Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 38

«𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐭𝐚𝐧 𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐢»

──⇌••⇋──

22 de mayo del 2023. Montecarlo, Mónaco. 

Mañana es el día de la vuelta al sol número 28 de mi hombre. Todo está preparado, daremos una pequeña cena con John, Andreas, Vicky y un invitado especial, mi padre.

No era mi intención invitarlo, pero básicamente se invitó solo. Está decidido a joderme con la excusa de conocerlo. Así que después de meses, veré a mi hermanita, porque sí, también se unió a la locura de mi padre.

Espero que esto salga bien, no quiero problemas. Quiero un ambiente cálido y confortante, porque, encima de todo, a Alessandro no le gustan las fiestas o cenas, tampoco quiero presionarlo.

Él no me habló jamás de sus cumpleaños anteriores, pero por lo poco que me contó John, detesta festejarlo. Lo odia porque, cuando tenía 12 años, su madre decidió marcharse y dejarlo solo junto a Máximo.

A veces me pregunto: ¿qué clase de madre abandona a su hijo? Y encima, el día de su cumpleaños. No hay olvido ni perdón, por lo menos para mí.

Miro la hora en mi celular, son las 16:52 pm. Estoy sentada en una de las oficinas que dispusieron para mí en completo anonimato en McLaren.

La carrera se realizará en cuatro días y esa misma noche, será la premier del Grand Prix. Todo está en orden, el MCL es perfecto respecto al principio de la temporada. Hemos pulido cada detalle, sé que esta temporada será de McLaren nuevamente.

Recojo mis cosas del lugar, miro a mi alrededor, es una simple oficina. En tonos grises y madera oscura, muy del estilo de Alessandro. Lo único bueno es que tengo vista a las pistas, así que mientras trabajo, puedo ver cómo la práctica.

Cierro con llave la pequeña oficina, cuando estoy apresada contra la puerta. Levanto la cabeza al percatarme de la sombra que se refleja en la puerta, mucho más alta que la mía.

—Abre la puerta — ordena con su respectiva voz grave.

—¿Y si no quiero? — cuestiono mientras intento regular mi respiración.

—¿Segura que te quieres perder esto? —me empuja más contra la puerta, profundizando su dureza en mi trasero.

Cedo y abro la puerta, entramos los dos a tropiezos. Me volteo y me encuentro con esos luceros grisáceos que tanto me fascinan. Se acerca lentamente a mí, su mirada está llena de deseo. Sus labios se alzan en una sonrisa pícara.

Claro que sé lo que quiere y obviamente que lo quiero. Hace días que no sucede nada por cuestiones laborales, sumándole a que ayer secuestramos a la familia Karlsson. Pero me haré la difícil porque me gusta jugar.

—Ni se te ocurra — advierto débilmente —. Este lugar es un asco Alessandro.

Me toma por la cintura, acercándome a él —¡Ajá!, ¿y qué más? Porque sé que deseas que te folle sobre este escritorio de cuarta.

Comienza a deslizar sus manos por mi cuerpo, acariciando cada centímetro de la tela que me aprieta como una segunda piel.

¿Para qué mierda me puse un enterizo?

Mi cuerpo comienza a estremecerse bajo su tacto. Sus labios se funden con los míos en un beso ardiente y hambriento.

Caminamos hacia el escritorio sin dejar de besarnos. Sus manos bajan la cremallera del enterizo, vuelven a subir hasta mis hombros, mientras vuelven a bajar ayudándome a quitar las mangas del traje.

Desliza sus manos por mis pechos, donde aprieta y los levanta con el brasier puesto. La derecha sigue bajando hasta colocarse entre mis muslos, donde los aprieta.

Mi respiración se acelera mientras sus dedos se abren paso entre la tela de mi tanga. Me toma con fuerza, empujándome contra el escritorio mientras baja las copas del brasier para que su boca juegue con mis pezones, los chupa y muerde suavemente.

No tengo fuerzas para hablar, solo para jadear ante todo el placer que me genera.

—Date vuelta — ordena, sujetando mi mentón para arrebatarme un beso apasionado.

Me volteo, dejando mi culo contra su entrepierna abultada. Comienza a bajarme el enterizo hasta que queda a la altura de los tobillos. Corre hacia un costado mi tanga, sus dedos se deslizan por mi canal, robándome un gemido.

—Me encanta que siempre estés tan húmeda para mí —gruñe en mi oído, lo cual me estremece.

Me penetra con sus dedos, los mueve dentro de mí mientras no paro de gemir del placer.

Dejo caer mi cuerpo contra el escritorio, mis pechos se aplastan contra la madera del escritorio. Hago puntitas con los pies para mantener la altura y poder seguir disfrutando de esto.

Entre mis gemidos, sus gruñidos y el que producen mis fluidos, llego a escuchar y sentir que se está bajando su enterizo.

Siento el calor de su entrepierna cerca de mi culo desnudo, lo cual me hace prepararme para el impacto.

Como lo predije, sin previo aviso, me penetra con fuerza desde atrás, agarrando mis caderas con firmeza. Nuestros cuerpos chocan rítmicamente, llenando la pequeña oficina con el sonido de nuestros gemidos y el crujir del escritorio.

Me fascina sentir cómo mis paredes envuelven su largo mientras no para de moverse dentro de mí. El cosquilleo en mi vientre bajo se comienza a formar con cada embestida.

Levanta un poco mis caderas, permitiéndole entrar aún más profundo. —Ssi... sigue así, mi amor —artículo entre los gemidos. Recibo lo que quiero cuando aumenta de velocidad, mostrándome quién manda cuando estamos en nuestra intimidad.

—Que nunca se te olvide— da una embestida profunda —quien es — sale de dentro mío, dando una nalgada que me hace ver las estrellas y la ansiedad se apodera de mi ser —tu dueño, Astrid Bright de Agnelli —me vuelve a penetrar con más fuerza, haciéndome gritar de placer y dolor, agarrándome del borde del escritorio.

Sus palabrerías posesivas y sucias, me calientan mucho más.

Y así, en este mísero lugar, nos entregamos al placer desenfrenado. Mi cuerpo comienza a contraerse alrededor de su falo erecto, mis gemidos se vuelven más intensos y mis uñas se clavan en la madera.

Puedo sentir la explosión de placer que nos recorre a los dos por nuestros cuerpos. Nuestras respiraciones se vuelven más pesadas, mis paredes se tensan y mi corazón late desbocado. Y siento finalmente que se derrama dentro mío, la oleada de éxtasis nos consume por completo.

La sensación es abrumadora. Puedo sentir cómo su calor se derrama en mi interior, llenándome por completo. Cada pulsación de nuestros cuerpos es como una descarga eléctrica de placer.

Cae sobre mi espalda, agotado y caliente. Deja besos por mi piel desnuda mientras tratamos de recuperar el aliento.

Desde el primer día que lo vi, quise que me follara contra su escritorio, pero... se tardó meses el desgraciado.

Se levanta y me ayuda a recomponerme. Nos ayudamos a limpiarnos y vestirnos entre besos lujuriosos; al cabo de unos minutos después ya estamos saliendo de la oficina como si nunca pasó nada.

Lo veo colocarse sus lentes de sol y lo imito, me abraza por la cintura mientras caminamos a la Ranger. Subimos a ella y el cuero lujoso nos rodea.

—¿Qué pasará con los Karlsson? —indago, abrochándome el cinturón de seguridad —. No me quites de la jugada, es mi venganza.

—No quiero hablar de eso ahora —se acerca a dejar besos en mi cuello —, mejor sigamos con lo que empezamos en tu oficina.

—O mejor hablemos de tu cumpleaños —replico, sacándole la oportunidad de manipularme. —Está todo preparado para la cena, vendrán nuestros allegados...

—Cancélala, no me interesa festejarlo —me interrumpe. Mientras se pone a ver, no sé qué cosa en su teléfono.

Cierro los ojos y busco paciencia en mi ser, porque sé que para él no es fácil el tema de su cumpleaños; pero eso no significa que tenga que despreciar mi esfuerzo.

—Cuando te hablo, me prestas toda tu atención —le arrebato el teléfono de su mano —. ¿Escuchaste?

Baja los lentes de sol con un dedo y me fulmina con sus ojos color acero. Aunque sabe perfectamente que no me doblega ni un poco.

¿Seguro que no te doblega? Pero bien que para arrodillarte y...

¡Cállate!

—¿Escuchaste? —repito, elevando mi tono.

—Sí, te escuché perfectamente.

—Sigamos, entonces, mi amor — le sonrío como toda una mujer orgullosa de doblegar al piloto más arrogante de este continente. —Te aviso que vendrán mi padre y mi hermana.

Se quita los lentes rápidamente y me mira, sus ojos están abiertos como platos. —¡¿Qué?! ¡¿Cómo que tu familia vendrá?! — grita desaforadamente, tanto que me aturde.

—Sí, mi padre quiere hablar contigo —respondo lo más calmada posible —, sé que no es el mejor momento, pero no pude negarme. No te preocupes, mi padre es el hombre más tranquilo, nada pasará.

—Está bien —suspira y acerca su rostro al mío —, lo que mi reina pida, pero... — Sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo mientras vuelve a besarme el cuello con besos húmedos que me suben la temperatura.

—No, mi amor— lo detengo dándole un beso en la frente —. No dejaré que tu gente nos vea follar.

El castaño frunce el ceño al escucharme e intenta hablar, pero lo callo con un beso que responde muy bien entregado.

Al cabo de media hora estamos entrando en nuestra alcoba de la mansión. Este hombre tiene propiedades por todo el mundo, ya perdí la cuenta.

—Hoy no quiero hacer nada —comenta —, quiero que nos quedemos en la habitación, solos y tranquilos.

Apoya su cabeza en mi hombro izquierdo mientras me abraza por la espalda. Lo miro sobre mi hombro y deposito un beso en su mejilla.

Suspira y cierra los ojos mientras me abraza con más fuerza.

—Sabes, antes de conocerte para mí no había más colores que blanco y negro, pero cuando apareciste, todo cambió. Tus ojos abrieron un abanico de colores ante mí, todo comenzó a cobrar vida, todo valía la pena si tú estás en ese camino.

Sus palabras me impactan, aún me cuesta acostumbrarme al Alessandro romántico. Nuestras miradas se conectan a través del espejo.

Abro la boca para contestarle, pero me gira y quedamos cara a cara. Entrelazo mis brazos por su cuello y él sigue abrazándome por la cintura.

—Escúchame bien —toma mi rostro con sus manos y me obliga a mirarlo —. Tú eres mi arcoíris, eres mi faro en medio de la tempestad, eres más de lo que nunca imaginé que merecía. Y solo por esa razón, y muchas más, espero que nunca me faltes, porque si llegase a pasar, te buscaré por mar, tierra y aire, desciendo al mismo infierno para tenerte a mi lado.

Mi rostro se desconcierta; esto, más que una declaración de amor, es un juramento. Un juramento como si algo malo fuese a pasar.

—¿Sucederá algo? —murmuro —, esto suena como un juramento porque algo malo fuese a pasar.

Apoya su frente contra la mía y nuestras respiraciones se entrelazan.

—Eso es que va a suceder, pero ahora solo quiero comenzar esta nueva vuelta al sol junto a ti. —Mis ojos se empañan, estoy muy sensible últimamente.

El solo hecho de que suceda algo que me separe de su lado, me destruye. Siento como un apretujón en mi corazón.

Y no le has dicho que lo amas...

Quiero decirle, pero no puedo. Esas palabras no fluyen por más que las sienta.

Cierro los ojos, perdiéndome entre sus labios mientras nos desvestimos para hacer el amor toda la noche.

──⇌••⇋──

¿𝙔 𝙦𝙪é 𝙤𝙥𝙞𝙣𝙖𝙣? ¿𝙇𝙤𝙨 𝙙𝙤𝙨 𝙚𝙨𝙩á𝙣 𝙘𝙖𝙡𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙝𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙪𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙤 𝙣𝙤?

𝙇𝙚𝙨 𝙫𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙖 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙞𝙧 𝙙𝙚 𝙖𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙚 𝙫𝙞𝙚𝙣𝙚𝙣 𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤𝙨 𝙢á𝙨 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤𝙨 𝙮 𝙥𝙞𝙘𝙖𝙣𝙩𝙚𝙨, 𝙡𝙖 𝙩𝙚𝙢𝙥𝙚𝙨𝙩𝙖𝙙 𝙚𝙨𝙩á 𝙘𝙚𝙧𝙘𝙖...

𝙇𝙡𝙚𝙜𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙖𝙡 1𝙆 𝙙𝙚 𝙫𝙤𝙩𝙤𝙨 𝙮 𝙖 𝙢á𝙨 𝙙𝙚 7𝙆 𝙙𝙚 𝙫𝙞𝙨𝙩𝙖𝙨. 𝙀𝙨𝙩𝙤𝙮 𝙢𝙪𝙮 𝙖𝙜𝙧𝙖𝙙𝙚𝙘𝙞𝙙𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙨 𝙪𝙨𝙩𝙚𝙙𝙚𝙨, 𝙖𝙨í 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙤𝙧 𝙚𝙨𝙖 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙝𝙤𝙮 𝙝𝙖𝙮 𝙙𝙤𝙗𝙡𝙚 𝙘𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤. 𝙉𝙤 𝙤𝙡𝙫𝙞𝙙𝙚𝙣 𝙙𝙚 𝙫𝙤𝙩𝙖𝙧 𝙮 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧 𝙥𝙤𝙧𝙛𝙞𝙨, 𝙢𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙞𝙚𝙣𝙨𝙖𝙣.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro