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₊˚ˑ༄ؘ ┊ CHAPTER SIX °•*⁀➷
❝full moons and reconnections❞
—HOMBRE LOBO... MUJER COYOTE... BANSHEE... ¿ZORRO?— Preguntó Liam, emparejando cada adolescente de la habitación con su forma sobrenatural.
—Kitsune. Pero zorro funciona.— Kira respondió encogiéndose de hombros.
—¿Y... bruja?— Liam dijo lo último, mirando a Madison mientras esta asentía con la cabeza en confirmación.
—¿Tú que eres?— Señala a Stiles, que mira alrededor de la habitación y suspira.
—Uh, durante un tiempo, estuve poseído por un espíritu maligno. Fue muy malvado.— Stiles informa, asintiendo con la cabeza.
—Muy malvado es un eufemismo.— Madison gruñó por lo bajo, sin pasar desapercibida por los adolescentes mayores de la habitación.
—¿Qué eres ahora?— Liam volvió a preguntar, Stiles mirando alrededor de la habitación torpemente mientras fruncía los labios.
—¿Mejor? Um...
Liam escaneó la habitación al estar satisfecho con la respuesta de Stiles. Sus ojos aterrizaron sobre una bolsa llena de cadenas y esposas.
—¿Son para mí?
—No, son para mí.— Malia respondió, sus ojos brillando en azul mientras los de Liam se agrandaban.
—¿Cómo hiciste eso?
—Aprenderás. Pero primero, tienes que pasar la luna llena.— Scott informó, su voz bastante tranquila con un movimiento de cabeza.
—La luna ya ha salido.— Liam respondió con los ojos entrecerrados por la ira mientras comenzó a escanear la habitación.
—Y estás empezando a sentir algo, ¿verdad?
—Siento que estoy rodeado de un montón de locos psicóticos.—Escupió Liam, mientras Madison se reía de la estupidez de la situación.
—Hm. Me han llamado muchas cosas, pero los loca psicótica es la primera vez.— Ella murmuró a Lydia y Stiles, quienes se rieron en voz baja en respuesta.
—¡Están locos! No sé cómo hicieron esa cosa de los ojos, y no me importa. Saldré por la puerta ahora mismo, y si alguno de ustedes trata de detenerme, lo juro por Dios, voy a...— Liam se interrumpió mientras caía al suelo agarrándose las orejas.
Madison no estaba muy segura de qué sucedió, pero se encontró corriendo hacia el rubio mientras se agachaba a su lado.
—¿Estás bien?— Preguntó, con su mano hacia su frente mientras notaba que las cuentas de sudor se formaban sobre ella.
—¿Qué pasa, Liam?— Scott pregunta, uniéndose a Madison mientras los dos se preocupaban por el nuevo beta.
—Conocemos al niño desde hace un día, y ya nos la está robando.— Stiles gruñó por lo bajo mientras caminaba por la habitación.
—¿No oyen eso?— Liam preguntó, mirando fuera de la casa del lago mientras los adolescentes lo seguían. Los coches comenzaron a parar afuera, adolescentes vestidos con ropa de fiesta se acercaban a la puerta.
—¿Le dijiste a alguien sobre esto?— Lydia preguntó, estrechando los ojos y jugueteando ansiosamente con la esperanza de que Liam dijera que no.
—A mi amigo, Mason...— Fue capaz de decir, cuando la multitud que llegaba comenzó a gritar afuera.
—Dijiste que era una fiesta.— Liam gimió, encontrando más difícil controlarse minuto a minuto.
—¿A quién invitó Mason?— Stiles preguntó, girando la cabeza hacia la ventana y viendo los coches que llegaban a la entrada.
—A todos.— Kira dijo con ansiedad.
—¡El piso! ¡Sáquenlo del piso.— Lydia se molestó, corriendo hacia Liam, pero retrocediendo cuando este envió un gruñido vicioso en su dirección.
Lydia inconscientemente agarró el brazo de Madison en el proceso, jalando a la chica con ella para mantenerla fuera de peligro.
—Tenemos que llevarlo al cobertizo, ¡ahora!— Scott dijo, mientras Madison asintió y fue a ayudar al alfa y a la kitsune. Le envió a Lydia una pequeña sonrisa, haciéndole saber que podía manejarse por el momento.
Después de un rápido paseo hasta el cobertizo, Scott, Kira y Madison pudieron encadenarlo a una viga de soporte. El chico gruñó agresivamente, enseñando los dientes y mordiendo el aire.
—Lo tengo. ¡Toma sus manos!— Scott dijo, usando su fuerza para evitar que su beta se escape. Liam gruñó, rompiendo la cadena y derribando a Scott al suelo. Sus garras salieron disparadas de sus uñas, una mano intentando arañar y mutilar el pecho de Scott.
Una mano voló sobre la boca de Madison mientras arrojaba pequeñas chispas a Liam para que retrocediera. Antes de que pudiera conjurar algo de magia, Kira golpeó la parte posterior de su cabeza con una tabla de paddle, dejándolo inconsciente.
—¡Oh, Dios! No lo maté, ¿verdad?— Kira entró en pánico y corrió hacia Liam mientras observaba su figura inconsciente.
—No, está inconsciente.— Dijo Scott, el alivio inundó a Madison.
—Espero que Stiles esté teniendo mejor suerte.— Dijo Kira, los dos estuvieron de acuerdo mientras comenzaban a levantar a Liam. Se las arreglaron para encadenarlo de nuevo, esta vez siendo capaces de asegurar con precisión las ataduras lo mejor que pudieron.
Madison suspiró, sintiendo un hormigueo en sus manos. Chispas azules salieron disparadas de su mano por un momento, antes de que cerrara los puños y los metiera en su bolsillo. Las lunas llenas no solían ser una batalla difícil para ella, pero esta noche había sido extra estresante.
No es como si una bruja pudiera perder completamente el control y matar a todos en la luna llena, al menos ella no lo creía así. Todavía era cautelosa para no correr ningún riesgo. Se encontró sentada junto a Liam, con los ojos cerrados cuando se quedó dormida, una táctica que había usado muchas veces en el pasado para pasar la luna llena.
[...]
Madison sintió que se despertaba. Mantuvo los ojos cerrados, esperando que el sueño encontrara el camino de regreso a ella. Se sintió adormecida de nuevo hasta que escuchó a los chicos susurrar entre sí.
—Se ven tan jóvenes.
—Lo son. Solo tienen quince años.— Scott respondió con tristeza, mirando hacia los dos adolescentes. Su mirada se detuvo en Madison, mientras sentía un ceño fruncido en su rostro hacia la chica que había conocido durante los últimos dos años.
—¿Qué vamos a hacer con él?— Kira preguntó, volviéndose hacia Scott mientras miraba hacia atrás.
—Vamos a ayudarle.
—¿Y si no quiere nuestra ayuda?
—Lo hará.
Madison se sintió agradecida por la determinación de Scott. Ella no conocía al beta desde hace mucho tiempo, pero podía decir que iba a ser un gran trabajo para Scott. También sabía que su alfa no se detendría ante nada para ser una mano amiga para los demás.
Madison quería despertar, quería seguir ayudando a Scott y Kira. Sus manos todavía se sentían impredecibles, y tenía miedo de que si abría las palmas dispararían algo peligroso. Trató desesperadamente de volver a dormirse, esperando que cuando despertara la magia se hubiera ido.
[...]
Madison se despertó al escuchar una respiración pesada proveniente de su lado. Sus ojos se abrieron, mirando a Liam que estaba sentado a su lado.
Todavía estaba en forma humana, pero sus ojos escaneaban la habitación con miedo mientras ponía una mano en su brazo. Rápidamente se apartó, asustada de lastimarlo. Una vez que se relajó, no se inmutó ante su toque, ella sonrió suavemente.
Él le devolvió la sonrisa, aunque ella aún podía decir que estaba nervioso.
—¿Estás bien?— Le preguntó, sintiendo que el beta negaba con la cabeza.
—No puedo, no puedo controlarlo.— Dijo, cada vez más agitado y frustrado por segundos. Madison sabía que preocuparse por perder el control solo alimentaría la ira. Trató de mantenerlo calmado, antes de ver crecer garras en sus uñas nuevamente mientras él mostraba sus dientes hacia ella.
Madison se puso de pie, corriendo hacia Scott y Kira. Apresuró a la pareja para que vieran a Liam, que estaba luchando contra las cadenas.
—¿Esas cadenas lo van a sujetar?— Preguntó Kira, mientras él continuaba con la pelea y los gruñidos.
—Uh, sí, creo... Definitivamente. No puede ser tan fuerte.— Dijo Scott, la incertidumbre atravesando su tono mientras Liam rugía, liberándose de sus ataduras.
Liam cargó hacia los tres, ellos esquivando inmediatamente al beta mientras este saltaba por la ventana. Madison se quedó boquiabierta mientras él chico continuaba corriendo hacia el bosque.
Scott miró a Kira y Madison con una mirada preocupada. Scott había ido a buscar a Liam, Madison quería ayudar lo mejor que pudiera. Justo cuando iba a salir de los cristales rotos para ayudar, Kira le puso una mano en el hombro
—¿Estás segura de que vas a estar bien? Vi tus manos en tus bolsillos otra vez...— Kira se detuvo con una sonrisa comprensiva.
—Sí. Creo que estaré bien. ¿Quieres ayudarnos a localizar a Liam?— Preguntó Madison mientras Kira sacudía la cabeza con una carcajada.
—Voy a ayudar a Lydia a ser la chaperona de los estudiantes de primer año, pero cuenta conmigo la próxima vez.— Le dijo a la chica Argent que asintió mientras se iban por caminos separados.
Madison luego saltó a través de la ventana rota, corriendo hacia el bosque para intentar encontrar a los hombres lobo. Siguió el sonido de débiles gruñidos, caminando lentamente y manteniendo la guardia alta.
No fue hasta que escuchó una explosión y vio chispas de luz provenientes de unos pocos metros de distancia que comenzó a correr. Observó cómo una de las figuras salía corriendo y dos completamente nuevas ocupaban su lugar.
Madison parpadeó rápidamente, entrecerrando los ojos para distinguir la figura que tenía delante. Estas personas se acercaron a Scott, uno de ellos extendiendo una mano para ayudarlo a levantarse. Dos caras salieron a la luz mientras Madison se congeló.
Sintió que su corazón se aceleraba, sus pies avanzaban más rápido para ver si su mente le estaba jugando una mala pasada. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, gritó.
—¿Papá? ¿Isaac?
Observó cómo Christopher Argent giraba la cabeza, con una sonrisa formándose en su rostro mientras dejaba caer su arma. Sus brazos estaban extendidos mientras Madison prácticamente saltaba sobre ellos, abrazando a su padre.
No había visto a su padre desde que se fue a Francia, solo hablaban por teléfono y se enviaban mensajes de texto.
—Hola, cariño. ¿Cómo has estado?— Preguntó.
Madison respondió con una sonrisa. Scott vio que los ojos de la chica se iluminaban, luciendo más feliz de lo que había estado en mucho tiempo en presencia de su familia.
Madison miró a Isaac, el rubio la levantó y la apretó en un abrazo. Aspiró el aroma familiar de su colonia y sonrió.
—Chicos, tenemos que ponernos al día, muy pronto. Pero primero, probablemente deberíamos ayudar a Liam antes de que intente romper la cara de alguien.— Ella dijo, Scott asintió con la cabeza de acuerdo.
—Hay un claro justo al norte de aquí. Todo lo que tienes que hacer es acorralarlo allí, el resto está resuelto.
—¿Qué vas a hacer?— Preguntó Scott.
—Él es tu Beta, Scott. La mejor pregunta es ¿qué harás tú?
—Él no me escuchará.— Scott admitió derrotado con un suspiro.
—Lo hará si empiezas a usar tus propias palabras.
—Tiene razón, Scott. Nada de esa mierda de Derek 2.0. Eres Scott, no Derek. Eres el alfa verdadero, y eres mío también. No dudaría ni por un segundo que no puedes hacerlo.— Madison le dijo honestamente. El pecho de Scott se elevó mientras sonreía. Madison se dio cuenta de que necesitaba la pequeña charla de ánimo cuando la abrazó rápidamente.
El momento fue interrumpido por los gritos de Liam resonando por todo el bosque. Scott mira a su alrededor en busca del sonido, mientras el padre de Madison llama su atención.
—Toma. Ve.— Dijo Argent, palmeando a Scott en la espalda mientras le entregaba un objeto que Madison no podía ver claramente. Scott asintió con la cabeza a los Argent antes de salir corriendo para ayudar a su beta.
Madison sonrió a su padre y a Isaac mientras este envolvía su brazo alrededor de su hombro. Los tres caminaron en el dirección en la que se fue Scott, tomándose el tiempo para hablar.
Se pusieron al día con lo básico, como la escuela y Francia. Ninguno de ellos tuvo el coraje de mencionar a Allison, su rostro se sentía como una herida fresca que se volvió a abrir.
Madison observó mientras se acercaban al claro, Liam se acurrucó en una bola en forma humana.
—¿Que me esta pasando?— Preguntó, jadeando de miedo mientras miraba a Scott.
—Lo mismo que me pasó a mí.— Scott responde.
—No pueden saber sobre esto. Mi mamá, mi padrastro. No puedo hacerles esto otra vez.— Sollozó, su respiración comenzó a volverse más rápida como lo hacía antes.
—¿Qué quieres decir de nuevo?— Preguntó Scott, sentándose junto a Liam.
—Me echaron de la escuela.— Dijo, haciendo una pausa mientras miraba al suelo. —Y me lo merecía. La forma en que me miraron cuando vieron lo que le hice a ese auto...
—Liam, está bien.
—No pueden verme así. Como...— Liam se cortó con sus propios sollozos.
—¿Como un monstruo?— Scott preguntó, mientras Liam cerraba los ojos y asentía con la cabeza avergonzado. Scott se puso de pie y miró a Liam.
—No eres un monstruo. Eres un hombre lobo.— Scott aseguró cuando sus ojos comenzaron a brillar en rojo. —Como yo.
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