Izumi constantemente centraba su vista Ryu. Intencional o accidentalmente su mirada siempre terminaba dirigiéndose hacia él.

Sentía como si una extraña fuerza la atrajera hacia él. Por ello había decidió almorzar junto a él aquel día en la cafetería.

Muchos creían aquel par era extraño. Pero ¿quién no pensaría la mismo? Después de todo gracias al padre de Izumi el padre de Ryu se encontraba en prisión. Extrañamente ese hecho a él parecía importarle poco o nada.

Al ver a Izumi sentarse con aquel chico con el que nadie se atrevía a estar —a demás de los Kirishima—, varias personas comenzaron a compartir sus almuerzos junto a ellos, notando así lo dócil y gentil que era aquel muchacho.

—¡Lo tengo! —exclamó Natsume Kirishima, levantando su vista del libro que había estado leyendo durante toda la semana.

Decidido, el joven de cabellos rosas miró a Ryu, quien lo miraba con confusión. Acto seguido, Natsume comenzó a mover sus manos, susurrando cosas que solo Ryu lograba entender gracias a que podía leer sus labios.

Ryu soltó una risa muda que a todos los que se encontraban sentados junto a él les pareció tierna, después de todo, gracias a su tes pálida sus mejillas se había sonrojado.

—Gracias por ofrecerte a llevar a pasear a mi loro —dijo Ryu suavemente, moviendo sus manos.

Natsume se sonrojó, avergonzado, mientras su hermano gemelo se burlaba de él.

—¿Quieres aprender lenguaje de señas? —preguntó Ryu dulcemente, acercándose a Natsume y poniendo su mano en su hombro.

—Si —susurró él, avergonzado, desviando la mirada.

—¿Por qué? Puedo leer los labios —Ryu sonrió.

Al ver a Ryu sonreír el corazón de Izumi comenzó a latir rápidamente.

—Lo sé, es solo que quiero ser capaz de hablar contigo en tu lenguaje —Ryu levantó las cejas y, por unos segundos, Natsume pudo jurar que sus ojos azules brillaron más de lo usual.

—Oh...

Las mejillas de Ryu enrojecieron ante aquella declaración, tomando a todos en la mesa por sorpresa:—Si es así..., muchas gracias, espero hablar mucho contigo cuando logres aprenderla.

Las mentes de las personas suenen actuar por separado y los pensamientos de una persona rara vez se parecen a los de otra, a pesar de ello, en aquel instante muchos se cuestionaron: "¿Realmente este es el hijo de Kotaro Honma?"

—¡Yo también me esforzaré, Ryu! —exclamó Nino, tomando las manos del albino.

Azula Todoroki soltó una risita.

—Vaya, ahora incluso yo quiero aprender... —susurró la azabache, desviando su mirada hacia su amiga de cabellos rizados, quien se encontraba en aquellos momentos buscando cursos online de lenguaje de señas.

Lejos de allí, una chica de cabellos azulados miraba al peculiar grupo con incomodidad y desagrado, especialmente a Ryu, quien intentaba calmar a los eufóricos hermanos Kirishima.

—Iida, ¿vienes? —la llamó una voz femenina a la distancia.

—Si, siento hacerte esperar, Tokoyami.

—No hay problema —respondió ella, con voz amable—. Por favor, llámame Ame.

—Lo siento, Ame, ¿Donde está ojiro?

Ame miró a la chica de cabellos azulados con la cabeza ladeada.

—Ella nos había dicho que hoy almorzaría con Izumi —contestó—. Creo que deberíamos unirnos también.

Amaya Iida volvió a desviar su vista hacia ellos, mirando a Ryu con el ceño fruncido.

—No confío en ese chico.

—¿Por qué? Aún no lo conoces.

Amaya suspiró:—Su padre es Kotaro Honma, eso es suficiente para mí —dijo ella, poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja.

Por otra parte, Ryu balanceaba sus pies, observando a Amaya fijamente mientras esta se sentaba en una mesa lejana a la suya, acto seguido, devolvió su mirada a su comida, tomando un jugo de manzana y bebiendo de este felizmente.

Ryu al ver al hombre sentado frente a él pensó que las personas eran demasiado descuidadas.

Entre las manos del mayor se encontraba un libro. Parecía estar concentrado. Sus cejas estaban levemente fruncidas mientras susurraba cosas que para el albino eran difíciles de entender, sin embargo, le irritaba.

El hombre levantó su libro, haciendo que el título fuera visible para Ryu. No era un simple libro sino que se trataba de un registro sobre la última gran pelea de los tres grandes heroes de Musutafu contra la liga de villanos.

— ¿Un café con leche? —El hombre, quien llevaba gorra, tapabocas y lentes se sobresaltó al escuchar a la camarera, luego de recobrar la compostura, asintió—. Enseguida se lo traigo.

Luego de verlo por un rato, Ryu notó que, algunas veces, su rostro se distorsionaba en una expresión de insatisfacción.

Luego de un rato, el mayor se percató de la presencia de Ryu, sorprendiendose al verlo, después de todo, juraba haber visto por un segundo una sombra de su pasado.

—Oh, lo siento, no me había percatado que la mesa estaba ocupada. Suelo sentarme siempre aquí, por costumbre —Soltó un suspiro nostálgico ante esto último.

Ryu lo repasó con la mirada antes de responder.

—No hay problema, señor, podemos compartir la mesa —susurró haciendo señas, sonriendo, notando como él miraba alrededor en busca de una mesa libre.

El mayor sonrió con alivio al escuchar aquellas palabras, sin embargo, el sentimiento de deja vu lo perturbada.

—Gracias —.

Ryu hizo un asentimiento, tomando su taza y llevándose aquel líquido a los labios, bebiendo lentamente del contenido de su taza. Había heredado su gusto por el café gracias a su padre, Kotaro.

El mayor levantó las cejas y sonrió con felicidad al ver el uniforme de Ryu. Gracias a su uniforme, supo que el muchacho pertenecía a Yūei, lo cual, era lo más notorio, dado a que ningún otro uniforme era parecido a ese.

—¿Estudias en UA? —preguntó, entusiasmado.

El albino asintió.

—¿Eres del departamento de héroes? ¿En qué años estás? No recuerdo haberte visto cuando llevé a mi hija a hacer el examen de admisión —dijo Izuku, sonriente.

—¿Su hija entró por recomendación? —preguntó, moviendo sus manos, ante estos movimientos Izuku pudo determinar que quien estaba frente a él era una persona sorda.

Por pudor, no comentó nada al respecto y siguió con el rumbo de la conversación.

—¡Ah! si, cierto, tal vez la conozcas. Su nombre es Izumi.

Los ojos de Ryu brillaron.

—Así es, somos compañeros de clase, solemos almorzar juntos —Ryu sonrió—. Es un placer conocer al héroe número uno.

Aquella declaración hizo al mayor sonreir, avergonzado ante la emoción que demostraba Ryu.

La emoción de Ryu le hizo descartar la teoría que había tenido en mente, aunque el parecido del chico a su amor del pasado lo perturbaba.

—Es bueno que la pequeña Izumi tenga buenos amigos a parte de Azula, suele ser algo tímida, ¿como te llamas?

—Ryu —contestó, sonriendo dulcemente.

—Izuku Midoriya, es un placer conocer a los héroes del futuro —Izuku sonrió, algo intranquilo al no escuchar el apellido del joven.

Ryu imitó su sonrisa, bebiendo su taza de café tranquilamente.

Después de escribir este cap me entró un deseo de escribir el reencuentro de Izuku y Kota AHHHH.

Pero bueno, espero les haya gustado.

Arriba les dejo una imagen de los gemelos Kirishima, es un oc de una artista que no conozco, créditos a ella.

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Gracias por leer.