𝟎𝟖: 𝐥𝐚 𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚
Después de tomar un par de fotografías y publicarlas en Instagram, entramos a la casa de Emilia y Gio. Como es de esperarse, hay muchas personas, así que pasamos entre ellas en busca de nuestros amigos.
- ¡¿Qué te ocurre...?!, Amor. - Danny abraza a su novio.
- Ya se habían tardado, vengan los demás están por aquí.
Sigo a Danny y Sonny hasta un rincón de la enorme casa y llegamos a una mesa que está en la parte exterior de la casa.
- ¡Si vinieron! - Exclama Paola, feliz y nos abraza. - Pensé que se habían arrepentido.
- No, claro que no. - Danny saluda a cada una y yo voy detrás de ella.
Gio nos ofrece algo de beber, me siento aún lado de Paola que es la única que no trae pareja, no quiero ser un mal tercio con mis amigos.
Entre todos charlamos hasta que mi teléfono suena, miro el nombre de Kai, sin embargo, decido no contestar.
- ¡¿Cómo qué mi hermano ya se enteró de lo nuestro?! - Grita Danny llamando la atención de algunos presentes.
- Kai le envió un mensaje a Sonny por Instagram. - Dele ríe. - Pobre de ti hermano.
- Cállate, Dele. - Danny roda los ojos. - Es tu culpa por esa foto, Chlóe. - Me señala.
- ¡¿Y yo por qué?! - Grito y mis amigos ríen. - No es mi culpa que tu chino haya comentado eso.
- Y yo cuántas veces tendré que decirte que no me gusta que me digan chino.
- Vean el lado bueno, ya no tendrán que esconderse. - Habla Emilia. - Hay algo positivo en todo, ahora lo importante que tienes que hacer Sonny es buscar la forma de agradarle al tu cuñado. - Emilia suelta una carcajada.
- Ay, sí, qué gracia. - Responde sarcástico Sonny.
- Cuando quieras te doy unos cuantos consejos Sonny. - Dele palmeó su espalda.
- Sí, y luego tu Dele que no puedes tener una relación estable. - Menciona Gio y Dele lo mira de mala forma. - Las cosas como son.
- Ay, no con ustedes. - Menciona Danny. - Pronto te acostumbrarás a las tonterías de estos. - Me mira.
Después de esa pequeña charla algunos fueron a la pista de baile, sobre todo las parejas, ¿y yo?, bueno, me quedé sola hasta Paola me dejó sola, vaya amigos.
- ¿Por qué estás tan sola? - Miro a Dele que se sienta a mi lado con una bebida en sus manos.
- No tengo amigos, los que tengo están comiéndose en la pista de baile. - Ambos reímos.
- ¿No tienes amigos? Bueno, deja me presento señorita García, soy Dele Alli, a tus órdenes - Dele estira su mano y la estrecho con una enorme sonrisa.
- Es un placer, Dele. - Respondo.
- ¡Sergio! - Exclama Dele. - ¡Por aquí amigo!
Mi mirada se dirige a Sergio, nuestras miradas se conectan y siento un escalofrío invadir mi cuerpo, mientras Sergio y Dele se saludan.
- Hola, Chlóe. - Habla en mi dirección.
- Hola. - Sonrío levemente.
Dele y Sergio se quedan un rato platicando, por mi parte solamente escucho su conversación, aunque en algunos momentos me preguntan algunas cosas.
- Ahora regreso, tengo que contestar esta llamada. - Dele mira su teléfono.
Me quedo sola con Sergio y esto es algo incómodo después de lo sucedido esta mañana en la ciudad deportiva.
- Lo siento por lo ocurrido esta mañana. - Habla Sergio y alzo mi mirada en su dirección. - No fue correcto dejarte, así como así.
- Sergio... Necesito respuestas. - Tartamudeo. Sergio solo baja la mirada.
- No puedo, Chlóe. - Habla.
- ¿No puedes por qué? Únicamente tienes que decirme la razón por la que me dejaste.
- Te lo dije, sí lo hice, fue porque no quería que salieras lastimada, con el corazón roto.
- No entiendo, Sergio. - Murmuro. - Solamente quiero saber...
- ¡NO PUEDO! - Grita y lo miro con algo de temor, jamás lo he visto de esta manera. - No puedo decirte la verdad.
Algunas personas nos miran confundidos, por suerte mis amigos no estaban cerca de nosotros. No quisiera ser él si eso hubiera ocurrido. Me levanto de la silla y entro a la enorme casa, mi vista se nubla con algunas lágrimas. Con mucha dificultad logré salir de la casa.
- ¿Chlóe?, ¿Estás bien? - Escucho la voz de Dele. Rápidamente limpio las lágrimas de mi rostro.
- Sí, sí, todo está bien. - Trato de sonreír, aunque como me siento ahora es casi imposible.
- Vi lo que pasó con Sergio... - Abro los ojos como plato. - En la ciudad deportiva y lo de ahorita. - Bajé la mirada y las lágrimas vuelven a salir y recorren mis mejillas. - Entiendo que no quieras decirme algo al respecto.
- Únicamente quiero irme de aquí... Fue una mala idea venir.
- Está bien, pero déjame llevarte a tu casa, ¿sí? Es algo tarde y no es seguro que estés sola.
- Está bien. - Respondo resignada.
Dele asiente y caminamos hasta su auto que está estacionado frente a la casa de Emilia y Gio.
- Sergio fue una persona especial. - Hablo mientras Dele conduce por la urbanización. - Lo amé con todo mi ser, lo quise más que a nadie y él solo me dejó sin decirme nada al respecto.
- Ahora entiendo por qué te pusiste en ese estado en la ciudad deportiva...
- Tiene años que no nos vemos y... Sabía que al venir a Londres correría un riesgo de verlo, pensé que sería fuerte, pero no... - Un sollozo se me escapa. - Pero creí que por fin tendría respuesta a la pregunta que más me he realizado estos años... La razón por la que me dejó, sí hice algo mal para que se alejara de mí... Yo lo quiero... - Dele detiene el auto y por instinto me abraza, a lo que termino llorando sobre su hombro. - Perdona por esto, pero tenía que decirlo, no podía callarlo más. - Me separó de él.
- Chlóe, sé que recién nos conocemos, pero para todo lo que necesites aquí estoy.
- Gracias, muchas gracias, Dele. - Respondo. - Te veré luego, ¿Sí? - Dele asiente. - Les dices a mis amigas que me sentí mal o invéntales algo.
- Lo haré, ahora descansa. - Asentí.
Bajé de su auto y lo miro una última vez, me doy la vuelta y camino hasta la entrada de la casa. Abro con una copia de la llave que Kai me dio, posteriormente cierro la puerta y voy directo a las escaleras, pero la voz de Kai me detiene.
- ¿Chlóe? - Me mira preocupado al ver el estado en el que estoy. Las lágrimas se volvieron hacer presentes y él simplemente se acerca a mí y me abraza. - ¿Ahora sí me dirás qué es lo que te sucede? - Pregunta.
- Sí, mereces saber la verdad, Kai.
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