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"if you wanna run away with me, i know a galaxy and i could take
you for a ride"
levitating | dua lipa
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EL MOMENTO HABIA LLEGADO y el equipo ya se había preparado para partir a su nueva misión: Asgard.
Después de horas planificando lo que harían habían logrado finalizar y empezar a empacar todo lo necesario.
Sus trajes habían sido entregados de vuelta a sus propietarios para poder viajar, y no podían estar más satisfechos.
Prepararon un jet con todas sus cosas y cuando estuvieron listos se reunieron a las afueras del complejo de la CIA.
El gran grupo se dividió en dos. Unos irían a Asgard y otros se quedarían en la Tierra analizando la situación de Barnes.
Tony, Astrid, Steve, Natasha, Thor, Bruce, Clint y Wanda iban a ser los valientes que viajarían al espacio. El resto se quedaría esperándoles en la Tierra.
Luego de una sesión de despedidas, los viajeros se reunieron en el jet.
—De acuerdo— habló el asgardiano frente a la mesa y a sus compañeros— Esto será mucho más rápido de lo que ustedes creen.
Clint hizo una mueca— ¿En serio? Había traído esta almohada cervical de viajes para dormir— la señaló.
El semidiós rió—Amigo, es probable que ni siquiera alcances a ponértela.
Este abrió los ojos y soltó un silbido.
—Bien, cuando lleguemos a Asgard iremos con mi padre a explicarle lo que está sucediendo. Y allí, a salvo y lejos de la Tierra, podremos explicarles sobre el planeta desaparecido y ver que medidas tomaremos.
—Como digas— se adelantó Steve— Nuevamente es nuestro turno de proteger a la Tierra...En una situación distinta...Pero lo haremos, porque es nuestro deber.
Todos asintieron y el Capitán palmeó el hombro de Thor, indicándole que procediera.
El resto se fue a sentar mientras abrochaban con firmeza sus cinturones.
—Oye...— le habló Astrid a Steve a su lado mientras tomaba asiento— ¿Recuerdas una vez, cuando estuvimos en Egipto, por casualidad mencionamos lo de los viajes al espacio?
—¿Y que nunca iba a pasar?— completó él— Bueno...¿Quién lo diría?
Thor se posicionó frente a ellos— ¿Listos?
El grupo sólo lo miró con muecas en el rostro y algunos levantaron sus pulgares.
—Tomaré eso como un sí.
—Bueno hermana, no olvides lo mucho que te amo.
—Ay Tony— se quejó ella— Es un viaje al espacio, no vamos a morir.
En ese momento Thor alzó su martillo al cielo y gritó:
—¡Heimdall abre el Bifrost!
En los primeros segundos no pasó nada, pero cuando el millonario estuvo a punto de objetar algo todo a su alrededor se sacudió y una luz les cegó. Sintieron como el jet se movía a gran velocidad que ni ellos podían creer.
Se atrevieron a abrir los ojos y vieron luces de múltiples colores rodeándolos, como si fuera un arcoíris.
Era algo indescriptible, algo que nunca habían visto antes y les maravillaba.
De repente la nave se detuvo con brusquedad haciendo que algunos se quejaran.
Pero cuando sus vistas se fueron al frente otra vez perdieron el aliento.
Una ciudad dorada y hermosa se estaba presentando frente a ellos, era magnífica e imponente, como ninguna otra que habían visto antes.
Todo allí parecía perfecto, todo allí era algo nuevo para ellos.
Thor sonrió— Bienvenidos a Asgard.
Clint tomó control del jet y lo voló en línea recta, tal y como el asgardiano le había indicado. El resto del equipo se levantó de sus asientos y comenzaron a observar maravillados el lugar a través de las ventanas.
—No dijiste que era así de bonito— murmuró Wanda.
—Es lo más...Dorado que nunca antes había visto en mi vida— siguió el millonario.
—Es muy hermoso— se escuchó la voz de la castaña, como si estuviera hipnotizada con todo aquello.
Su hermano giró su rostro para verla y la encontró con la vista sumida en aquel paisaje.
Cuando se acercaron al Palacio Real Barton tuvo que hacer descenso en una pequeña planicie y luego ingresar.
El palacio era asombroso, gigante, lujoso y muy hermoso.
Cuando el jet aterrizó completamente la rampa bajó y en primero en salir del vehículo fue Thor. El resto se sentía un poco incómodo así que fueron con más lentitud.
—No puedo creer que en serio estemos aquí— murmuró Tony.
—Ni yo...Esto es asombroso— chilló la neoyorquina en un susurro.
Clint silbó—¿Estoy soñando?
—Es...Muy grande— habló Nat admirando todo.
—Y brillante— siguió Maximoff.
—Espero que Thor tenga razón y podamos hallar respuestas— dijo Steve.
—Hay que hacer que valga la pena...Firmé los estúpidos acuerdos por esto— miró a Rogers y sólo hizo una mueca.
El grupo se detuvo cuando otro grupo—de hombres armados— comenzó a acercarse a ellos. Pero en medio de ellos venía otro hombre, distinto a todos.
Thor no detuvo su caminata y se acercó a ellos con una sonrisa.
—Padre— se arrodilló.
Así era, el mismísimo Odín estaba frente a ellos.
—¿Padre?— cuestionó Astrid.
—Ese debe ser Odín— respondió su hermano de la misma forma.
—Hijo mío— respondió el monarca— Es un gusto tenerte de vuelta.
Él se puso de pie y la sonrisa seguía en su rostro.
—Siempre será un gusto volver a casa.
Entonces el hombre con el parche dorado en su ojo miró al grupo que estaba detrás de su hijo.
Inmediatamente ellos se sintieron incómodos.
—Y veo que no vienes solo— el Padre de Todo se comenzó a acercar a ellos.
—Ay no, ay no, ay no— susurró Barton.
—¿Y ahora qué?— le siguió la rusa.
—¿Nos arrodillamos? ¿Así como Thor?
—Deberíamos ¿O no? Es un rey— le respondió el millonario a su hermana.
—No lo sé, el único rey que conozco es el de la tienda de waffles de cuando era pequeña— reclamó la castaña.
—Hay que hacerlo— ordenó Rogers.
—Ya viene, ya viene.
De una manera muy rígida y extraña los Vengadores se arrodillaron con sus cabezas agachada en presencia del rey de Asgard.
El hombre mayor sonrió de lado una vez que estuvo frente a ellos, mirándoles.
—Veo que tus amigos son muy educados— dijo él— Ya pueden levantarse.
El equipo se observó y comenzaron a levantarse lentamente y guardaron silencio frente al monarca.
—Estos son los humanos de los que te he hablado— señaló Thor— Los Vengadores, hemos trabajado mano a mano defendiendo Midgard.
—Es un gusto— respondió—Sus hazañas se han escuchado hasta aquí...Especialmente las últimas...
Astrid desvió la mirada y abrió los ojos con incomodidad. Esas últimas hazañas tenían que ver con ella también.
—Agradecemos su hospitalidad, y lamentamos haber llegado de repente—habló Steve con serenidad.
—La insistencia de mi hijo en cuanto a la urgencia del asunto me ha dejado preocupado— la pidió a sus guardias permanecer en sus lugares y él comenzó a caminar junto al semidiós—Cuéntenme sobre el tema.
El equipo se miró y empezaron a seguirles.
—Hace unos días unas criaturas oscuras aparecieron en la Tierra— comenzó Thor— Y su última aparición dejó mucho desastre.
—¿Las conozco?
Thor negó ante lo dicho por su padre—Lo dudo, ni siquiera yo lo hago. Nunca había visto algo como ellas.
—¿Podrían describirlas?
El grupo volvió a repartirse miradas.
—Horribles.
—Asustan.
—Negras.
—Como sombras.
—Fantasmas.
—Muy feas.
—Ya no quiero volver a pensar en ellas.
En orden, las voces de Tony, Natasha, Steve, Astrid, Bruce, Wanda y Clint resonaron en el palacio.
Odín permaneció en silencio con las cejas alzadas y observó a su primogénito un poco confundido. Él sólo aclaró su garganta.
—Eh...— rascó su nuca— Lo que ellos dijeron.
El hombre mayor se apoyó en su cerro dorado mientras meditaba.
—Creo tener vagos recuerdos de algo así, pero no estoy completamente seguro...Es sólo una hipótesis.
—Son catastróficas, lo único que causaron en la Tierra fue desastre— dijo Rogers.
—Y no sólo eso, por lo que creemos estaban siguiendo a alguien— siguió el dios del trueno.
—¿A quién?
La pregunta de Odín dejó a todos en silencio. Inmediatamente las miradas se fueron a la respuesta de aquella pregunta
—Uh, eh...A mí— dijo Astrid levantando su mano.
El padre de todo abrió sus ojos al observar a la castaña que había alzado la voz. Con cuidado comenzó a acercársele.
—¿Por qué creen eso?— cuestionó.
—Bueno...Las vi en todos los lugares a los que yo iba...Incluso una trató de matarme. Creemos que fue por una investigación que realicé...Quizás encontré algo que no les gustó.
Odín se vio sorprendido y comenzó a analizar la situación con detenimiento.
Debía ser cuidadoso con sus siguientes palabras.
—¿Cuál es su nombre, señorita?— cuestionó el rey.
Ella alzó las cejas y miró a sus amigos en busca de apoyo. Había quedado un tanto confundida.
—Eh...Astrid Stark.
El padre de todo soltó un largo suspiro y se acercó más a ella y la miró a los ojos.
—Yo me refiero...A su verdadero nombre.
La castaña sintió como el aire se le fue por unos instantes. Aquello no lo había visto venir y le costó volver a retomar el habla.
—¿Cómo es que...?— su voz se detuvo al ver la seriedad del rostro de Odín— Oh, de acuerdo.
Agachó la cabeza y meditó en lo que el hombre le había dicho. Sentía que él sabía algo sobre ella.
—Mi...Mi nombre es Magna.
Cuando la chica terminó la frase Odín se quedó estático, sin poder dimensionar lo que había oído.
Todo comenzaba a cumplirse.
—Por los dioses...— susurró el monarca casi inaudible
—Padre...— le llamó su hijo en busca de saber qué sucedía.
Él no respondió, sólo observó a la chica bajo la atenta y nerviosa mirada de todos los presentes. Ella, por su parte, no aguantaba más, estaba demasiado tensa.
—¿Podrían dejarme un momento con la joven?— preguntó el rey.
Todos se repartieron miradas confusas ante aquella petición. Y después de unos segundos procesándolo comenzaron a retirarse seguidos de Thor que les indicó a donde ir.
Astrid y Odín permanecieron allí. El hombre parecía tranquilo, pero la mujer se estaba muriendo por dentro.
El mayor la observó y luego retrocedió sobre sus pasos para caminar a un balcón con vista a la ciudad. Stark le siguió bastante nerviosa.
—¿Cómo sabe lo de mi nombre?— le pregunto llegando a su lado— ¿Qué...Qué es lo que sabe de mí?
Odín mantuvo la mirada firme al frente por los primeros segundos, hasta que la volteó para ver a la castaña y decir:
—¿Qué es lo que usted sabes?
Aquello le dio un poco de esperanza a ella, la hacía sentir que él sabía algo que podría ayudarla.
—Eh...— rascó su nuca— Que alguien me dejó en la Tierra para protegerme de una guerra, que mi nombre estuvo escondido en un collar, que debía derrotar a Kurse...Y tengo el trabajo de buscar quien soy realmente.
Odín asintió y la miró con atención, procesando sus palabras.
—Es eso cierto ¿No? ¿Esa es mi historia?
El regente pareció sonreír cortamente de lado y luego miró al frente otra vez.
—Así es— ella suspiró con alivio—Pero no toda.
—¿Qué? ¿Cómo que no toda?— cuestionó con mucha confusión.
—Usted lo dijo, está en camino de encontrarse, aún le falta mucho.
Astrid se desesperó por unos segundos.
—¿De qué está hablando? ¿Como lo sabe? ¿Cómo sabe de mí?
Odín volvió a mirarla.
—Usted y quién realmente es han sido de los secretos más escondidos de todos los mundos. Sólo algunos hemos sido bendecidos con saberlos.
Ella abrió los ojos como platos, esperanzada otra vez.
—Entonces ¿Sabe quién soy realmente? Necesito saberlo...
—Ese no es mi deber— la interrumpió—Debe hacerlo usted, no puedo darle respuestas...Pero quizás sí un pequeño impulso.
Ella frunció el ceño mientras veía que el hombre volvía a caminar al interior del palacio, y nuevamente ella lo siguió.
—¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué impulso?
—Llegaron con una complicación aquí ¿No es cierto?— ella asintió— Ahora no tengo dudas de dónde podrían venir esas criaturas...Así que los enviaré allí.
—¿A dónde?
La pregunta no alcanzó a ser respondida ya que había llegado con el resto del equipo que esperaba nervioso y expectante. Cuando los vieron llegar se acercaron.
—¿Qué sucedió?— se adelantó Tony—¿Está todo bien?
—De maravilla— respondió Odín mientras la chica volvía con el equipo—Creo que ya sé como les puedo ayudar.
—¿Cómo?
—Enviándolos a un lugar— le respondió a Steve.
Thor se adelantó— Tenía una sospecha del lugar al que podríamos ir...Quizás estás pensando lo mismo que yo, padre.
El mencionado asintió con lentitud.
—¿Hablan del lugar prohibido que sólo podías mencionar aquí?— cuestionó Tony y el asgardiano asintió.
—¿Y qué lugar es?— preguntó Natasha.
Los asgardianos se observaron y el mayor caminó hacia lo que parecía un pasillo el cual los condujo hasta una especie de bóveda dorada. Habían muchos tesoros y cosas lujosas aquí.
Luego se dirigió a una pared llena de mosaicos, presionó uno y una especie de holograma se amplió frente a ellos.
Todo parecía mágico.
—Tal y como la joven Stark me mencionó hace años hubo una guerra llamada la Ultra Conquista—empezó a decir el rey— Los depredadores al rededor de todo el cosmos luchaban por reinar los distintos mundos a lo largo del universo. Todos estaban aterrados y temían el momento de que fuera el turno de su planeta.
En los hologramas se pudo apreciar algunos de los mundos y a sus habitantes asustados.
—Pero cuando el mayor de todos estos conquistadores...Kurse— el grupo se tensó— Llegó al Yggdrasil se desató la histeria en todos y cada uno...
La imagen cambió y se vio una de un planeta distinto a los otros.
—Sin embargo...Hubo un mundo que defendió a los otros. Fue quien le hizo frente a Kurse en la batalla.
Un holograma de una mujer batallando con una bestia apareció allí.
Aquello se les hizo más conocido, habían oído esa parte de la historia antes y sabían a qué se estaba refiriendo el hombre.
—Una mujer de este mundo fue quien peleó contra Kurse para defender su pueblo y a todos los otros. Pero no había caso...El Conquistador no se rendía.
La imagen de la Tierra fue la que ahora apareció ante sus ojos.
—Sólo había una manera de detener la Conquista...Y esa era con el legado...Con los hijos.
El holograma de una bebé llorando apareció. Aquello sacudió a todos los presentes, en especial a Astrid. Ella de había quedado casi sin aire y empezó a temblar.
Esa bebé era ella.
—Un sacrificio de amor protegió a todos los mundos...La mujer entregó a su hija a los midgardianos y la ocultó...Y esa bebé era usted, señorita.
Todos miraron a la aludida y ella asintió. No era nueva información pero seguía sacudiéndola.
La bebé llorando desapareció y ahora se pudo apreciar el árbol del Yggdrasil.
—Aquella bebé era demasiado peligrosa para todas las amenazas del cosmos. Así que cuando ella desapareció...La guerra terminó.
—¿Quiere decir que más que Conquistar a todos...Me buscaban a mí específicamente? ¿La guerra...Fue por mí?
Odín observó a la joven Stark y asintió con lentitud.
—No puede ser...— susurró ella.
—Ese día todo cambió para nosotros...Siempre fuimos diez mundos en torno al Yggdrasil...Y después de eso sólo nueve.
—¿Qué sucedió con ese planeta?—preguntó Tony.
En el holograma se observan los diez mundos pero lentamente uno empezó a desvanecerse.
—Desapareció.
La respuesta del rey puso a todos muy tensos.
—Perdieron su órbita en su lugar del árbol...Y se volvieron invisibles...Inaccesibles. Nadie en Midgard ni otros lugares de depredadores podían saber que la bebé seguía con vida...Así que cuando la niña fue entregada ellos se ocultaron para protegerla, sabiendo que algún día ella volvería.
Astrid levantó el rostro—¿Qué?
—Ese día una profecía fue escrita...De que aquella bebé iba a regresar, iba a descubrir su origen...E iba a devolver todo a la normalidad.
El grupo se repartió miradas con nerviosismo.
—¿Quiere decir que...Si regreso...El planeta también lo hará?— preguntó la aludida.
—Si vuelve una profecía se cumplirá...Pero no sé que otros aspectos la abundan.
Astrid asintió y pasó sus manos por su rostro. Se sentía un poco estresada.
—Entonces...¿Existe la posibilidad de que las criaturas provengan de allí porque me están siguiendo...Debido a la profecía?
—Así es— le respondió Odín.
—Wow— murmuró el millonario— ¿En qué momento nos metimos en una situación así?
—Aquella tierra debe estar esperando por usted...— todas las miradas se fueron a Odín otra vez.
Con un movimiento de sus manos cambió el holograma al del planeta anterior.
—Y esa tierra...Es Erathor.
Al oír el nombre de aquel planeta todos quedaron sin aliento, los había sorprendido totalmente.
El holograma de tonalidades doradas brillaba frente a ellos. Enseñándoles una tierra hermosa y muy grande.
—Erathor...— susurró Astrid a penas—Es...— se acercó al holograma— ¿Es...Mi hogar?
Odín la observó— Está a punto de averiguarlo.
El rey apagó las imágenes y comenzaron a caminar para salir de la bóveda.
La castaña seguía con una sonrisa de esperanza plasmada en su rostro que nadie le podía quitar. Se aferró al brazo de su hermano mientras salían del lugar.
—Pero la pregunta ahora es...¿Cómo llegar a un planeta desaparecido?— cuestionó Rogers mientras avanzaban.
El grupo se detuvo al llegar a la sala del trono.
—Erathor se escondió por todos estos años, imposibilitando a cualquiera la entrada. Sin embargo...— todos lo observaron con esperanza— Hubo una manera de poder acceder allí.
—¿Cómo?— cuestionó Banner.
—Los erats se capacitaron con la posibilidad de salir y entrar a su planeta las veces que quisieran sin problemas. Las partículas de una piedra ancestral llamada Setgon fueron incrustadas en sus organismos. Así pueden reconocer de inmediato la presencia de un extranjero y limitan el ingreso sólo a sus habitantes...Los que poseen la piedra son los que pueden llegar al lugar.
—Y...Este es el momento donde nos dice que tienen esa piedra ¿Verdad?— dijo el mayor de los Stark.
Odín soltó un suspiro.
—Tuvimos una...Concedida por los mismos gobernantes de aquella tierra.
—¿Y dónde está?— preguntó Barton.
El regente soltó un largo suspiro y miró al suelo.
—La robaron.
Un par de quejidos se escucharon por parte del equipo.
—Qué mal— Astrid se llevó una mano a la cara— Tan cerca y tan lejos.
—No sabía lo de la piedra, Padre...¿Quién la robó?
Odín volvió a mirarles.
—Esa es la buena noticia— el resto se vio confundido— Sabemos quién la robó...Y ese alguien está custodiado en las celdas del palacio.
Las llamas de esperanza volvieron a nacer en sus pechos.
—Creíamos que él la tenía...Pero resulta que también la escondió.
—Entonces es el único que sabe donde podemos hallarla— dedujo la neoyorquina ante las palabras del rey.
—Padre...¿Quién la robó?— repitió Thor.
El padre de todo se dio el lujo de hacerlos esperar por su respuesta. Soltó un suspiro y respondió:
—Loki...Loki la robó.
Silencio total.
Todos permanecieron callados al oír aquello, como si les hubiera comido la lengua el ratón. Aquello había sido bastante sorpresivo y de ninguna manera lo vieron venir.
Estaban paralizados y les costó mucho volver a retomar la conversación.
—Espera...— se adelantó Tony— ¿Está diciendo que estamos en el mismo lugar que él?— miró a su alrededor un poco preocupado.
—Sé que mi hermano cometió horribles errores cuando estuvo en la Tierra...
—Grandísimos— murmuró Clint.
—Pero en este momento es el único que nos puede ayudar— Thor miró a todos— Es la opción que tenemos.
—Después de su desastre en Nueva York lo trajimos aquí para que fuera encarcelado. Pero cuando pisó suelo asgardiano trató de escapar con la piedra...Por suerte pudimos detenerlo—explicó el hombre mayor.
—Ahora entiendo...— susurró Thor— Por eso trató de escapar aquel día.
—Lamentablemente se deshizo de la piedra cuando volvió a estar bajo control...Y no sabemos donde— continuó.
—Entonces ¿Qué? ¿Le vamos a preguntar amablemente?— rió el ingeniero.
Pero al ver la seriedad de los asgardianos se detuvo inmediatamente.
—Es justo lo que vamos a hacer— respondió Thor y comenzó a caminar.
Todos quedaron perplejos y comenzaron a seguirle.
—Oye yo estaba bromeando...— murmuró el mayor de los Stark.
—¿En serio? ¿Así nada más?— dijo Natasha.
—Sí— él se detuvo— Está encarcelado así que de una u otra manera le sacaré la verdad.
—Qué rudo— se escuchó a Banner.
—No me molestaría que usaras un poco de violencia con...Su cara, por ejemplo— siguió el arquero.
—Puede ser un criminal...Pero sigue siendo mi hermano. Y más le vale que me responda.
—Ve y no tardes— dijo su Padre y el asintió.
—Espera— le detuvo Astrid— Déjame ir contigo.
—¿Qué?
—Oigan soy la más interesada en esto, quiero ver que sucede y tal vez te pueda ayudar.
Thor pareció meditar un poco hasta que se encontró con la mirada de Odín, el cual movió la cabeza en signo de aprobación.
—De acuerdo, vamos rápido— respondió al fin.
Ella sonrió de lado y comenzó a caminar en compañía del asgardiano mientras las miradas del equipo los seguían hasta que desaparecieron.
—¿Crees que sea buena idea?— murmuró Steve hacia el millonario y el respondió:
—No.
Thor le proporcionó a la castaña una capa grande y larga que la cubría casi por completo. No quería que el resto de las criaturas encerradas se percataran de su presencia.
Cuando comenzaron su acceso a las celdas ella se cubrió la cabeza con el gorro de la capa y con disimulo observaba a todos los seres enjaulados.
Algunos eran altos, otros muy bajos, otros tenían cuernos y otros más de una cabeza. Parecía un espectáculo circense.
Pero todo ese horror cambió cuando
llegaron a la última celda del recorrido.
Un hombre estaba dándoles la espalda mientras estaba sumido en sus pensamientos. Pero cuando sintió que tenía compañía se volteó de inmediato y una sonrisa coloreó su boca.
—Vaya hermano, no sabía que hoy era día de visitas.
Astrid se mantuvo detrás del rubio al oír la voz del tan mencionado Loki.
Era alto, de piel blanca, ojos azules y un negro cabello que le llegaba a los hombros.
—No tengo tiempo para tus trucos...—respondió Thor— He venido a hablar.
Él soltó una risa nasal y luego su atención cayó en la mujer detrás del príncipe.
—¿Y qué? ¿Trajiste a una bruja de Velwed para hacerme hablar?
Thor miró a su acompañante.
—No— dijo Astrid— Peor.
Ella tomó el gorro de su capa para quedar al descubierto frente al dios del engaño.
Este abrió los ojos como platos al ver a la castaña y se acercó más a la barrera transparente de la celda.
Una sonrisa se formó en su rostro.
—¿Es en serio, hermano? Ni siquiera es mi cumpleaños— rió— Trajiste aquí a la mujer de la que todo el universo habla.
—Baja la voz— se quejó el rubio acercándose.
—Que linda reputación tengo— murmuró la joven.
—Una espectacular— Loki alcanzó a oírle— Tu hazaña en Midgard al derrotar al eterno Conquistador no se deja de comentar...
—Ya basta— volvió a hablar Thor— Vinimos a hablar de otra cosa.
—¿De qué? Por lo que veo no es sobre mi libertad.
—Quiero hablar sobre el Setgon.
La voz del dios del trueno hizo que el encarcelado se tensara.
—Oh...Odín te contó.
—Sé que lo robaste y que también lo escondiste...Y necesitamos saber donde está— habló el rubio con firmeza.
—¿Para qué?— habló en un tono bajo y ellos tuvieron que acercarse lo que más pudieron— Esa piedra tiene una sola función y es llevarlos a...— miró a su alrededor— A Erathor...¿Para qué quieren ir ahí?
—Necesitamos...Respuestas— murmuró la castaña.
—Oh...— comenzó a caminar por su celda— Ya veo...La joven Stark que resultó no ser una Stark.
La aludida tembló un poco en su lugar.
—¿Y tú como sabes eso?
—¿Se te olvida quién soy?— le respondió a la castaña— Podré estar encarcelado pero sigo enterándone de muchas cosas...— la miró— Qué historia tan trágica...Creías tener la vida perfecta y de repente te das cuenta que sólo era una fantasía.
Astrid agachó la cabeza tratando de ocultar su incomodidad.
—Pues bienvenida al club— alzó las manos— Este grupo de personas a los que les mintieron toda su vida...Los que resultaron ser una simple adopción.
Aquella última frase tuvo un poco de dirección hacia el rubio que sólo le miró negando con la cabeza.
A la chica, el término adopción le dolía mucho y no quería pensar en él...Era lo que menos deseaba.
—Y ahora...Buscas tu origen, averiguar quién eres...— continuó el pelinegro— Y por eso necesitan el Setgon, piensas que Erathor es de donde vienes.
—Oye, ya déjate de dar tantas vueltas ¿Quieres?— interrumpió Astrid— Sólo dinos dónde está esa roca y nos iremos.
Loki tomó aire y luego lo dejó salir. Observó a su alrededor y se acercó otra vez.
—No.
Las dos personas fuera de la celda comenzaron a quejarse.
—¿Es en serio?
—¿Tú querías hablar?— le susurró la neoyorquina— La idea de Clint me está pareciendo muy tentadora.
—Su propuesta no me beneficia en nada a mí. Sólo sería una pérdida de mi tiempo y estaría perdiendo el Setgon para...— se encogió de hombros— Actividades futuras.
—Por favor— rogó la mujer acercándose— Yo no sé quién eres o quién fuiste, sólo sé que eres el loco que casi destruye Nueva York...
—Qué linda.
—Pero por una vez en la vida aprovecha una oportunidad de redimirte haciendo algo bueno. Necesito esa piedra, es en serio.
—No me vas a ganar con compasión— siguió Loki— ¿Crees que nací ayer? No soy un ser muy amable así que les recomiendo que se vayan y dejen de perder su tiempo.
—Venimos por órdenes directas de Padre, Loki— habló el rubio—No hagas esto más difícil, tu condena podría empeorar.
—¿Empeorar?— soltó una corta risa— Esto ya es peor para mí, no busques arreglarlo con eso— volvió a mirar a Stark— No voy a ayudarte, no está en mi naturaleza ya que no me veo beneficiado.
Astrid estaba estresada y su cabeza le empezó a doler.
—Lo que tú eres deberás averiguarlo de otra manera...— se acercó más— Ese es el mundo real, un mundo sin soluciones útiles o sueños de fantasía...— se encogió de hombros— Quizás aquella familia ni siquiera se acuerda de ti...
El pelinegro no pudo continuar más con sus palabras ya que Astrid había alzado su mano hacia el y lo acercó a la barrera de la celda, la cual tenía la función de lastimar al que la tocara, y eso fue justo lo que comenzó a sucederle al semidiós.
—Oye, oye— Thor buscó detenerla.
Pero no podía, la joven no tenía control de lo que estaba haciendo...Estaba actuando inconscientemente.
Loki se quejaba por el dolor causado y algunos guardias y otros prisioneros empezaron a darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
—Astrid...— la tomó por los hombros y la sacudió— ¡Detente!
Gracias al remezón del rubio la chica pudo volver en sí y reaccionar de lo que estaba haciendo. Inmediatamente bajó la mano y Loki cayó al suelo soltando unos quejidos.
—Ay no, ay no— murmuró ella tocando su rostro— Fue involuntario, lo juro, no sé como lo hice.
—Tranquila, te creo— apoyó el dios del trueno con una mano en su hombro mientras ella tomaba respiraciones.
Miró su muñeca y levemente levantó un poco de la capa para poder dejarla al descubierto. Y lo que vio le robó el aliento.
Sus venas estaban doradas otra vez.
No tenía idea de qué le estaba sucediendo.
—Una raza extinta...Vuelve a renacer—murmuró Loki mientras se reincorporaba.
Astrid levantó la vista y volvió a acercarse a la celda, mirando directamente al dios del engaño.
Ella sabía que el corazón de Loki estaba lleno de odio y dolor...Por eso era capaz de comprender un poco las acciones que tenía y porqué la había tratado tan mal.
—Estoy segura de que no quieres que eso vuelva a pasar— dijo con voz serena— Así que...— alzó su mano— ¿Dónde está la piedra?
Nuevamente el cuerpo del hombre comenzó a levitar, pero esta vez ella tenía todo bajo control y sólo lo mantuvo allí para presionarlo.
—No lo diré— repitió.
—Bien— comenzó a acercarlo a la celda— En serio no quiero hacerlo...Pero pregúntale a Thor, soy capaz de ello.
La mirada del pelinegro cayó en su hermano y este asintió.
—Muy capaz.
Cuando el cuerpo de Loki estuvo mucho más cerca de la barrera exclamó:
—¡Bien! Les diré dónde está.
Astrid soltó al pelinegro y este suspiró rendido.
—Les diré...Pero no sé si les guste.
Los personajes afuera se miraron con confusión.
—Habla— pidió su hermano.
—El día que la guardia de Odín me atrapó cuando trataba de escapar con la piedra...— miró a todos lados— La lancé al acantilado...Al lago Berf.
Thor abrió los ojos como platos.
—¿¡Que hiciste qué!?— exclamó en un susurro.
—Oye, cálmate...Lo lamento— se encogió de hombros— Me estaban deteniendo, no tuve otra opción.
—¿Cuál es ese lago?— preguntó la castaña.
—El puente del Bifrost...Por donde pasamos al inicio— ella asintió ante las palabras de su compañero— Está rodeado por agua que baja a una cascada, ese es el lago.
—El...¿El que está a mucha distancia del puente?— preguntó la chica y él asintió— Oh, demonios.
—Estaba siendo hecho prisionero, hermano. Se...— bufó. No quería reconocer la verdad— Se me cayó.
Astrid cerró los ojos—O sea que no la escondiste...La perdiste.
Loki miró mal a la castaña ante su comentario.
—Qué hábil movimiento, dios del engaño— comentó ella un poco burlona.
—Bueno, al menos ahora no es mi problema...Es suyo.
Astrid pasó sus manos por su cabello y se movió en su lugar.
—Debemos ir por la piedra— le dijo al rubio.
—Lo sé, aunque no se me ocurre cómo.
—Algo surgirá, al menos ya sabemos dónde está...— miró a Loki— Te juro que si es mentira vendré a abofetearte.
Él alzó las manos— Advertencia recibida.
Volvió su vista a Thor otra vez— Debemos decirle al equipo...Y ver que acciones tomaremos.
—De acuerdo— empezaron a retirarse—Gracias hermano, tú siempre tan amable y cooperador— él levantó las cejas.
—Mucha suerte, espero que su misión sea un completo fracaso— sonrió.
Antes de desaparecer Astrid se detuvo y se volteó hacia el pelinegro.
—Probablemente lo has oído de muchas personas...Pero tienes posibilidades de convertirte en algo mejor— él sólo la miró atento—Y...Espero que las siguientes cosas que escuches de mí sean mucho mejores.
Luego ella hizo una corta reverencia—jugando obviamente— sonrió y se fue en compañía del rubio.
Loki sólo les observó desaparecer y meditó en las palabras de la chica. Al final sólo decidió olvidarlas y volver a su rutina habitual como prisionero.
Cuando volvieron a la sala del trono el equipo comenzó a acercárseles al verles, expectantes por la respuesta que traían. Odín también venía con ellos.
—Dime que lo golpeaste— de escuchó decir a Barton.
Astrid hizo una mueca— Parecido.
Su mirada cayó en Odín y la expresión de sorpresa que tenía cuando oyó aquello.
—¿Qué averiguaron sobre la piedra? ¿Saben dónde está?
Ambos se miraron con una mueca en sus rostros.
—Sí, pero son malas y buenas noticias—dijo la joven.
—¿La buena?
—Sabemos dónde está— comenzó Thor respondiendo a Tony.
—¿Y la mala?— siguió Nat y la neoyorquina respondió:
—Es...En dónde está.
Todos permanecieron en silencio, esperando que pudieran continuar.
—La roca está en el lago Berf...Loki la perdió allí el día de su captura— explicó el semidiós.
Odín soltó un suspiro— Lo que me temía.
—¿Dónde está eso?— cuestionó Wanda.
—A la entrada de la ciudad...Toda el agua que ustedes ven al ingresar a Asgard— contestó Thor.
—Aguarda...— se pronunció Tony otra vez— Pero eso...¿No lleva a una cascada? ¿La que termina en el fin del mundo?— los asgardianos hicieron una mueca— Eso quiere decir que ya debe haber caído al vacío— soltó un suspiro— Esta búsqueda espacial ya no me gusta.
—No necesariamente— intervino Odín— El Setgon tiene capacidades que logran protegerla...Si ha caído al agua debe haber creado un escudo que la ancló a tierra firme.
—Es cierto...Ese tipo de rocas se fortalecen con otras rocas...— continuó su hijo— Y el fondo del lago tiene todo tipo de esos materiales.
—Entonces...¿Hay posibilidad de qué aún esté ahí?
—Sí— asintió Thor respondiendo a Astrid— Y hay que aprovecharla.
—¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo la buscamos?— preguntó Barton.
—¿Alguien aquí es buen nadador?— cuestionó Romanoff— No trajimos implementos de buceo.
—Soy pésimo, yo paso— intervino Bruce con rapidez.
—Aquí no tenemos nada que nos pueda ayudar...No es la Tierra— Thor se encogió de hombros.
—Yo podría hacerlo, pero no sé como resulte eso realmente— se ofreció Steve.
En medio de todos los murmullos y argumentos que sus amigos lanzaban, Astrid se dio tiempo para pensar en aquello, y una idea se iluminó en su cabeza.
—Yo lo hago— todos dejaron de hablar al oírle.
—Hermana, que yo sepa no eres buena buceando. No aguantabas ni treinta segundos bajo el agua.
—Sí, gracias por tu apoyo Tony...— suspiró— Pero...¿Si en vez de sólo bucear...Yo...Pudiera respirar bajo el agua?
Todos permanecieron en silencio, completamente sorprendidos al oírle.
—¿Qué acabas de decir?— murmuró su hermano.
—Es...Es una hipótesis— cubrió su rostro— Los años que estuve lejos estuve cambiando mucho...Y algo en mí me dice que...Puedo hacerlo.
—Astrid, estamos hablando de un lago corrientoso y místico— dijo Clint— No es tiempo para jugar a la sirenita— ella lo miró mal.
—Bien, entonces ¿Qué harán? ¿Prefieren sacrificar a Steve que tratar con mi hipótesis? ¿La hipótesis de alguien que controla el agua?
—Suena tentador— se burló Natasha.
—Yo creo que deberían confiar en ella— la voz de Odín los distrajo a todos— Ella es una en un millón...Puede lograrlo.
Astrid sonrió de lado, agradeciendo las palabras del rey.
—Es cierto— dijo el millonario al final— Si algo hemos aprendido todos estos años es que ella...Es mucho más capaz de lo que creemos.
La sonrisa de la chica se hizo mucho más grande aún. El hecho de que su hermano estuviera confiando mucho más en ella que antes— en cuanto a estos temas— la ponía feliz.
Pasó su mirada por todo el equipo, el cual parecía estar de acuerdo con la idea. Suspiró y dijo:
—Bien Vengadores...¿Quién está listo para ir por una piedrita mágica?
Las instrucciones estaban claras, sólo era tiempo de actuar.
Una nave del palacio los llevó hasta el puente Bifrost, más o menos hasta la mitad, donde pudieron presenciar el lago y todo su esplendor.
Bajaron del vehículo y empezaron a discutir sobre sus siguientes acciones. Bueno, las de la chica específicamente.
—No te quites el comunicador, es a prueba de agua así que no le pasará nada— le informó Tony—Si logras hacerlo...Sólo sigue. Pero si no puedes y sientes que te ahogas iremos por ti.
—Tranquilo, estaré bien— sonrió de lado.
Ella caminó y se posicionó en la orilla del puente arcoíris, observando todo hacia abajo, observando lo que le esperaba.
Tragó saliva— Uy, realmente está alto.
—¿Ya te arrepientes?— susurró Steve a su lado.
—No, pero...Empiezo a dudar sobre el éxito de esto.
—Tú eres la experta aquí— respondió—Lo harás.
Ambos se sonrieron y se mantuvieron así por un rato hasta que la voz del millonario los interrumpió:
—¿Lista?
Ella lo observó a su lado— Por un segundo empiezo a dudar sobre esto.
—La idea fue tuya, no hay tiempo para echarse atrás.
Astrid suspiró y volvió a mirar hacia abajo y aquello le revolvió el estómago.
—¿Es muy hondo?— preguntó hacia Thor.
Él hizo una mueca— Un poco.
—Ay demonios— comenzó a dar cortos saltos en su lugar— Bien, es sólo un chapuzón, será divertido.
—Un chapuzón en aguas mágicas— dijo Clint y ella gruñó.
—Te estás tardando mucho— se quejó su hermano.
Ella lo miró mal— ¿Es en serio? ¿Acaso quieres saltar tú?
Él no respondió, sólo alzó las palmas a la defensiva.
—De acuerdo, no puedo seguir acobardándome— miró abajo otra vez— Si no regreso...
—Oh vamos lo único que necesitas es...— comenzó Tony— Un empujón...
Y sin más que decir el mayor de los Stark puso su mano en la espalda de la chica y la lanzó. Un grito asustado se escapó de los labios de la castaña mientras caía hacia el lago.
—¡Eso fue por empujarme a un lago congelado en Suiza!— exclamó hacia abajo.
Inmediatamente todo el resto del equipo comenzó a gritar y a insultar al millonario.
—¿¡Acaso estás loco!?
—¡La acabas de lanzar!
—¡Tony, no puedo creerlo!
—¡Eres un demente, voy a matarte!
—¡Tiraste a tu hermana por un precipicio!
—Hey, hey, hey— habló él tratando de apartar a todo el grupo que se le había ido encima— Necesitaba un impulso.
—¡Puede que la hayas matado— exclamó Natasha.
—¡La conozco mejor que todos ustedes!— los volvió a apartar y miró el agua— Ella estará bien...
Mientras tanto la pobre joven había caído del puente mientras sentía como el aire golpeaba su rostro con fuerza. Los gritos en su garganta se habían apaciguado y comenzó a concentrarse en la inminente cercanía al agua que estaba llevando.
No podía creer lo que estaba sucediendo.
Lo último que alcanzó a hacer fue cerrar los ojos y aguantar la respiración antes de ponerse en posición y caer al agua.
Cuando estuvo dentro un escalofrío la recorrió y empezó a sentir la temperatura fría del agua. No quiso abrir sus ojos al inicio, le daba miedo, sólo nadaba a ciegas y se negaba a soltar la respiración aún.
Pero luego recordó la gran urgencia del asunto y se dispuso a actuar.
Estaba un poco asustada. Si su estúpida idea no funcionaba ella se ahogaría...Pero debía tratar.
Contó mentalmente hasta tres y se dispuso a abrir sus ojos y soltar el aire.
Y cuando lo hizo se sorprendió.
Todo se veía perfectamente claro, no borroso como normalmente sucedía. Y lo más importante de todo era que no se estaba ahogando, podía respirar a la perfección...No había nada que la afectara.
Ella sonrió ampliamente y nadó emocionada.
Mientras tanto el grupo en la superficie ya estaba perdiendo los estribos al no recibir noticias de la joven.
—¿Astrid estás ahí?— habló Steve preocupado por el comunicador.
Pero al inicio nada se escuchó.
—¿Astrid...?— insistió el millonario.
Otro rato de silencio transcurrió hasta que se escuchó:
—Tony, eres un hijo de perra.
Todos soltaron suspiros de alivio al oír la voz de la chica a la perfección. Lo había logrado.
—Sí, es ella, y está bien— sonrió el ingeniero.
—Increíble— Clint rió— Es un pez.
—Lo logró— Thor se unió a la alegría.
Ya la tensión se había ido y se sentían más tranquilos. Ahora sólo restaba proceder con el plan.
—¿Y...?— le habló su hermano—¿Cómo se siente?
—Raro...— respondió ella mientras nadaba— No siento mucha diferencia...Aunque es de las cosas más extrañas que he hecho.
Él rió— De nada, por cierto.
—Cuando vuelva te voy a golpear.
—¿Astrid escuchas bien?— habló el asgardiano.
—Fuerte y claro.
—Pon atención a mis palabras, la roca es azul, brillante y en forma de óvalo. Del tamaño de una nuez— explicó— No habrá nada igual a ella allá abajo así que será fácil de encontrar.
—Parece sencillo, pero este lago es grande.
Eso era cierto, y el equipo arriba estuvo de acuerdo. No tenían nada para localizarla, ningún implemento que les ayudase.
Pero allí una idea destelló en la mente del Capitán.
—¿Puedes localizarla tú?— preguntó confundiendo a todos.
—Eh...¿Cómo?
—Me dijiste que podías sentir que algo o alguien estaba cerca...Quizás pueda funcionar con esto.
Ella frunció el ceño— Te lo dije en referencia a las criaturas, no sé si sea lo mismo.
—Vale la pena tratar.
La castaña analizó las palabras del hombre allí en lo profundo. Y con decisión se propuso a sí misma intentarlo de la mejor manera.
—Lo haré.
El grupo arriba asintió, esperanzados por hallar la roca.
—El Setgon es un enigma vivo, así que podrás sentir su aura— le informó Thor.
—Copiado.
Siguió nadando mientras recorría el fondo del lago. Cerró sus ojos y se concentró en aquella piedra, en tratar de encontrar su aura.
—Demonios, ese Loki debía ser tan torpe que se le cayó aquí— pensó ella.
Mientras nadaba un pensamiento cruzó su mente. Frunció el ceño y abrió su boca mientras se movía. No tragaba agua, no pasaba nada, era muy extraño.
Eran cosas que debía ir explorando, ya que todo eso era nuevo para ella.
Luego, al darse cuenta de que debía verse ridícula, se detuvo.
—¿Qué estoy haciendo?— susurró para sí.
Pero de repente, una onda expansiva la golpeó, tirándola un poco más atrás y aquello le dolió.
Al ver que las aguas se sacudían un poco, el grupo en las alturas se preocupó.
—As, ¿Qué sucede?— le llamó su hermano.
Ella tardó un rato en responder ya que se estaba reincorporado del sacudón.
—Eh...— tomó su cabeza y aguantó el aire en su pecho, esperanzada— La encontré.
Aunque algo había sucedido y ella no se había dado cuenta. Por un sólo segundo sus ojos habían destellado un color dorado.
Fue un simple chispazo, pero un chispazo que podía cambiarlo todo.
—¿Dónde?— cuestionó el semidiós.
—Creo que a unos metros.
Ella retomó su trayecto y nadó rápidamente hasta la dirección que su mente le indicaba. Y cuando se fue acercando observó como algo destellaba a la distancia.
Sonrió y apresuró su natación hasta llegar a un montón rocas que estaban apegadas en una orilla. Y allí, en medio de ellas, una piedra distinta centelleaba en sus tonalidades azules.
—Chicos...Lo tengo— susurró a sus amigos.
El equipo sonrió y se miraron entre ellos con alegría pura.
—Tráelo— dijo Thor.
Astrid se inclinó y con cuidado estiró sus manos para tomar el Setgon.
Pero algo salió mal.
Cuando ella hizo contacto con la roca todo su cuerpo se sacudió, como si hubiera recibido una fuerte descarga eléctrica. Ahogó un quejido mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Le volvió a doler y aquellas voces extrañas habían regresado. Tal y como le había sucedido cuando tocó la gema de Visión.
Aquello no sólo afectó a la chica, sino también a todo su entorno. Las aguas del lago se sacudieron ferozmente, mucho más que antes, llamando la atención de las personas en el puente.
—¿Qué es eso?— susurró Tony.
—No lo sé...— siguió Steve— Creo que algo anda mal.
—¿Astrid?— llamó el millonario con preocupación— Astrid, ¿Qué pasa?
Ella aún no podía responder, ya que estaba luchando con sus demonios internos y le costaba estabilizarse.
—Astrid...— continuó su hermano.
Oscuridad.
—¡Astrid!
Seguía tomándose la cabeza con fuerza, como si estuviera exprimiéndola y con eso tratar de detener todo su dolor. Pero nada funcionaba.
—¡Astrid!
Oscuridad.
Las aguas seguían sacudiéndose y ahora ese temblor llegó incluso a mover a las personas en el Bifrost.
—Ay no...— susurró Thor— Esto no me gusta.
Oscuridad.
La guardia Real que custodiaba la entrada del Bifrost empezó a preocuparse por lo sucedido. Incluso estuvieron a punto de llamar al rey, pero el príncipe los detuvo.
Oscuridad.
Aquello debía resolverse allí...Y ya.
—¡Astrid!
Pero esta vez, esa voz fue distinta. No fue la de Tony, ni la de Thor, ni la de los guardias...Fue la de Steve.
Y esa la trajo de vuelta.
Todo se detuvo.
Astrid dejó de sacudirse y por ende las aguas también lo hicieron. Comenzó a respirar entrecortadamente mientras trataba de reincorporarse. Miro a todos lados y se dio cuenta que seguía en el fondo del agua. Su vista se había vuelto negra, por eso no se había dado cuenta de donde estaba.
En el puente, todos quedaron asombrados y agradecidos porque aquello por fin había terminado.
Sin embargo, dos personajes había quedado mucho más sorprendidos que los otros. Steve no dejaba de mirar el agua, analizando en su mente lo que acababa de pasar. Y Tony, no dejaba de mirar al rubio, también procesando lo que vieron sus ojos.
—¡Astrid!— le llamó Natasha— ¿Estás bien?
Ella tardó un momento en responder, ya que trataba de recuperar el aliento. Al menos su cabeza había dejado de doler, y las voces mágicamente había sido ahuyentadas.
—Yo...— respiró agitada— Sí, sí, lo estoy. Es que la roca me dio una descarga.
—Tómala con cuidado, ya debemos irnos— habló Thor.
Ella asintió para sí misma y volvió a acercarse a la piedra. Pero mientras tanto, sus pensamientos no dejaban de circular en la situación que acababa de acontecer.
Con temor acercó sus manos nuevamente, procurando que nada le pasara esta vez. Y para su suerte así fue. Ella tomó la pequeña roca sin que nada le sucediera, la admiró con sus pequeños destellos azules y la guardó en uno de los bolsillos de su traje.
—Ya...Ya voy a subir— dijo con voz cansada.
Tomó impulso con sus piernas y salió disparada del agua, llamando la atención de todos sus amigos que la observaban. Voló, hasta que llegó al puente, y una vez allí, se dejó caer completamente rendida.
Todos se acercaron a ella rápidamente para ver como estaba. La castaña tosió un poco mientras recobraba aire tirada en el puente.
—Oye, oye— du hermano fue el primero en inclinarse. La tomó delicadamente por la espalda y la ayudó a sentarse— Calma, ya estás aquí.
Ella tomó aire y echó su cabello mojado hacia atrás.
—Eso...Eso fue loquísimo— murmuró— Oh, por cierto...
Alzó su mano y formó una pequeña bola de hielo, la cual lanzó hacia el millonario. Esta lo hizo echarse un poco hacia atrás y quejarse.
—Auch— murmuró y ella lo miró con los ojos entrecerrados— Bien, me lo merecía.
—Astrid— Thor se inclinó— ¿La tienes?
La castaña soltó un suspiro y metió su mano al bolsillo del traje para sacar la roca brillante. Los ojos del asgardiano se abrieron como platos y una sonrisa triunfadora se formó en su rostro.
—Asombroso— la tomó— El Setgon.
—Espero que valga la pena. Casi me desmayo en el fondo del agua.
—Pero ¿Ya todo está bien?— cuestionó su hermano relacionado a lo anteriormente sucedido.
—Sí...— asintió— No te preocupes.
Clint rió— Bien hecho sirenita, lo lograste.
Ella lo miró negando con la cabeza.
Tony se puso de pie al oír que Thor lo llamaba, así que fue Steve quien se agachó para ayudar a la joven.
—¿Segura que está todo bien?— susurró.
Astrid asintió levemente— En serio, no tienes porque preocuparte— sonrió de lado.
Se quedaron un par de segundos en silencio, sólo mirándose y meditando los acontecimientos.
Ya que en el fondo ambos sabía lo que realmente había sucedido.
Rogers le extendió su mano para ayudarla a levantarse y ella se dispuso a tomarla. Pero al momento que tocó su piel sintieron una pequeña corriente eléctrica que los hizo apartar sus manos.
Ambos se miraron confundidos y con tremendas ganas de saber que estaba ocurriendo.
—Yo...— la chica tragó saliva— Creo que aún tengo algún efecto por el contacto del Setgon— rió suavemente y posteriormente el rubio igual.
Sin embargo, no podían dejar pasar por alto aquello, seguía rondando en sus mentes.
Luego de que todo estuviera listo el equipo regresó al palacio en la misma nave en la que habían llegado. Estaban contentos y esperanzados ya que parecía que iban acercándose más a encontrar aquellas respuestas que tanto deseaban.
Astrid no podía dejar de pensar en la piedra, pero más que en lo que ella le había hecho, pensaba sobre el lugar a donde les podría llevar...Y ese lugar podría ser su hogar.
Pasó años buscando, tratando de averiguar su origen verdadero...Y ahora estaba más cerca que nunca.
Cuando regresaron al palacio Odín les recibió bastante contento por haber encontrado la piedra. De inmediato les proporcionó objetos que pudieran necesitar en su viaje y ellos empezaron a prepararse para partir.
Thor, Tony y Clint se encontraban en el jet instalando un dispositivo que almacenaría el Setgon y los conduciría a Erathor. Mientras tanto, Astrid se mantuvo un poco más apartada, mirando la ciudad desde un balcón y a la vez secaba su cabello y parte de su cuerpo con una toalla.
Su mente no la dejaba tranquila y seguía pensando en lo sucedido con el Setgon. ¿Por qué había sentido una descarga? ¿Por qué le pasó algo parecido con la gema de Visión? Había algo que estaba pasando en ella y quería averiguar.
Había tocado dos enigmas del universo y pareciera que ellos la habían sentido hacerlo.
Y había otra cosa que tampoco abandonaba su cabeza, y esa era una palabra:
Oscuridad.
—¿Mucho que pensar?— una voz a sus espaldas la sacó de su trance. Se volteó y observó como Odín se le acercaba.
Hizo una mueca— Demasiado.
Él llegó a su lado— Es normal que tenga muchísimas dudas. Pero estoy seguro que podrá resolverlas.
La joven asintió y observó el paisaje asgardiano. Todo parecía muy tranquilo y la llenaba de calma.
—Majestad...— le llamó luego de un rato callada—Quien yo soy realmente...¿Es algo bueno...? ¿Es algo peligroso?
La pregunta de la joven llamó bastante su atención, y le dio a entender que ella ya estaba recibiendo señales sobre su identidad.
—¿Por qué? ¿Hay algo que te preocupe?
Ella soltó un largo suspiro— En...En la Tierra soy la mujer más peligrosa de todas...— sonrió sin ganas— Y no sé si al encontrar quien soy eso cambiará...O empeorará.
Odín asintió y procesó aquellas palabras, esperando darle una buena respuesta a la mujer.
—Creo que lo único que puedo decirle es que...Sí, todo cambiará— ella alzó la vista— Pero de usted va a depender si eso empeorará o no.
Stark asintió, aunque no muy convencida. Sabía que Odín no podía decirle mucho sobre aquel tema, pero tenía gran necesidad de saber la realidad.
—La profecía que fue dictada sobre usted va mucho más allá de lo que hemos visto antes...Debe estar completamente segura de que quiere hacer esto.
La castaña giró su mirada y reflexionó en aquella frase.
Estar segura de esto. Había pasado casi treinta años pensando que era alguien normal y que su vida era tal cual como siempre le habían dicho. Pero llegó ese doloroso momento donde supo la verdad y su vida dio un brusco giro que la hizo empezar a mirar las cosas de otra manera.
Luego empezó su investigación. Averiguó muchas cosas, pero seguía teniendo piezas faltantes en su rompecabezas, cosas que no lograba comprender en su totalidad.
Y ahora, su búsqueda tuvo un gran empujón que la guió hasta allí...Y que ahora la llevaría a otro lugar. Otro lugar que podría ser el cúspide de su aventura.
—Quiero descubrir quién soy— respondió con suavidad—Sea bueno o sea malo...Quiero tomar el rumbo de esto.
El regente a su lado sonrió de lado.
—Entonces está lista.
El hombre se volteó y volvió a caminar al interior del palacio, siendo seguido por la castaña.
El equipo ya estaba reunido en el jet. Al parecer todo estaba listo.
—Ahí estás, te estábamos esperando— dijo Tony a su hermana al verla llegar con el monarca.
—Sólo estaba tomando un poco de aire— respondió ella y caminó hacia ellos.
Thor bajó y se acercó a su padre para poder despedirse.
—Muchas gracias, padre. Prometo que resolveremos esto y lo terminaremos de una vez.
Él tocó el hombro de su hijo— Confío que así será.
Sin más, el rubio se giró y volvió a su posición en el jet. Y antes de tomar sus lugares y que el vehículo se cerrara, los Vengadores restantes hicieron una corta reverencia ante Odín como un signo de despedida.
—Les deseo suerte— dijo él— Y que la gracia de los dioses esté sobre ustedes.
Y con aquellas últimas palabras se dio por terminada su estadía en el palacio.
La rampa del jet se cerró y todos tomaron asiento en las mismas posiciones anteriores. Thor se posicionó al frente otra vez y admiró el Setgon. Lo habían puesto en una base color gris que la encerraba en una esfera de cristal.
Mientras se decidían por donde comenzar Clint empezó a sobrevolar el jet.
—Entonces...¿Ahora qué?— habló el millonario.
—Encendemos la base, el Setgon se activará...E inmediatamente nos guiará al destino— dijo él.
—¿Estás seguro?— cuestionó Astrid.
—Eso espero.
El asgardiano se volteó y puso sus manos sobre aquella base. Miró a sus amigos y ellos asintieron, indicando que estaban listos. Entonces, él se volvió a girar y se dispuso a encenderla.
—De acuerdo...Es hora.
Puso sus palmas en la base y esta comenzó a encenderse y posteriormente lo mismo sucedió con la roca que brilló mucho más que antes.
No hubo tiempo de emitir palabra alguna ya que la nave se sacudió y ocurrió lo mismo que en el Bifrost. Con feroz velocidad el jet viajó guiado por el Setgon, esperando llegar a su anhelado destino.
—Creo que...Funcionó— habló Thor con voz entrecortada mientras se sujetaba con fuerza de la base.
Todos cerraron sus ojos ante la fuerte luz frente a ellos. Sólo esperaron el momento de llegada mientras sus corazones latían a mil por hora.
Astrid estaba nerviosa, temblaba como gelatina y sus dedos estaban incrustados en las braceras de su asiento.
Estaba cada vez más cerca.
De repente todo se detuvo. Con cuidado comenzaron a abrir sus ojos y lo que vieron los dejó perplejos.
Seguían sobrevolando así que todo lo veían desde arriba. Una ciudad, mucho más grande que Asgard se alzaba ante sus ojos, un puente color dorado era la guía para ingresar. Habían muchas banderas de tonalidades verdes, doradas y azules que decoraban los rincones del paisaje. Grandes riscos, cristalinas cascadas, centros de mercaderes...Y lo más imponente de todo: Un palacio. Un palacio dorado y enorme era lo más destacado de todo lo que podían observar.
Estaban en Erathor.
Thor soltó una sonora risa— ¡Lo hicimos!
Astrid fue la primera en ponerse de pie y se puso junto a Thor mientras observaban el paisaje. El resto del equipo no tardó en unírseles.
—Es...Lo más hermoso que he visto en mi vida— dijo la joven Stark ahogando un suspiro.
Cerró sus ojos inconscientemente y sintió como un suave escalofrío recorría su espalda. La manos le picaron y su cabeza volvió a palpitar. Pero esta vez, no fue algo doloroso, a penas lo sintió, fue un simple cosquilleo.
Al abrir sus ojos notó como en el cielo una pequeña ráfaga color dorado pasaba. Como si fuera una estrella fugaz.
Ella no lo entendía aún, pero aquello era una señal de la gran profecía.
La belleza y grandeza del lugar era indudable, nada de lo que ellos habían visto antes se comparaba a esto.
El jet siguió su recorrido siendo dirigido por la piedra, ellos no tenían mucho control sobre aquello así que sólo se dejaron guiar.
La gente comenzó a darse cuenta de aquella extraña presencia y observaron con confusión y preocupación como aquella nave sobrevolaba sus tierras.
La ciudad era hermosa, llena de color y alegría. Criaturas similares a aves jugueteaban en el viento al mismo ritmo que tenían las banderas al ondear.
El equipo quedó muy sorprendido cuando se dieron cuenta que el Setgon los estaba guiando al mismísimo palacio. Y cuando el jet aterrizó allí los nervios empezaron a florecer.
—Uh ¿Y ahora qué?— murmuró el ingeniero.
—No lo sé— contestó Thor confundido mientras miraba como la roca y el pilar se apagaban— Creo que es el fin del trayecto.
—¿Tú conoces este lugar?— le preguntó Wanda.
—No, nunca he estado aquí antes.
—Bueno, hay una sola manera de conocer un lugar— habló Barton y presionó el botón que abría la rampa—Bajemos.
Se miraron entre ellos y se dispusieron a salir de allí.
Tony se volteó al ver que su hermana estaba tardando en hacerlo.
—Hey ¿Qué sucede?— se le acercó.
—Nada, sólo...—rascó su nuca— Estoy nerviosa— soltó una risa nasal.
Su hermano sonrió de lado. Sabía que aquello la tuvo preocupada por dos años y ahora por fin iba a tener las respuestas que tanto quería.
Ella iba a averiguar quién era.
Pero eso también lo asustaba un poco. Tenía miedo de que aquello la abstuviera y se olvidara de él.
Pero apartó su mente de aquello. Su hermana no era así.
—Calma, ya llegamos y todos se resolverá.
Comenzaron a salir del jet admirando todo el lugar. Estatuas doradas, banderas y flores decoraban en gigantesco palacio.
Pero algo interrumpió su paso. Mientras caminaban un grupo de mujeres apareció de la nada apuntándoles a todos con espadas. Estaban armadas, así que debían ser parte de la guardia Real.
—¡Alto! ¡No se muevan!— exclamaban.
Los Vengadores inmediatamente se pusieron a la defensiva, tratando de evadir a aquel grupo femenino.
—No, no, no, tranquilos— le dijo el asgardiano a sus compañeros— No olviden que somos extranjeros y utilizamos una piedra robada para llegar— siguió entre dientes.
Ellos parecieron meditarlo.
—Buen punto— susurró Astrid bajando su brazo. Todo el resto del grupo también bajó sus armas.
—¡¿Cómo se atreven a entrar aquí?!— gritó una sin dejar de apuntarles— ¿Cómo lo lograron? ¡¿Quiénes son?!
Se repartieron miradas sin saber que hacer o decir.
—No buscamos pelea ni nada parecido— habló el asgardiano poniendo sus manos al frente— Sólo queremos...
—¡¿Qué está ocurriendo?!— se escuchó una nueva voz que se acercaba.
Era una mujer rubia con armadura similar a las otras.
—Son intrusos, general— informó una castaña— No son erats, y no sabemos como es que ingresaron a la nación.
La expresión de la mujer rubia se tornó en una de enfado.
—Por favor— trató de seguir Thor— Déjennos explicar...
—No tienen ni siquiera el derecho a hablar— espetó ella con voz dura— ¡Llévenlos a la sala del trono!
Rápidamente el grupo de mujeres los rodeó y comenzaron a escolatarlos a aquel lugar. Por obligación el equipo guardó silencio y sólo avanzaron tal y como ellas les ordenaron.
—Ay no, creo que esto salió mal— murmuró Clint.
—¡Silencio!— ordenó otra mujer.
Cuando llegaron a su destino las seis mujeres permanecieron alrededor de ellos, asegurándose que no se fueran.
El grupo estaba aterrado, temían que su plan realmente fracasara.
Estuvieron unos momentos esperando allí, sin emitir palabra alguna, tragándose sus miedos, hasta que la mujer rubia regresó, pero esta vez no venía sola.
La acompañaba otra mujer de cabello rubio, con una armadura distinta, una capa de pelaje y una corona en su cabeza.
Inmediatamente el equipó se tensó al pensar quién era.
—¿Qué está sucediendo aquí?— habló ella con seriedad— ¿Por qué contamos con tantas presencias en nuestras tierras?
La voz de la mujer era potente, tanto así que les hizo erizar los cabellos.
—Los descubrimos ingresando en su nave a palacio, majestad— le dijo la general— No tenemos idea de como lo hicieron...Fue una entrada corrupta, sin ninguna autorización.
Ella caminó lentamente hacia ellos y los miró con mucho enojo.
Cuando estuvo más cerca del grupo Thor les hizo una ceña a todos de que debían arrodillarse. Por suerte lograron captarla a tiempo y lo hicieron.
Aquella mujer se vio un poco confundida ante el gesto.
—Mi nombre es Eir, reina de Erathor, diosa de la guerra y la sabiduría— se presentó. Luego cambió el tono de su voz— Y exijo saber quiénes son ustedes y qué es lo que hacen aquí.
Thor iba a hablar, pero nuevamente fue interrumpido.
—Alteza— le llamó la general— Según nuestra ley, todo aquel que ingrese a Erathor sin ser un erat debe proceder a la inmediata ejecución.
Al oír aquello las mujeres que los rodeaban se les acercaron todavía más con sus espadas en mano. Todo el grupo soltó un par de exclamaciones.
—Alto, espere por favor— por fin el asgardiano pudo hablar— Soy Thor, hijo de Odín, venimos de Asgard...No buscamos hacer ningún mal.
Al oír aquello la reina erat se tensó y abrió los ojos como platos.
—¿Odín? ¿Vienen de Asgard?— cuestionó.
—Así es— empezó a ponerse de pie lentamente y sus amigos le imitaron— Lamentamos mucho haber llegado de esta manera, pero necesitábamos con urgencia hablar con usted.
—No confío en ellos, mi reina— susurró la general a su lado.
Ella al parecer meditó un poco en lo recientemente escuchado. Pero luego, con un movimiento de su mano le indicó a las mujeres que se apartaran del grupo.
—¿Por qué necesitarían la ayuda de un pueblo desaparecido? Nosotros ya no existimos. Así que les voy a pedir que se retiren antes de que hagamos cumplir nuestra ley.
El grupo se miró un poco decepcionado.
—Debe entendernos, si vinimos aquí es porque es el único lugar que nos puede ayudar...Hay una catástrofe a punto de ocurrir— siguió el asgardiano.
—No ayudaremos a extranjeros...— negó Eir— Vuelvan por donde vinieron y nunca más regresen.
Sin más ella se volteó dispuesta a irse.
Pero las cosas no podían quedar así, no podían rendirse. Habían llegado con un propósito y se negaban a irse sin cumplirlo.
Así que alguien habló.
—Espere por favor, reconsidérelo.
La reina se volteó ferozmente hacia la persona que había hablado: Astrid.
—¿Quién eres tú y por qué alzas la voz?— le contestó con voz dura y las mujeres les volvieron a apuntar.
Ella tembló como gelatina en su lugar e inmediatamente se arrepintió por haber hablado.
La había jodido.
—Eh, yo...— miró a sus amigos que la observaban con preocupación.
—Te he hecho una pregunta— insistió ella.
La castaña había quedado sin habla, no podía hacer ni decir nada en ese momento. Nunca antes había estado así de nerviosa en su vida.
La reina negó con la cabeza al no obtener respuesta y se dispuso a irse nuevamente.
Pero Astrid, al ver a aquella mujer y compararla con todos los rasgos descritos de quien la había dejado en la Tierra, tembló en su lugar.
De a poco todo se iba uniendo en su mente. Así que con mucho valor se apresuró a decir:
—Mi nombre es Magna.
El equipo la miró confundido al oírla decir aquellas palabras. No sabían que es lo que buscaba hacer o causar.
La reina, por su parte, se había quedado estática en su lugar, dándoles la espalda. Observó a la general que tenía también una tremenda expresión de asombro. Pero nunca tan grande como la que ella tenía.
Fue como si le lanzaran un balde de agua fría sobre ella.
Con cuidado Eir se volteó a ver a la joven que con un par de palabras había sacudido todo su interior.
Lentamente empezó a acercarse otra vez.
—¿Qué dijiste?— preguntó en un susurro.
—Usted me preguntó mi nombre...Y yo le respondí— dijo la chica nerviosa—Mi nombre es Magna.
Al oír aquello otra vez la rubia sintió como el corazón se le apretaba.
—No es verdad— negó con la cabeza.
Astrid se acercó un poco más ella. Debía verla de cerca, debía asegurarse de que ella fuera real.
—Tú...— Eir observó a la mujer con más detenimiento y estiró levemente sus manos hacia el rostro de la chica.
Y cuando lo hizo una descarga las invadió a ambas, haciéndolas retroceder un poco y soltar unos quejidos.
Cuando todo pasó levantaron sus cabezas y se miraron otra vez.
—Por los dioses— llevó una mano a su boca— El día ha llegado— susurró casi inaudible
El corazón de la castaña latió rápidamente, sentía que iba a salirse de su pecho.
Una pequeña y débil sonrisa se formó en el rostro de la reina.
—Magna...— susurró con voz titubeante.
Astrid respiró agitadamente. Necesitaba recobrar fuerzas y valor para hacer su siguiente pregunta:
—¿Quién es usted?
Debía preguntarlo, debía sacarse aquella gran duda de su mente.
Era momento de aclararlo todo...Absolutamente todo.
Eir se sacudió al oír aquello. También se había quedado sin habla, estaba asombrada, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
Se acercó un poco más a ella, mirándola con adoración y respondió:
—Soy tu madre.
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by justparker_ ♡
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ASÍ ESTOOOOOOOY
y eso que yo sé todo lo que va a pasar, pero bueno JSJDKWKFK
HOLA, ACÁ SU REINA DEJÁNDOLAS CON LA DUDA OTRA VEZ SJDKSKDK PERD0N
ay en serio quería que no me saliera tan largo, pero bueno, acá está.
POR FIN BB ASTRID, POR FIN
AY QUÉ LES PARECIÓ????
LES GUSTÓ LA APARICIÓN DE BB LOKI???
sabes que esta historia no sigue completamente las líneas de tiempo de Marvel, por eso aún él está vivo, ah
se la segunda vez que murió KSKDJSBDKS
PERO BUENO
en serio que estoy muy nerviosa por como va a resultar esta nueva etapa de la historia.
PERO A LA VEZ MUY EMOCIONADA AYYYYYY
30 votos para siguiente capítulo.
GRACIAS POR TODO EL APOYO Y AMORRRRR♡
nos estaremos leyendo pronto bbs♡
no coman ansias ♡
nat
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