
𝐏𝐋𝐀𝐘
Solté un suspiro al ver aquellas fotografías guardadas en aquella vieja caja.
A pesar de todo te sigo amando, miro a los lados y veo las interminables fotografías que adornan la habitación, unas enmarcadas y otras pegadas a la pared con suma delicadeza. Ya han pasado diez años de tu partida mi vida, pero el recuerdo sigue intacto.
Aún puedo verte sonreír entre tanta oscuridad, aún puedo oírte cantar entre todo este silencio, aún puedo sentirte a mi lado entre tanta soledad. Fuiste y serás siempre mi luz, mi inspiración antes de cada canción, mi razón de seguir. Las canciones eran magníficas contigo a mi lado, de algún modo, todo cobraba vida.
Ordené las parpituras que estaban a un lado de mi cama y sonreí al ver nuestra foto a un lado de estas. La tomo cuidadosamente admirandola por unos instantes, siempre has sido hermosa. La
presentación era en unas horas y era mi turno de tocar para el público que apreció cada parte de
nuestro arte.
Dejo la fotografía sobre la mesilla de noche, recojo la carpeta y me doy camino al teatro. En el camino puedo sentirte a mi lado, esa suave brisa que me envuelve por completo me hace saber que estás emocionada, este fue nuestro sueño desde que nos conocimos, tocar para el mundo en el Garnier.
¿Quien diría que nuestra historia comenzaría con una simple pregunta? ¿Quien hubiera imaginado que detrás de esas simples palabras habrían sueños y metas por cumplir?. Y lo mejor es que lo intentamos juntas.
-Bienvenida señorita Roseanne-me saluda uno de los encargados-la función está por comenzar, solo se la esperaba a usted.
-Gracias por eso-respondo amablemente.
El hombre hace una reverencia para cederme el paso hacia el teatro. Llevaba tiempo viviendo en Francia tocando para las personas más importantes en varios teatros de París, pero nunca había tenido la oportunidad de tocar en el Garnier.
Subía las escaleras aguantando los nervios que me invadían a medida que avanzaba. Una chica del staff apareció llevándome rápidamente hasta el camerino. Una vez dentro, reviso las parpituras repetidas veces. Inhalo, exhalo una y otra vez tratando de disipar todos los nervios que llevo acumulando desde que salí de la habitación, miro al techo y a los lados suspirando pesado.
Estaba a punto de cumplir nuestro más anhelado sueño cariño.
-Es su turno señorita Roseanne-me grita el staff.
Es ahora o nunca.
Agarro la carpeta, suelto otro suspiro y salgo al escenario. El lugar está lleno, el público aplaude
euforicamente y noto la mirada de los críticos sobre mí. Sabía que si fallaba estaría en todos
los diarios de París y tendría una pésima reseña por que de eso se encargan estas personas; de
buscar hasta el más mínimo error para hundir a una figura pública.
Hago una reverencia hacia el público antes de sentarme frente al maravilloso piano que se
encuentraba en medio del escenario. Coloco las parpituras en el atril y suelto un suspiro para por fin iniciar con esto.
-"No dejes que la oscura noche me atrape, por favor quédate un poco más; ¿todavía me amas?
Si es así no me dejes, quédate un poco más".
Eres aquello que tanto deseé, pensar que estás en un lugar mejor, me tranquiliza de algún modo.
-"Cuando venga la oscuridad yo seré tu fuego, en este mundo de mentiras lo real fuiste tú, esta
es una carta de mi para ti".
Al terminar la canción el silencio se hizo presente en el teatro, las personas observan atentas mis actos, los nervios se disipaban de a poco, la primera canción la hice sin ningún error, pero
¿qué me esperará al tocar el resto?.
-"Estoy mirándola, cada vez más alejándose... ella se convierte en un punto y luego desaparece".
¿Este dolor desaparecerá después de que pase el tiempo?. Sé que nadie puede oír las letras de las canciones que aquí presento, pero están todas dirigidas a ti.
-"Recuerdo los viejos tiempos... te recuerdo..."
No puedo evitarlo Jennie, aún duele.
-"Cuando cierro mis ojos... veo tu luz en la oscuridad... Ilumina el camino para mi y seguiré mi camino hacia adelante..."
Aún recuerdo cuando escuchábamos esta canción juntas y comenzábamos a cantarla, tú, mi luz, aún siento tu presencia aquí junto a mí. Las teclas del piano comienzan a iluminarse, como si quisieran demostrarme que estás aquí.
-"Tu eres mi luz... siempre brillas dentro de mi corazón..."
Ahora sé que estás presente en cada nota, cada acordé, cada tecla... en cada latido de mi corazón; siempre te recuerdo, sonríes tan precioso que puedo asegurar que tengo una última oportunidad para abrazarte.
Evito que las lágrimas empapen el piano ante el público, debo ser fuerte, por nosotras, por nuestro sueño... por ti. Te lo prometí y no pienso defraudarte pequeña.
La pieza acaba y las personas aguardan en silencio, todos reconocieron la canción de aquel talentoso grupo que tanto nos gustaba.
Esta sin duda era una de nuestras películas favoritas, ¿la recuerdas?, el ver como Emily y Victor tocaban la pieza tan perfectamente hizo que nos esforzaramos el doble para lograrla.
¿Por qué decidí tocar una canción para dos personas? Sencillo, quería que todo el mundo supiera que tú estás a mi lado.
Pero tenía miedo de que no lo lograse ya que, era un poco complicada. Las teclas de la nada, empezaron a sonar por si mismas... ¿Será posible mi amor? ¿Estás aquí junto a mí ahora?.
Oigo la sorpresa del público, y es que ellos, no entienden que no soy solo yo quién se encuentra tocando tal maravilla, estamos juntas cumpliendo nuestro sueño.
Sonrío levemente intentando esconder mi emoción de saber que estás al lado mío acompañándome, demostrándome que nuestro amor y pasión puede incluso superar a la muerte.
Una vez más la pieza acaba dejando atónitos a los presentes; miró a mi alrededor y ahí estás tú.
Parada a un lado del costoso piano sonriendo; estás tan cerca y tan lejos, por favor deja de sonreírme de esta manera y acércate a mi, abrázame y besame todo lo que quieras, por que soy tuya, tanto en vida como en la muerte. Somos uno.
Era momento de tocar la última pieza, aquella que me gustaría dedicartela mi amor, tenía pensado hacerlo antes de que te fueras de mi lado.
Antes de que el cáncer de mi te haya arrebatado.
Suelto un suspiro y comienzo a tocar...
-"Escondidas bajo las sábanas, serenatas una a la otra con melodías incoherentes."
Aquellas noches en las que nos entregabamos la una a la otra, siendo una de las pocas veces en las que éramos una sin miedo a lo que puedan decir sobre nosotras; solo tú y yo.
-"Algo dentro nuestro era incluso más grande, de menor a mayor, como teclas de un piano que tocaste para mi..."
Aquellas melodías que habíamos tocado, escuchado y practicado una y otra vez, hoy duelen con tanta fuerza que las heridas de mi corazón comienzan a sangrar nuevamente. Las cicatrices que con dificultad habían sanado, hoy son más visibles en mi cuerpo.
-"Lo juro en mis sueños está, lo oigo como el recuerdo de lo que una vez fuimos... Tocaste para mi..."
La melodía que tanto quise tocar para ti, justo esa noche, aquella maldita noche en la que todo salía de maravilla; aquella noche te fuiste... no puedo olvidarlo.
-"Ven Jennie, tengo algo que mostrarte"-sonriente te acercaste hasta donde estaba.
Viste como me acomodaba en el piano que con tanto esfuerzo habíamos comprado y sonreíste; quizá por que ya sabías que sería la última vez que tocaríamos juntas.
-"Quiero que escuches atentamente la melodía y me digas que opinas"-dije y asentiste.
Comencé a tocar, pero de la nada comenzaste a toser sin control.
Ya sabíamos que la enfermedad ya había avanzado bastante, aún así, decidí que tus últimos días serían maravillosos...
Dejamos nuestras cosas en el departamento y rápidamente fuimos hasta el hospital, aún recuerdo lo frío que era el ambiente.
-"¡Ayuda por favor! ¡No ha dejado de toser y hasta ha vomitado sangre!"-grité desesperada.
Los doctores se acercaron y comenzaron a chequearte, esa noche te internaste y las esperanzas de que salgas ya eran casi nulas.
Creo que verte allí, postrada en una camilla, fue uno de los momentos más duros para mí; prefería mil veces ser yo quién ahí se encuentre.
Al verme me sonreíste y me llamaste a tu lado.
Cuidadosamente me acerqué, el doctor me había dicho que lo tuviera, que estaba muy delicada.
-"¿Por qué tienes esa cara?"-bromeaste-"Estaré bien Rosie".
Pero yo sabía que no era así...
-"Estaré bien y saldremos de esta como siempre"-me animaste-"Podrás tocar para mi las veces que quieras..."
La esperanza era mi única aliada, y me aferraba fuertemente a la idea de tenerte por última vez en mis brazos.
-"Jennie yo..."
Pero fui interrumpida por ti, comenzaste a toser nuevamente y está vez si me asustó.
-"Estoy bien mi amor"....
Tomaste mi mano fuertemente acercándome hasta tu rostro; suspiraste y me miraste a los ojos.
Acariciaste mi rostro y suavemente hablaste-"Rosie... si no... sobrevivo; por favor... cumple nuestros sueños..."
Me tensé un poco pero no dejaría que lo notases-"Estarás bien mi amor, tu misma lo dijiste"-solté entre lágrimas.
-"Sólo quería que estés bien, pero Rosie, tú y yo sabemos que ya es momento"-susurraste-"Te amo Rosie Posie".
Cerraste los ojos lentamente y el pitido de la máquina me indicaba que ya no estabas conmigo.
-"¡No! ¡Jennie!"-solté entre sollozos-"¡Despierta mi amor!".
Besé tu mano una última vez esperando que fuese mentira, pero al ver al doctor entrar rápidamente a sacárme de la sala; ya me confirmaba lo que tanto temía.
-"Te amo Jennie..."-susurre y rompí en llanto.
Las lágrimas no tardaron en salir, ya no podía contenerlas, pero es que esta canción, significaba mucho para mí. Decidí tocarla aquí, ya que era la última vez que lo haría.
Pues el piano a veces me hace imaginar cosas que no debería, como ahora, imaginando que estás al lado mío abrazandome. La pieza acaba finalmente y con ella mi más grande sueño.
Oigo los aplausos del público y sonrió levemente, me levanto para hacer una reverencia como muestra de mi agradecimiento, pero todo comenzó a desaparecer.
Todo se comenzaba a tornar oscuro y me asusté, pero allí estabas tu, mi luz, mi ángel, aquella que me sacaría de esa tortura una vez más.
El público se transformó en mis fotografías junto a ti, el piano tan majestuoso en aquel que habíamos comprado y las parpituras en cajetillas de cigarrillos y botellas de cerveza esparcidas por el suelo del apartamento.
No cabe duda que todo fue un maldito sueño, dejo caer una caja llena de aquellas parpituras y las veo con dolor en los ojos.
Jennie, si aún estás aquí, por favor suéltame para que pueda dejarte ir...
Pero el sentimiento y las sombras eran más fuertes, ya no pude soportarlo más y caí al suelo.
Todo se volvió borroso, todo se oscureció y en lo más profundo de esta niebla, apareciste a guiarme hacia nuestra nueva vida.
Hoy por fin le digo adiós a todo mi dolor...
"Tú y yo, fuimos y seremos siempre, una hermosa sinfonía..."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro