Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐮𝐧𝐨

El pasado de un futuro.
Dos años atrás.

───

Las sábanas eran las únicas que me abrazaban en esos frías y oscuras noches. La pesadez de mi cuerpo no podían permitir mi movilidad, solamente quería estar recostada, sin hacer nada. Inclusive respirar me abrumaba. Así eran mis días. Pasaban, pero para mi eran igual de pesados y fríos, eran igual de agotados y tristes. Había caído en mi punto más bajo, el más bajo de todos. Mis ojos estaban caídos, hinchados y con grandes ojeras que describían mi cansancio. Mis ojitos de por si eran apagados, pero, estaban más apagados que nunca. Escuchaba voces. Voces alteradas y molestas, habían una discordia de la que no deseaba ser partícipe, pero debía. Me quite las sábanas con cautela, como si me fuera a quebrar por sentir el frío pegarse en mi piel. Cabizbaja me quede sentada en el borde de la cama, descalza sentí en mi pies el frío suelo. Suspire, caminaba lentamente, observando la cama desatendida, ropa en el suelo y oscuridad. Ni siquiera la luz de la luna alumbraba lo suficiente, si no fuera porque la puerta estaba media abierta y reflejando la luz del pasillo, no podría ver nada. Salí, caminando por ese mismo pasillo iluminado, hasta llegar a las escaleras. Delicadamente bajaba los escalones, escuchando las voces con más volumen y claridad. Me quede sentada en el escalón, para escuchar antes de acercarme e interferir.

-Mis padres no tienen porque saber esto. Opinó que es algo que podremos resolver entre nosotros, es algo que quiero resolver yo. Aunque no sea de mi incumbencia, señor Finger.-podía escuchar a Colt, parecer dirigirse hacia mi padre.

-Opinó que Amaya ha sufrido lo suficiente. Que ella decida.-quede desconcertada ante escuchar la voz de Reiner, no sabía en qué momento él había llegado a mi casa, para discutir sobre este tema.

-No va tener un engendro del demonio.-decía mi padre, sumamente desconcertado y ofendido, mientras que yo lleve mis suaves manos a mi aún plano vientre.-Sería una deshonra para esta nación, la colgarían, y al bebé también.-exclamaba.

-Señor Finger, le he dicho con sumo respeto que yo me haré cargo del niño. Lo criaré como si fuera mío.-musitaba la suave voz de Colt.-No tienen porque ponerla en esta situación, ella tiene derecho de escoger lo que quiere hacer.-continuó en decir, a lo que me paré de los escalones, para ir acercándome a donde ellos estaban en el comedor.

-¿Les mentirías a tus padres?-preguntó una preocupada Pieck, quien yacía sentada frente a Colt, aún lado de Reiner mientras que mi padre estaba dándole la espalda a ella, por lo cual me miraron fijamente, a excepción de Colt que tuve que girarse.-¿Estás bien?-me preguntó Pieck, acercándose a mi.

-Aún lo estoy. O al menos eso intento... pero no me dejan dormir con tanto alboroto.-expresé, para así ver como Colt se levantaba de la silla, dándome acceso a que me sentara.-Entiendo que están desconcertados, preocupados, avergonzados, pero... quiero que me dejen dormir tranquilamente sin que a la mañana siguiente estén tocando la puerta para saber si tome una decisión.-pedia, viendo como Colt se quedó parado aún lado de mi.

-Hija, no entiendes la magnitud del asunto. Los Marleyanos honran la cultura de sus antepasados, esto es como un pecado. Estar embarazada, sin casamiento, e inclusive, fuera de un compromiso; es una aberración. Ese niño sería llamado un... -mi padre se calmó, sabiendo que me hablaba de una manera rápida e agitada.

-Bastardo.-esclareció Reiner, mirándome.-Creo que tu padre intenta decir, que si estuvieras casada con Colt, la situación no se viera tan mal. Serían una pareja, esperando un bebe juntos.-expresaba, tranquilamente mientras me veías.

-No es ese el problema, Reiner. Los vecinos vieron a alguien esa noche, saben que alguien que no era Colt estuvo aquí. Si gente del gobierno de Marley se entera de que ese bebé es hijo de... -Pieck también se detuvo, mientras que me miró con una expresión de tristeza.-Lo siento.-se disculpó.

-Amaya, no quiero que algo te pase. Por favor, tienes que analizar esta situación, tienes que despertar.-me pedía mi padre, desesperado, mientras que yo esbocé una sonrisa, creando que su rostro se desconcertara por mi actitud.

-Creí que lo correcto era, no tener al bebé, pero luego pensé en que no quería estar en las noches imaginando cómo hubiera sido. No sé como lo decida, pero, lo decidiré pronto. Creo que es tarde, y deberían irse a descansar. Mañana será un nuevo día, un nuevo amanecer.-esbocé yo, cabizbaja.-Espero que esto quede aquí. Entre nosotros seis. Es lo único que pido, además de espacio y comprensión.-musité, escuchando como papá arrastraba la silla para levantarse, mientras que Reiner dejaba de estar recostado de la pared, y Pieck también.

-Buenas noches.-se despidieron todos, pero Pieck se quedó detenida a mi lado, mirándome.

-¿Quieres un consejo?-me preguntó ella, a lo que alce la mirada, observándola, para nuevamente colocarme cabizbaja y suspirar.

-No lo necesite todos esos años. No creo que lo necesite ahora... de hecho, aprendí a estar sola, creo poder resolver esto de la misma manera.-respondí yo, de una manera fría, a lo que sentí como ella se distanció sin decirme nada como si mis palabras hubieran sido un pesado balde; miré a la nada, escuchando la puerta cerrarse.-Lo lamento Colt. No mereces nada de esto, no debes ponerlo en tus hombros como si fuera algo que debas resolver.-indique yo, sintiendo como él caminaba hacia mi, a lo que yo me quite el anillo.-Allá afuera, habrá alguien quien merezca tu corazón, más que yo.-le dije, viendo su rostro entristecido y apagado, sin recoger el anillo.

-Amaya, estás equivocada.-expresó él, quedando inclinado hacia mi, mientras que parecía tenso por la situación.-No hay nada allá afuera que tenga que buscar. Tú has pasado por mucho, mucho de lo que aún no entiendo, pero respeto, porque fuiste tú quien fue obligada a abandonar su nación para ir a otra y perder mucho más de lo que creyó haber perdido.-decía, mientras que mis ojos se humedecían.-No soy el padre de ese bebé, tampoco tengo derecho a decirte que debes hacer. Estoy honrado que hayas tenido la valentía de decirme, pero ahora yo tendré la valentía de ajustarme a esta nueva aventura que estoy seguro que los dos disfrutaremos. Tomarás este anillo, nos casaremos, y cuidaremos a ese bebé, juntos. Sea mío o no, una parte de mi siempre le pertenecerá. Dijiste que querías empezar de cero, pues lo haremos de mañana en adelante. Solo tendrás unos años, al igual que yo si llego a ser sucesor del titán bestia, pero al final... no creo que ese sea mi camino. No sé cual sea mi camino, solo se que esto es lo que quiero.-decía tan tranquilo, mientras que mis lágrimas bajaban por mis mejillas.-Cuando sea el momento, porque sé que llegará ese momento. Tú y el bebé pueden escoger su propio camino, porque tendrá derecho de saber de donde es, mientras tanto, la gente sabrá y pensará que ese bebé será un Grice, hasta que tú lo decidas. ¿Esta bien?-me preguntó, pero yo tan solo asentí, con mis labios temblorosos.

-Perdóname.-le pedía, avergonzada y apenada, pero no podía entender los sentimientos de ese hombre, quien desde niño tenía un fuerte sentimiento hacia mi, y aún, parecía tan puro como el primer día.

Meses atrás

Así fue. Él habría cumplido su promesa, incluso aunque muriera tiempo después, Colt entregó su corazón a nuestra familia. Nos casamos repentinamente, fue ahí que la boda surgió, esa fue la razón que hizo que ambos camináramos hacia el altar, para unir nuestras vidas. Podía recordar la sensación de que fuéramos una familia, de que no pudiera creer lo pequeño que era aquel varón cuando nació. Era lo que esperábamos con anhelo, un niño. Uno que pudiéramos llenar de amor, más que nada, amor. Fue la iluminación de nuestras familias, fue como un arcoíris encima de nosotros cuando escuchamos su llanto por primera vez, para eso, ahí estaba Colt. Porque él siempre creyó en mi. Nunca dudo de mi, ni siquiera cuestionaba mis acciones o actitudes, sabía darme mi espacio, como sabía cuando necesitaba un abrazo. Colt fue ese amor tierno, que me cuido y protegió. Fue ese amor que no merecí, porque se me otorgó. Ese amor de niños que ambos creíamos que no cedería, pero cedió, no de la mejor manera, pero aún así, él la valoró hasta el final. Nunca se hizo expectativas, se levantaba a mi lado cada mañana, pero él me hacía sentir libre cada día. Sabía que en algún momento, partiría, pero vivió los días como si nunca me hubiera ido. Me convertí en su alma gemela, y no podía negarlo, quise demasiado a Colt, demasiado para haberlo escogido a él ante todo.

Recordaba. Era una sensación bonita, recordar como Colt amaba y adoraba a Noah como si fuera suyo. Fueron días donde solo dormía, y no salía de esa habitación, pero aún así, Colt se quedaba ahí. Noches donde no podía bañarme, pero ahí estaba él, bañándome sin necesidad de un capricho, nacía de su corazón cuidarme. Como estuvo esos días, también en los buenos. Esos donde comíamos en la mesa sin dejar de mirarnos y reírnos, donde bailábamos hasta que ya no quedara más vino. Éramos una gran pareja, como también, éramos buenos amigos. Me ayudó a ser madre, me ayudó a guiar al pequeño que dormía entre nosotros. Siempre estuvo ahí. Y se que siempre lo estaría, estando lejos o cerca, se que él nunca dejaría que nos hicieran daño, éramos su familia, su pequeña familia. La ilusión y la psicología de que se parecía a su descendencia, se sentía bien, porque una parte de mi hijo era suya, pero aún así, sabíamos que era el fruto de mi amor con Eren Jeager. Aquel demonio perteneciente a la isla Paradis, aquel quien yacía a mi lado, sentado en la misma banca que yo a media noche, teniendo en su regazo a ese tierno niño, quien yacía jugando con el largo cabello de Eren. Aquel joven no podía aún creer que ese niño estaba ahí junto a él, Eren ni siquiera se movía, a pesar de que no podía dejar de mirarlo, como si fuera irreal.

-Y así fue como pasó todo.-culmine en contar, mientras que Zeke estaba delante de nosotros, fumando un cigarro.-Nos casamos, y cuando nació, Colt no tarde en apellidarlo como él. Básicamente, ante los papeles y Marley, Noah es un Grice.-explicaba a Eren, quien asentía.

-Entiendo.-respondió frío y sereno, intentando de coger a Noah, pero parecía tener miedo.

-Es prudente que fuera así, pero, ¿como descifraste que era tu hijo?-le preguntó Zeke a Eren, quien le miró detenidamente, a lo que acomodó a Noah en su regazo, quien me miró alzando sus manos como si quisiera que lo cogiera, pero sonreí y acaricie su rostro, para sentir como atrapaba mis manos, jugando con ellas.-Yo no lo pensé hasta que me hiciste la mención de que ese niño te parecía curioso.-musitaba Zeke.

-Tiene los ojos de mi madre.-expresó Eren, a lo que Zeke sonrió de lado, dejando caer el cigarro a un terreno lejano, mientras tosía.-Pero, comprendería que la gente pensara que es parecido a esa familia. De momento, en ángulos distintos, podría asimilarse a ellos por su color de cabello.-detallaba Eren.

-No te confundas Eren, parece que tu hijo clono la genética materna de Amaya. Pues, su madre Mía era una joven de cabello castaño claro, casi llegando al color de los Grice, como sus ojos. Los Simone y los Grice, se conocían como parientes lejanos. Por lo cual es curioso que tengan una genética similar.-expresó Zeke, detallando detalles que inclusive yo desconocía.

-Es un hermoso niño, no importa a quien se parezca. Es hermoso.-murmuro Eren, acariciando el cabello de Noah, quien aún sostenía mis manos.-Es mi hijo.-afirmó.

-No me había percatado, tiene mi forma de cabello.-expresó Zeke, sonriendo orgulloso, a lo que sonreí asintiendo.-¿No lo habías pensado?-me preguntó, a lo que no tarde en asentir.-Bueno, iré a dar un paseo. No estaré lejos, pero les daré espacio.-nos dijo Zeke, mientras que se acercó para despeinar a Noah, quien volvió a levantar sus manos para que este lo recogiera, pero Zeke continuó caminado, creando que Noah hiciera un puchero.

-¿Estás preparada para lo que sucederá?-me preguntó él, a lo que vagamente asentí.-No tienes porque hacerlo, aún puedes decidir.-musitó, pero me negué.

-Tome una decisión. Y se que será la correcta.-expresé, mirando a Eren, quien asentía.-Además, te prometí que te ayudaría. Hasta el final.-esbocé.-¿Quieres tú continuar con tu plan?-le pregunté a Eren, sin mirarlo, solo veía como mi hijo se recostaba encima suyo, como si sintiera; como si supiera que ese joven era su padre.

-Ahora más que nunca... -musitó, mientras acariciaba la espalda de Noah, quien tenía parte del cuello de su camisa en su boca.-La libertad de mi hijo, es lo único que ahora tengo en la cabeza. Como prioridad, ahora es él.-continuó diciendo, a lo que seguía acariciándolo.-Agradezco que ese hombre, lo cuide como lo hace.-expresó.

-Colt es muy bueno. Aún sabiendo que esto algún día pasaría, pareció aceptarlo sin más, aunque no sepa que ya esté sucediendo.-comente yo, quitándole a Noah el cuello de su camisa, limpiando su boquita algo ensalivada.-Ha hecho un gran trabajo.-añadí.

-Estoy seguro que tú también.-comentó Eren, mirándome detenidamente.-Hay tantas cosas que quiero decirte. Tantas disculpas.-decía, sereno y frío, pero me negué, antes de que pudiera hablar.

-No hay nada que tengas que decir Eren. No es un momento en donde debamos hablar sobre lo qué pasó, si no, disfrutar tu momento; uno que quizás sea el único que tengas con tu hijo.-dije fríamente, sabiendo que Eren parecía tener un objetivo gigante nublando su vista, uno que no comprendía, pero respetaba.

-Algún día entenderán. Todos lo harán.-dijo, viendo como Noah se removía en sus brazos, pero Eren lo abrazó fuertemente, dándole un beso en la mejilla.-Y este pequeño conocerá esa historia, y sabrá que fue su padre quien la llevó a cabo.-musitaba, mientras que mis ojos se humedecieron ante ver esa imagen de Eren aferrándose a Noah.-Noah, serás libre. Lo prometo, hijo mío.-esbozo, con una frialdad que podía derretir mi corazón, y más ante ver cómo Eren se volteó a mirarme, a lo que Noah pareció abrazarlo.-Este mundo es cruel, pero aún te amo.-fue lo que me dijo esa noche, esa noche antes del asalto a Marley, por lo cual sonreí, viendo como Eren no espero una respuesta de mi parte, solo él quería decírmelo, quería dejarme saber que una parte de él, aún sentía.

-Es tarde... -musité, levantándome del banco, para así ver cómo Eren se aferraba a Noah, como si no quisiera dejarlo ir.

-Está bien... -asintió él varias veces, para acomodar a Noah delante suyo, por lo cual yo sentía mi corazón latir rápidamente.-¿Tú crees que él vaya a recordar lo que diré?-me preguntó.

-Yo lo recordaré, Eren.-dije, dándole la confianza de que continuara a hacer lo que haría.

-Se que no podrás tener una fotografía donde sepas cómo fue tu padre físicamente. Me despido, porque sé que esta será la última vez que pueda sostenerte entre mis brazos, haya sido la primera vez que lo hice.-musitaba, a lo que veía como Noah lo miraba fijamente, como si sintiera que debía hacerlo.-Noah, no podremos tener ni siquiera la mitad del tiempo que tuve cuando era niño con mi padre, pero te prometo que tendrás toda la vida para tener todo el tiempo que quieras para ser libre entre las grandes colinas que aún no has descubiertos. Los maravillosos lagos de agua salada donde querrás estar para pasar el rato. No has ni siquiera vivido todo lo que yo no podré, pero tú si, y es por eso que seguiré avanzando. No importa quien intervenga. Seguiré avanzando.-le musitaba, pero mi corazón quería hacerse pedazos cuando la voz de Eren tembló.-Por ti. Y por todas esas personas que aún no conoces, pero que te querrán, protegerán y cuidarán como si lo hubieran hecho desde siempre. Tú los acompañarás en su libertad, ellos se encargarán de no hacerte olvidar quien fui. Adiós, Noah.-temblorosa me acerqué a Eren, quien besó el rostro del pequeño que abrazó fuertemente.-Cuida a tu madre por mi.-le pidió como finalización, y extrañamente Noah empezó a hacer puchero cuando lo separe de Eren.

-Eren, aún tenemos tiempo de resolver esto.-le dije, sosteniendo a Noah en mis brazos, pero parecía que Eren tampoco quería separarse de él.

-A mi ya no me queda, y el poco que tienes, debes aprovecharlo para él.-me pidió cabizbajo, soltando a Noah de por si, mientras que mis lágrimas bajaron ante esta dura separación.-Gracias por traerlo. Por decirme la verdad.-esbozó, restregando su rostro, Eren estaba llorando.

-Buenas noches, Eren.-me despedí, con dificultad ante verlo de esa manera, abatido, mientras que Noah parecía estirar sus brazos para que Eren volviera a recogerlo, pero en si, continué caminando hasta que...

-¿Leíste la carta de Armin?-me detuve en seco, para negar en voz baja ante lo que Eren me preguntó.-Hazlo, no te arrepentirás.-fue lo último que escuché de él, antes de irme, sin saber que Noah le decía adiós con su mano... sin saber que Eren desde mucho antes sabía lo que sucedería, pero él solo se estaba encargando de que pasara como debía ser, como un simple espectador; aunque tuviera que incluso, dejar la vida de su hijo atrás.

───

Próximo capítulo: La batalla del cielo y la tierra.
Volviendo al presente, los chicos deberán pelear hasta tomar una fuerte decisión. ¿A que costó?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro