━WEREWOLF'S MOUTH
❝ LA BOCA DEL LOBO ❞
❝ baby, you're the man but
i got, i got, i got the power. you
make rain but i'll make it, i'll make
it, i'll make it shower ❞
power | little mix
NO SABÍAN COMO EXPLICAR LO QUE ESTABAN SINTIENDO EN ese momento. La alerta de Wilson los hizo temblar de miedo al sólo recordar que habían enviado a Astrid directamente al lugar donde ahora no debía ir. Ross seguía en contra de la mujer y ahora más que nunca lucharía por tenerla bajo custodia para que, según su propio juicio, no fuera un peligro para nadie.
El pánico comenzaba a apoderarse de ellos.
—¡No puedo creer lo que está pasando! ¡No puedo creer que haya ido allá justo ahora! —exclamaba Stark.
—Sé que está siendo horrible Tony, pero desesperándonos no vamos a conseguir nada —trató de calmarlo Steve.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Que me siente aquí y pretenda que nada de esto está pasando y que mi hermana no está en peligro? —se cruzó de brazos—. Hay que ir por ella.
—Sabía que esto no era una buena idea —se lamentó Borg—, pero lamentablemente era lo único que podíamos hacer para conseguir la llave; la necesitamos.
—Sí, y ahora Astrid podría pagar las consecuencias de ir por ella —siguió el millonario.
—Oye, Steve tiene razón —Natasha llegó hacia el castaño—, lo que tenemos que hacer ahora es pensar con la mente fría, no desesperarnos más de la cuenta.
—¡Eso intento!
—¿Qué está sucediendo aquí?
La preocupada voz de Eir se hizo presente mientras la vieron ingresar al salón con una expresión facial que hacía juego con su tono de voz.
—Eh...Algo malo pasó —murmuró su esposo.
—¿Qué cosa? —miró a todas partes?—. ¿Y Magna? ¿Dónde está ella? ¿A dónde fue?
Todo el grupo se miró y al unísono respondieron con temor:
—A la Tierra.
Tres.
Dos.
Uno.
—¿¡Qué!?
La potente exclamación de la reina no tardó en llegar a sus oídos haciéndolos quedar pasmados.
—¿Qué ella fue a donde? —se llevó una mano al pecho—. Pero ¿Por qué? ¿Qué sucedió?
—Creo que descubrimos una parte del plan de tu hermana —dijo el dios del océano—. El Conquelion ¿Recuerdas? Lo quiso intercambiar por Magna y es la misma arma que quiso usar en su primera rebelión.
—Vaya, es cierto —se sorprendió al no haberlo pensado antes—, lo había olvidado.
—Bueno, resulta que el arma está aquí, a salvo...Pero no teníamos la llave para activarlo...¿Recuerdas cuál es esa llave?
La rubia se llevó una mano a la boca—El collar de Magna.
Él asintió—Y ella fue por él. Dijo que sabía donde estaba y que volvería enseguida.
—El problema es que hemos estado teniendo unas complicaciones un tanto políticas allá en la Tierra y una de nuestras autoridades busca...Encerrarla.
La reina frunció el ceño y se acercó a Stark cuando notó que la última palabra fue un balbuceo casi inaudible.
—¿Qué dijiste?
Tosió—Encerrarla... —nuevamente no se le entendió nada.
—Tony —Steve le dio un codazo.
—¡Bien! Quiere encerrarla —finalmente su voz fue clara dejando a la mujer atónita—. Le tiene miedo y dice que es un peligro para la sociedad.
—Lo único que quiere es sentir que tiene control sobre ella —dijo Wanda molesta.
—Qué miserable —se quejó la reina—. Los hombres de la Tierra no dejan de sorprenderme con su necedad —miró a los Vengadores—. Sin ofender, ustedes son una excepción.
—No hay cuidado —dijo Rogers—. El problema ahora es que ella corre peligro. Si Ross la encuentra hará hasta lo imposible para someterla.
—Debemos ir por ella antes de que la atrapen.
La sala se mantuvo en silencio unos segundos mientras todos esperaban la respuesta de Eir, la cual se había mantenido muy pensativa.
—No lo haremos.
Su respuesta final dejó pasmado a todo el grupo.
—¿Qué? —Tony volvió a desesperarse—. ¿De qué rayos estás hablando? No podemos dejarla allá sola.
—Quizás ustedes conocen a Astrid por años...Pero yo sé quien es Magna desde que la tuve en mi vientre —tocó la zona mencionada—. Sé cual es el poder con el que ella nació, sé cual es su alcance y de lo que es capaz. Créanme...Un par de humanos con armas no la van a retener.
—Eso es egoísta —la diosa se vio ofendida ante las palabras del castaño—, están asumiendo simplemente con demasiada confianza. Ella aún está entendiendo sus poderes.
—Exactamente —se le acercó la mayor—, este es el momento para que ella tome en sus manos su poder con más fuerza...Para hacer que un ave vuele del árbol...A veces hay que cortar la rama.
Stark suspiró ya que lamentablemente aquellas palabras le habían hecho sentido.
—Ustedes no comprenden como nosotros lo que es cargar con la magia erat —habló Borg—. Eir tiene razón, quizás este momento la ayudará a que su poder adquiera mucha más fuerza.
—Deberían estar tranquilos —retomó la reina— ya que deberían saber que, si hay alguien que puede salir ilesa de ese lugar...Es ella.
🌏 TIERRA
🕒 3:04 PM
📍 COMPLEJO DE LOS VENGADORES
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LA TIERRA SE SACUDIÓ UN POCO CUANDO LA PRINCESA DE Erathor aterrizó en las instalaciones de los Vengadores. Observando todo a su alrededor como si no hubiera estado ahí en años ella se puso de pie recorriendo con su mirada todo con ínfima nostalgia. Se habían ido de ahí de manera tan fugaz que el largo tiempo fuera había pasado demasiado rápido.
Astrid sabía que no había llegado de la manera más disimulada posible —considerando no sólo la potencia de su aterrizaje sino también lo llamativo de su traje erat— así que trató de escabullirse entre los árboles hasta llegar al interior del complejo como tal.
Si bien es cierto ella no sabía que la estaban buscando a toda costa de igual manera decidió no llamar mucho la atención. No obstante, algunas miradas de algunos agentes sí pasaron por su persona, y más de algún soplón se encargó de comunicar aquello con sus superiores a raíz de la intensa búsqueda por su persona.
Logró llegar al área donde estaban las habitaciones y cuando entró a la suya rió levemente al darse cuenta que casi no había alcanzado a deshacer sus maletas. En todas ellas buscó el objeto deseado con frenesí preocupándose por un segundo por la posible ausencia de este.
—Por favor, donde estás...Sé que te traje.
Tomó uno de sus bolsos y lo vació completamente en su cama hasta que un destello dorado brilló ante sus ojos.
Una sonrisa de oreja a oreja deslumbró en su rostro cuando lo halló y lo tomó en sus manos para admirarlo con orgullo sabiendo que estaba a un paso más cerca de cumplir su misión.
Lo guardó en uno de sus bolsillos pero antes de irse algo más de las cosas que habían caído sobre el colchón llamó su atención: Una pequeña libreta que se había abierto y de su interior algo se había desprendido. Frunció el ceño un poco confundida y tomó aquel objeto que inmediatamente trajo a su mente el recuerdo de su significado.
Ella sonrió mucho más.
Se trabaja de una delgada, suave y delicada flor color púrpura, la cual, debido a la presión y el tiempo que había pasado dentro de la libreta, se había disecado pero aún era capaz de mantener su color y suavidad.
Mucho tiempo atrás, aquella flor se la había dado Steve.
No recordaba que la había guardado ahí pero sí recordaba que alguna vez, cuando estaban investigando como detener a Kurse, Rogers llegó a preguntarle como estaba o si necesitaba ayuda, llevando en su mano un recipiente con los pepinillos dulces que le gustaban y con una pequeña flor que —según él— se había encontrado accidentalmente en el camino.
Por supuesto que ella no le creía y eso volvía todo mucho más ameno para ella.
Ahora aquel simple detalle hacía mucho más eco que antes en su corazón y lo atesoraba con un significado distinto. No era capaz de explicar lo que aquel hombre la hacía sentir y lo único que quería en ese instante era regresar para finalmente...Decírcelo.
Terminó de guardar todo y salió de la habitación para poder llegar al exterior y usar su espada nuevamente para poder viajar de regreso a Erathor...
Pero algo la detuvo.
El distintivo sonido tintineante que ya se sabía de memoria de las armas siendo cargadas y apuntadas la hizo levantar la vista con temor presenciando a un grupo de doce hombres vestidos como si fueran a la guerras llevando sus artefactos directamente hacia ella.
—Maldición...
Sólo pudo permanecer estática sin hacer cosa alguna y en medio de la multitud vio a un hombre que estaba vestido completamente diferente a los demás haciéndose paso.
Cuando ella lo vio apretó la mandíbula con rabia.
—Pero miren a quien tenemos aquí...Stark a vuelto.
La voz de Thaddeus Ross no fue para nada algo agradable al oído.
—¿Qué hay de ese traje tan raro? ¿Ibas a alguna fiesta?
—¿Que está sucediendo aquí?
—Sucede... —el hombre de saco azul oscuro se le acercó—. Que cambié de parecer —ella frunció el ceño—. Resulta que mis superiores no estuvieron tan de acuerdo con que te dejáramos ir a ti así nada más...Eres un peligro para la sociedad y algunos ciudadanos interesados alientan a la idea de tenerte aquí.
—¿Ciudadanos interesados? ¿Te refieres a ti y a dos más?
—Esto no es ningún juego —se le acercó en forma de amenaza—. No confiamos en ti y mucho menos en lo que puedes hacer.
—Lo lamento, disculpa que lo que yo pueda hacer haya servido para salvar el mundo hace dos años —lo encaró—. Yo firmé los Acuerdos.
—Pues ya no es suficiente. Las Fuerzas Militares hoy ordenan que procedas a estar un tiempo bajo vigilancia. Entrégate pacíficamente y dejaremos al resto en paz. A excepción de Maximoff, ella también es un blanco de preocupación.
—¿Estás demente? ¿Acaso perdiste la cabeza? —Magna se le acercó peligrosamente y el chasquido de las armas en posición se escuchó—. No soy un objeto o un arma que puedes guardar en una caja con llave cuando se te dé la gana; soy una maldita persona que tiene derechos, no los puedes transgredir.
—Tus derechos terminan cuando transgredes los de los demás —ella soltó un quejido sorprendida—. Has participado en múltiples actividades ilegales con tu amigo el Capitán América; dichas actividades que han puesto a personas en peligro.
—¿Y ahora vas a jugar a ser un santo? ¿A que tienes las manos limpias y no llenas de sangre?
—No estamos aquí para hablar sobre mí —le hizo una seña a un soldado—. El acuerdo terminó, ahora vendrás con nosotros y esperamos que elijas la forma tranquila.
—¿Y si me resisto?
Él soltó una risa nasal—Estos hombres te darán tu respuesta.
Los agentes detrás de él la miraron fijamente, tan fijo como sus mismas armas apuntándole.
No obstante, toda esa situación comenzó a quemar dentro de Astrid. Estaba cansada de que siguieran diciendo que ella era un peligro, una amenaza o un monstruo. Solamente buscaba hacer el bien y las personas que le tenían miedo seguían haciendo todo lo posible para someterla. Ella no había hecho nada malo y no dejaría que la hicieran creer que sí.
No lo haría...
Eso acababa ahí y ahora.
Fue ella ahora quien soltó una risa suave y se acercó nuevamente al hombre.
—Hay un problema en todo esto Ross —el aludido frunció el ceño—: Olvidaste completamente quien soy y ahora además no tienes idea de lo que acabo de descubrir que soy...
El rostro del hombre del gobierno se desfiguró y su actitud cambió mucho más cuando vio que las luces sobre ellos comenzaban a parpadear.
—No vuelvas a tratarme como algo que no soy...
Las luces se apagaron.
—¡Disparen!
La orden de Thaddeus fue inmediatamente acatada y los disparon se oyeron por todo aquel pasillo. El hombre mayor corrió para tratar de refugiarse en algún lado mientras sus subordinados buscaban atacar a la diosa.
Pero exactamente ese era el hecho; ellos no sabían que estaban en presencia de una diosa.
Magna se movió con agilidad y en medio de la oscuridad evadió todas las balas que iban hacia sí. Utilizando el poder del viento confundió a los agentes y los lanzó lejos para tener la oportunidad de salir corriendo. Debía llegar a la salida para irse a Erathor.
En su carrera de escape volvió a encontrarse con inmensos grupos de personas, y parecía que cada vez se hacían más grandes. Doce, quince, viente, veincinto...Todos tratando de someter a la mismísima diosa de la vida.
Imposible.
Ella se movía impresionantemente con gracia y agilidad. Cada vez que estiraba su mano una de sus habilidades detenía los ataques que le llegaban. Alejaba a sus enemigos con llamaradas de fuego, los hacia volar con el viento y congelaba las balas que iban hacia ella para luego destruirlas en el suelo o incluso lanzárselas de vuelta.
Ella era imparable.
Después de haberse quitado otro grupo de encima logró llegar a uno de los patios abiertos; lugar perfecto para emprender su regreso. Sin embargo, nuevamente el chasquido de muchas armas sumado a exclamaciones pidiéndole que se quedará quieta llegaron a sus canales auditivos. Astrid se volteó y se dio cuenta que el número de hombres había aumentado...Eran más de treinta.
¿Tantos agentes se necesitaban para detener a una persona? En efecto, ya que estábamos hablando de la princesa de Erathor.
—¡Se acabó el juego, Stark! —nuevamente la odiosa voz de Ross se hizo paso entre todos—. Te superamos en número. Entrégate y negociaremos los términos de tu rendición.
Ella suspiro cansada—Por favor...Deten esto, no los quiero herir más, una pelea entre nosotros no tiene sentido...Estoy tratando de ser razonable.
—Ser razonable es que vengas con nosotros ahora —ella cerró los ojos—. No puedes andae por el mundo como si nada.
—No me quieres bajo custodia porque he dañado gente, quieres hacerlo porque me tienes miedo.
Al verse enfrentado con lo que se podía considerar como la verdad, la sangre le hirvió al hombre.
—Si no te entregas en tres segundos abriremos fuego.
—Ross...
—Uno...
—¡Ya para con esta tontería! ¡No tiene sentido!
—Dos...
—¡Maldición! No lo entiendes, debo irme, el futuro de un planeta y de todos los otros está en riesgo.
Magna no podía a darse por vencida estando tan cerca. No podía dejar que Ross y sus agentes fueran un impedimento.
Así que debia actuar.
Justo cuando Thaddeus estaba tomando aire para decir el número final que atacaría a la castaña, ella fue mucho más hábil y rápida.
—Lo siento —fue lo único que susurró.
Posteriormente la diosa alzó ambos brazos y estrelló sus puños contra el piso, haciendo que toda la tierra se estremeciera a gran escala como un temblor. Esto causó que sus atacantes cayeran inmediatamente imposibilitados a poder levantarse. Aquella oportunidad fue la que ella necesitó para irse.
Ya con la espada en mano se volteó una vez más e hizo contacto visual con el hombre que le había estado causando tantas molestias. Ross la observó asombrado cuando vio el arma en su mano y como luego ella voló, desapareciendo ante sus ojos mágicamente por un portal.
Definitivamente ya se había dado cuenta que Astrid Stark ya no era la misma.
El viaje de vuelta a Erathor fue mucho más rápido de lo que imaginó. En menos de lo que pudo contar ya estaba surcando los cielos de su planeta con dirección al palacio, en donde todos aguardaban por ella.
Estaba un poco agotada de tanto pelear y esto causó que su aterrizaje en la sala del trono fuera un poco brusco y torpe; como si fuera un avión que llevaba los motores averiados tratando de llegar a la pista. Para su buena fortuna sus amigos y familia la divisaron y con euforia y preocupación corrieron hacia ella.
Finalmente sus pies tocaron el suelo marmolado de la estancia pero se tambalearon bastante. Sin embargo, sintió de inmediato un par de brazos alrededor de su cuerpo, los cuales evitaron su caída.
Ella alzó la vista y una sonrisa de oreja a oreja pintó su rostro al reconocer a Steve junto a ella.
—Hola —saludó con una cansada sonrisa.
—Dios, nos alegra que estés bien —sin importarle nada ni nadie Rogers la abrazó.
Por un segundo todo se sintió tan bien.
—Hija, hija —sus padres, siendo precedidos por la voz de Borg, llegaron hasta ella—. ¿Lo conseguiste?
Ella miró a todo el grupo que la estaba rodeando para que fueran testigos de como sacaba de su bolsillo aquel collar que tanto necesitaban.
—Así es...Tenemos la llave.
BUENAS BUENAS, ESTAMOS DE REGRESO
qué tal todo? espero estén bien! seguimos actualizando penta ya que igual me emociona el hecho de poder acabarla pronto AAAAA
qué les pareció? Dios, Magna mi diosa, mi patrona, mi todo, le hago un altar.
además hice un banner gif nuevo y un crackship de una de las escenas jeje qué les parecen?
40 votos para actualización
voy saliendo de mi casa así que mis palabras serán breves djxjd espero hayan disfrutado todo y el capítulo siguiente me emociona mucho así así dejen su amoooor<3
hasta la próxima!
nat
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