"Incluso antes de que me tocaran, te pertenecía; solo tenías que mirarme"

Louise Glück

. ・ 。. ・ ゜ ✭ ・. ・

LA IDEA DE LA FELICIDAD AUTÉNTICA ES EXTRANJERA PARA Stella de Solaria, de diez años, sentada en su silla junto a su madre en la reunión real anual. Hay un dolor en sus huesos, un dolor que no es por hematomas, sino un dolor por la existencia, un dolor por todo lo que no sabe, todo lo que no tiene.

Junto a ella está Sky of Eraklyon, el niño con el que su madre le había dicho que se llevara bien, que era parte integral de su deber como princesa de Solaria. Él le está dando una mueca de sonrisa mientras ella intenta hablar con él, para continuar con su deber como princesa. Su conversación se detiene cuando su hermana pequeña tira de su camisa y aparta la mirada del acuario que estaba mirando para susurrarle algo al oído. Los celos hierven en los huesos de Stella mientras observa cómo la mira, como si fuera la luz del sol más completa que se posa suavemente sobre los oscuros moretones de las noches de diciembre. El niño se va y ella se queda con una niña con una sonrisa llena de dientes hecha de suavidad iluminada por el sol.

- Están aburridos - susurra la niña apuntando con el pulgar hacia el acuario que se encuentra en la esquina del pasillo - Aquí nadie les habla ni les da de comer, pobrecitos - ella arrulla y Stella parpadea con sorpresa.

- ¿Tú... puedes entender lo que están diciendo? - la niña más joven hace una pausa y le da a Stella la misma sonrisa con dientes que le dio a su hermano cuando dice

- No seas tonta, princesa. Los animales no pueden hablar.

- Supongo que no pueden - Stella responde y las dos chicas se sientan en silencio hasta que la rubia más joven se gira para mirar a la mayor una vez más y ella humildemente dice.

- Si pudieran hablar, dirían que eres muy bonita - Stella, de diez años, hace una pausa, que le digan que es bonita no es algo nuevo, pero de alguna manera siente que sus mejillas se sonrojan y susurra un pequeño "gracias".

La niña más joven la recompensa con esa sonrisa dorada suya y Stella siente que cada centímetro de su piel se enciende al verla. Hay una sobretensión eléctrica que la ilumina de adentro hacia afuera.

Apenas puede respirar al verlo, pero por primera vez en su vida se sintió tan viva.

A VECES ROXY CREYÓ QUE ERA UN PINO DESINTEGRADO en la forma de una niña. Se sienta en la base de un árbol, sus zapatos descartados y sus pies plantados profundamente en la tierra con raíces de árboles y flores silvestres, obteniendo consuelo. Ella escucha a los árboles mientras intentan consolarla, no es como si cada uno de ellos tuviera una voz al igual que ella escucha a sus animales, hay un sutil zumbido en el aire. Algunas son altas, otras bajas, algunas son suaves, todas con la cadencia de una canción de cuna "estás bien, estás en casa ahora, estás bien", dicen y todas las hojas crujen en el viento y lentamente, lentamente, sus lágrimas se detienen hasta que ella simplemente está oliendo.

A veces, Roxy creía que era un pino desintegrado en forma de niña. Verás, Roxy pudo haber sido un hada de la tierra, pero su enfoque eran los animales, su habilidad para comunicarse así con el bosque no debería ser posible, el hecho de que hubo momentos en los que sintió que no estaba separada del bosque no debería ser posible. ser algo habitual, pero, no obstante, ella siempre estuvo agradecida. Eran momentos como estos, momentos tan suaves y con aroma a brezo, por los que siempre estuvo agradecida.

Después de su encuentro con Stella, se había ido al bosque en busca de consuelo, ya había pasado el atardecer y la luna estaba saliendo de su escondite, con lágrimas manchadas y dolorida. Continuó encontrando consuelo en las manos del bosque.

- ¿Eran amantes en una vida pasada? Quizás por eso la idea de perderla me atormenta tanto - gruñe Kiko y pudo sentir la molestia rodando en él, se ríe y le da un suave beso en la frente - Lo sé, lo sé, Merezco algo mejor. - Hubo una suave brisa que la alertó de que los árboles se sentían de la misma manera, soltó una pequeña risa antes de levantarse - Por mucho que me guste que todos piensen que soy lo mejor que existe desde el queso, probablemente debería irme.

Cogió a Kiko en sus brazos y le deseó al bosque un pequeño adiós antes de caminar penosamente hacia su habitación tratando de ignorar el temblor de sus manos, cómo se agrietan y se desmoronan ante la idea de volver a verla.

Por desgracia, se encuentra abriendo la puerta y se encuentra con el aroma de nectarina y café, dedos delgados y una cara sombría

- ¿Has estado llorando? - Stella pregunta, con los labios torcidos como si la idea de que Roxy lastimada la lastimara. Roxy siente el eco fantasmal de las nubes de tormenta en su garganta, pero antes de verse obligada a responder, se da cuenta de que sus otras compañeras de habitación fruncen el ceño lo que ella descifra como ira e impaciencia. Ella pregunta en lugar de responder a la pregunta de Stella.

- Tu novia... - Aisha comienza solo para ser interrumpida por las dos rubias chillando con mejillas rojas a juego.

- No es...

- Ella no es...

Musa les da a ambos una mirada como si encontrara que esas declaraciones eran completamente falsas, pero se negó a comentar simplemente y continuó explicando lo que estaba sucediendo.

- Bloom está desaparecido y Stella sabe algo al respecto.

Inmediatamente la rubia sucia se da la vuelta para enfrentar a la Princesa, quien evitaba sus ojos (Stella estaba segura de que mirar a Roxy de Eraklyon decepcionada era como patear a un cachorro, simplemente imposible.)

- Stella, ¿dónde está Bloom? - La hada de la luz resopla fingiendo indiferencia mientras dice.

- Ella sentía nostalgia, así que hice algo bueno y le presté mi anillo para que pudiera volver al Primer Mundo.

El silencio pesa mucho en la habitación y el rostro de Terra se tuerce algo parecido al pánico

- ¿No funciona solo fuera de la barrera?

- Sí, y hay una puerta de entrada en el viejo cementerio - respondió Stella, con un tono lleno de falso aburrimiento y se enfoca en sus uñas (y trata de descartar la sensación de los ojos de Roxy ardiendo en su cráneo.)

El pánico anida en el pecho de Roxy, puede que sea una niña del bosque, pero sabía lo peligroso que se encontraba entre los pinos, había escuchado demasiadas historias de chicas que se habían creído Alice y se preguntaban demasiado profundo solo para resurgir todas muertas. ojos y cordones rasgados y cigarrillos.

- Tenemos que encontrarla, es muy peligroso ahí fuera - Terra, Musa y Aisha parecen compartir el mismo sentimiento que ya buscaban sus chaquetas antes de que pudiera terminar la oración.

Roxy alcanza su propia chaqueta solo para ser detenida por la mano de Stella. El silencio llenó el aire y, sin embargo, al mismo tiempo, estaba lleno de tantas otras cosas: derrota, angustia, resignación, el anhelo arrepentido, la necesidad de ser estúpidos y besarse, el dolor de saber que no podían.

- Tengo que irme, princesa - dijo finalmente Roxy, el antiguo apodo se deslizó fácilmente de su lengua como un reflejo, un recuerdo muscular tan profundo y, sin embargo, tan extraño y desconocido ahora.

Stella asintió y retiró la mano.

Esto no se siente bien

Esto no se siente bien

Con demasiado dolor, quita la mano y finalmente la suelta.

LA HISTORIA DE ÍCARO ES ALGO QUE LA JOVEN STELLA SABE BIEN para muchos otros es una historia de la arrogancia y el deseo del hombre. Para Stella, la historia de Ícaro se convirtió en el relato de su propia vida, su propia necesidad de pura opulencia pura que vino en la forma de Roxy de Eraklyon.

Es una noche de principios de diciembre, están en la piedra del campo bailando descalzos en las gallardías de pétalos de fuego. La boca de Stella se seca cuando ve a Roxy moverse bailando con los arrendajos azules y tarareando a los árboles, Roxy se detiene y le ofrece la mano y Stella decide complacerla balanceándose al ritmo oscilante de su corazón.

El amor ya ha comenzado a crecer, su carne, como la hierba salvaje que se extiende libremente en el césped abandonad, aunque cuidadosamente contenida para que no se inunde, para no derramarse con cada suspiro.

Roxy se detiene y sonríe, y en ese momento Stella jura que la más joven no es humana, lo sabe por su sonrisa hecha de polvo dorado y luz de las estrellas, no pertenece a la raza de los hombres.

- Ya sabes, según la mitología griega los humanos eran originalmente creado con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. Zeus los dividió en dos seres separados condenándonos a pasar nuestras vidas en busca de nuestras otras mitades ... Stella, creo que eres mía.

Stella le sonríe a Roxy, suave como su alma exige.

- Como eres mía Roxy, mi mejor amiga, mi otra mitad.

Icor gotea de la punta de sus dedos, el oro brilla en sus labios. Ella tomó a Roxy como Ícaro tomó el cielo y su caída será igual de dulce.

STELLA SE ENCUENTRA EN LA HABITACIÓN DE SKY ESA NOCHE, CON LA CABEZA HACIA SU PECHO DESNUDO, pero no puede conciliar el sueño, se pregunta cuándo empezará a soltarse.

No está en las cavilaciones. Todo lo que anhelarán es tiempos más simples cuando amar a Roxy era todo lo que conocía, cuando suspirar que su nombre no dolía.

¿Cómo pudo dejar ir a Roxy cuando sus manos temblorosas se niegan a enfrentar su ausencia? Su garganta se rehusaba a abandonar todo anhelo, su piel estaba manchada por los labios del más joven, fantasmeando suavemente, formando las más dulces sonrisas.

Roma no se quemó en un día, así que decide que puede aferrarse a amar a Roxy de Eraklyon por un poco más.