⇢ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs "¿ᴘᴏᴅᴇᴍᴏs sᴇʀ ᴀᴍɪɢᴀs?"
"Y qué extraño es ser perseguido por alguien que todavía está vivo"
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ROXY SUSPIRA SUAVEMENTE MIENTRAS OTRA NUBE TRANSITORIA DE NICOTINA FLUYE frente a su rostro.
- No puedes, Riven. Fumar de segunda mano es algo real, prefiero no morir a los cuarenta - El especialista le envía una sonrisa antes de soltar otra nube, esta vez asegurándose de soplarla frente a la hada.
- Qué mal, pajarito, pero si realmente te preocupa tu salud, tal vez podrías dejar de andar conmigo.
La rubia jadea golpeando agresivamente al chico mayor.
- Dejar de andar contigo, ¿quién más se emborrachará conmigo para ver Sherlock Holmes a las tres de la mañana? - Riven pone los ojos en blanco y da otra calada a sus cigarrillos - Estoy bastante seguro de que fue en contra de mi voluntad - Roxy agita la mano con desdén y se empuja fuera de la cama - Tenemos cosas más importantes de las que hablar como...
- El hecho de que seas una lesbiana furiosa y que cada vez que ves a Stella quieras besarla.
- Me refería al hecho de que es mi primer día en Alfea y no estoy del todo preparada, pero sí, la situación de Stella es un problema - murmura con un suspiro, dejándose caer en la cama e ignorando el sonido de disgusto que hace el especialista. - Me hizo mucho daño este verano, pero ella es tan bonita y yo soy tan gay - Riven apaga su cigarrillo y se da la vuelta para mirar a la chica más joven.
- Entiendo de dónde vienes, pero tal vez deberías alejarte de ella por un tiempo. Stella no es la mejor persona y puedes hacerlo mejor.
La rubia le da una mirada indecorosa a su amiga.
- ¿Quién eres y qué has hecho con Riven? Siempre alientas mis malas decisiones qué pasa con el repentino cambio de opinión.
Riven suspira.
- Siempre estoy dispuesto a un poco de caos, pajarito, pero Stella está loca y te lastimó. No creo que debas volver corriendo a sus brazos - La hada frunce el ceño y se acurruca contra el niño mayor.
- Duele, Riven - Suspira mirando la foto de Sky y él mismo en su mesita de noche (en ella luce un evidente rubor rojo que apenas se puede ver debido a sus grandes y desagradables anteojos)
- Lo sé, pajarito - dice pasando un brazo sobre ella - Yo se.
ROXY SUELTA UN PEQUEÑO RESPIRADO MIENTRAS KIKO CORRE HACIA SU PECHO, el pequeño conejito irradia una mezcla de miedo y molestia haciendo que el hada pase sus dedos por su pelaje suavemente
- Lo siento cariño, pero no pude dormir y es difícil sacar a escondidas a un conejito de esa habitación sin despertar a mis compañeros de cuarto - hace una pausa - Tal vez no Bloom, la chica duerme como si estuviera muerta - Una pequeña risita proviene del otro lado de la habitación y Roxy mira hacia arriba para ver a una rubia mayor familiar.
- Bueno, no puede ser tan mala como Sky, lo juro por Dios que duerme con los ojos abiertos.
Roxy se ríe
- ¿Recuerdas la vez que llamamos a la ambulancia porque realmente pensamos que estaba muerto? - la pequeña sonrisa en el rostro de Stella se alarga mientras mira con nostalgia y murmura.
- Silva estaba tan enojado - Hubo una pausa en la conversación antes de que Stella tomara un gran sorbo de café y preguntara - ¿Encontraste a Bloom anoche?
Roxy suspiró con culpabilidad.
- No pude ayudar a las otras chicas porque vi a Silva y tuve que sumergirme. Terra me envió un mensaje de texto diciendo que estaba bien - Hizo una pausa en su expresión torciendo - Stella lo que le hiciste a Bloom anoche...
- Fue un movimiento idiota - Musa interrumpió caminando hacia la cocina y enviando una mirada dura hacia el estudiante de segundo año. - Ella tuvo una noche difícil, gracias a ti. No pensé que esas cosas fueran reales, pero todos lo vimos. Fue espeluznante como el infierno. Parecía que quería matarla.
Roxy frunce el ceño sus cejas confundida girándose hacia Musa y preguntando.
- ¿Qué cosas? - simultáneamente con Stella quien procedió a interrogar a la otra hada con urgencia entrelazando sus palabras.
- ¿Qué pasa con mi anillo?
Antes de que el empático pudiera hablar, la compañera de cuarto pelirroja de Roxy camina tímidamente y le responde al hada del sol.
- Ese quemado... El quemado se lo llevó - ante esta revelación, Stella dejó escapar un chillido enojado que hizo que Musa se estremeciera si era el volumen o los intensos sentimientos de ira que Roxy desconocía.
- Cálmate, princesa.
- No me digas que me calme y no uses mi título como un insulto - Stella contesta enojada, con calor en su voz y su corazón latiendo erráticamente. Sus pensamientos corrían salvajemente por su mente mientras imaginaba que su madre diría, lo que su madre le haría. Ella pudo...
Una mano se deslizó en la suya y su cuerpo se baña en una bocanada de lavanda que aquieta el apocalipsis de pensamientos desolados que atraviesan su cerebro. Mira la mano de Roxy entrelazada con la suya y piensa en sí misma como una grulla oragimi incendiada por la chica con la boca llena de puestas de sol. El peso de esos besos de abril se sienta pesado en su lengua y el pensamiento del anillo de su madre parece casi como un pensamiento fugaz. Reprime el impulso de trazar la línea del apolo del joven y vamos a ignorar la mirada herida que parpadea en el rostro de la hada de la tierra y el fuerte gruñido que emite el conejito sentado sobre la cabeza de la rubia más joven.
- Mi mamá es la reina de Solaria y ese anillo que te di es una de nuestras joyas de la corona de Solaria. Ahora bien, eso podría no significar mucho para un primermundista, pero siéntete libre de preguntarle a tu compañero de suite qué tan grande es el error es... - La princesa sisea venenosamente al pelirrojo
- Casi tan grande como dárselo en primer lugar, princesa - escupe Roxy. Hace una pausa y toma a Kiki en sus brazos murmurando que tiene que irse e ignorando el escozor en su ojo.
SILVA DEJÓ UNA PEQUEÑA SONRISA DIVERTIDA SENTARSE EN SUS LABIOS mientras escuchaba a su pupila más joven divagar sobre su primer día.
- ...Y luego Dowling estaba como aquí en este círculo de piedra la magia se magnifica y yo estaba como apuesta y luego un montón de pájaros voló y me sentí como si fuera blanco como la nieve, y... - el hombre soltó una risita y pasó una mano sobre la emocionada rubia.
- Eso es genial, Roxy, y me alegro de que te hayas divertido, pero ¿por qué almuerzas conmigo?
La adolescente frunció los labios y centró su atención en la ensalada empapada que estaba sobre su regazo.
- Solo quería pasar un rato con mi viejo - Quiere decir que tiene miedo. Tiene miedo de que el olor a nectarina y café manche su corazón, lo deje correr alto y sin rumbo y en caída libre en segundos. Asustado de que verla lo contamine como un enfermo de amor. Tiene miedo de que las palabras "te extraño" se graben en su lengua. Quiere decir que, al quedarse aquí con él, lejos de ella, el 'te extraño' se pudrirá en su garganta hasta convertirse en gris. Pero ella no.
Silva tararea y Roxy no puede evitar notar que es uno de sus sonidos favoritos (el primer lugar es para el sonido de las risas de Stella)
- ¿Y no tiene nada que ver con Stella? - Roxy gira la cabeza hacia el hombre, los labios entreabiertos en estado de shock - Soy viejo, no ciego. La miras como tu padre miró a tu madre.
- ¿Cómo la miró?
- Como un cachorro triste.
Una risa sobresaltada escapa del hada de la tierra y choca su hombro con el hombre mayor.
- Pensé que ibas a decir algo más poético - El hombre se encogió de hombros y dijo.
- Soy un especialista, Roxy, no un poeta - haciendo que la chica se riera de acuerdo - Deberías hablar con ella - La chica tarareó.
- No voy a aceptar consejos de psicópata, Silva.
- Roxy, hemos hablado de esto solo porque puse la leche antes que el cereal no...
- ¡Lo siento! No hablo psicópata.
A PESAR DE DESECHAR EL CONSEJO INICIALMENTE, Roxy decide seguir las palabras del especialista mayor y buscar al hada del sol. La encuentra en la biblioteca. La luz de la luna crescendos a través de las vidrieras atrapando a la rubia mayor en colores vivaces y el peso de su aliento quema el interior de la piel de Roxy. Se traga la etiqueta de papel de angustia atrapada en sus labios y da un paso hacia la chica (la angustia, nota, tiene un cierto sabor agridulce hecho para ahogarse con cerveza fría y susurros del bosque).
- Hola - susurra.
Su hada del sol empapada de luna mira hacia arriba de su libro, pasan varios segundos antes de que sus mejillas comiencen a descongelarse gradualmente, calentándose en un ombré de rosas. Una sonrisa tímida se asienta en sus labios mientras susurra.
- Hola, Ro.
Roxy muerde agujeros de conejo en su lengua mientras hace señas hacia la silla.
- ¿Podemos hablar? - Stella ni siquiera duda en decir "siempre". La palabra hace que los capilares de Roxy jueguen tira y afloja, dorándose a través de las fibras de su corazón como un arco de violín dando a luz interpretaciones sinfónicas de recuerdos. Toma aire para calmarse y dice - Te extraño - (me lastimaste) Toma las manos de las niñas mayores y entrelaza sus dedos - Nos extrañó - (No sé por qué me dejaste, pero por favor vuelve).
Stella elige ignorar el sollozo que está atrapado en su garganta como una pastilla regada por el camino equivocado
- Yo también te extraño - (No es tu culpa, lo siento, te mereces algo mejor) Ella aprieta la mano de Roxy - No tienes idea de cuánto nos extrañó - (Te mereces algo mejor, pero soy egoísta. Por favor, no te vayas).
Comparten sonrisas y, sin embargo, sienten que sus corazones son un ataúd abierto y el viento recita obituarios de lo que podría haber sido
- ¿Amigas? - Roxy cuestiona su sonrisa que ya no está llena de rayos de sol, sino que se asemeja a flores quemadas por el sol, con el corazón roto temblando en sus labios.
- Siempre.
Más tarde esa noche, las estrellas ven a dos chicas desmoronarse como ruinas griegas en una ciudad moderna.
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