
—Claro que no. Solo es una forma de llamar a alguien. -—Jimin peinó un poco los mechones de Jungkook mientras esté no paraba de sonreír.
—Puedo darte un bebé si algún día cambias de opinión. Nunca digas nunca. —Sus cejas bajaron y subieron rápidamente. En un gesto de que cuando el quisiera, estaba dispuesto a dárselo.
—Imposible. Pero si fuera mujer, me gustaría que tuviera tus ojitos.
—Sigue intentando. Nunca habrá alguien igual a mi.
—¿Eso crees? Yo pienso lo mismo.
—Oh ¿eso crees?
Ambos se rieron. Jimin decidió que sería hora de cambiarse. Ya era la hora de ir al laboratorio. Habían pasado toda la noche juntos sin parar con su placer.
Camino mostrando su cuerpo totalmente frente a Jungkook. Recordó cuando el rubio no quería verlo en las duchas y luego su ruda confesión que jamás estaría a sus pies.
Ese cuerpo perfecto y único. Pero su momento de contemplarlo se acabó cuando el cuerpo se cubrió con sus ropas.
—Tengo suerte de tener otro traje de trabajo.
El infernal negó mientras ocultaba sus rostro en las almohadas del rubio. Su aroma estaban en ellas. Era delicioso.
—Si sales de apartamento, no olvides cerrar la puerta con seguro a tu manera, no quiero que sepan que mi apartamento es un desastre por nuestro encuentro.
Se acercó al infernal y acarició su espalda hasta su hasta su trasero. Luego lo golpeó y luego escucho un jadeo.
Corrió había su puerta y luego intento salir pero cuando abrió la puerta, se encontró con Taehyung frente a el.
—¿Con quien hablas? Estaba por tocar tu puerta y luego escucho dos voces. —Taehyung estaba algo confuso.
Jimin se sorprendió al verlo y rápidamente cerro la puerta tras el.
—Solo estaba hablando por mi móvil. Namjoon me llamó, quiere que esté en su oficina. ¿Por qué?
—Nada. ¿Vamos juntos?
Jimin asíntio lentamente y cerró su puerta con seguro. Quizás Jungkook deba faltar hoy al trabajo o saltar por el balcón para escapar.
𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑★
Namjoon camino hasta obtener la atención de todos y el silencio llegó al fin.
—Hoy los he invitado a esta reunión en especial.
Todos los científicos y cazadores se encontraba en el gran salón de reuniones.
Jimin estaba ahí con todos los cazadores. A su lado Taehyung como su mano derecha. Luego Yoongi y Hoseok detrás de ellos.
El rostro de Jimin era pura seriedad y concentración.
—Según saben, hace unos días, hubo un posible suicidio en uno de los edificios pero su cuerpo nunca se encontró. Por eso decidí tener una muestra de la sangre encontrada. Debo decirles que esperaba una sangre común pero está sangre asombrosa y extraña.
Namjoon tomó un control y presionó un botón rápidamente permitiendo que un proyector mostrará una imagen en toda la pared hecha para proyectar imágenes o vídeos de sus experimentos.
—La sangre que encontré. La examine y me di cuenta que tiene en ella más glóbulos blancos que rojos pero todos su glóbulos blancos estaban muertos porque estaban fuera del cuerpo.
Jimin miró mejor la imagen detrás de Namjoon y observó un dibujo dónde explicaba mejor sobre lo que hablaba.
Y rápidamente su mente recordó lo que Jungkook le había dicho. Namjoon tenía su sangre y si no lo detenía. Algo podía crear. No era una sangre cualquiera y Namjoon eso lo sabía pero no sabía que era un de un infernal.
—Asi que, señoras y señores, encontré en ella, células que se regeneran y intentan revivir a los glóbulos blancos y rojos pero no estos no sobreviven ya que no se encuentran en el cuerpo. Siempre están regenerando pero ellas son las únicas que viven.
Su mano elevó un pequeño recipiente con la muestra y rápidamente el rubio se alertó. Aquella sangre era brillante y oscura.
—Les propongo a todos ser parte de una etapa en nuestro laboratorio. Seguro con esta sangre podemos crear miles de creaciones regenerativas. Además, el dueño de esta sangre, debió regenerar su cuerpo y huir pero todos saben que aquí no se puede huir gracias a nuestras excelentes murallas. El o ella debe estar aquí aún.
Todos se miraron entre ellos mismos menos Jimin quien miraba directamente a Namjoon, quien no perdió el tiempo y habló por última vez antes de terminar la reunión.
—Propongo que todos podamos sacar una pequeña muestra de nuestra sangre para encontrar al afortunado de esta sangre y agradecerle su máximo poder.
Negó y negó. Fue bueno el día de hoy que haya encerrado accidentalmente a Jungkook en su apartamento pero también sabrían que era el único que faltaba. Debía ayudar a Jungkook a escapar de la muestra de sangre. No podían extraerle ni siquiera un poco de sangre. No sobre su cadáver. No podían hacerle eso.
Seguro que si supieran que es Jungkook, temió que lo encerraran y luego quitarán toda su sangre para creaciones. Eso podía significar su fin.
Se levantó rápidamente de su asiento y corrió hacia la salida del laboratorio. Directamente a su apartamento.
Cuando llegó a el. Se encontró con Jungkook aún en su cama. Estaba durmiendo en su cama placentero y eso lo calmó. Cerro con seguro la puerta y caminó hasta el.
Acarició sus cabellos grises y luego suspiró. Quería darse una ducha, solo camino hasta el baño, dónde dejó correr el agua caliente.
Pero mientras Jimin estaba en su baño. El infiernal abrió sus ojos y estos estaban completamente negros. Se levantó rápido de la cama y busco sus prendas.
Tenía que salir rápido. Su cuerpo presentía algo gracias a su sangre. Estaba siendo examinada de nuevo y por alguna razón se sentía muy observado.
—Linda sangre ¿Verdad?
Namjoon dejaba que cada uno de sus científicos la observarán mejor en el microscopio.
Seokjin solo miraba desde lejos sin decir nada. Algo le decía que esa sangre pertenecía a alguien que conocía pero negó rápidamente.
Quizás el científico no sabía que sus recuerdos podrían volver o quizás quedarse así para siempre.
Quizás también sentía cerca de la sala de experimentos dónde se encontraba junto a los demás, como una presencia molesta y oscura se acercaba.
Jungkook tomó todas sus ropas y con sus colmillos largos mordió su propio antebrazo. Debía despertarse mejor. Aún tenía un poco de sueño. Luego su piel comenzó a sanar rápidamente en un segundo.
Camino hasta la puerta ya vestido pero cuando intento abrirla, está fue golpeada. Rápidamente se escondió detrás del sofá cerca del balcón.
—¡Esperen!
La voz del rubio llegó a sus oídos. Este se acercó a la puerta en una cómoda bata de dormir. Tomó la puerta y se sorprendió al ver a su compañero Yoongi parado frente a el.
Le sorprendía el hecho de tenerlo en su puerta golpeando. No solía hacerlo muy seguido o casi nunca.
—¿Yoongi?
—Jimin. Debo decirte algo que ya no puedo ocultar. Esta vez sí quiero volver. Lo pensé desde esa noche que estuvimos juntos aquí.. no se si pueda seguir viéndote como un jefe.
—Pero, Yoongi decidimos no hablar del tema y solo del trabajo cuando se trataba de nosotros.
—Es diferente ahora, Jimin. Somos adultos y creo que podemos saber cómo hacerlo.
Jungkook rasguño el sofá despacio. Escucharlos hablar le hacía querer salir de ahí en su forma tétrica.
—Dejame entender un segundo. ¿Quieres que volvamos a ser lo de antes solo porque estuvimos muy cerca y juntos en mi apartamento? —Jimin luego de unos segundos, negó y sonrió.
—Si. Jimin nunca tuvimos la oportunidad de llevarlo al siguiente nivel. Creo que volvía sentir algo por ti está vez, prometimos olvidarnos pero eso no está funcionando. Te estoy fallando.
—No tengo palabras, Min.
Jimin se giró para caminar hasta el centro de su apartamento pero Yoongi lo siguió. Insistiendo que estaba sintiendo cosas nuevas y más intensas que antes en el pasado.
Un amor imposible del pasado, debía seguir siendo posible para para ellos no era posible. Estaban en peligro de esas reglas pero a Yoongi no parecía importarle.
—Ignora las reglas, Park. El amor vale más.
Jimin solo se cruzó de brazos. No quería lastimarlo. Cerro los ojos y luego se tomó un segundo. El segundo el cual pensó con claridad pero nada lo dejaba hacerlo.
—No creo que sea así, Yoongi.
—Jimin siempre te amé, nunca olvide nuestros besos escondidos del pasado y me es difícil superar lo que siento cuando te tengo cada día más cerca. —El cazador lo tomó de los hombros y luego lo miró directamente a los ojos, aquellos que se abrieron lentamente dejando su hermoso color a la vista.
—Entonces era por eso que siempre me seguías y me dabas tu apoyo en todo. Estabas buscando la manera de también decirme que nunca olvidaste lo nuestro.
—Es complicado olvidar algo así.
Jimin estaba por decir algo pero escucho un gruñido en la sala. Había olvidado a Jungkook. Mierda.
Seguro ya había escuchado todo. No era justo que comparta una noche con el infernal como si fueran amantes de toda la vida y luego horas después, escucha su conversación con Yoongi.
—¿Ese sonido?
—Mi estómago, tengo hambre.
—¿Tu hambre suena así de fuerte? Wow.
El rubio sonrío nervioso y luego miró sobre su propio hombro el sofá detrás de ellos.
—¿Te gustaría ir a comer conmigo? A la cafetería obviamente. No podemos salir. —Yoongi río un poquito y luego acarició la mano de Jimin pero este solo tragó duro cuando escucho el ruido de garras que el contrario no escucho está vez.
—Si. Podemos, espérame fuera. Debo vestirme.
Yoongi sonrío y caminó fuera del apartamento. La puerta fue cerrada rápida y lo único que vio fue a un Jungkook sentado en el balcón mirándolo con enojo para luego saltar por el. Se sorprendió cuando lo vio saltar con tan decidido.
Solo recordó sus ojos negros mirándolo con querer cortarle todas sus extremidades por haberlo hecho escuchar algo como lo de hace uno minutos.
Necesitaba encontrarlo antes de que haga algo. No parecía estar bien con aquellos ojos.
𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑★
—Muy bien, está muestra es la última que examinare por hoy pero siento que aún falta alguien ¿Saben quien?
Todos los científicos se observaron entre ellos y negaron. También los cazadores se observaron y supieron quien faltaba. No era nada más y menos que su jefe, Park Jimin.
Namjoon solicitó a algunos cazadores que lo buscarán mientras se comenzaba a sentir frustrado. No encontraba la sangre idéntica a la de su muestra. Todas eran inútiles sangres sin sentido y aburridas.
Seokjin solo podía anotar en su libreta, las diferentes sangres con sus nombres correspondientes.
Jungkook. Fue lo que le vino a la mente.
Y ahí estaba el. Su zapato abrió la puerta con fuerza. Espantado a todos de un susto.
—¿Que tal tu procedimiento? Kim.
—Oh. Jungkook ¿Has venido a quitarte un poquito de sangre para nosotros? Si es así, deja que Seokjin extraiga un poco.
—No gracias.
Todos se voltearon al sorprenderse por la falta de desobecencia. Ellos eran incapaces de decirle que no a su jefe y por eso, se sorprendían que por primera vez alguien le decía que no a Namjoon.
La mirada del jefe se torno fría y se alejó de su microscopio. Solo para voltear a verlo.
—¿Por qué no?¿Tienes algo que esconder?
Si daba su sangre, lo descubrieran. Si no lo hacia, sería descubierto también y podrían obligarlo qué se extraiga sangre por la fuerza.
—No escondo nada. Solo debes parar. No sé que quieres con esa sangre pero no parece sana y tú debes saberlo con solo mirarla.
—Es una sangre regenerativa. ¿No lo entiendes? No solo las creaciones tendrán el poder de regenerar su salud, quizás nosotros tengamos la oportunidad de ser inmortales como humanos.
—¿Crees que sería una nueva revolución para todos?
—S-
—No. No lo es. ¿Es una broma? Seguro no sabes si aún podemos morir si introducimos eso en nuestro cuerpo.
—Pero podemos probar con un humano.
Eso estaba siendo tétrico. Namjoon se giró para observar a Seokjin quien se volteo a una mesa para elegir una jeringa lista para extraer sangre.
—¿Estás seguro que no quieres extraer un poco de sangre? Eres el mejor científico de nuestro laboratorio. Una extracción de ti vale mucho.
El infernal tragó duro.
—Yoongi no puedo. Debemos dejarlo para otro día.
—Pero me confirmaste que si vendrías conmigo a comer.
—Debo extraerme sangre para Namjoon.
Ambos compañeros cazadores caminaron a paso rápido por los pasillos. Aunque Jimin no solo iba a extraerse sangre. También estaría ahí para ver si Jungkook estaba a salvó con Namjoon, luego de que supiera sobre la extracción de sangre de todos los miembros.
Tomó el ascensor de manera rápida y luego cuando las puertas se abrieron en par. Corrió hasta la sala de experimentos. Intento abrir la puerta pero estaba cerrada. Era extraño. Observó por al pequeña ventanilla pero solo tenía en su vista muchos científicos alrededor de tres personas que no alcanzaba ver muy bien.
—¿Qué mierda..
Jungkook fue tomado por los brazos con ayuda de dos científicos fuertes y lo recostaron violentamente sobre una mesa, sin importa si está se destrozaba o si el cuerpo resultaba herido.
—No solo estás obligando a alguien por la fuerza, también quieres robarme mi sangre para tu estúpida examinación.
—Es por el bien del laboratorio. No solo avanzaremos cómo humanos inteligentes, sino, como inmortales.
—Y tú cómo sabes que tengo sangre como la de tu muestra y no una normal.
—Tus comportamientos son sospechosos. Cualquier persona dejaría que extraigan su sangre sin tanta negación.
Seokjin sonrío algo malicioso. Golpeó con su dedo la jeringa como si estuviera llena pero en realidad hacia burla como si pronto la estuviera.
Jungkook lo miró con llamas vivas en sus ojos. Estaba comenzando a pensar que tú tan querido mejor amigo, estaba fallando. Luego volteo a mirar a Namjoon y sonrió grotescamente.
—Interficiam te*. —Hablo aquel infernal en latín.
Las luces de la sala comenzaron a parpadear.
Jimin tenía que abrir la puerta. Utilizó su pie y luego su cuerpo hasta que logró entrar sorprendiendo a todos.
—¿Que carajos estás haciendo?
El rubio corrió hasta el jefe empujándolo y luego empujó a Seokjin.
—¿Que demonios les pasa? En serio esa es su forma de extraer sangre. Extraigan mi sangre en su lugar.
—¿Hay algo que estés ocultando, Park? —SeokJin miró serio y luego bajo su jeringa.
—No hay nada que ocultar. Escuché que Namjoon quería extraer mi sangre. Yo lo haré en su lugar.
—Perfecto.
Ambos científicos levantaron a Jungkook de la mesa y lo empujaron lejos. Por suerte, Jimin lo atrapó de su fina cintura pero el contrario se soltó de su agarre y le envío una mirada de enojo.
El rubio frunció el ceño al verlo enojado y luego caminó hasta un asiento. Dejó que su brazo sea víctima de la aguja. Estaba listo.
Aquella aguja comenzó a esconderse debajo de su piel y cuando fue suficiente, la jeringa comenzó a succionar líquido carmesí rojo.
Soltó un quejido pero aún así volteo a ver a Jungkook quien miraba la sangre con sus labios abiertos y su lengua estaba inquieta.
El rubio negó ante su comportamiento. La jeringa fue retirada cuando tuvo suficiente sangre. Namjoon sonrío cuando vió su sangre y rápidamente colocó un poco de esta en su microscopio.
La examinó por unos largos minutos, intento comparar la sangre oscura de muestra con la del rubio. Pero negó. Esa sangre estaba sana. No había células regenerativas.
Ambos científicos voltearon hacia el infernal pero este ya no estaba ahí.
Se había marchado antes de que lo atraparán.
Jimin sonrío orgulloso.
—¿No era mi sangre la que querías, Namjoon?
—Ahora no la quiero. No es la tuya y eso apunta a alguien en especial ahora.
Todos observaron la puerta de la sala abierta.
Interficiam te*: Voy a matarte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro