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⊹ ׁ ꒰꒰ 🧸 ˸ OO1 ⋅꒷


⊹ ׁ ꒰꒰ 🧸 ˸ pregnant ⋅꒷

Sage Dakota Williams era muchas cosas en la vida, novia, hija, amiga, nieta, pero lo que aún no era, era madre. Sage estaba completamente enamorada de su novio Francis Wilkerson, amar para ella era una palabra muy fuerte pero aquel joven se merecía aquella palabra por completo. 

Francis era un gran novio, escuchaba tus problemas, te apoyaba en todo y siempre estaba ahí para lo que lo necesitarás, todo esto a pesar de su fama de persona problemática y de siempre llevarle la contraría a su madre y familia. Llevaban un largo tiempo de relación por lo que su relación era muy estable, a pesar de los rumores que llegaban respecto al mayor de los hijos Wilkerson, la rubia en lugar de creerlos por completo pensaba que siempre era mejor hablarlo con el rubio para descubrir la verdad, pues de tantos años de relación lo conocía al cien por ciento, con solo verlo a los ojos y por más convincente que sonará Francis, Sage descubría si mentía o decía la verdad. 

Como los padres de Sage decían, llega un momento en donde las personas experimentan cambios tanto físicos, metales y hormonales, la pareja comenzó a desarrollarse el mismo tiempo pero llego el día en que las hormonas de ambos se dispararon por completo, ocasionando que experimentaran entre ellos; al principio fueron simplemente besos, después subió a besos apasionados, para proseguir en besos con tocamiento, y claro por último dar el gran paso que serían las relaciones sexuales. Al inicio Francis y Sage claramente no sabían como tener relaciones sexuales, si bien sabían lo básico, eso no ayudaba del todo. Eran completamente inexpertos en ese tema, pero aún así su primera vez no fue tan mala.

Después de esa primera vez cada que podían se adentraban en este mundo recién descubierto por ambos. Si bien siempre se cuidaban, un día en casa de la Williams, Francis se olvido por completo de utilizar un preservativo.

Un mes antes de que el Wilkerson se fuera a la militarizada debido a que cruzó por completo el límite de bromas, Sage empezó a sentir cambios en su cuerpo, pechos pesados, cansancio, le daban muchas nauseas, hinchazón en el abdomen y para terminar no le había llegado su menstruación, ella pensaba que era un simple retraso pues eso podía pasar, pero una semana de retraso era demasiado y eso la llevo a comprar una prueba de embarazo sin decirle a sus padres y sin decirle a Francis, ya que si solo era un susto no quería preocuparlos. 

Y ahora se encontraba en el baño esperando la prueba de embarazo, ella juraba que saldría negativa, pobre e inocente Sage, no sabía que una nueva etapa en su vida se avecinaba.

Pasando el tiempo que decía la caja, Sage corrió de la taza del escusado donde se encontraba sentada al lavabo donde había dejado la prueba minutos atrás.

— Dios mío santo, esto no puede estar pasando — la prueba que sostenía en sus manos contaba con las dos rayas que decía la caja, lo que significaba solo una cosa, Sage Williams esperaba un hijo de Francis Wilkerson. — Tiene que estar mal, no puede ser cierto.

Mientras la rubia seguía procesando lo que acababa de descubrir su madre entró a su habitación. A la madre de Sage se le hizo extraño que su hija no estuviera en su habitación pues ahí se la pasaba.

— Sage, cariño, ¿dónde estás? — grito la madre acercándose a la puerta del baño para saber si se encontraba en este.

— Mierda — susurro con un tono de pánico en su voz, si la descubrían estaría en problemas. — No abras la puerta.

— ¿Por qué? ¿Te encuentras bien?

— Sí, solo ya sabes, hago del baño.

— Oh, de acuerdo, cuando termines de hacer del baño necesito que limpies tu habitación. — la mueca en la cara de la madre era de desagrado, aquel cuarto era un completo desorden — Yo no entiendo como metes a Francis en este lugar, es un desorden.

— Perdón, es que buscaba mi arete y no lo encontraba por ningún lado. — la facilidad con la que mentía Sage era inimaginable, siempre encontraba cualquier excusa. — Salgo y lo limpio.

— Pues más te vale jovencita, o sino no más Francis en esta casa.

— ¿No más Francis? — la indignación era poca, pues le hacía un poco de gracia que su madre dijera aquellas palabras.

La madre salió dando un portazo de aquella habitación desordenada dejando así suspirar a Sage de alivio. Con mucho cuidado la Williams menor salió del baño, quería llorar y gritar de impotencia, ¿cómo le pudo pasar eso? ¿acaso no se cuidaron lo suficientemente bien? ¿cómo le diría a Francis? o peor aún ¿como le dirían a sus padres?, todas esas preguntas rondaban en su cabeza.

Ni siquiera sabía si Francis iba a querer criar a su futuro hijo o hija, si bien ya habían hablado al respecto aún eran muy jóvenes. Francis aún así era el menor de los problemas, el mayor problema sería decirle a los padres del Wilkerson; los Williams eran un tema completamente distinto, cuando se lo proponían podían ser una mierda de personas pero al tratarse de su hija no sería así o eso pensaba Sage.

Al despertar de su ensoñación su habitación se encontraba completamente ordenada. Como vio todo acomodado no pensó en mejor idea que echarse a su cómoda cama y comenzar a llorar de impotencia.

— ¿Por qué a mí? — murmuraba para si misma una y otra vez hasta caer dormida en aquella cama.

Su almohada recibía lágrimas de lamento, su peluche favorito ahogaba sus gritos y su habitación era su más grande confidente uno que guardaba cada secreto de aquella joven rubia.




























˚˖𓍢ִ໋ 🧸˚. ᵎᵎ























Sage se despertó después de aproximadamente 3 horas dormida, despertó hinchada de toda la cara pero donde más se le notaba era en los ojos.

Necesitaba un baño urgente, ocupaba relajarse y librarse de la realidad un momento.

En la bañera pensaba en como decirle a Francis sobre el embarazo, si el no quería estar en la vida de aquel niño no sabía que haría pues apenas podía con su vida ella sola; el rubio era un rayo de sol en la vida de Sage, un ángel que llegó a salvarla.

Sumergida en la bañera sentía como su piel se convertía en pasa por el tiempo que llevaba dentro de esta. Miraba un punto fijo en la pared del cuarto de baño, eso la mantenía cuerda o eso pensaba ella.

Al salir de la bañera se puso su bata color blanco; se estaba apresurando para caminar a la casa de los Wilkerson y contarle lo que pasaba a Francis.

Camino a su armario para buscar que ponerse, buscaba y buscaba y no encontraba nada. Al final de su armario encontró algo cómodo, el atuendo era un pantalón de mezclilla, una blusa color negro y los tenis eran unos adidas.

Agarro su bolso y emprendió su rumbo a la casa de sus vecinos más desastrosos.

Solamente era una casa de distancia lo que hacía todo más fácil para Sage y no acobardarse en el camino. Se perdió tanto en sus pensamientos que no supo en qué momento ya había llegado y se encontraba en la puerta de la casa.

Levantó su mano para tocar la puerta y antes de que sus nudillos tocaran la puerta Malcom se encontraba abriéndole.

— Sí buscas a Francis esta en el cuarto. — aquel mocoso ni siquiera la dejo hablar.

— Gracias, mocoso. — entro a la casa que conocía como la palma de su mano, saludo a Reese y Dewey quienes se encontraban en sofá viendo la televisión. Terminó de saludarlos y corrió rumbo a la habitación de los hermanos.

Llego al lugar y Francis se encontraba tendido en su cama viendo el techo, al escuchar pasos volteo hacia la puerta encontrando a su adorada novia. Rápidamente se levantó y corrió hacia ella, rodeándolo con sus brazos formando así un abrazo.

En aquel abrazo Sage se soltó a llorar, no sabía si Francis la seguiría amando igual después de que le contará.

— Sage, linda, ¿qué pasa? — dijo al sentir húmeda su camisa, se separo con mucho cuidado limpiandole las lágrimas que salían a mares. — ¿Está todo bien? linda necesito que me digas, por favor.

— Necesito decirte algo y te pido por favor que no me juzgues. — camino directo a la cama para sentarse. Era el momento de decirle. — Puedes... puedes sentarte.

— ¿Hice algo malo?

— No, no, solo que esto es complicado de decir.

— Solo suéltalo de acuerdo, yo te apoyaré.

— Estoy embarazada — habló tan rápido que Francis no entendió absolutamente nada de lo que dijo

— Disculpa, ¿qué?

— Dije que estoy embarazada — jugaba con sus dedos con nervios, no quería voltear a donde Francis, no quería ver su reacción.

Pero Francis, Francis se encontraba con una enorme sonrisa plasmada en su cara, aquella noticia lo hacía el hombre más feliz de todo el mundo.

Tendría una hija, una hija con la mujer que más amaba y anhelaba pasar el resto de su vida.

— Sage, amor, eso es asombroso.

— ¿Qué? — rápidamente lo volteo a ver, su reacción no era de enojo era de felicidad y emoción — ¿No estas enojado?

— No, claro que no, porque demonios lo estaría — luego pensó el como le dirían a sus padres — creo que deberíamos de pensar en como decirle a ya sabes nuestros padres.

— Nos mataran por completo, imagina llegar y decirles, 'hola, serán abuelos'.

En lo que se ponían de acuerdo de quien y como lo dirían, Hall y Lois llegaban del trabajo.

— Ay no, ya llegaron.

— Todo estará bien, de acuerdo, todo saldrá genial — si, tal vez mentía o no sabía, pero lo que si sabía es que Lois se enojaría muchísimo.

Lentamente se levantaron de la cama y se dirigieron a la cocina donde se encontraban todos reunidos. Vaya que el universo no estaba de su lado.

— Mamá, papá, Sage y yo tenemos algo que decirles.

— ¿Qué sucede hijo?

— Que sea rápido Francis.

Nervioso y con la palmas sudorosas, Francis ni siquiera pensó en lo que habían acordado simplemente soltó todo. — Sage y yo esperamos un bebé.

La cara de ambos padres se frunció, como podía eso ser posible. Y la de los hermanos era de completo shock

— ¡¿Qué?! ¡¿Sabes la responsabilidad de un bebé?!

— Sí me permite señora Wilkerson, de verdad lamento todo esto, fue un completo accidente, ambos nos cuidamos pero como ve algo salió completamente mal, perdón — Sage le tenía total respeto a Lois y le preocupaba que se decepcionará de ella.

— Oh, linda, todo está bien — Lois sabía lo que podría estar sintiendo, no quiso agobiarla pero sin duda después hablaría con Francis. — ¿Tú padres ya lo saben?

— No, aún no les digo, vine primero con Francis.

— Bien, Francis lleva a Sage a su casa y platiquen con sus padres, después de eso regresas a la casa, tú y yo tendremos una charla jovencito.

Sin más que esperar ambos rubios partieron rumbo a la casa de los Williams. Los Williams rara vez estaban en su casa pues siempre salían por trabajo pero hoy no era el caso.

Al entrar a la casa Sage volteo a todos lados buscando a sus padres, su madre se encontraba en la cocina preparando la cena y su padre se encontraba viendo la televisión.

— Sage, Francis, hola, ¿Francis se quedará a cenar? — Esther Williams la madre de Sage fue la primera en darse cuenta de su presencia.

— Hoy no mamá, tal vez otro día.

— ¿Y por qué hoy no? — Daniel Williams se hizo notar en aquella conversación, quería saber el porque su nuero no se quedaría a cenar.

— Amm, solo venimos a contarles algo — decir que Francis se encontraba nervioso era poco, una cosa eran sus padres con los que convivía desde que creció y una eran los padres de su novia.

— Pues, adelante tomen asiento.

Todos se acomodaron en las sillas para escuchar lo que tenían que contar.

— Verán, cuando dos personas se aman mucho... — Esther ni siquiera la dejo terminar, con lo que había escuchado era suficiente, ya sabía todo.

— Están esperando un bebé.

— ¿Qué? — el alargamiento de la e era señal de que Sage estaba nerviosa. — ¿Cómo lo sabes?

— Con lo que empezaste cariño, y además tu padre encontró la prueba de embarazo.

Daniel se encontraba feliz, sería abuelo. Esther por fuera reflejaba seriedad pero por dentro estaba saltando de alegría, y Sage y Francis se encontraban agarrados de las manos con un peso menos de encima, no se habían enojado al contrario estaban relajados pues le tenían la suficiente confianza a ambos jóvenes para saber lo que iban a hacer con sus vidas tal vez solo algunas cosas se adelantaron antes de lo esperado pero al final todo salio bien.






























































˚˖𓍢ִ໋ 🧸˚. note ᵎᵎ

que capítulo más caca y
q es lo q hay amigos perdón
los amo too much








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