₊˚ˑ༄ؘ ┊ CHAPTER FIVE °•*⁀➷
❝auburn enchantress❞

MADISON GIMOTEÓ MIENTRAS ESTABA DE PIE EN LO ALTO DE LAS ESCALERAS DE LA ESCUELA. Sus manos jugueteaban con sus pulseras nerviosamente mientras miraba hacia el suelo. Después de aceptar invitar a Liam a la fiesta, Lydia actualmente estaba arreglando su cabello para asegurarse de que se viera más atractiva. Malia estaba junto a Lydia, con una expresión aburrida en su rostro.

—Hm. El negro y el rojo son buenos colores para ti, Madi.— Lydia dijo, su voz se había ahogado mientras sostenía una horquilla en su boca.

Madison sonrió ampliamente en respuesta, después de haber sido regañada previamente por Lydia por hablar y estropear su brillo de labios.

Scott y Stiles estaban tratando de pasar desapercibidos en el pasillo, abandonando sus clases para asegurarse de que el plan saliera bien. Madison estaba agradecida de tener un período libre y no estar siendo irresponsable.

La campana de repente sonó causando que Madison se estremeciera de sorpresa. Malia sonrió alentadoramente mientras empujaba a Madison con delicadeza por las escaleras.

—Tienes esto. Usa tu encanto Argent especial que atrae a todos los chicos.— Lydia animó con un guiño.

Madison puso los ojos en blanco mientras miraba a Stiles y Scott, que ahora se escondían detrás de un casillero. No entendía por qué era ella quien hacía esto, probablemente sería tan incómodo que no sería capaz de pronunciar una palabra.

Sus pies comenzaron a moverse, cuando de repente se dio cuenta del dolor sordo en su talón, aunque se esforzó para bajar la pequeña cantidad de escaleras. Sus pies temblaron cuando de repente se arrepintió de usar tacones ese día.

Su cabello rizado fluía por su espalda mientras observaba a Liam y un amigo salir de su salón de clases. Sus ojos rápidamente se encontraron mientras Madison sonrió con confianza. Los labios de Liam se abrieron ligeramente, una mirada de asombro en sus ojos.

Cuando la joven bruja comenzó a practicar lo que iba a decir, sus manos comenzaron a sudar y su garganta repentinamente se sentía seca. Casi en el momento justo, el pie de Madison resbaló y la envió volando.

Madison se sujetó con las manos, su cuerpo poniéndose al rojo vivo por la vergüenza. El plan se arruinó, pensó para sí misma cuando sintió un golpecito en su hombro, lo que la hizo mirar hacia arriba.

—¿Estás bien?— preguntó Liam, sus brillantes ojos azules clavándose en los de ella. Estaba ligeramente inclinado hacia abajo, con una mano extendida para ayudar a Madison a levantarse.

Ella lo miró, tomando su mano con gratitud mientras los dos se ponían de pie. Se sacudió el polvo del vestido, su mano fue hacia su cabello mientras lo giraba entre sus dedos.

—¿Quién, yo? Sí, estoy bien. Um, ¿quieres ir a una fiesta esta noche?— Preguntó, su voz se quebró a mitad de la oración mientras Liam se reía.

La miró fijamente por un momento, parpadeando mientras una sonrisa crecía en su rostro mientras asentía. —Claro.

—Hey, Liam. ¡Te enviaré un mensaje de texto más tarde!— Gritó por encima de su hombro mientras continuaba por el pasillo, mirando a Scott, quien envió una mirada de alivio en su dirección.

Stiles, sin embargo, articuló las palabras: —Eso no tuvo precio.— Mientras hacía todo lo posible por no comenzar a reírse de su caída.

[...]

Madison estaba sentada en el auto de Kira mientras se detenían en la casa de Liam. Las palmas de la chica Argent estaban sudorosas mientras rebotaba su pierna contra el asiento.

Stiles la había llevado de vuelta al apartamento de Derek esa noche, después de que los dos hubieran pasado la tarde interrogando a otros estudiantes. A Madison realmente no le importaba saber por qué expulsaron a Liam de la escuela, pero decidió acompañar a Stiles para que las cosas no se salieran de control.

Fueron necesarios dos viajes a la biblioteca, paseando de un lado a otro por los pasillos, revisando el campo de lacrosse y preguntando a los estudiantes de detención hasta que finalmente alguien se quebró. Le habían enviado por correo electrónico a Stiles una foto del motivo de su expulsión, un automóvil destrozado, con palabras grabadas en los costados.

Stiles inmediatamente pensó que Liam era malvado y tenía horribles problemas de ira. Se mostró reacio a dejar que Madison se quedara en el mismo auto que Liam, incluso admitiendo que estuvo tentado de encerrarla en el armario de Derek hasta el día siguiente.

Madison parpadeó cuando dijo esto, pero la bruja había logrado convencerlo de que al menos escuchara su versión de la historia cuando llegara el momento. Liam no había sido más que amable con ella, y no había ninguna razón por la que tuviera que sentirse insegura ahora.

Se sintió culpable por engañar a Liam, y se sintió peor por haber hecho que Kira los llevara a los dos en lo que probablemente sería un silencio extremadamente incómodo.

Como si Kira entendiera lo que estaba pensando Madison, encendió la radio del auto donde se comenzó a reproducir música pop. Madison le envió un mensaje de texto a Liam, el chico salió de su casa y se unió a Madison en el asiento trasero unos momentos más tarde.

Mientras los tres viajaban en el auto, la incomodidad se desvaneció entre los dos estudiantes de primer año. Intercambiaron historias alegres y contaron un par de chistes, la diversión llegó a su fin a la mitad del viaje.

Madison lo notó primero en el cambio de emociones de Liam. Su respiración se volvió pesada, su cuerpo moviéndose incómodamente en su asiento. Madison abrió la boca para decir algo, tal vez ofrecerle un sorbo de su botella de agua o preguntarle si se sentía bien.

Antes de que pudiera pronunciar una palabra, Kira comenzó a hablar. Sus ojos estaban enfocados en el camino, sin darse cuenta de cómo el comportamiento de Liam había cambiado por completo.

—Es la casa del lago de Lydia Martin. En realidad, es la casa del lago de su abuela. Pero está muerta, así que está bien.

Madison puso su cabeza en su mano, su otra mano palmeó suavemente la espalda de Liam para preguntarle si estaba bien. Su movimiento se detuvo brevemente cuando él asintió y Kira comenzó a hablar una vez más.

—Quiero decir, no está bien que esté muerta. A menos que tenga dolor.— La chica Yukimura divagó, interrumpiéndose mientras sus mejillas se sonrojaron y una sonrisa de vergüenza apareció en su rostro.

—¿Puedes bajar el volumen de la música?— Liam prácticamente gritó, obviamente sin escuchar a Kira mientras se tapaba los oídos con sus manos.

La música comenzó a bajar por un momento, Liam se relajó. —¿Quieres que suba el volumen de la música?— Preguntó Kira, aumentando el volumen a como había estado anteriormente.

Madison hizo rebotar sus piernas con ansiedad, sintiéndose atrapada en el pequeño espacio. Estaba un poco aterrorizada de que Liam se moviera en el auto de Kira y los atacara, aunque no volcó sus preocupaciones ya que decidió que eran más que irracionales.

—¿Quién dijiste que vendría a esta fiesta?— Liam preguntó, su cabeza se volvió hacia Madison ya que ella tampoco respondió, estando atrapada en sus propios pensamientos. Segundos después, la cabeza de Madison se volvió hacia Liam mientras iba a contestar la pregunta antes de que Kira respondiera por ella.

—Eh, todo el mundo.— Kira dijo, dejando escapar una sonrisa falsa.

—Eso seguramente suena creíble.— Madison murmuró por lo bajo, dejando escapar un suspiro.

Sus ojos se dirigieron hacia el cielo, la noche se iluminó con estrellas y una luna llena extremadamente visible. Le esperaba una noche muy larga.

[...]

Cuando Kira llevó a los tres a la casa del lago, Madison salió del asiento trasero. Estuvo a punto de caerse sobre Liam, quien se aferró a su chaqueta ligeramente para evitar que se resbalara en los charcos y se convirtiera en cemento.

Madison podía decir que Liam estaba nervioso por como estaba, y claramente no alivió sus nervios cuando el auto de Kira había sido uno de los únicos allí.

—¿Donde está todo el mundo?— Le preguntó a Madison, sin obtener una respuesta ya que ella huyó rápidamente de los dos hacia dentro de la casa, necesitando un descanso de la torpezas y mentiras.

Madison cerró la puerta detrás de ella, mirando a la manada que parecía confundida sobre por qué estaba sola.

—No se preocupen, ya vienen.— Dijo, caminando hacia Stiles y Lydia para pararse entre los dos.

Muy pronto llegaron Kira y Liam, y Liam se dio cuenta de que había sido acorralado y engañado. Kira murmuró una disculpa mientras cerraba la puerta detrás ella.

—¿Qué demonios es esto?

—Piensa en ello como una intervención. Tienes un problema, Liam.— Stiles dijo, su rostro se quedó en blanco y sus labios se curvan hacia abajo.

—Somos los únicos que podemos ayudar.— La voz de Scott sonó, el alfa dio un paso adelante para ofrecer su ayuda y apoyo.

Liam lo miró a él y al grupo, asintiendo con la cabeza para que continuara mientras Madison sonreía. Tal vez este plan funcione después de todo.

tiktok: @maddoxev
edits y adelantos de mis libros en tt!!
que les parece el libro, les gusta? liam y madison comenzarán a interactuar más ahora<3
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