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017; 𝐁𝐄𝐓𝐑𝐀𝐘𝐀𝐋


PERFECT CHANGE — Jaden Walton.

017; ¡TRAICIÓN!



                                        DEBO DECIR QUE el recuerdo de haber besado a Jaden hace dos días no me dejaba ni dormir. Me sentía tan eufórica, había sido el primero, y con el único hombre que me ha gustado en mi vida.

—¿Me lo vas a contar ya?— la suave voz de Lily me sacó de trance.

Estaba apoyada en el marco de la puerta de mi habitación con una sonrisa agradable plasmada en su rostro.

—¿Contarte el qué?— me hice la tonta, realmente no sabía de lo que me estaba hablando.

—Llevas dos días que te subes por las paredes, literalmente. ¿Es algo sobre Jaden?— su sonrisa cambió hacia una algo... ¿maliciosa?

Pensé durante unos segundos la respuesta. Pero me acordé de que a Lily podía contarle todo. —Sí, nos besamos la noche de antes de ayer.

—¿¡Cómo!?— exclamó emocionada. —¿En la noche del baile?

Asentí algo sonrojada, me daba algo de vergüenza hablar del tema.

—Eso es bueno, muy bueno.— dijo la rubia incorporándose. —Jaden me gusta mucho para ti, es muy buen chico.

—Sí, lo es.

Sonrió por última vez antes de dejar la habitación e irse a la planta de abajo, probablemente a hacer el desayuno o algo parecido.

Agarre mi móvil aburrida, y vi el logotipo de Tik Tok. Mierda, lo había olvidado.

Desde que Jaden y yo publicamos aquellos vídeos donde nos besábamos con música y eso, sus fans no paraban de hacernos edits juntos, o incluso míos nada más. Y no todos eran buenos, había visto edits en los que tachaban mi cara y de repente ponían a Ava, su ex. Debo decir que aquello me hacía sentir algo incómodo, por el hecho de que me estaban comparando con ella. Ava se veía una buena chiquilla, y pienso que errores que cualquiera es capaz de cometer y que ella cometió en el pasado no deberían definirla.

Aparte de esto, las fans habían estado buscándome, tanto en Tik Tok como en Instagram. Gracias a Dios, ambas cuentas las tenía privadas, y primero debían mandarme solicitudes para seguirme. Ayer por la mañana cuando desperté, tuve muchísimo miedo al encontrarme unas 10 mil solicitudes en cada red social, y un montón de menciones en vídeos y fotos. Como si todos aquellos me conocieran siquiera.

Volviendo al tema de Jaden, me sentí un poco mal al respecto. Al besarnos, me fui a casa a dormir, y ayer por la mañana me dijo que iba a salir del estado por el día entero.

Y no pude sentirme peor al recordar que Laura se iba mañana a España de vuelta.

—¡A desayunar!— la exclamación de Lily me hizo apartar todos los pensamientos.

Bajé las escaleras literalmente volando, tenía un hambre bestial.

—He preparado bacon, que sé que te gusta, Mads.— me hizo un cariño en la cabeza cuando pasó por mi lado.

—Sí, gracias.

Terminé el plato justo cuando un mensaje me llegó al móvil.

—¿Te apuntas a una salida?— era Jaden.

Desbloqueé el móvil y entré al chat.

Mmm, tengo que pensármelo... ¿quién va?— escribí de vuelta.

La pandilla. Ya sabes, los de mi equipo y eso.— respondió a los segundos.

Entiendo... bueno, me lo pienso y te lo digo luego.— dije no muy segura sobre lo que hacer.

Quería ver a Jaden, pero los de su grupo a excepción de Caleb no me terminaban de caer bien.

No seas tonta, yo voy a ir. Vamos, nos lo pasaremos bien, ya verás.

—Bueno, está bien. Contad conmigo.

Mierda, ¿qué me podía poner?

—Lily.— la llamé.

La rubia se giró quedando frente a mí. —¿Sí?

—Está noche he quedado con Jaden,— su expresión a una reflejando sorpresa. —para cenar y eso, y sus amigos también van.

—¿Te ha invitado a una cena con sus amigos?— me preguntó riéndose haciéndome asentir. —Va a hacer lo vuestro oficial.

Mi cara se tornó roja, hablar de esto me daba algo de vergüenza. —¡Ay, Lily, para!

—Perdón.— se disculpó tratando de parar su risa. —Voy a adivinar. Quieres que te ayude con la ropa que vas a ponerte. ¿Verdad?

—¿Cómo puedes conocerme tan bien?

—Truquitos míos... y tranquila, te ayudaré.




















Lily me presto un vestido de mangas medias negro, y con un corte algo arriba de las rodillas. Me puse unas medias transparentes en las piernas porque empezaba a hacer fresco por la noche; y por último, me calcé unos tacones negros y cerrados, eran una especie de botines realmente.

—Estas guapísima.— halago Lily dejando caer su mano en su mejilla mientras me miraba.

—¿De verdad?— cuestioné algo insegura.

Max asintió con la cabeza dándole la razón a su madre. —Sí, te queda muy bien todo.

—Ay, muchas gracias.— me sonrojé ligeramente apartando la vista.

—¿Estás nerviosa?— empecé a maquillarme frente al espejo de mi tocador.

Pensé durante unos segundos la respuesta, era más que obvio que me iba a dar un parraque. —La verdad es que sí.

—Bueno.— la rubia no pudo evitar soltar un par de carcajadas. —Eso es bastante normal. La primera vez que salí a cenar con Matt, teníamos 17 años los dos, recuerdo que me caí como... 4 veces de lo nerviosa que estaba.

No pude evitar reírme con lo que Lily acababa de contar. —Espero no caerme yo, porque si no me mudo de país con la vergüenza.

—Yo debí haber hecho eso.— respondió divertida. —Y oye, ¿qué piensas hacerte en el pelo?

—Creo que me lo voy a dejar así, pero me voy a hacer un semirrecogido.— le expliqué mirándome al espejo. —No tengo muchas ganas de plancharme el pelo hoy.

—No, no te lo planches.— apoyó mi opinión la adulta. —Lo tienes precioso así.

—Gracias.— sonreí.

La relación que tenía con Lily era simplemente perfecta. La rubia me daba consejos para todo, y realmente buenos, y siempre estaba dispuesta a apoyarme y ayudarme con todo lo que necesitaba. La quería muchísimo.

—Bueno, voy arrancando el coche para estar preparadas para salir.— comentó. —No olvides de agarrar una chaqueta, después hará algo de fría.

—Sí, no te preocupes.
















—No olvides ser tu misma, Mads.— me dijo Lily antes de yo bajar del coche. —Muchas personas cambiamos nuestra personalidad por tal de agradarles a otras, y eso no es así.

—Sí, lo sé.— apoyé. —Lo entiendo.

—Eres una maravillosa persona, y quien no se de cuenta de ello está ciego.

Yo sonreí algo triste. —Ay, Lily, para, me vas a hacer llorar.

—Perdón.— rió ligeramente mirando por la ventana, encontrándose con un moreno que esperaba en la puerta del bar donde el grupo había quedado. —Venga, tu Romeo te está esperando.

Asentí emocionada y deposite un beso en su mejilla antes de salir. —Gracias por traerme, Lily. Luego nos vemos.

—Ten cuidado, ¡y ponte la chaqueta que hace frío!

Obedecí sus órdenes, y tal como me bajé me puse la chaqueta que había portado conmigo. Levanté mi vista de nuevo hacia donde anteriormente se encontraba Jaden, y ya no estaba.

Arrugué mi cara algo confundida mientras luego observaba alrededor. ¿Habría entrado ya?

Unos brazos me rodearon juguetonamente sobresaltándome. Era él.

—¡Jaden! Me has asustado.— exclamé divertida poniéndome de frente a él.

El moreno sonrió de lado. —¿Sí? Qué bueno. ¿Cómo estás?

—Bien, ¿y tú?— respondí mientras me cruzaba de brazos sonriente.

—Bien, también. Como siempre.— el joven se giró dándole un vistazo rápido al establecimiento, para luego mirarme a mí. —¿Vamos ya para adentro?

—Claro.— acepté indiferente.

Jaden extendió su brazo tendiéndome su mano, lo que me dejó algo sorprendida. Situé mi mano bajo la suya y nuestros dedos se entrelazaron rápidamente. No pude evitar sonreír como una tonta, mientras que él moreno nos dirigió al interior del edificio.

El ambiente que había me agradó bastante. Era un bar que parecía bastante limpio, no había mucha gente ni mucho ruido, y hacía un calor bastante agradable, al contrario del exterior.

—¿Nos sentamos y esperamos a que lleguen?— propuso mirándome.

Asentí sin dudarlo. —Claro, como tú quieras.

—¿Tú quieres?— me pregunto para asegurarse.

—A mí no me importa, Jaden.

Él lo pensó unos segundos hasta que se decidió de una vez. —Bueno, entonces vamos a sentarnos.

Fuimos hasta una mesa que tenía unos sillones parecidos a unos sofás, que eran bastante cómodos. Me podía quedar dormida en segundos allí.

—Me gustó la canción que pusiste en nuestro vídeo.— comentó de repente Jaden.

—¿Love To Lay? ¿La que bailamos?

Él negó serio para luego responder. —La otra que pusiste.

—¿La que se llama Veneno?

—Sí, esa.— pareció emocionarse ligeramente al yo mencionarla. —Y me gustó la frase de la canción que pusiste.

—¿La entendiste?— pregunté sorprendida.

—No, qué va.— negó de nuevo divertido. —Solo la traduje.

—Oh.— mierda, qué vergüenza.

Él rió levemente ante mi reacción. —Así que quieres arder en mi infierno por la eternidad, ¿eh?

—Oh, cállate.— pedí sonrojada mientras apartaba mi vista de la de él soltando su mano. —No empieces. Solo era una canción.

—Claro, nunca dije lo contrario.— en su oración se podía recibir un cierto sarcasmo.

Varios minutos después, una figura seguida de unas 6 entraron al local. Venían todos juntos.

—Ey, bro, ¿qué tal estás?— preguntó Caleb al llegar.

—Bien, ¿y tú?

Ambos se saludaron con las manos y una especie de saludo amistoso, no se como explicarlo.

—Bien también.— la vista del rubio cayó sobre mí. —Hey, ¿qué te cuentas, Mads?

—Nada, todo bien.— respondí con una sonrisa.

Todos tomaron asientos alrededor nuestra. Me lo estaba pasando genial, todos ellos eran muy divertidos. Tal vez me equivoqué al pensar de ellos mal cuando me transmitieron malas vibras, eran buenos chicos al final de todo.

Pasamos cerca de dos horas riéndonos a carcajadas los unos de los otros; pero hubo uno que estaba independizado, Jackson. El moreno estaba bebiendo sin parar y sin piedad, copa tras copa. A decir verdad, pintaba muy mal.

—Oye Jaden,— Jackson llamó al joven. —¿No crees que ya está bien?

El moreno hizo una mueca de confusión ante el comentario. —¿Cómo que está bien? El que está bebiendo eres tú, Jackson, no yo.

—Sabes que no me refiero a eso.

Un silencio bastante incómodo se formó en el grupo. Todos los amigos se miraban como asustados, pareciendo que ocultaban algo.

—¿No piensas contestar?

—Jackson, te juro que como sigas...

El joven se incorporó algo sonriente. —¿No crees que ya está bien? ¿Que ya es suficiente?

Me tensé cuando la mirada penetrante del ojinegro cayó en mí.

—Cuéntale la puta verdad de una vez y deja de fingir.— escupió dejándome totalmente helada.

Lleve mi vista hacia Jaden, esté lucía tenso e incomodo, mientras evitaba hacer contacto visual conmigo. —¿A que se refiere, Jaden?

No obtuve ninguna respuesta por parte de aquel; sin embargo, Jackson parecía encantado de responder por él.

—Tu novio, o lo que quiera que seáis, no te quiere.— dijo sin piedad alguna. —Todo esto, es falso,

—Jackson, estás borracho.— trató de excusarse el moreno.

En España siempre se dice algo de lo que me acorde en aquellos momentos, "los niños y los borrachos siempre dicen la verdad".

—¡No tiene nada que ver!— exclamó molesto. —Estoy realmente harto de que tengas que fingir todo esto por culpa del maldito reto.

—¿Cómo? ¿Qué reto?— pregunté empezándome a sentir mal.

—Mereces saber la verdad.— dijo Jackson. —Te lo contaré.

Jaden se tenso y habló cortando al moreno. —Jackson, cállate la puta boca.

—¿Recuerdas el día en el que Jaden te lanzo a la piscina de noche?— asentí ligeramente. —Él estaba pensando en una forma, o una especie de broma, mucho más en serio que el resto. Quería hacerte daño con la que estaba ideando, quería verte mal.

Noté como estaba empezando a sentir escalofríos por todo mi cuerpo. Mi respiración comenzaba a ser agitada al tratar de aguantarme las lágrimas. Tenía miedo de lo que me iba a contar el joven.

—Pasó varios minutos pensando hasta que llegó a una idea. Iba a hacer que te enamorases de él para luego dejarte sin razón alguna, y así hacerte daño.

—No, no me digas eso.— pedí deseando que todo aquello fuera una broma.

—Lo siento mucho, y créeme que odio que tengas que escucharlo viniendo de mí. Pero pareces una buena chica, y realmente no mereces eso.

Una vez que el joven terminó miré a Jaden. Mi vista rápidamente se nubló por las lágrimas que comenzaban a formarse en mis ojos. Esto parecía la puñetera película de After.

Agarre mi bolso y conteniéndome las lágrimas lo que más podía, salí del bar alejándome de todos.

Un brazo agarró el mío frenándome.

—Madeleine...— me nombro haciéndome sentir náuseas.

—Jaden, suéltame o te juro por Dios que gritaré.

—Está bien, pero escúchame por favor.— me pidió juntando sus mando.

Negué rotundamente alejándome de él, me sentía demasiado mal. —No, no quiero escucharte. Ni verte. Me has engañado.

—No, claro que no.

—¡Sí! ¡Sí, que lo has hecho! ¡Me has engañado, usado y humillado! ¡Y muchas cosas más!— exclamé con dolor mientras veía como su cara reflejaba arrepentimiento. —Sabía que contigo nada iba ser fácil. Pero esto no me lo esperaba, y mucho menos de ti. No sabes lo decepcionada que estoy, Jaden.

Varios segundos se produjeron. Él guardaba silencio mientras frotaba su cara agobiado. Sentí varias lágrimas deslizarse por mis frías mejillas.

—Lo conseguiste, conseguiste tu propósito. Me enamoré de ti, y jugaste conmigo. Enhorabuena, esto parece la puñetera película de After.— aplaudí con una sonrisa triste. —No sé qué es lo que te he hecho yo, para que siempre acabes humillándome y riéndote de mí.

Ahí fue cuando en su mirada pude percibir tristeza y algo de decepción, pero aquello no me hizo sentir compasión alguna.

—Pero eso solo demuestra una cosa Jaden,— llamé su atención ahí. —demuestra que no eres nadie. Absolutamente nadie.

Puntualicé cada palabra tratando de hacerle el mayor daño posible, la ira me estaba controlando.

—Solo eres un puto cobarde, además, nada más hay que verte.— reí irónica. —Estoy muy cansada de ti. Has desaprovechado la mejor oportunidad de tu vida, créeme. Nadie te va a querer como yo lo hago, Jaden. Lástima que no lo supiste valorar.

El coche de Lily apareció en el momento exacto para recogerme. Al salir del bar la llamé para que viniese.

—En fin, tú quisiste esto. Yo ya no pienso intentarlo más, me has hecho mucho daño.— finalicé alejándome de él y metiéndome en el coche. —Y no pareces arrepentirte de nada.

Di mi última vista hacia el joven. Seguía igual que antes, parecía que se había quedado en shock o algo de eso. Era la milésima vez que lloraba por su culpa, estaba muy cansada ya. No era nada justo.

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