── Capítulo Once.
11. ¿can i take you somewhere?
Días Después
A pesar de la devastación que causo lo que ha sido confirmado como un ataque extraterrestre, el extraordinario heroísmo del grupo conocido como Los Vengadores ha sido, para muchos, no solo consuelo si no motivo de celebración.
— Supongo que puedo olvidarme de volver a la universidad— sonrió la rubia a sus compañeros al ver a Loki y Thor preparándose para partir
— Eso significa que te estas uniendo a la iniciativa oficialmente— sonrió Natasha.
— Digamos que aprendí a disfrutar de vuestra compañía— imito su gesto la mutante.
— ¿Aslaug?— Thor dio una mirada a la castaña quien se acerco a ambos.
— No iré con ustedes— negó con la cabeza— no voy donde no me quieren pero te pido un solo favor Thor, dile unas palabras a tu padre por mi— sonrió palmeando su hombro para susurrar algo en su oído.
Antes de que este pudiera siquiera protestar la castaña movió las manos de ambos causando que estos desaparecieran en un azul.
— ¿estamos seguros que Keegan es peor que Astrid?— susurro Banner.
— Yo digo que están igual de jodidas— le respondió Barton.
Ambas chicas sonrieron la rubia colocando su brazo en los hombros de su hermana— en mi defensa soy una mujer comprometida, al menos admito mis sentimientos por lo tanto Keegan es peor.
— Punto para la brujita— la señalo Stark— aunque esos ojitos al rubio...
— Puedo maldecirte Stark — le guiño un ojo causando que este levantara sus manos riendo.
— Supongo que es hora de dividirnos— murmuro Bruce — ¿tenéis planes?
Todos se miraron asintiendo, debían tomar caminos separados al menos casi todos pues Stark y Bruce trabajarían juntos, Natasha como siempre estaría con Barton y Astrid volvería a Inglaterra con su prometido.
— Quedamos tu y yo — se acerco a ella Steve ofreciéndole un casco— ¿puedo llevarte a algún sitio?
La rubia lo dudo unos segundos luego recordando la pelea y a un pequeño rubio que estuvo muy asustado, podría simplemente teletransportarse pero se imagino que seria mas emocionante llegar con el capitán américa a su lado.
—De hecho si— se subió detrás de este— ¿Qué te parece ir a visitar a alguien?
—Me parece una idea muy buena, ¿sabes a donde vamos?
Eso era un pequeño inconveniente, no tenía la mínima idea de donde podría vivir el pequeño pero tenía algo a su ventaja.
—Fácil de averiguar— saco su teléfono marcando un número conocido— creo que es hora de que conozca a alguien.
—¡Elektra a tus órdenes!— el conocido acento de la griega sonó del otro lado del teléfono— ¿que necesita mi rubia favorita?— el teléfono se puso en modo videollamada sin la rubia tocar nada— ¡Rogers! Un placer conocerte capitán.
—¿cómo?— preguntó confundido el héroe al ver a la chica sacar una mano del teléfono estirándola— hola, supongo— la tomo.
—entonces, ¿Qué necesitas K?
—Una dirección, Axle Hendrix, es un niño de entre seis años o siete— dio algo de información para que la castaña no buscara ciegamente, se aseguró de que steve no la escuchara.
—den mou arései aftó— fueron las palabras que soltó en su idioma la extraterrestre— te mande la dirección por texto, ten un ojo abierto. Luego te llamo.
Ambos rubios se miraron confundidos por la repentina manera de la chica de cerrar la llamada, Keegan más aún pues la Elektra que conocía podía durar horas hablando era Stark versión mujer.
—¿Qué dijo cuando cambió de idioma?— se giró Steve.
—Que no le gusta esto— frunció el ceño— solo...vamos, la llamaré después.
Ambos arrancaron luego de que la mutante le dijera la dirección al soldado.
La misma podría admitir una cosa, la forma en la que su corazón se aceleraba gracias a sus brazos rodeando el muy formado pecho de Steve no le gustaba, para nada.
En su mente se crearon mil excusas médicas para explicar aquellas palpitaciones rápidas, podría ser anemia o neumonía.
— ¿Piensas decirme quien es Axle Hendrix?— se decidió a preguntar el héroe americano cuando se detuvieron por una luz roja.
Pero había otro sentido en su pregunta, una ligera pero muy ligera sensación de celos que hizo reír a Keegan.
— Un rubio muy encantador.
—¿Estas saliendo con...
—¡Verde!— gritó haciendo que este acelerara.
Steve no era celoso, jamás lo había sido pero apenas se ganaba la confianza de Keegan y solo pensar que otra persona podría tenerla y desperdiciarla causaba revuelo en el.
No quería que la lastimaran, al menos no mas de lo que habían hecho ya en estos años. Aquella necesidad de protegerla nunca la había sentido con nadie y por un momento pensó que tal vez era hora de abrir su corazón otra vez, Peggy había continuado con su vida y sabia que ella quería lo mismo para el.
(...)
—Este chico tiene bonita casa— murmuro Steve cuando llegaron frente a esta.
— Nunca la había visitado para ser honesta— le divertía ver a Rogers de aquella manera por lo que le seguiría el juego— ¿tocamos?
Ambos caminaron hacia la enorme puerta dorada, se veía que tenían mucho dinero, al tocar una mucama abrió quedándose en shock varios segundos, los había visto en televisión.
—Yo...ustedes...¿En que puedo ayudarles?—tartamudeo la mujer.
—Buscamos a Axle Hendrix— le ofreció su mejor sonrisa la rubia.
La mujer comenzó a mirar a todos lados — un segundo por favor— cerro la puerta en el rostro de estos, quienes se miraron confundidos.
— No es un novio— asumió Steve de inmediato.
— Es un niño a quien rescate y esto no me esta dando buenas vibras— susurro comenzando a analizar todo a su alrededor.
Cámaras de seguridad, guardias que los habían dejado pasar solo por quienes eran, autos blindados.
Las puertas volvieron a abrirse pero esta vez era otra mujer, vestida completamente de marca y con una sonrisa— ¡Buenos días! Escuche que buscáis a mi hijo, yo soy la señora Hendrix .
—Nosotros somos Keegan Hamilton y Steve Rogers— estiro su mano el capitán.
—¡Claro, los héroes!— se hizo a un lado la mujer para dejarlos pasar— pero ti te conozco de otro lado, ¿Hamilton como en Carlos Hamilton?
—Es mi padre— confirmó.
—Oh es un viejo amigo — sonrió falsamente la mujer— puedo saber ¿para que buscáis a mi hijo?
— Hace unos días lo...ayudé en Nueva York, solo quiero saber cómo está— le dio su mejor sonrisa.
—¡Dios es cierto!— los guió hasta la sala la mujer— no tengo manera de agradecerte lo que hiciste, Axle vendrá en un segundo— hizo señas a una mujer para que buscara al pequeño— debo decir que me fascinan ambos poderes de ustedes, conozco todo el tema suyo capitán.
—Gracias— respondió dudoso.
—Soy fiel creyente de que con experimentos como usted podríamos arreglar muchas cosas— la mujer no se quitaba esa sonrisa del rostro, parecía de esas personas que nunca dejaban de sonreír.
—No estoy totalmente de acuerdo señora, creo que todo tiene sus pros y coms — le restó importancia Steve.
Cuando la mujer iba a decir algo el pequeño rubio interrumpió apareciendo en la sala— ¿madre?— la voz del niño sonaba cansada y este de la misma manera.
—Tienes visitas, amour— la mujer señaló a los héroes.
—¡Phoenix!— el rubio se lanzó sobre la científica quien no pudo evitar sonreír, se sentía excelente saber que había hecho aún niño feliz— vi en televisión que así te llaman, mis amigos no me creyeron cuando dije que hablaste conmigo.
—Ellos se lo pierden al no creerte— le sonrió pasando una mano por el cabello del niño, se veía tan cansado para su edad. Nunca había visto a un pequeño con tantas ojeras— ¿estás durmiendo bien?
—¡No duerme por que se pasa las noches jugando videojuegos!— interrumpió su madre riendo de inmediato— ya saben, con todo esto le estamos dejando disfrutar un poco mucho de los videojuegos.
—Claro— se agachó Steve— un gusto.
—y tu eres capitán America— abrió los ojos todavía más el pequeño.
—Lamento ser molesta, ¿podría buscarme un vaso de agua?— Keegan le sonrió a la mujer.
—Claro— sonrió esta una vez más falsamente para retirarse.
Keegan pensaba que aquel niño estaba pasando por algo que no decía pero que no podría preguntarle sin que las cámaras lo notaran o si madre se diera cuenta.
Estás escuchando una voz en tu cabeza, es raro pero soy Keegan.
El pequeño abrió los ojos confundido.
No puedes hablar, estamos jugando a los secretos. Ahora yo necesito que me digas un secreto ¿estás bien?
Sin dudarlo Axle negó con la cabeza disimuladamente.
—Aquí esta— le entrego la mujer— lamento tener que pedirles que se vayan pero debo llevar al pequeño a su práctica de fútbol.
Hamilton bebió del vaso para entregárselo a la señora otra vez— no hay problema, ya nos vamos.
—Pero puede que volvamos a pasar— sonrió Steve— solo para volver a saludar a este superhéroe— removió su cabello haciendo que el pequeño riera ligeramente.
no te vayas.
La rubia quedó en total shock, pero lo disimulo de inmediato.
volveré por ti, te lo prometo.
—Gracias por su amabilidad— ambos se alejaron para subir a la motocicleta.
—Algo muy raro pasa en esa casa— steve fue el primero en hablar cuando se detuvieron en un parque no muy lejos.
—Que bueno que no fui la única en notarlo— murmuro— comentó que conoce a mi padre, debo preguntarle que sabe.
—Me metiste en esto, así que pienso ayudarte.
—No tengo tiempo para negarme así que, agárrate— coloco una mano en la motocicleta haciendo que esta también se teletransporta.
(...)
—¡¿Sobre mis flores?!— gritó Carlos al ver como su hija y su acompañante habían aparecido sobre sus flores junto a una moto.
—No estaba concentrada— se defendió la menor— Hola papá.
—Ven aquí— abrió sus brazos el hombre apretando a su hija menor fuertemente— Astrid me contó todo, estoy orgulloso de ti.
—Debo preguntarte algo— fue directo al punto.
—Espera, ¿eres Steve Rogers?— le extendió su mano al capitán— ¿Keegan acabas de traer un hombre a casa? ¡Acabas de traer a alguien a casa!
—Me está ayudando con algo— se defendió esta de inmediato.
—Un placer señor Hamilton.
—No, no, llámame Carlos— los invito a pasar— ¿que necesitas?
—Hendrix, ¿te suena?— corrió hacia su gato quien se lanzó sobre ella de inmediato— hola pequeño.
—Conozco a una científica, Amelie Hendrix— recordó— pero Hendrix era su esposo, murió hace dos años, están totalmente locos todos en esa familia.
Ambos rubios compartieron miradas preocupados— ¿sabes algo de su hijo?
—¿Amelie tiene un hijo?— abrió los ojos el hombre— esa mujer siente cero amor por la vida humana, ese niño debe de ser miserable.
—Mierda— masculló Keegan— ¿nivel Kristen?
—Oh si— aseguró— es mejor fingiendo que Kristen, parece menos psicopata en persona. ¿Por que preguntáis?
—Salve a su hijo en Nueva York, me pareció un niño dulce y pasamos a saludarlo...
—¿Fueron a casa de Amelie?— abrió los ojos el hombre— esa mujer está obsesionada con sus poderes capitán, en una de sus tesis habló de cómo si todos fueran inyectados con el súper suero seríamos la raza superior.
—Voy a sacarlo de allí— se decidió Keegan.
—No es tan fácil Keegs— la detuvo su padre— la casa de esa mujer debe de estar preparada para contraatacar poderes hasta como los tuyos, vais a necesitar a Fury para esto, lo llamaré.
Cuando el mayor se retiró Steve miró detenidamente a su acompañante quien bajó al gato para sentarse en el sofá.
—Te sientes identificada— confirmó este.
—Antes de irnos— susurró— se metió a mi mente, me pidió que no me fuera.
—¿Tiene poderes?— se sentó a su lado.
—Eso parece— sonrió con ironía— lo deje Steve, como hicieron conmigo.
—Vamos a sacarlo de allí.
—¿y después?— lo miro— ¿que pasa después? S.H.I.E.L.D. experimenta con el también y lo envían a la academia donde aprende a ser un soldado mas, yo tuve suerte pero el tal vez no la tendrá.
—Puedes siempre verlo y ayudarlo mientras esta con S.H.I.E.L.D.— la convenció— lo importante es sacarlo de allí.
—Gracias, cap.
—Siempre, chica llamas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro