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𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑 OO3

"Volver a verte es sinónimo de castigo en mi mente."

—Bienvenido a nuestro laboratorio. No sabía que alguien como usted podía ser parte de nosotros.

Kim Namjoon, jefe del gran laboratorio secreto le daba su bienvenida. Estaba orgulloso que con solo dos pasos ya era un científico. Lo mejor era venía ahora.

Sentados en una oficina con excelente muebles de calidad. Un café caliente para cada uno y una charla que tenía en mente que sucediera. Todo desde la mente de nada más y menos... Se volteo a ver a su compañero amigo, Seokjin a su lado quien lo miraba con orgullo.

—¿Cómo te sientes ahora con tu trabajo en un lugar diferente? Señor Jeon.

Jungkook bajo sus lentes de sol con un dedo índice y sonrió encantado.

—Muy cómodo. No puedo esperar a conocer mis nuevos compañeros de trabajo.

Sobretodo a Park Jimin. Pensó.

—Los conocerás pronto luego de firmar nuestro contrato.

Namjoon saco del cajón de su escritorio el contrato que contenía muchas hojas. Listo para firmar y cumplirse. Luego acomodó las hojas para verificar que todas estuvieran perfectamente y listas para ser leídas.

—Es gusto para mí tenerte aquí, mi más querido amigo. —Seokjin se volteó a ver a Jungkook con una gran sonrisa. El último nombrado comprendió que el científico comenzó a tener el efecto que el quería.

Había borrado los recuerdos de Seokjin donde el era un infernal en ellos. Los había modificado solo para ser el amigo científico de Seokjin. A su vez había hecho lo mismo con el resto de las personas que trabajaban en el laboratorio.

Sabía que antes, todos los miembros del laboratorio sabían que el era un infernal, gracias al recuerdo de Seokjin, donde el ocultaba un informe sobre el y luego fue divulgado por todo el lugar. Lo peor era que siempre iban a solo para molestarlo y burlarse en su cara.

Decidió cambiar eso. Se volvió en sus mente el científico más famoso para dejar de ser un infernal y a su vez, era el mejor amigo de Seokjin.

Lo interesante de todo es que decidió no alterar los recuerdos de Jimin. El aún lo recordaba como un infernal que estaba encerrado en una jaula. Lastima porque el ya no sería ese infernal y eso lo dejaría confundido.

Su realidad se volvió de oro cuando sintió que por fin tenía el poder recorriendo sus venas.

El contrato llegó a sus manos y Seokjin con una sonrisa enorme le prestó su bolígrafo.

El lo tomó con la misma sonrisa y el bolígrafo fue directo al espacio creado solo para su firma. Pero paró. No firmo.

Examinó antes el contrato. Leyó cada una de las letras pequeñas y grandes incluso lo que el recibirá por ser un excelente científico. Y luego las reglas estrictas.

Primera regla: No se permiten romances, parejas, amoríos, o encuentros indebidos entre compañeros de trabajo. Sin importar su sexo o género. Nadie puede tener relaciones fuera y dentro del laboratorio. Esto será solucionado con expulsión de ambas personas.

Namjoon tenía su mirada sobre Jungkook quien lo miró desde abajo desde sus pestañas. Y luego sonrío algo nervioso. Aunque realmente no lo estaba.

Segunda regla: Nunca desobedecer a a un superior. Si un cazador desobedece a su jefe de equipo de cazadores, el jefe puede poner un castigo. En caso de ser diferente, si un cazador o jefe de cazador desobedece a un científico o jefe, este último puede decidir un castigo.

Tercera regla: Jamás intentar escapar o dejar el laboratorio sin una renuncia verdadera. Una vez que perteneces a este lugar, Jamás puedes irte. Solo significa que la muerte es la salida de este lugar.

Cuarta regla: Los secretos son secretos. Nadie puede contar la verdad de nuestro laboratorio a nadie fuera del lugar. Lo que sucede aquí, queda aquí. En caso de no respetar está regla, de deberá someter a experimentos como castigo.

Jungkook sonrío al ver tanta malicia en ellos. No le sorprendió mucho. Había visto maldad mucho más fuerte que está y esto no era nada comparado a eso.

Firmo su contrato con rapidez y luego le entregó el bolígrafo a Seokjin.

—Bienvenido, Jeon Jungkook, yo soy tu jefe, Kim Namjoon pero eres un excelente científico gracias al informe sobre ti así que no me tomes tanto como un jefe, sino, como un compañero más de trabajo. -Su mano se extendió para que fuera estrechada por Jungkook.

Sus manos se estrecharon con fuerza y eso fue donde todo comenzó con fuerza. Cómo sus manos estrechadas.

Jungkook miró a Namjoon como se comenzaba a comportar extraño. Otra mano se iba directamente a su cien. Le dolía la cabeza mientras estrechaba su mano.

—¿Te sientes bien? Señor Namjoon. -El científico a su lado estaba algo preocupado por su repentino comportamientos. El peli gris sonrío más cuando lo vio soltar su mano. ¿Acaso no le quería estrechar la mano?

—No te preocupes, Seokjin. Parece que hoy no desayuné, debe ser por ese mismo problema. Me haré cargo de mismo, mejor enséñale su puesto de trabajo.

—Con gusto, Señor Jefe.

Jungkook asintió al ver a su amigo hacerle un gesto para que salieran juntos de la oficina pero antes de marcharse miró sobre su hombro a Nam que sacudía su cabeza como si negara pero en realidad quería aliviar su dolor.

𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑★

—Estas habitaciones de aquí, son todas ocupadas por nuestras creaciones. Algunas son buenas, otras no tanto pero pueden aún comportarse. —Seokjin le señalaba cada habitación.

Cada una de ellas conservaban un número diferente con un nombre. Debían ser los nombres de las mismas que estaban dentro. No quiso saber mucho. El simple hecho de que humanos como ellos sean tan terribles le hacía dar disgusto. Negó y solo calló su boca. Solo se limitaba a seguir los pasos de su amigo.

Gracias a él. Era lo que era con una buena razón. Gracias a él, ahora vestía una bata blanca con las iniciales del laboratorio como el y unos lentes para darle el toque de científico a su apariencia.

Metió sus manos a los bolsillos de su bata larga y caminó lentamente siguiendo cada paso que daba su compañero, mientras esté le contaba cada cosa asignada para el. Estaba orgulloso lo que había hecho.

—Esta es tu oficina, solo para ti, cada científico tiene la suya. Es cómodo trabajar solo en una oficina, el silencio y el ruido de otras voces es molesto. Aquí necesitamos concentración.

Su compañero señaló la puerta de la oficina. Una hermosa puerta de color rojo oscuro y con marco dorado. Era bonita, todos tenían el mismo diseño de puerta en sus oficinas. No era el único pero le gustaba el color.

Su mano abrió la puerta girando con lentitud la manija y la dejo que ella sola se deslizara hasta abrirse completamente. El hermoso interior de una oficina llegó a sus ojos. Un hermoso escritorio oscuro con computadora con tecnología avanzada, estantes de libros por doquier, sofás de color rojo oscuro y una gran alfombra del mismo color en el suelo.

Cómo no, una gran ventana con una buena iluminación natural en todo el ambiente. Limpio, cómodo y brillante.

—Espero que podamos trabajar y dar lo mejor de nuestra inteligencia para crear cada vez mejor. -Seokjin estrecho su mano con Jungkook y sus miradas conectaron de diferente manera. Solo una muy amable y la otra demasiada astuta.

—Es un honor poder trabajar con mi mejor amigo.

Mientras no paraban de sonreírse entre ambos mientras se agradecían sin parar de cuánto se habían extrañado el uno con el otro, un tercero se acercaba hacia ellos pero sin el objeto de hablar con ellos.

El rubio caminó por los pasillos del lugar. Su manera de andar no solo era intmidante, también como si fuera hecho para modelar en una pasarela. Sus caderas se movían de un lado a otro. Su expresión sería y concentrada no lo hacia verse intmidante como el quería pero si lo hacia verse peligrosamente atractivo.

Estaba observando a sus lados hasta que su mirada se cruzó con la de Jungkook y todo su mundo de pasarela terminó. Su expresión fue de confusión. Vio como las manos de el y Seokjin estaban tomadas. Rápidamente corrió a ellos y los separó con brusquedad. No dejaría que ese infernal lo tocará. Y sobre todo ¿Qué carajos acababa de pasar? ¿Por que ese infernal estaba fuera de su jaula, tan tranquilo y con bata de científico? Se supone que es un experimento ¿Qué carajos?

Su mente estaba confundida pero dispuesto a defender a quien sea de ese maldito demonio devora personas.

—Hey, Señor Park, ¿Qué hace? No me parece un buen comportamiento empujar así de repente sin antes saludar. -Seokjin podía ser amable y gentil pero jamás dejaría que lo tratarán mal. Acababa de regañar al rubio quien tenía actitudes rudas cuando podía.

Jimin era un hombre con actitudes algo complicadas y su personalidad era muy ruda, directa, competitiva, incapaz de dejar que otros le faltarán el respeto.

—Seokjin ¿Puedes decirme que carajos haces con este infernal? ¿Estás mal de la cabeza? Dejaste escapar a un infernal y ahora ¿Le das una oficina? ¿Es acaso una broma?

Jungkook soltó una pequeña risita y eso a Jimin no le gustó. Parecía que se estaba burlando de el. Eso le hervía la sangre.

—¿Infernal? ¿Broma? Park Jimin, no solo hablas con el lenguaje inapropiado, también le faltas el respeto a alguien tan famoso como Jungkook. Es un famoso científico, uno de los mejores del país, solo lo estás insultando. —Seokjin no parecía estar en su cuerda según lo pensaba Jimin. Tenía que estar loco, Pensó.

—Seokjin, escúchame, no puedes dejarlo escapar, no dejes que te manipule.

—Es mi mejor amigo, Jimin, si el hubiera querido manipulado, ya no seríamos amigos el día de hoy. Pero fue diferente porque el una buena persona.

Jungkook asintió sintiéndose un cómplice que veía como era regañado Jimin. Seokjin solo podía saber que Jungkook en su mente solo era un humano. Pero Jimin sabía la verdad, era un infernal.

Pero como todos había olvidado su anterior imagen como infernal, nadie le creería a un simple hombre con actitudes de superioridad.

—Park Jimin. ¿Es tu nombre? —Jungkook se cruzó de brazos mientras lo miraba de arriba a abajo.

—Si ¿Qué carajos quieres? ¿Manipularme a mi también como a Seokjin y hacerme creer que eres un científico cuando en realidad eres un infernal?

Auch, Jimin sabía cómo morder, era un gatito con garras que aún así se protegía mordiendo.

—¿Manipularte? No hago eso con mi inteligencia, solo la uso para creaciones y ciencias. ¿Tu usas tu cerebro?

Pero Jungkook, sabía cómo dominar a los gatitos como Jimin. Con gusto lo haría respetarlo.

—Uso el cerebro mejor que un hombre como tú, porque no solo pienso en quién soy, también se cómo resolver mis problemas existenciales con mis acciones y no con poderes.

Jungkook ladeó la cabeza fingiendo sorpresa mientras le aplaudía como si Jimin hubiera hecho algo bien pero en realidad se burlaba.

—Quiero el libro que lees, Park, quiero saber que tan bien relatan esa historia sobre.. como decías, infernales.

Seokjin solo podía escuchar y suspirar cansado pero solo dejo que dejarán todo su enojo de su ser para después concentrase en sus trabajos. Mejor era quitarlo todo de adentro.

—¿El libro? Seguro, se llama "El golpe de Park Jimin". —Dijo el rubio mientras se llevaba las manos a las caderas.

—Yo también te comprendo, Jimin, soy Jeon Jungkook.

Solo parecía burlarse de él cuando veía como aquel infernal le extendía su mano para que la estrechará pero no iba a caer en su juego. Alejó su mano y luego camino cerca de el, golpeando su hombro pequeño contra el brazo fuerte de Jungkook, produciendo solo un pequeño empujó. Luego siguió su camino como correspondía.

—¿Siempre es así? ¿Ese es su comportamiento?

Seokjin negó y sonrió divertido.

—Es mejor que le des un tiempo primero, es algo complicado pero pronto le caeras bien.

—Parece que me odia, quizás me parezco a alguien que odia. ¿Que opinas?

Seokjin paso un brazo por los hombros de Jungkook y ambos caminaron lento hacia dentro de la oficina. Ambos reían.

—Quizá está celoso de que seas mas atractivo que el.

—Quizás no se trata de belleza, sino, de otros asuntos.

Ambos se alejaron del uno del otro. Cada uno tomó un camino diferente dentro de la oficina. Seokjin camino a los sofás para tomar asiento mientras veía como Jungkook miraba cada libro.

—Jimin estaba muy seguro sobre tu cómo infernal ¿Qué son realmente?

—¿No has escuchado aún sobre ellos?

Los dedos de Jungkook comenzaba a apuntar cada libro del estante. Estaba buscando algo en particular. Algo que sería de ayuda, algo que le dirá la verdad de el mismo, algo que le dirá cómo ser realmente.

—Recuerdo haber leído algo sobre ellos, aún cuando estaba en la universidad pero siento que no fue lo suficiente. Solo recuerdo que era algo así como seres que se ven como nosotros pero también tenían su lado de monstruos. Un mundo aparte de este es su hogar.

—Sabes bien. -Musito Jungkook. Luego tomó el libro que estaba buscando, finalmente estaba en sus manos.-¿Y luego? ¿Sabes algo más?

Lo tomó y lo abrió en la hoja justa dónde quería llegar. Luego sonrío victorioso.

—Mmh, he leído muchos nombres diferentes, los siete pecados capitales, las guerras entre infernales y angelicales. Luego los hijos de los reyes que eran obligados al casamiento para evitar guerras y luego, no recuerdo nada más.

Jungkook chasqueo la lengua. Esa información era demasiada para Seokjin pero estaba bien que supiera un poco.

—Seguro recuerdas un nombre en particular.

—Asmodeo.

El enorme silencio de la oficina era difícil de procesar. Era difícil de tragar como una comida que no era de agrado pero intentos podías lograrlo.

Los ojos de Jungkook miraron con detenimiento lo que veía en la página de su libro. Era nada más y menos que su padre. Toda su supuesta información sobre lo que era, que poder contenía, quienes eran su supuestos hijos, esposa, sus enemigos, familia y aliados.

—Debo irme, Bienvenido al laboratorio, mi querido Jungkook, disfruta tu trabajo, luego nos vemos en la hora de la cafetería. -Seokjin solo se marchó de la oficina con rapidez y cerró la puerta con felicidad de volver a ver su mejor amigo de nuevo.

El estaba feliz pero Jungkook. Con una expresión neutra había Mirado por debajo de sus pestañas como Seokjin se marchaba feliz delante de sus ojos.

Su mano arrojó el libro hacia otro lado, produciendo el fuerte estruendo de algo golpeándose fuertemente contra la pared y ese era su libro. Odiaba ver a su padre aunque no lo sintiera. Pero el odio era algo que recorría en las venas de su ser.

—Maldito. Desearía ser yo quien ocupará tu lugar, Padre.

Tomó bruscamente la silla giratoria y se sentó en ella sin ningún cuidado. Se aflojó la corbata de su camisa negra y bufó. No podía sentir nada. Ni siquiera sabía lo que sentía en ese momento. Si quería llorar de impotencia, no podía. Si quería gritar de enojo no podía. Si quería explotar y romper todo a su alrededor, no podía. Solo podía observar el techo de su oficina mientras pensaba en las emociones y las recordaba como si las tuviera.

La puerta de su oficina fue abierta pero no sé interesó en saber quién era. No tenía interés en moverse solo para ver aquella persona.

—Oh, Señor Jeon, disculpe por entrar de esta manera. Solo vengo a presentar. -Una voz femenina llegó a sus oídos pero aún así no se volteó.—Permítame presentarme, mi nombre es Hwasa. Seré su secretaria a partir de hoy. Me gustaría que discutamos nuestro trabajo.

—Hwasa. Estoy encantado de conocerte. —Dijo sin ningún pizca de emoción.

—Ah, yo también señor. —En cambio, ella estaba muy feliz de volver a ser un secretaria y más de un famoso científico que en realidad no lo era.

Hwasa caminó y se acercó un poco a su escritorio pero en el camino piso un libro desconocido. Sus impulsos por levantarlo de allí fueron suficientes como para hacerlo y luego limpiarlo. Lo dejo suavemente en el escritorio de Jungkook y se alejó unos pasos.

—Señor, no quiero sonar algo atrevida pero sus párpados son lindos, ese rojo le queda muy bien.

—Gracias. Es heredado de mi padre.

Características de un infernal era tener sus párpados de colores. Era los tenía rojos. Un delineado rojo intenso y una sombra del mismo color pero menos intensa. Era como una marca de nacimiento para los infernales. Pero nadie sabía de esa información en el laboratorio gracias a que había borrado eso de sus mente como su etiqueta de infernal. Simplemente no lo juzgaban por tener sus ojos así. Solo Jimin sabia sobre esa información.

Las horas pasaron. El debía hacer algo como científico pero no entendía nada de cálculos o de como debía unir algunas cosas no identificadas para el. Debía usar la tecnología pero tampoco podía entender.
Hwasa solía ir a su oficina para dejarle papeles terminados de su trabajo y luego se despedía.

No tenía mucho contacto con ella pero lo máximo que hablaban era sobre trabajo y cafés. Típica conversación de secretario y jefe.

Estaba empezando a dejar todo sin hacer o a medias. Solo leía libros que encontraba en sus estantes. Le encantaba solo pasar el rato leyendo.

Quizás era algo perezoso para trabajar pero adoraba los libros. El jefe Namjoon y los demás científicos o compañeros jamás lo juzgaban por pasar el tiempo leyendo cosas que él le gustaba. Después de todo parecía hacer lo que el quería.

Todo su escritorio estaba repleto de libros abiertos ya leídos o incluso comenzados pero interrumpidos. Debía continuar la lectura en ellos con el tiempo.

Estaba tan en paz leyendo y tomando café solo un poco hasta que su paz se terminó.

Las puerta de su oficina dejo que de ella se viera una cabello rubia entrando. Podía reconocerlo sin girarse. Solo podía olerlo.

Sonrío burlón mientras mojaba su dedo y luego daba la vuelta a la siguiente página sin quitar la mirada a su libro.

—Parece que el cielo no quiera ninguna persona con esas actitudes tuyas y te enviaron a mi para que hiciera algo.

—No estoy para chistes, Jeon.

—Oh vaya, aprendió a hablar, Park. Ahora puede llamarme con más formalidad. -Jungkook aun no volteaba. Solo podía ver su libro.

—Solo viene a disculparme por lo de esta mañana. Fui grosero contigo frente a Seokjin. El y el jefe Namjoon me pidieron que me disculpara por desobedecer. En caso de no ser perdonado, tendrías que darme un castigo.

—Ja. Siempre tan geniales estás reglas.

—Hablo en serio. Solo quiero disculparme. Acepte mis disculpas.

—Shh.. yo decido, Park. Según lo que vivimos, no me gustó mucho tu trato pero seguro puedo perdonarte.

Jimin sonrío aliviado pero luego se le borro la misma cuando Jungkook se volteo en su silla y lo miró directamente.

—Puedes lamer mis zapatos, Park. Están algo sucios.

—Yo- yo.. ¿Qué te crees que eres? Solo quiero me perdones para dejar esto atrás. No pasaré mi lengua en tus zapatos.

—Parece que hoy no tienes ganas de hacer bien las cosas. Está bien, podemos cambiar. Qué tal si gateas como si fueras un gatito y luego maúllas?

—Mejor puedo gatear hasta ti y luego patearte el culo. Seguro eso algo mejor para ti que para mí.

—Park, no trates así a un infernal superior a ti.

Jimin rodó sus ojos. Volteo sobre su lugar camino hasta la puerta. Cómo sea, no se disculparía si Jungkook no lo tomaba en serio.

Intentó abrir la puerta pero estaba cerrada. ¿Cuando había pasado eso? Nunca lo supo. Solo supo que quien estaba atrás de todo esto era aquel infernal que había arrojado el libro hacia atrás y se había levantado de su asiento caminado hasta sentarse frente a su escritorio. Apoyándose en el y luego miro a Jimin. Ladeó su cabeza esperando por el.

Extendió su zapato en referencia a algo. Estaba esperando.

—¿En serio? No lo haré. Tengo dignidad y también el suficiente valor como para decirle a todos lo que eres.

—Nadie te cree.

—Eso piensas pero tengo algo que si es suficiente para que me crean.

—Suerte con eso.

Jungkook miró sus propios zapatos y luego sonrío burlón.

—Sueña, Jeon. No me arrodíllate ante ti.

—Si yo quiero puedo ponerte hacer más que eso, Park, solo que no me dan ganas.

El ambiente estaba algo tenso. Difícil de tragar nuevamente. Cómo se le ocurrió ir a la oficina que sabía que nunca saldría. Estaba solo con aquel infernal.

Solo se volteo. Está bien. Decidió que lo haría rápido pero tan rápido que será suficiente para acabar con todo de una vez.

Camino hasta Jungkook y luego frente a frente. Estuvieron una larga pelea de miradas hasta que Jimin se arrodilló frente a el y luego miró sus zapatos.

—Me gusta que comience suave y luego más rápido.

—Eso no suena como si fuera un zapato.

Jungkook soltó una pequeña carcajada y luego con la punta de su zapato levantó el rostro de Jimin a través de su mentón. Sus ojos conectaron una vez más. Se sintió superior a Jimin pero Jimin no quería sentirse inferior a nadie.

—¿No quieres sentirte inferior a nadie?

El rubio se sorprendió al sentir como se metía en su mente solo para saber cómo pensaba o sentía. Solo negó con pena en su rostro.

Tomó entre sus manos el zapato de Jungkook y luego preparó su lengua para empezar pero cuando quiso hacerlo, el infernal lo tomó bruscamente de su traje especial.

-No solo te tengo en mi lista, también en mi mente. Solo veo un infierno para ti. Mejor iré facil por esta vez pero la próxima tendrás que hacerlo.

Jimin asintió y luego lo miró con algo de molestia cuando lo soltó bruscamente. Casi provocando que se cayera de espaldas.

—Mejor besa este anillo de mi mano, comenzaremos fácil. Pero no siempre lo será.

—Si Seokjin entrara en este momento se daría cuenta que tan malo eres. Nada en ti es bueno.

—Creeme, la maldad es algo de un infernal y lo sabes.

Jimin tomó la mano de Jungkook. Acercó sus labios gorditos y irresistibles sin quitar su mirada de los ojos de Jungkook, y besó aquel hermoso anillo decorado de diamantes en su dedo anular.

El infernal miró hacia otro lado y cerró sus ojos con fuerza cuando sintió como aquellos labios no solo besaban su anillo, sino también besaban parte de su piel. Suspiró cuando lo sintió y apretó sus labios.

Estaba disfrutando esa extraña sensación que le recorría toda su mano pero no sabía que era. Pero Jimin se alejó rápido como si no quisiera seguir haciéndolo más.

Y abrió los ojos de golpe cuando el rubio soltó una burla.

—¿Estas casado acaso? Era todo un hombre pero no tanto como para hacerme besar tu anillo ¿No crees? ¿Qué pensaría tu esposa?

—¿Mi esposa? No.

Aun tenia en su dedo el anillo de compromiso. No podía quitárselo aun. Era como si estuviera unido a su cuerpo para siempre. Lo odiaba como a su padre.

El rubio lo miró confundido pero solo retrocedió un pasos y se giró para caminar rápido hasta la puerta. Saldría pero antes, lo miró por última vez y podía ver a Jungkook pasar su lengua por sus colmillos afilados.

Negó algo molesto con el y con el mismo por lo que tuvo que hacer. Solo cerro la puerta con fuerza. Se apoyo contra está y suspiró.

Sus labios se había sentido extraños. Sus dedos acariciaron sus suaves labios recordando la suave piel y su nariz recordó la exquisita fragancia que su piel tenía. Se sentía como si su corazón se fuera a salir de su pecho. ¿Por qué se estaba sintiendo así? Lo odiaba pero por un momento sintió algo en su cuerpo que recorría todo en el.

𝐏𝐔𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐑★

Ambos mejores amigos caminaron por los pasillos de los edificios de apartamentos para cazadores pero también serían para científicos. Eso era más cómodo. Sobre todo para Jungkook.

—Bueno, está es tu habitación. Se cuidadoso con tus muebles, hombre. Espero que tengas buenas noches. -SeokJin le entregó las llaves en sus manos y luego palmo su hombro.

El peli gris lo miró contento. Luego abrió la puerta, dejando ver todo el interior lujoso que había. Muebles excelentes con buena decoración que había buen juego con el resto del lugar.

—¿No querés pasar primero? —Así es, Jungkook estaba invitando a su amigo. El no se negó y entro con el.

Ambos conversaron durante una hora sobre su trabajo. Jungkook trato de beber algo de alcohol pero le ganaba su disgusto, solo dejo que Seokjin disfrutará más. Entre bromas y demás. El ruido de sus voces era muy fuerte pero con suerte nadie se había quejado aún.

—Es hora de irme, gracias por todo.

El infernal saludo a Jin con un gesto mientras se mantenía recostado sobre el sofá. El científico río y salió del apartamento. Estaba siendo algo ruidoso en el pasillo hasta que la puerta frente a la de su amigo se abrió con rapidez.

—¿y ahora que sigue SeokJin? Primero lo de su oficina y ahora su apartamento. ¿Olvidaste las reglas ya?

Jimin parecía que estaba por irse a dormir. Su bata blanca lo decía todo y también su mojado cabello rubio

—Jamas olvidó las reglas, Jimin.

—Parece que si. Si Namjoon se entera que estás en algo con Jeon, no solo te expulsará también lo hará con Jeon.

Pero pensándolo bien, eso sería genial. Expulsarían a Jeon pero también le dolería que Seokjin también. Pero tenía que ideal un plan para que eso sucediera.

—No te preocupes, Jimin. Es mi mejor amigos jamás parecía algo de amor o lo que piensas.

—Sabes, no importa, puedes hacer lo que quieras con el. Eres libre de tus decisiones y eso es lo que debes hacer, ser libre. —Jimin sonrío contento y le dio ánimos a Jin. Claro que empezaría su plan ahora.

—Bueno... Realmente no sé si decírtelo pero a mí me gusta el desde que nos conocimos cuando éramos adolescentes.

Jimin paro de sonreír contento solo para ahora sonreír con un poco de malicia.

—Wow. Es que hacen tan buena pareja. Yo digo que le cuentes tus sentimientos, el tiene ganas de estar contigo también.

—¿Y como sabes eso?

—Me lo dijo hoy en al oficina cuando me disculpé. Increíble ¿no?

Seokjin apretó los labios y luego se alejó un poco de la puerta para contarle algo al oído a Jimin, quien se paraba sobre el umbral de la puerta y se apoyaba en el marco de la misma con sus brazos cruzados. Sus ojos miraron la mirilla de la puerta de Jeon mientras su oído escuchaba a SeokJin contarle lo demás.

Aquella mirilla empezaba a derretirse literalmente como si fuera cualquier material en el fuego. Su material con la que estaba hecha se empezó a derretir cada vez más hasta que el líquido caía por la puerta. Jeon estaba mirando.

Jimin sonrío con superioridad. Si Jeon quería jugar a vengarse, el también quería jugar.

Seokjin se alejó de él y luego sonrío algo avergonzado.

—Eres un encanto, Seokjin, tu belleza sin duda le gusta. Es mejor que vayas a dormir, se está poniendo caliente el ambiente y no somos nosotros necesariamente.

El científico asintió y saludo a Jimin antes de irse rápido a su apartamento. Su silueta de perdió en la oscuridad del pasillo y el sonrío antes de entrar de nuevo en su apartamento pero la puerta de Jeon se lo impidió.

Se volteo a mirar y lo vio totalmente con otra cara en el. Estaba serio y su cabello estaba como si intentará arrancárselo por lo que había sucedido. Quizás estaba estresado o se estaba desquitando con el mismo.

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