𝐭𝐫𝐞𝐜𝐞
Siempre serás.
───
Estaba sentada en aquel banco, observando el césped verdosos cubierto de flores, la primavera aún no había llegado, pero se sentía. El cielo estaba soleado, después de un día gris, todo parecía querer restaurarse en esperanza, pero los que teníamos una mente tan clara como la mía, sabíamos que se acercaban días oscuros. Tenía aquel peluche a mi lado, era muy curioso, realmente lo era. Este sitio parecía ser tranquilo, se sentía en el aura del ambiente que llevaba alrededor. Ver el rostro de Noah, me hacía sentir tranquila. Parecía amar todo este campo, estaba abiertamente libre en estar donde quisiera, era lo más que amaba de Paradis, éramos libres, pese a estar encerrados en unos muros, nadie nos discriminaba por ser Eldianos, porque éramos nosotros mismos, hasta que salías afuera y descubrías que eras el peor enemigo de la humanidad. No dejaba de pensar o sentirme culpable de aislar a Noah, se que Colt debía estar sufriendo mucho. Lo menos que quería era hacerle daño a una persona que ha sido pura conmigo, debía admitir que lo extrañaba, pero que a la vez, lo admiraba por tan valiente que ha sido desde que se entabló conmigo en esta travesía. Me sentía bien, tenía una parte de él en mi vida, por siempre, aunque en unos años ya yo no estaría, sé que él se quedará aquí, decidirá amar y cuidar a nuestro hijo, como siempre lo hicimos. Noah era lo más bonito que él y yo teníamos, me siento grata de haberlo escogido como su padre.
-¿Quién es el otro niño?-alce la mirada observando los azulados ojos de esa persona tan dulce e inocente, pese que en sus ojos se veía el cansancio, Historia lucía hermosa con esa barriga de embarazo.-Ten.-me pasaba a la vez una taza de té.
-Es mi cuñado. Se llama Falco.-le expresé, tomando un sorbo de la taza de té, la cual sabía deliciosa.-El capitán Levi autorizó que pudiera salir conmigo bajo custodia, pero deberá volver a la celda, hasta que intenten de acoplarse un poco. No quieren retenerlos aquí, si quieren volver, buscarán la forma de llevarlos sin pelea, pero estoy segura que nada de eso pasará. Vendrán por ellos antes de que los sacamos de aquí.-expresaba, viendo a Falco sentado en el césped, jugando con Noah.
-Lamentó que haya tenido que pasar así. Supongo que a Eren se le salió de las manos muchas cosas, pero entre todo, lo más que ha intentado es protegernos a todos. Estoy consiente de que es así.-comentaba ella, mirándome.-Creo en Eren, y se que tú también.-afirmaba.
-Creó que todo tiene una razón, y el único que la sabe es Eren.-le respondí, sentada a su lado, observando cómo la brisa movía su largo cabello.
-Pero estás aquí, porque crees en él.-volvía a interferir, pero con una suave voz.-No hubiera aceptado correr este riesgo, si no creyeras en él. Es porque, ¿aún lo amas?-me preguntó, a lo que dejé la taza de té aún lado, observando a Noah reír.
-Hay personas que llegan a tu vida, y te marcan tanto, que no eres capaz de olvidarlas. Aprendes a seguir sin ellas, hasta que un día despiertas en la mañana y te das cuenta que su presencia en tu mente se ha ido desvaneciendo, pero siempre habrá algo que te recuerde lo bonito que fue sentir eso por la persona.-le esclarecía, recordando aquel día donde Eren me hallo, donde ambos demostramos que nunca dejamos de amarnos, pero que debíamos dejarnos ir.-Amo a Eren, y siempre lo amaré. No fue mi primer amor, pero fue el más intenso de todos. Fue el que me hizo crecer, sufrir y volver a sobresalir del hueco en el que caes cuando pierdes a esa persona. Eren es el amor de mi vida.-detallaba, cabizbaja.-Espero que él nunca lo olvide, porque se que después de esto, Eren ya no será ni siquiera lo poco que queda de él. Y si puedo hacer algo para detenerlo, sería capaz de lo que sea, porque le prometí a Eren, que siempre lo seguiría, hasta el final.-recordaba, expresando esas palabras que algún día le dije.-Como él me prometió que aunque me perdiera, no dejaría de buscarme, hasta volver a encontrarme. Cumplió con su promesa, y yo cumpliré con la mía, a todo costo.-esbocé, observando los azulados ojos de Historia humedecerse, mientras sonreía.
-Debo admitir que no dejas de ser tan sabía, siempre me haces llorar más de lo usual cuando hablas conmigo, de corazón a corazón.-expresó, limpiando sus lágrimas.-Por eso cuando supe todo lo qué pasó, dije que el día en que decidieras regresar, seguirías siendo parte de Paradis, es por eso que nunca fuiste sucesora a una criminal, seguiste siendo un soldado, y lo demostraste en dar batalla en Marley por nosotros.-me decía.
-Nunca los olvidé. Siempre estuvieron en mi corazón, fueron una parte muy especial de esa etapa.-le contaba, viendo como ella asentía, como si se sintiera igual.
-Hay algo que quiero saber, a pesar de ya tenerlo en mente, quisiera que alguien como tú me lo afirmaran.-me miró detenidamente, y sabía lo que preguntaría, así que mi corazón se estrujó por su mirada tan rota.-¿Ymir murió? ¿Sufrió?-
-Ymir fue devorada por Porcco Galliard, el hermano de Marcel, a quien Ymir robó poder cuando era un titán puro y se comió inconscientemente, fue eso lo que la hizo volver a este mundo tan cruel. Fue a Marley, porque ella quería ser humana y pagar por lo que hizo. Cuando volví, ya había sido muy tarde. Lo siento, Ymir murió, pero no sufrió, porque era lo que quería hacer, de lo único que se arrepintió, fue de no casarse contigo.-le conté, viendo sus ojos más humedecidos, pero ella sonrió, mirando al cielo.
-Ay, Ymir, tan tonta.-comentó sonriendo, a lo que me quede sorprendida por verla sonreír.-Solo se que ella siempre será... -musitó con tristeza, pero a la vez con felicidad.-Siempre será el amor de mi vida, como lo es Eren para ti.-llevo su mano a la mía, apretándola.
-Dame un abrazo.-dije, sonriendo para así acercarme a ella, y abrazarla fuertemente, escuchándola reír.-¿Crees que sea niña?-pregunte curiosa, despegándome de su lado, para ver cómo ella se encogía de hombros.-Sabes, siempre quise ponerle a mi hija Frida. Desde el día que escuché ese nombre del que pertenecía a tu media hermana, me enamoré totalmente. Solo pensé en que tu hermana fue un alma genuina que te acompañaba en tu soledad, es por eso que creo que ese nombre es digno para una pequeña que nazca en este mundo.-expresaba, viendo a Historia asentir.
-Me gustaría ponerle Frida, pero si no, le pondría Ymir. No solo porque lleva el nombre de la persona que más ame, si no porque, Ymir reflejaba ser una persona fuerte, y que solo quería ser ella misma, sin importar que.-musitaba Historia, a lo que yo asentía observando su barriga.-¿Tú quisieras tener otro bebé?-pregunto; y pasmada la miré.
-No lo sé.-respondí, observando a Noah.-Si tuviera un bebé, y fuera una hembra, sin duda alguna le pondría un nombre que merezca.-expresé.-Aurora, la luz que llega en el amanecer de un nuevo día.-musité, en un tono suave, mirando el hermoso cielo.
-No sé por qué, solo se que el rostro de Armin vino a mi mente.-la miré detenidamente ante eso, viéndola con una seria expresión.-Armin es como una luz en las tinieblas.-expresó.-Él sufrió mucho cuando te fuiste, Amaya. Creo que nunca volvió a ser igual de como era antes.-me explicaba, mientras que veía la carroza que llegaba a las afueras del campo, era hora de irnos.
-¿Qué quieres decir?-le pregunté, pero en si, escuché una voz a lo lejos llamarme.
-¿Nunca te diste cuenta?-me preguntó, y yo confusa la miré, hasta que simplemente ambas giramos la cabeza, observando a la comandante Hange alzar su mano para saludar.
-No lo entiendo.-le dije, mirándola seriamente confundida queriendo llegar a su punto.
-En la vida no solo tenemos un amor, hay varios.-expresó, mientras que yo me quede mirándola con la misma confusión, y ella solo sonrió.
-¡Es hora de irnos!-decía ella a la distancia, a lo que Historia y yo caminábamos hacia los niños, quienes se levantaban del césped y sacudían su ropa.
-Fue un gusto conocerlos.-expresaba Historia, quien estrechaba su mano para tocar el cabello de Noah y de Falco, inclinándose un poco.-Espero verlos luego.-avisaba, y los niños asentían, pero Falco ante el desconocimiento se mantenía serio, a diferencia de Noah que estaba todo risueño en sonrisas.-Hange.-ella alzó su mano, saludando a nuestra comandante quien le regaló una hermosa sonrisa.
-Lamentó no poder quedarme, tenemos algo de prisa.-se disculpaba, mientras que Historia asintió, para así, mirarme y despedirse.
-Historia, gracias por todo.-le agradecí, abrazándola de lado, para en si, distanciarme de ella con los niños.
-Vuelve pronto, por favor. Si necesitas algo, son bienvenidos.-me dijo, para en si, montar a Noah y Falco en la carroza, pero para mi sorpresa, Zeke y Levi estaban sentados frente al otro, lo que me dejo confusa.
-Hola, mocoso.-saludo Levi a Noah, quien al montarse no tardó en intentar sentarse a su lado, pero no alcanzaba, Falco iba ayudarlo, pero se lo impedí, para ver cómo Levi rodeaba los ojos y ayudaba a que se sentara a su lado.-No te acostumbres.-le pedía Levi, mientras que Noah alzaba su peluche, pasándoselo, pero ante ver a Zeke, sonrió por reconocerlo.
-Hola pequeño.-saludo Zeke, abriendo sus palmas, para que Noah lo chocara, por lo cual lo hizo, mientras que Falco se sentó a mi lado, dándole paso a Hange que quedó en la esquina del contrario de Noah, la imagen de mi hijo entre medio de Levi y Hange era sumamente tierna.
-No le pegues tus gérmenes.-expresaba Levi, mientras que sostenía el peluche de Noah, quien lo miraba curioso.
-Gemenes.-repetía Noah, pudiendo ver a Levi queriendo sonreír, pero se aguantó, queriendo mantener una seria expresión ante Zeke.
-Vaya capitán, ya eres padrino.-decía Zeke en burla, a lo que Levi lo miró sumamente fulminante.-Que honor ser un ejemplo para los niños, cuando sea grande, quisiera ser como tú.-Zeke se burlaba, mientras que Levi tan solo le ignoraba.
-¿Qué hace él aquí?-pregunte, mirando a Hange.
-Hola Amaya, ¿como estás?-pregunto Zeke sarcástico, a lo que lo miré avergonzado por no saludarle, después de todo, no había nada en contra suya.-Levi cree que debo estar a distancias de Eren, por lo cual quiere llevarme a un hotel cinco estrellas.-expresó este.
-Te llevaremos a ti y a Falco a la ciudad, para que puedan descansar. Hay mucho bullicio en el cuartel.-expresaba Hange, a lo que yo asentía, observando a Falco mirando la ventana de la carroza, entristecido.
-Falco.-sonreí ante ver a Noah mirar a su tío, y nombrarlo con suma claridad, creando que Falco sonriera y decidiera pasarle la mano, para que Noah la chocara, mientras que Levi alzó su mano para con delicadeza acariciar el cabello de Noah.
Me miró, y me guiñó el ojo. Sonreí, sabía que en el fondo, a Levi le nacía un cariño por Noah. Así se pasó todo el camino devuelta al distrito, la tarde llegaba a nosotros, desearía poder cambiar algunas cosas, pero nos acoplábamos a lo que teníamos, aunque fuera poco. Falco se quedó dormido aún lado de mi, a pesar de estar molesto o incómodo por mis decisiones, era lo único que tenía en estos momentos. A diferencia de él, Gaby no pudo tener acceso a salir por su denegación y actitud. Quería entenderla, pero sentía pena de que fuera tan inculcada a la ignorancia, que llegaba el punto de estar cegada. Pero no podía dejar atrás algo, mi corazón estaba nublado, no la veía como Gaby, en estos momentos la estaba viendo como la niña que mató a Sasha. Quería dejar de sentirme así, sabía que no era su culpa, que no quería hacerlo, o quizás si, solo se que era una niña guiada por la ignorancia de un adulto sin conocimiento. Mis ojos se humedecieron, viendo la ventana y observando el día llegar a su atardecer, solo recordé lo mucho que Sasha amaba verlos junto a mi en la base de reclutas. Ya ella no estaba, tampoco volvería jamás, pero no podría olvidarla. Suspire, la carroza llegó a su destino, a lo que observe cómo Levi tenía en su falda a Noah, con su cabeza recostada y sus ojos cerrados. En silencio abrimos la puerta, para así poder salir, mientras que Hange sostuvo a Noah, antes de que cerraran la puerta, alce mi mano, despidiéndome de Zeke, quien me sonrió de lado, mientras que Levi se quedó con una seria expresión, asintiendo, aceptaba mi despedida.
Camine junto a Hange, esta quien se quedó sosteniendo a un Noah dormido, mientras que Falco caminaba cabizbajo a mi lado. Se que él quería volver con Gaby, para no hacerla sentir sola, pero había más que la amistad que sentía por ella. Acaricie su espalda, viendo como Hange se quedaba en la entrada de ese edifico custodiado por policías militares. No quería dejarlo ahí, pero no tenía otra opción, ya en los próximos días Falco podría salir junto a Gaby, y quedarse conmigo en otro lugar más seguro, hasta que supiéramos que hacer. Caminamos, entrando y saludando a los policías cortésmente, mientras que nos adentramos, viendo los largos pasillos. Había un gran silencio, pero otro policía nos abrió otra puerta, dejándonos entrar a un amplio espacio más privado y solitario. Llegando a unas celdas, pude ver claramente la que compartía con Gaby, esta quien yacía dormida en su cama, y un plato de comida vacío en la esquina. Había comido, y se quedó dormida por lo abastecida que debió haber estado. El policía militar abrió la puerta de la celda, pero en si decidió aislarse para darnos espacio. Suspire, viendo a Falco frente a la celda cabizbajo, a lo que me incliné hacia él, sujetando sus hombros, se los acaricie, y frustrada no pude mirarlo. No quería esto para ellos, no quería tenerlos en esta posición, pero si tan solo no se hubieran subido a ese dirigible, si tan solo Gaby no hubiera matado a Sasha, todo sería diferente para ellos.
-¿Tú confías en mi?-le pregunté, viendo su rostro, y como levemente asentía.-Falco, perdón.-me disculpe, viendo como él suspiraba frustrado.
-No lo entiendo... -expresó.-¿Tu quieres a mi hermano? ¿Por qué lo abandonarías?-me preguntó, a lo que yo miré a otro lado, queriendo encontrar las palabras adecuadas.
-Falco, yo no quería ser un titán. Así es como todo empezó.-le expensaba, viendo como me miró asombrado ante eso.-Yo quería ser una niña, vivir plenamente como una, tener una larga vida, y obtener la familia que hoy día tengo. Pero tristemente, no pudo ser así. Se que te han hablado de mi madre, después de todo fue tu madrina, pero ella al igual que tu, cuando niña siempre quiso ser una guerrera de Marley para que nuestra familia, pura y Eldiana, nacida en Liberio, pudiera tener vellos beneficios que no teníamos por ser Eldianos, por ser descendía de los demonios nacidos de Ymir. Cuando obtuvo aquel poder, entendió y supo que eso no era vida, que Marley solo utiliza a los guerreros cambiantes de titanes para sus beneficios, nos dan lo que queremos, pero a un costo tan bajo, porque simplemente tenemos trece años de vida alargados para luego morir después de ser parte del ganado que tienen en la zona de internamiento al que pertenecemos.-le contaba, intentando de explicarle mi punto.-Intento huir conmigo, porque no pudo salvar a Pieck, pero creyó que podría salvarme a mi de esa vida, pero no pudo. No murió honradamente Falco, no fue así qué pasó, como te lo contaron fue una mentira como muchas otras. Era una niña cuando tuve que devorarla, no quería hacerlo, pero tuve que para venir a Paradis y salvar a mis amigos de los supuestos demonios, pero cuando llegue aquí, tanto Reiner como yo supimos que estas personas no eran lo que creíamos.-sus ojos se abrieron grandemente por lo que le contaba, sabía que esta era la verdad que no le habían contado.-Cuando llegue aquí, no quise relacionarme con nadie, pero fue inevitable, conocimos personas extraordinarias. Esta gente solo quiere ser igual de libre que nosotros, y le quitamos ese privilegio Falco, somos iguales, somos humanos. Merecemos los mismos derechos, estoy aquí para ayudarlos, estoy aquí porque son mis amigos, pese a todo, tu hermano es tan especial para mi, que estará siempre en mi corazón, lamento todo, Falco.-cabizbaja le hable, mientras que me desahogue por primera vez en mucho tiempo, era como si estar aquí, me liberara.
-No sabía que tú habías pasado por todo eso, lo siento mucho, Amaya.-me hablaba, como si estuviera aturdido, a lo que alce la mirada y lo observe.-Todo este tiempo creí que tú, eras igual de perfecta que los otros líderes oficiales cómo Reiner, pero el día en que Eren nos detuvo debajo de la tarima, en ese sótano pude ver que Reiner era igual de humano que tú.-musitaba, dejándome sorprendida por esa información desconocida.-Reiner decía que no quería hacer nada de eso, le decía a Eren que lo matara, que se sentía una persona muy mala por todo lo que hizo. Ahora se que ustedes nunca quisieron hacer nada de lo que han hecho.-musitaba tristemente, para así abrazarme.-Solo se que tú eres mi familia, no importa que, Amaya yo le prometí a Colt que te protegería y siempre lo haré, si debo quedarme aquí contigo, lo haré.-afirmaba, mientras que lo abrace más fuerte.
Y ahí fue, lo dejé en esa celda hasta que cayó dormido, abastecido en todo lo que sucedía. Le coloqué una manta, para que durmiera caliente, bese su frente y lo dejé ahí, aún lado de Gaby en la otra cama, quien me miraba, pero desvió los ojos y me dio la espalda. No le dije nada, no era insensible, pero después de todo, ella no era mi familia. La dejé ahí con él, habían comido e ido al baño, estaban bien, y eso era todo lo que me importaba. Me despedí de los policías, pidiéndole que por favor no los dejaran solos, que estuvieran pendientes a todos sus movimientos. Ellos me asintieron, tenia esa hostilidad de siempre, pero eran personas que no conocía, debían ser nuevos pero aún así, los trate amablemente lo cual les sacó una sonrisa. Continué caminando hacia la salida, observando plenamente la hermosa noche estrellada. Lleve mis manos a los bolsillos, los postes de luz iluminaban las aceras, así como en Liberio. Realmente esta ciudad había avanzando, antes deshabilitaba, y ahora estaba más habitable que nunca. Me sentí bien por eso, recordando el desastre que era la última vez. Me quede perpleja, observando en la otra acera a ese chico de azulados ojos. Estaba solitario, pero parecía esperar, me percaté que Hange no yacía en los alrededores, ni Noah tampoco, así que entendía la presencia de Armin en la otra acera, pero por un momento, las palabras de Historia me azotaron. ¿En qué no me di cuenta?
-Hola.-le salude, llegando a su lado, mientras que él me miró con una cálida sonrisa.-¿Todo bien?-le pregunté, por su presencia repentina.
-Me encontré a Hange, Noah estaba muy dormido, así que quiso llevarlo a casa de Mikasa para que descansara, le dije que me quedaría aquí, para que no tuvieras que volver sola.-me explicaba, a lo que asentía, observando a la gente pasar, mientras que estábamos frente a frente.
-Gracias, no tenías que hacerlo.-le indique, a lo que él se encogió de hombros.-Yo también estoy cansada, pero hay una cosa más que quiero hacer hoy antes de finalizar el día.-expresé, viendo como él me miraba curioso.
-¿Y qué es?-me preguntó, a lo que le mire detenidamente, sus ojos realmente eran un arte.
-Quizás te diga luego, por ahora, solo necesito pensar.-expresé, distanciándome de él, mientras que me miró sonriente y asintió.
-¿A donde vas?-pregunto curioso, pero le di la espalda, y continué caminando, en medio de la noche estrellada.
-Ya te dije, necesito pensar.-expresé, deteniéndome, para así girarme y mirarlo finamente.-Armin.-lo llame, viendo como se tenso y me miró con nervio.
-¿Si?-me preguntó, con algún tipo de emoción, veía como colocó sus manos en el bolsillo.
-Buenas noches.-le expresé, viendo como me sonrió, para asentirme.-Tengo que hablar con quien... siempre será-susurré, sabiendo que Armin ya no me escuchaba, pero cuando giré la mirada, pude ver que aún me observaba, a lo que sonreí.
───
Próximo capítulo: Amor de mi vida.
Amaya y Eren se encuentran, de corazón a corazón, ambos hablan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro