016; 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂
PERFECT CHANGE — Jaden Walton.
016; ¡MÚSICA!
HABÍA PASADO MÁS DE UNA SEMANA desde que habíamos vuelto del campamento donde Jaden y yo casi nos besamos. Me deprimí ante la idea de que mi mejor amiga Lau se marcharía en dos días, aunque no querían sacarle el tema sabiendo cuán sensible es. El timbre de mi casa sonó, y ningún miembro de mi host familiar se encontraba en ella conmigo.
—¡Voy!— exclamé en español mientras bajaba las escaleras a toda velocidad, pero no cuidado de no caerme.
Abrí la puerta sabiendo perfectamente quien era, antes de venir me había enviado un mensaje.
—¡Laura!— la saludé animada hasta que vi como venía llorando desconsoladamente. —¿¡Qué te ha pasado!?
—¡Me quedan dos días aquí! ¡El lunes me voy!— gritó llevándose las manos a la cara tapándose. —¡Y no volveré a verte en siete meses!
—Relájate, Lau.— le pedí algo triste. —Anda, ven.
Me acerqué a ella y la envolví con mis brazos tratando de que se calmara, cosa que estaba siendo bastante difícil en aquellos momentos.
—Vamos, deja de llorar.— le pedí con una suave sonrisa. —Me harás llorar a mí.
—Me ha encantado EEUU, y ahora en España yo sola me sentiré muy mal. Quiero estar contigo, Maddie.— me apretó aún más mientras su cara estaba posada en mi hombro.
Yo suspiré triste, tenía razón. —Es cierto, pero tienes que pensar en los buenos recuerdos que te vas a llevar de aquí. Además, ¿quién sabe? Quizás vengas otra vez durante otro período de tiempo.
—No, Mads.— negó segura. —No creo que me dejen volver, este viaje de casi un mes nos costó bastante.
—Vamos, Lau. No pienses eso; siete meses no es tanto tiempo como parece, ya verás.
¿Siete meses no era tanto tiempo? Solo me quedaban ya siete meses. El tiempo pasa volando...
—Está bien, trataré de calmarme.— se separó algo más tranquila.
Yo sonreí un poco divertida con una sonrisa ladeada. —Por cierto, no llores mucho hoy. Dentro de unas horas tendremos una fiesta de instituto.
—¡Es cierto!— aplaudió mi mejor amiga emocionada. —Había que ponerse algo formal, ¿no? Era una fiesta algo oficial me enteré.
Yo asentí con la cabeza. —Ajá, trajiste el vestido, ¿cierto?
—Sí, mira.
La joven sacó de la bolsa de cartón que traía una presa de vestir, un traje bastante bonito color verde oscuro.
—¡Qué bonito! Ese estuve a punto de comprármelo yo mientras miraba vestidos.— dije riéndome contagiando a la castaña. —Es muy mono, te debe quedar muy bien.
—¿Y tú? ¿Cuál escogiste?— me preguntó curiosa.
La agarre de la mano y cerré la puerta de la entrada con llave, seguridad ante todo. Nos desplazamos hasta las escaleras y fuimos a mi habitación, donde un vestido corinto colgaba de una percha fuera de armario.
—Aquí está, ¿te gusta?— le pregunté esperando su respuesta.
—¡Es precioso!— exclamó alegre. —¿Con qué zapatos piensas ponértelo?
—Con estos, mira, el bolso me va a juego con ellos.
—Dios, me encanta todo.— aplaudió la castaña.
La miré algo curiosa. —¿Y tú? ¿Cuáles son tus zapatos?
Laura sacó de la misma bolsa un par de tacones negros bastante elegantes.
—Mads, tía, estoy súper emocionada, de verdad.— saltó ligeramente la joven. —¿Jayla irá?
Me sentí extremadamente feliz cuando pude decirle que sí, la pelinegra pensaba asistir con sus hermanos aquella fiesta.
—Ahora sí que sí voy a llorar de la emoción.— celebró la joven animada y eufórica. —¡Vamos a vestirnos ya!
—¡Pero si quedan tres horas y media!— grité riéndome.
—¡Huh, qué ambiente tan movidito! ¡Me gusta mucho esto!— exclamó Laura agarrada de mi brazo mientras ambas entrábamos al lugar donde se iba a celebrar la fiesta.
El polideportivo del instituto.
A pesar de que faltaban unos diez minutos para que empezase, ya estaban sirviendo cubatas con alcohol, y a eso se le juntaba la música puesta a tope.
—No llevo ni cinco minutos aquí y ya me quiero ir.— comenté rodando los ojos. —Me da dolor de cabeza todo esto.
—¡Cállate, joder! Así le quitas las ganas a cualquiera, hija.— se quejó mi mejor amiga dándome una palmada. —Además, hoy habrá temita con tu Jaden...
Lleve mi vista hacia ella rápidamente. —Oh, claro que no. No empieces con el tema.
—¿Por qué no? Todos sabemos que sí. Por poco no os besáis en el campamento, es obvio que hoy pasará algo.
—No, no y no.— negué repetidamente.
La morena me imitó con mala gana. —Sí, sí y sí. ¿Apostamos tres euros?
—Venga.— respondí confiada.
—Oh, cariño, hiciste mal.— sonrió Laura. —La tata Lau nunca se equivoca con estas cosas. Ya lo verás.
—Cállate ya.— me quejé soltándome. —Hostia, tia, ahí han llegado los tres.
Laura literalmente me dio un fuerte empujón para poder ver bien a los hermanos.
Jaden iba guapísimo vestido, nada nuevo la verdad. Portaba una camiseta blanca básica y una chaqueta negra abierta, su cadena de plata por fuera. Unos pantalones negros y unas deportivas blancas que parecían totalmente nuevas. Y por último... UN ANILLO. Lloro, nadie sabe lo que me gustan los tíos con anillos.
—Dios mío de mi santísima y maravillosa vida. Qué guapa viene Jayla, voy a llorar.— me dijo la morena tapándose la boca, y sacándome de mis pensamientos donde literalmente me casaba con Jaden.
Yo le di una sonrisa suave. —Ven con ella.
—¿Qué? No, claro que no. No pienso dejarte aquí sola.— negó enseguida.
—Anda ya, déjate de tonterías.— le empujé ligeramente en dirección a la pelinegra. —Ve, estaré bien. Te lo prometo.
—¿Segura, Mads?
No, claro que no. Me iba a quedar literalmente sola, Jaden se había ido con sus amigos en cuanto llegó allí, al igual que Javon. Pero preferí que Lau pasara una buena fiesta con Jayla, se iría pasado mañana...
—Por supuesto.— afirmé segura. —Ve, corre.
—¡Gracias, te quiero!
Sonreí como una tonta al ver como mi mejor amiga se acercaba algo tímida a la pelinegra, la cual sin dudarlo la abrazó sonriendo. Me daba algo de pena que seguramente no la fuera a ver más, ojalá me equivoque en esto.
En mi campo de visión entro un sofá que parecía bastante cómodo de sentarse. Allá te voy, Santo Tomás. Literalmente, así fue como me pasé unas tres horas y media sin hacer absolutamente nada. Únicamente veía como la gente bailaba, se emborrachaba, incluso se besaban apasionadamente frente a todo el mundo, ¿acaso eran conscientes de lo que hacían?
Aparte de eso, estaba muy feliz de ver como Laura no había parado de bailar, reírse, y hablar con Jayla, se lo estaban pasando genial, se podía notar desde lejos.
Bro, me estaba entrando sueño. Me llegué a plantear quedarme dormida en aquel sofá hasta que Laura terminase y nos fuéramos con Lily. Algo repentino interrumpió lo que iba a hacer.
—¿Sola?— esa voz enseguida hizo que mi vello se erizara.
Dirigí mi vista rápidamente hacia él, estaba enfrente mía mirándome con una sonrisa divertida y con una mano metida en un bolsillo, y la otra sujetaba un vaso de algo.
Asentí con la cabeza algo cansada, y el moreno no dudó en sentarse a mi lado mirando al resto de la gente con una sonrisa. Pude analizar su perfecto perfil, era literalmente precioso, era el joven más bello que había visto jamás.
—No se te ve disfrutando de la fiesta.— dejo caer en el aire mientras le daba un sorbo a su bebida a través de una pajita.
Yo negué suavemente jugando con mis anillos. —No, la verdad es que no.
—¿Puedo preguntar por qué?— cuestionó interesado sin aún mirarme.
—No lo sé.
—¿No bailas?— me preguntó haciéndome sentir algo mal.
—Sabes la respuesta a eso, Jad.— le respondí tranquila con una sonrisa triste.
Él asintió enseguida al acordarse. —Sí, tienes razón. Sé la respuesta a eso. Pero, ¿y tu amiga Laura? Siempre vais juntas.
—Está bailando con tu hermana, llevan así desde que nos encontramos aquí.— dije divertida.
—Oh, no las había visto.— respondió el moreno asintiendo, luego me miró por fin y me acercó su bebida. —¿Quieres? No lleva alcohol.
—¿Puedo?— cuestioné.
—Claro.
La verdad es que estaba muy sedienta; por lo cual agarre el vaso y le di un buche a la bebida a través de la pajita.
—Gracias.— agradecí con una sonrisa devolviéndosela al moreno, quien siguió bebiendo.
—No es nada.
Unos minutos pasaron. Ahora si que literalmente me iba a quedar dormida, hasta que la voz del moreno volvió a despertarme.
—Me marcho.— se levantó del sofá. —Estoy cansado de estar aquí. ¿Vienes?
—Espera, ¿como que te vas? ¿Y tus hermanos?— le pregunté incorporándome.
—Se van en coche, Jayla puede conducir. Yo me voy en moto.
Una mueca de confusión se presentó en mi rostro. —¿Viniste en moto?
—Ajá.— afirmó sacando las llaves. —Bueno, ¿vienes o no?
Le di una mirada rápida a mi mejor amiga. La verdad es que no me había echado en falta en toda la maldita fiesta.
—Sí, vamos.— me levanté y me acerqué a el.
—Bien.
—Uf, que bien se está aquí. Afuera hacia mucho frío.— suspiré quitándome la chaqueta y quedando en el traje color corinto.
Acabábamos de entrar a su casa y literalmente fui directa al sofá del salón para dejarme caer en él.
—Dios, qué cómodo. Me podría quedar dormida aquí por el resto de mi vida.— cerré los ojos tranquila.
Escuché la ligera risa de Jaden al fondo. —Pues no te duermas.
—¿Por qué no?— pregunte aún con los ojos cerrados, la verdad no pensaba abrirlos.
Oí como el moreno empezaba a tocar varios botones de algo que no sabía qué era. De repente, una canción empezó a sonar. Una canción que enseguida reconocí por ser mi favorita.
Era "As you are" de The Weeknd.
Jaden se dejo ver entrando en el salón y acercándose lentamente a mí.
—¿Qué esta pasando?— pregunté divertida incorporándome.
Él extendió su mano en mi dirección. —Quiero que bailes conmigo.
—¿Cómo?— dije confusa.
—Vamos, Madeleine. Baila conmigo.
Le di mi mano y me levanté, sin embargo, no me moví. —Jaden...
—Venga, puedes hacerlo.— me animó mientras me hacía poner mis brazos en sus hombros. —No te obligo ni nada, tú puedes hacerlo sola.
—No, no puedo.— negué algo decaída.
Él asintió animado. —Sí, sí puedes hacerlo. Puedes hacerlo, sé que cuesta, pero puedes hacerlo, Madeleine. Confío en ti, eres capaz de hacerlo.
Aquellas últimas cuatro palabras jamás pronunciadas por nadie me hicieron cambiar de perspectiva. ¿Acaso tenía razón? ¿Debía al menos intentarlo?
Me acerqué más a él dispuesta a bailar juntos, algo nerviosa por todo: la situación y el estar junto a él.
—Está bien.— acepté.
Una gran sonrisa se hizo presente en el rostro del moreno. Este llevó sus manos a mi cintura apegándome más a él, y haciendo que nuestras respiración se entrelazaran.
De un momento a otro empezamos a movernos de un lado a otro rítmicamente. Mi respiración era agitada; no me lo podía creer, estaba bailando después de tantos años.
—Te dije que podías hacerlo.
Traté de retirar los pensamientos que en mi cabeza surgían, porque literalmente estaba a punto de llorar.
Traté de concentrarme en algo para distraerme. Realmente me estaba gustando todo aquello, pero no quería ponerme a llorar de la emoción y recuerdos que me venían a la mente.
Me fijé en la letra de la canción, era realmente preciosa.
Show me your broken heart and all your scars.
Baby, I'll take, I'll take, I'll take, I'll take you as you are.
Show me your broken heart to know your flaws.
Baby, I'll take, I'll take, I'll take, I'll take you as you are.
Muéstrame tu corazón roto y todas tus cicatrices.
Cariño, te tomaré, tomaré, tomaré, te tomaré eres.
Muéstrame tu corazón roto para conocer tus defectos.
Cariño, te tomaré, tomaré, tomaré, te tomaré eres.
¿Acaso la había puesto por todo el tema de que no bailaba por el accidente que tuve con 10 años?
Con confianza, dejé caer mi cabeza entre su hombro y su cuello. Ahí fue cuando me sentí realmente plena, sentí euforia y completa felicidad. No quería que nada, absolutamente nada, interrumpiera aquel momento.
Tras unos segundos que estuvimos bailando sin decir ni una palabra, solo la música sonaba, me separé de él para verlo a los ojos.
—Gracias.— le agradecí quedando embobada viendo su rostro.
—Debo decir,— empezó divertido. —que vi esta canción en tu móvil cuando te lo robé. La tenías en pausa en la pantalla de bloqueo.
Él sonrió suave, e hizo algo que por completo robó mi respiración, e hizo que los vellos volviesen a ponérseme de punta.
Empezó a deslizar sus manos por mis espalda, como si fueran especies de caricias.
Nuestras respiraciones se entrelazaron de nuevo. Y esta vez no estábamos quietos, poco a poco nos fuimos acercando el uno al otro, como la última vez fallida. Tres centímetros, dos centímetros y medio, dos centímetros, un centímetro y medio, un centímetro, medio centímetro, y...
Allí lo sentí. Sentí como Jaden posaba sus labios en los míos, encajándolos perfectamente. Nos fundimos en un beso que expresaba todos los sentimientos que teníamos guardados desde hacía tiempo.
No lo podía creer, me estaba besando con Jaden, y era mi primer beso. Por fin nos pudimos besar. Pero, ¿qué pasaría ahora? ¿Me ignoraría o algo?
Al separarnos, ambos teníamos una sonrisa de tontos en nuestros rostros; y sin saber qué decir, nos empezamos a reír, para luego volvernos a besar.
¡Toma ya, dos besos!
Tras unos minutos de varios besos, más risas, y más canciones, acabamos en su sofá sentados.
—Hagámonos un boomerang.— propuse sacando mi móvil animada.
Él asintió en respuesta. Realmente, no me gustaba la idea de hacer fotos, nunca solía salir bien. Pero debo decir que el boomerang fue maravilloso.
Lo guardé y lo quité.
—¿No lo vas a publicar?— me preguntó confundido.
—¿Quieres que lo publique? Se te echarán encima tus fans.— reí divertida.
—No me importan.— negó con una sonrisa ladeada.
—Está bien, me alegra oír eso.
Tras aquello, publiqué el boomerang, y puse la canción de "As you are", obviamente. Aquella era nuestra canción.
Y por si fuera poco, también publique un vídeo de 5 segundos donde Jaden me agarraba de la barbilla riéndose y me besaba. Y para aquello puse una especie de indirecta con la canción "Veneno" de Delaossa. Puse el verso que decía:
"Quiero arder en tu infierno toda la eternidad."
Ahora sí que sí, no podía ser más feliz. No me faltaba nada.
AAAAA POR FIN PRIMER BESO
por cierto, se viene drama.
hasta mañana, en españa son la una de la mañana, y mañana tengo instituto 👍🏻💋
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